Mi nombre es Rosa María Payá y toda mi vida estuvo marcada por la lucha de mis padres que forman parte de la oposición cubana desde antes de que yo naciera; y cuando vives en un país totalitario eso te afecta. Toda la familia es afectada por la represión gubernamental cuando alguien en la familia se atreve a enfrentar y a desafiar el poder, eso contó la hija de Oswaldo Payá activista cubano que murió el 22 de julio de 2012 cuando el auto en el que viajaba se estrelló. Con él viajaba y también falleció el opositor Harold Cepero.
Rosa María Payá visitó Guatemala en julio de 2017 para participar en el College Freedom Forum que organizan la Human Rights Foundation y la Universidad Francisco Marroquín.
¿Hasta dónde afecta a tu familia un régimen totalitario como el de La Habana? Once años después del fallecimiento de Payá y Cepero, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos publicó los resultados de su investigación sobe el caso y dice que existen indicios serios y suficientes para llegar a la conclusión de que agentes estatales tuvieron participación en la muerte de los señores Payá y Cepero. Para el régimen, la eliminación de ambos disidentes tuvo un valor estratégico: provocar un duro golpe en la estructura de organización liderada por el padre de Rosa María y debilitar a la oposición.
La situación de los derechos humanos no ha variado sustancialmente en los últimos 58 años. Estamos hablando de un país que ha estado dominado por el mismo grupo en el poder durante casi seis décadas. Un grupo que llegó al poder mediante una revolución violenta e inmediatamente costó las libertades de todos los cubanos, explicó Rosa María, que añadió: Estamos hablando de la historia de miles de prisioneros políticos y de miles de asesinados en ejecuciones extrajudiciales y judiciales, pero todas arbitrarias.
En una conversación con mi cuate, Tim Hedberg, durante su visita a Guatemala, Rosa María aludió al miedo que es muy concreto y que tiene que ver con un aparato represivo que usa todos los recursos del estado contra familias completas. En el caso de los sistemas totalitarios el hecho de romper el miedo puede traer consecuencias muy graves, desde la cárcel, hasta la pérdida de la vida y la pérdida del trabajo, explicó la hija de Oswaldo Payá.
El testimonio de Rosa María y los resultados de la investigación de la CIDH tienen relevancia en el contexto electoral guatemalteco porque esta semana la candidata a la vicepresidencia por los partidos URNG-Winaq dijo que Ernesto “Che” Guevara es un ícono para muchas generaciones. Sigue inspirando ideales, y mantener un ideal es muy importante porque eso lo hace a uno una mejor persona.
Guevara, por si no lo sabes…y peor…por si llevas una tshirt con su efigie, es uno de los héroes de la revolución socialista cubana. Suyas son frases espeluznantes como: Para enviar hombres al pelotón de fusilamiento, la prueba judicial es innecesaria. Estos procedimientos son un detalle burgués arcaico. ¡Esta es una revolución! Y un revolucionario debe convertirse en una fría máquina de matar motivado por odio puro; y…¿puedes creerlo? Me gustaría confesar, papá, que en ese momento descubrí que realmente me gusta matar.
Se que los partidos de la exguerrilla guatemalteca, como URNG y Winaq son pelusa en el ombligo y van a tener resultados porcentuales de un dígito en las elecciones del 25 de junio; pero ¿no te da repeluz el hecho de que los ideales de Guevara todavía están vivos entre aquellos dinosaurios?
Mientras tanto, por Rosa María y su familia, por los cubanos y por la justicia, me alegro de que se vaya esclareciendo el rol que jugó la tiranía en el asesinato estratégico de Oswaldo Payá y de Haroldo Cepero.
Columna publicada en República.