30
Jun 21

En el Día del Ejército y en el de la Revolución del 71

 

Hoy celebramos dos efemérides, la primera es el Día del Ejército y la segunda es la que corresponde a la conmemoración de la Revolución de 1871.

Desfile del Día del ejército, Avenida de la Reforma, 2019.

A los soldados y oficiales que dieron sus vidas entre 1960 y 1996 -y a sus familias- mi generación y yo les debemos la dicha de no haber crecido bajo regímenes como los de Cuba, Venezuela y Nicaragua.  A ellos les debemos que no se materializaran las aspiraciones de guerrilleros e intelectuales que querían imponer la dictadura del proletariado en Guatemala, a imagen y semejanza de las tiranías que costaron 100 millones de muertos en todo el mundo, mas quién sabe cuántas vidas humanas estropeadas y malogradas. A aquellos soldados y oficiales les debemos, los chapines que estamos vivos ahora, que no tengamos que luchar en las calles para tratar de salir de la tiranía comunista que ya tendría décadas de cebarse entre nosotros.  Por eso siempre estoy agradecido con el ejército.

Por otro lado, a la Revolución de 1871 le debemos los cambios éticos, jurídicos y económicos radicales que eran necesarios para acabar con el régimen conservador de tres décadas en Guatemala.

Miguel Garcia Ganados, líder de la Revolución de 1871, dominio público, vía Wikimedia Commons.

Es cierto que durante el enfrentamiento armado hubo actos horribles y corrupción, no en vano la guerra es el caballo rojo.  Es cierto que Guatemala necesitaba (como necesita) cambios; pero, ¿para imponer el ideal de marxista leninista, o maoista? Si hubo crímenes, sus hechores deben enfrentar las consecuencias jurídicas de sus decisiones y de sus acciones para que se haga justicia, y no por venganza. Es cierto que actualmente hay militares involucrados en corrupción y actos delictivos,  y también deben enfrentar a la justicia.  Pero, mis respetos para los soldados y oficiales que hacen lo posible y entienden el valor de tener un ejército  profesional, moderno, disuasivo y solido en valores; equipado y altamente móvil, orientado a coadyuvar al cumplimiento de los objetivos Nacionales, con capacidad para enfrentar amenazas tradicionales y emergentes.

Monumento a Justo Rufino Barrios en la ciudad de Guatemala, dominio público, vía Wikimedia Commons.

Es cierto que la Revolución de 1871 estaba más basada en los principios del liberalismo anticlerical, constructivista y racionalista de la tradición francesa que en los principios del liberalismo empirista y evolutivo de la tradición británica.  Es cierto que se pervirtió por la tiranía de Justo Rufino Barrios. Pero, aquella efeméride y muchas de las instituciones que produjo merecen atención y estudio desapasionados.

¡Gracias a los buenos soldados y oficiales; y gracias a los revolucionarios de 1871! Agradecimiento que se extiende a especialistas y demás personal en la institución armada.


25
Jun 21

¡Pinchado y vacunado!

 

Con buena mano, porque casi ni sentí el pinchazo, el muchacho me vacunó contra el Sars-Cov2 o Covid 19. Todo el proceso me llevó poco más, o menos 30 minutos desde el momento en que entré al salón y el momento en el que lo abandonamos, incluido el período de observación.

Aquello ocurrió a las 11:00 a.m. y cuando escribo estas notas, que son las 2:33 p.m. no he tenido reacción.  Fui a por Astra Zeneca, al Centro Deportivo Erick Barrondo, en la ciudad de Guatemala.

¿Qué te digo? Había personal del Ministerio de Salud, de la Municipalidad capitalina y del Ejército.  Las personas que nos recibieron en la puerta fueron agradables y divertidas, y quienes nos guiaron en el proceso fueron atentos.  Sólo había cuatro personas antes que Raúl y yo y todos fuimos atendidos rápidamente.  Fue una buena experiencia en términos de eficiencia y de trato.

Siempre que me vacuno recuerdo a la querida María Durán que nos vacunaba a mis hermanos y a mí en la clínica de Juan José Hurtado.  ¡Salud, Maruca!


25
Jun 21

Anacates y zompopos de mayo

 

Hoy comeremos los primeros anacates de la temporada, y temprano, en la mañana, hubo zompopos de mayo en mi oficina.  ¿Así, o más chulo el día?

Los anacates son mis hongos favoritos, no sólo por su sabor y su textura, sino porque me gustan desde que era muy niño y siempre me traen recuerdos gratos.  A mi familia también les han gustado los anacates mucho.  Nos gustan sólo con mantequilla, cebolla picada, sal, pimienta, perejil, Jerez seco y un poco de maicena para espesar y así fue como los probé por primera vez hace décadas.  Pero también nos gustan con spaghetti, sobre pizza, y con frijoles colorados (como los comeré hoy). Una vez los comí en pulique y también estaban ricos así.

En mi casa es fiesta cuando llegan los primeros anacates y anuncian el principio del segundo semestre del año.

Como si aquello no fuera suficiente para hacer un día alegre, la Universidad Francisco Marroquín amaneció visitada por multitud de zompopos de mayo.  Esas criaturas adorables que tanto me alegran.  Cuando me bajé del auto pasaban zumbando a mi lado y me di cuenta que es la primera vez, en vi vida, que me zumban así.  Siempre los había encontrado, abundantes, o no, en el suelo caminando; pero nunca había visto tantos volando cerca de mi.

Los zompopos de mayo son comestibles.  Suelen prepararse asados, en el comal, y aderezados con mantequilla y sal.  A mi me gusta comer una tortilla con frijoles, o con guacamol a la que le he añadido unos seis u ocho culitos de zompopos para elevar la experiencia. Allá por 1973, un cuate -cuya familia era de Santa Rosa- llevó al colegio una bolsa con zompopos de mayo fritos en mantequilla y les agarré más cariño a esos animalitos porque así son deliciosos.  Pero no los volví a probar hasta unas tres, o cuatro décadas más tarde.

Desde niño me llamaban la atención su tamaño, así como su dignidad y ferocidad porque cuando uno los agarraba, recibía rápido una mordida. Esta sin embargo, no era ponzoñosa como la de de una hormiga de fuego, ni nada parecido.  Pero era una señal inequívoca y valiente: ¡Conmigo no te metas y si caigo, voy a caer luchando!  Ese espíritu combativo también era su perdición; porque los chicos los cazábamos para hacer peleas de zompopos de mayo.  Yo prefería sentirlos caminar en mi manos y sentir los valientes mordidas; pero si había una pelea, no le hacía el feo.

En algunas poblaciones guatemaltecas a los zompopos de mayo los llaman macashes y en otras ch´eken.

En el siglo XVIII, Francisco Ximénez, tel raductor del Popol Vuh, se refirió a los zompopos de mayo en su obra Historia natural del reino de Guatemala; y escribió que tienen la cabeza grande y unas tenazuelas que parece que son de acero y tienen filo, y punta corva y cruzada como las tixeras; y así cortan con ellas cosas bien duras…entre ellas hay unas muy grandes, y con alas, no son que críen alas, sin que es como la gente principal entre ellas. Aquestas grandes y con alas, no salen del hormiguero, sino es cada año cuando caen los primeros aguaceros, que es por el mes de mayo…y se levantan volando con una singularidad maravillosa, por lo cual los indios, y otras personas que las comen tostadas, y dicen que es comida sabrosa, las cogen con facilidad…y es que como no han visto luz, al verla tan hermosa se van a ella, y así los indios no tienen más que encender unos ocotes, y con esto se les vienen todas a las manos, y cogiéndolas las tuestan, y las comen, y aun las sacan a vender, como lo he visto.


25
Jun 21

Hoy, que es el Día del Maestro

 

Mi  amiga, doña Beatriz, me contó que el 25 de junio de 1944 ella y dos amigas asistieron a la célebre manifestación contra don Jorge Ubico, en la que fue asesinada la docente María Chinchilla.  Doña Beatriz tenía motivos para estar ahí porque su padre había sido fusilado por el dictador.  Mi amiga también recibió un balazo en aquel día fatídico; pero vivió para contarlo.  Aquel asesinato es el origen de la celebración de hoy.

La escuela de Atenas, dominio público, vía Wikimedia Commons.

A lo largo de mi vida tuve Maestros (con mayúscula) y maestros (con minúscula). Los tuve generosos y buenos; y los tuve despreciables y corruptos. Los tuve sabios y verdaderamente modestos. Pero el balance es positivo…tuve Maestros a los que quise, respeté y admiré. De hecho, ¡tengo Maestros a los que quiero, respeto y admiro!

¿Quienes han sido mis mejores Maestros? Aquellos a quienes les he importado, aquellos que descubrieron que había que tenerme paciencia, los que aguantaron la audacia de mi ignorancia, los que no se desanimaron conmigo, los que me empujaron y me halaron cuando me quedaba atascado, y los que me han honrado con su amistad.

Lo que es una lástima es que la festividad del Día del Maestro se celebre a la sombra del magisterio como una forma de burocracia que crece como un cáncer, al ritmo escalofriante de 9 de cada 10 puestos de trabajo estatales. Creo que los Maestros de verdad merecen una celebración que no esté manchada por los intereses de buscadores de rentas parasitarias, intereses como los de aquellos que hacen como que enseñan y viven a costa de un sistema que perpetúa el parasitismo.

O mejor aún, una celebración que no esté  manchada por maestros que usan el dinero de los tributarios para deformar las mentes de los más vulnerables; que lo usan para imponer el pensamiento único, para minar los fundamentos de la civilización y para criar súbditos en vez de ciudadanos.  Urge quitarles a los políticos y burócratas el control de las mentes de los niños y jóvenes.  ¿Tu que piensas?

¡Ms respetos a los buenos maestros!

Columna publicada en elPeriódico.


22
Jun 21

Benditas las personas…

 

Benditas las personas que, en el tráfico, no bloquean los cruceros de calles.  Benditas las personas que, en el tráfico, dejan paso para que fluya el tránsito a pesar de los embotellamientos.  Benditas las personas que, como los automovilistas de la foto de abajo actúan de forma civilizada y cortés a pesar de las circunstancias adversas.

Ayer, en la 20 calle de la zona 10 los automovilistas en este crucero dejaron un espacio para que los que circulaban sobre la avenida pudieran cruzar hacia la 19 calle y el tránsito fluyera a pesar del embotellamiento.

…y que un mal rayo parta a aquellos automovilistas que bloquean cruceros, que impiden el flujo del tránsito y que actúan con prepotencia y mala educación.  Que un mal rayo parta a los abusadores y desconsiderados que empeoran la situación en los embotellamientos.

Uno, o dos minutos más tarde con respecto a la foto anterior, el conductor de un vehículo, en la vía citada arriba no dudó en adelantarse 2 metros y bloqueó el paso sobre la avenida con lo que empeoró una situación que ya era fastidiosa.  ¡Por adelantarse pinches dos metros!

El tráfico pesado y los embotellamientos son hechos sobre los cuales tenemos poco, o ningún control; pero, ¿sabes qué si podemos controlar en esas circunstancias? Nuestra actitud.


21
Jun 21

Bergoglio contra la propiedad

 

Se equivoca Jorge Mario Bergoglio cuando afirma que el derecho a la propiedad es secundario y que depende de un supuesto destino universal de los bienes.

Se equivoca porque ha de creer que el derecho a la propiedad es el derecho a tener cosas.  Es lo que cree la mayoría de la gente.  Pero ahí está que igual que el derecho a la vida y el derecho a la libertad, el derecho a la propiedad es un derecho a actuar.  Detente aquí porque esto requiere un alto para pensar bien.

El derecho a la propiedad es un derecho a la acción para producir, o ganar el valor del que se quiere ser propietario.  Valor, por cierto, es todo aquello que queremos conseguir, o conservar.  Un automóvil es un valor, y también son valores la tierra para hacerla producir y las maquinas en una fábrica.  No hay garantía alguna de que produciremos, o ganaremos algo en propiedad; pero si puede ser garantizado el hecho de que lo producido, o ganado será nuestro si lo producimos, o ganamos.  El derecho a la propiedad, entonces, no sólo es el derecho a producir y ganar propiedad, sino a su uso, goce y disfrute.  Es una facultad para actuar.

El derecho a la propiedad no viene de un supuesto destino universal de los bienes; sino que deriva del mismísimo derecho a la vida, que es el derecho hacer todas aquellas acciones que requiere nuestra naturaleza de seres racionales para no sólo sobrevivir; sino para vivir plenamente, florecer y gozar de la vida. Sin el derecho a la propiedad no tendríamos derecho a los productos de nuestros esfuerzos físicos e intelectuales y por lo tanto no tendríamos derecho a los medios para mantener nuestras vidas, y menos a florecer y gozar de ellas.

Todo aquello, claro, sin violar derechos ajenos. Nunca es suficiente subrayar una y otra vez este detalle. Tampoco es suficiente subrayar, una y otra vez, que los derechos se refieren a acciones, son facultades para actuar sin coerción y de acuerdo con nuestros mejores juicios.

Como Bergoglio es místico, cree que su dios tiene un plan que incluye el supuesto destino universal de los bienes; y claro que, desde su perspectiva, está mal contradecir aquel play y a aquel dios.

Pero aquí hay que detenerse otra vez y pensar.  Si tienes el derecho de ordenar tus acciones, si te haces responsable de las consecuencias de las mismas, si puedes disponer de tus posesiones y de tu persona como creas conveniente, sin coerción, de acuerdo con tus mejores juicios eres una persona libre. ¿Y si no? Si no eres esclavo. No vives por derecho, sino por permiso.

De ahí que los derechos (vida, libertad y propiedad) sean acuerdos morales que hacen posibles nuestras vidas plenas de acuerdo con nuestra naturaleza racional y volitiva.  No dependen de una votación democrática, no dependen de la voluntad de un dios que hoy los da y mañana los quita (mediante un diluvio, o mediante fuego y azufre, por ejemplo), sino que derivan de la necesidad de subordinar a la sociedad a la idea de que es en el mejor interés de todos -si queremos vivir y florecer- respetar ciertas facultades que hacen posible la división del trabajo, la cooperación social pacífica y la prosperidad.

Todo aquello es lo que se le escapa al dirigente católico cuando esparce la idea de que el derecho a la propiedad es secundario y que depende de un supuesto destino universal de los bienes.


20
Jun 21

¿Tuviste una de estas?

 

Son vasos plásticos en forma de botas vaqueras.  ¡Bienvenidos al club de la nostalgia!

Tuve el mío ca. 1966. Fueron las sorpresas repartidas en mi cumpleaños que mis padres me celebraron en el colegio San José de la Montaña, en la Avenida Simeón Cañas..  La costumbre era que a la hora del recreo se rompía la piñata, se cantaba el Happy Birthday y se cortaba el pastes, se refaccionaba y tras la entrega de sorpresas todo volvía a la normalidad.  Es decir que volvíamos a clase.

En aquella ocasión las botas estaban llenas con dulces y algún chalchigüite.

Yo no era muy de celebrar mi cumpleaños con piñatas y fiestas de niños.  Recuerdo que en Segundo grado me hicieron una celebración parecida a la ya mencionada, en el Colegio Julia Camacho; y que al cumplir 10 años me organizaron una fiesta en la que el pastel era de astronautas, que es lo que estaba de moda.  Posiblemente a los 12 me organizaron otra en la que el pastel era una bandera de Guatemala porque mi cumpleaños es el 17 de septiembre. Es posible que esto lo tenga confundido. A partir de los 13, la costumbre fue que salíamos en familia a cenar a algún restaurante y yo de verdad disfrutaba de esa forma de celebración.

Dicho lo anterior, ¿cuáles eran mis celebraciones favoritas de cumpleaños? Las que caían en fin de semana y eran almuerzos largos con amigos de mis papás.  Esas fiestas eran muy alegres. También las dos, o tres que pasé en Panajachel…¡Ah!…como extraño el pastel de cumpleaños que hacían en el Cacique Inn.

Ayer vi la foto en una cafetería a donde pasé a tomar un té luego de los aguaceros que cayeron en la ciudad de Guatemala; y me dio alegría ver la bota porque me recordó aquel cumpleaños.

¿Qué cambió en las botas? Las espuelas.  En1965 eran más picudas y filosas.


18
Jun 21

No me tapes el Sol

 

Diógenes de Sínope, filósofo griego, vivía en una tinaja.  Alejandro Magno quiso conocerlo, quizás por curiosidad de encontrarse con un pensador tan diferente a su maestro, Aristóteles.  El macedonio conversó con el pensador y, conmovido por su condición precaria, le preguntó que si podía hacer algo para mejorar su situación.  ¿Cuál fue la respuesta de Diógenes? Sí…apártate, que me estás tapando el sol.

John William Waterhouse, dominio público, via Wikimedia Commons

De aquello me acordé cuando leí que 78 por ciento de las muertes por covid pudieron ser evitadas; y que ocho de cada 10 fallecidos por aquella enfermedad habrían entrado en las fases se vacunación…si hubiera vacunas*.  Me acordé cuando leí que las vacunas (rusas, para más fregar) están viniendo por pushitos. Me acordé cuando leí que, al paso que vamos, la vacunación de los chapines no va a terminar antes de cuatro años.

Me acordé de otra historia.  A veces, cuando le preguntas a un niño, ¿por qué le pegaste a tu hermano? ¿Cuál es la respuesta? ¡Porque él me pegó primero!  Al no querer hacerse responsables de sus decisiones y de sus actos, muchos niños optan por tratar de escabullirse y culpar a otros por lo que han hecho.

En aquello pensé cuando leí que la Ministra de Salud culpa a la población por la situación del covid en Guatemala.

Los políticos y burócratas en el poder han monopolizado y centralizado la vacunación.  Han sido incapaces de organizar jornadas de inoculaciones sostenibles y generalmente eficientes.  Optaron por no vacunar a los super spreaders primero.  No han podido garantizar la provisión de vacunas.  Se casaron con Covax, que fue un fracaso y luego con los rusos…que vaya uno a saber.

Como Reality bites, ya va siendo hora de que los políticos y burócratas se aparten y dejen de tapar el Sol.  No estorben. Va siendo hora de que renuncien al monopolio y a la centralización y permitan que otros actores procuren las vacunas que tanto se necesitan para evitar muertes y enfermos de gravedad.  Va siendo hora de que actúen responsablemente. Hora de que, si es necesario, apoyen los esfuerzos privados para conseguir que las farmecéuticas les vendan vacunas.

Columna publicada en elPeriódico.

*Desde siempre he sido fan de las vacunas; y ponermelas me da paz mental.  Sin embargo, las vacunas contra el virus chino resultaron ineficaces y turbias.  Están causando efectos secundarios que todavía no se entienden bien. Cabe la posibilidad de que, en el futuro, haya juicios como los de Núremberg para quienes promovieron lo que cada vez es más evidente que fue una plandemia, y promovieron -con conocimiento- vacunas experimentales, o peor aún, vacunas que tendrían efectos deliberadamente perdjudiciales y quién sabe si hasta genocidas. 


17
Jun 21

¡Hoy es el Día del padre!

 

Mi padre -Luis- era un personaje divertido y alegre.  Generoso. Era un buen hombre y es una lástima que haya muerto antes de conocer a sus nietos y antes de ver que sus hijos y sus familias crecimos y somos  felices.  A veces… hasta extraño las discusiones que teníamos. No, eso no.

Un ejemplo de su espíritu juguetón era el juego de buscar el tesoro que armaba ya fuera cuando El ratón nos dejaba dinero a cambio de dientes, a mis hermanos y a mí; o cuando cumplíamos años.  Las fotos que acompañan esta entrada son muestras de uno de esos juegos.  Este fue en una ocasión en la que fui a pasar mi cumpleaños a Panajachel.  Al volver me estaban esperando en casa no con un regalo, sino con un sobre que contenía la primera instrucción: Happy Birthday Luisito, busque debajo de su almohada.

Haz clic en la foto para ver el resto del juego.

Luego de eso se desataba el recorrido por toda la casa en el cual yo (o cualquiera de mis hermanos) iba siguiendo las instrucciones y las pistas, y mis padres y los demás iban (o íbamos) detrás divirtiéndose como micos y emocionados por el misterio y la emoción.

A la primera instrucción seguía otras:

Manix tiene sorpresa, papás, Hnos, Nacho y Manix, etc. etc. etc.  Manix era uno de los perros de la casa y Nacho -era un gallo que nos habían regalado; ya sabes: Nacho, el gallo más macho.  Y la siguiente pista estaba en el collar de Manix.

Yu ju. Busque dentro de la caja de juegos de cuero.  Esa una caja con dados, barajas que había sido de mi bisabuela.

Dentro del congelador de la hielera hay ALGO.

ALGO tenía que encontrar, busque en el limonar del patio de enfrente.

Aquí como hiede, se orinó Manix, busque debajo de la almohada Nona.  Nona es mi madre y ese era uno de sus apodos…tiene varios.

Buscar capítulo XXVII Libro 1 de los Paralipómenos…y uno tenía que averiguar qué jodidos era Paralipómenos…antes de Google.

Me gustan las toronjas.  Busque.  Allí sí verá algo.

Verdad que yáatengo toronjas? Busque debajo de la almohada de papito.  Él era papito, claro.

Busque en la maceta de la flor de pascua.

Busque en horno de el comedor.

Te toca ir a la almohada de Guisela.  Guisela es mi hermana.

Dele un beso a La Chuchis, linda.  Ya casi, casi.  La Chuchis era Guisela…y habia que darle un beso.

Dale un beso a La Nona, y ya casi casi. Beto.  Beto era yo, por Alberto.  Me tenia varios apodos: Beto, Beto el recluta, Fray Junípero, Lalo, y algún otro que no recuerdo.

Ahora no recuerdo qué era el regalo.  Lo importante era el juego, el ambiente que se armaba, el cariño que se recibía.  El alboroto familiar.  Es una dicha que haya guardado los papelitos del juego porque en ellos estaba la clave de todo…  Estos son sencillos; pero otros eran más complejos e incluían dibujos: Un perico siendo perseguido por Simón, o por Manix, por ejemplo.

¡Feliz Día del padre a los papás que leen este espacio!


14
Jun 21

Adiós a “Los Alpes”

 

¡Que coincidencia…y qué triste! El domingo, en casa, hicimos de desayuno huevos fritos sobre hashbrowns, con tocino bien dorado, frijolitos volteados, crema y tostadas con mantequilla…¡Cabal, lo reconociste!…es el desayuno campesino de Los Alpes.

Lo hicimos porque teníamos antojo y no teníamos ganas de ir caminando, como lo hacemos de cuando en cuando. ¿Quién iba a decir que hoy nos enteraríamos de que ese restaurante/pastelería/chocolatería tan institucional en la ciudad de Guatemala iba a cerrar operaciones.  Es más, la semana pasada refaccioné ahí con dos amigos cuya compañía disfruto mucho y uno de ellos llevó el célebre pastel de peras, para celebrar el cumpleaños de su hermana. La noticia del cierre de Los Alpes es triste para muchos, estoy seguro.

De aquel lugar, mis pasteles favoritos eran el de peras, las tartaletas de fresas, el milhojas, y el stollen. Su chocolatería era magnífica.

Conocí Los Alpes a principios de los 80.  En aquel tiempo mis amigos de la universidad y yo solíamos reunirnos en La Casona (¿Te acuerdas?) en las tardes; pero de vez en cuando íbamos a Los Alpes precisamente por el pastel de peras. Luego cerró La Casona, y Los Alpes tomó su lugar. En los años 90, por mucho tiempo desayuné ahí casi, casi todos los domingos, siempre un Disch, que en aquel entonces era mi desayuno favorito ahí. En los 2000 dejé de ir con tanta frecuencia; pero siempre era mi primera opción dominical y me aficioné a los desayunos campesinos. Sus batidos de zapote con leche y de guanaba con agua eran riquísimos. A mi madre, que vivía a 100 metros del lugar le gustaba mucho la sopa de lentejas y si almorzábamos ahí a mi me gustaba pedir ravioli.

Lo que quiero decir es que desde hace unos 35 años Los Alpes fue un lugar confiable, donde uno se sentía bienvenido y donde se comía sabroso.

Lo que quiero decir es que al personal y propietarios les agradezco todas las buenas experiencias y los buenos ratos que pasé en sus mesas.

Lo que quiero decir es que me van a hacer falta.

Adiós a Los Alpes y a su gente.