11
Ene 16

Adiós a Natalie Cole y a David Bowie

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En esta temporada se fueron dos grandes de la música: Natalie Cole y David Bowie.  Del segundo una de suscanciones favoritas… no por la letra, sino por la música, fue China Girl, aunque también me gustaba mucho Dancing in the Streets con Mick Jagger; en tanto que de la primera me encanta su interpretación de Autumn Leaves.
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10
Ene 16

¿Qué hacía la guerrilla? Para que lo sepan los más jóvenes

PARTE DE GUERRA EGP 25OCT1981

Crecí en los 70 y 80 por lo recuerdo muy bien a qué se dedicaba la guerrilla guatemalteca; pero para los muchachos que hoy tienen menos de 25 años de edad, es posible que el terror y la violencia que aquellos grupos ocasionaban con el propósito de establecer la dictadura del proletariado sean desconocidos.  Para contribuir a entender la historia moderna de Guatemala y ayudar a completar la película de lo que ocurrió en aquellos años violentos, comparto algunos enlaces que tienen que ver con el tema.  La idea es que los más jóvenes no se queden con una historia única, sino que puedan contrastar y comparar para hacerse ideas propias acerca de lo que ocurrió.

Motos en el teatro nacional y la guerrilla en Tikal

“Todas las familias están con la guerrilla”

Víctimas de la guerrilla, para no olvidar

Denuncias por crímenes de la guerrilla

Crímenes de la guerrilla (no apto para menores)

Lo que llama la atención sobre el proceso de El aguacate

Escape del fuego

¿Qué tipo de gente eran los guerrilleros?

¿Recuerdas el caso Xamán?

Embajadores asesinados

44 años después, el caso de Gordon Mein

La tragedia de la embajada de España

Lo que no se cuenta del asalto a la embajada de España

Bombazo en el Parque Central (no apto para todo público)

La tristeza de los vitrales del Palacio Nacional

Asesinato y terrorismo por los guerrilleros

Querella contra EGP por secuestro

¿A cuántos mató el comunismo?

Día del guerrillero, en recuerdo de un asesino

Guatemala bajo asedio

¿Por qué es que la gente rechaza a la exguerrilla?

El ejército en San Juan Cotzal

Alotenango: Ejército sí, policía no.

La ilustración de esta nota es un boletín de la exguerrilla en la que se relata que el Ejército Guerrillero de los Pobres, una de las facciones de la Unidad Revolucionaria Guatemalteca involucraba a la población civil en su lucha por establecer la dictadura del proletariado.


08
Ene 16

¿Le negarías nueve años de navidades a un niño?

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Hace dos años te conté esta historia; pero antes… ¿cómo pasaste tu navidad?  ¿Qué tal si hubieras sido forzado a pasarla sin las personas que amas y te aman?  En Guatemala, seis niños están condenados a eso por la falta de escrúpulos de organismos internacionales, ONG, jueces y otros funcionarios.

José es uno de esos niños.  Ha tenido vínculos emocionales y personales con Rose, que es su madre adoptiva potencial desde que él tenía 2 meses de edad (antes de la ley antiadopciones) y durante nueve años y docenas viajes de los EE.UU. a Guatemala. Pero José vive en riesgo permanente de ser forzado a regresar a manos de su madre biológica que lo maltrataba Los derechos de José son violados constantemente al hacerlo crecer sin familia.  ¿Por negligencia, o por mala fe?

José y Rose –¡como otros cinco niños y sus familias adoptivas!– viven pesadillas desde que sus procesos de adopción quedaron atrapados en el agujero negro de la ley antiadopciones y el prejuicio. Dos veces la Procuraduría General de la Nación se ha pronunciado a favor de la adoptabilidad de José; pero cierto juez -¡el séptimo que vio el caso!- dispuso que José debería ser regresado con su madre biológica. En su fallo el juzgador ignoró reportes documentados, de expertos, que confirman que la madre biológica de José es incapaz de proveerlo con un ambiente sano y que representa un riesgo para él.

Hace dos años había 18 niños en la situación de José y 12 ya tienen familia; pero piensa un momento: ¿qué clase de personas les niegan familias a niños que podrían tenerlas? ¿Quién les repone –¡a seis niños!– 9 navidades sin familias?

Como todo comienzo, un año nuevo trae esperanzas y oportunidades.  Para los niños que crecen sin familias esas esperanzas y oportunidades no tienen que ver con conseguir el juego más reciente para ser el “gamer” más fresco del colegio.  ¿Te imaginas lo que ha de ser ocho años deseando una familia?

Y mientras los funcionarios, oenegeros y jueces recibieron a Santa y se abrazaron con sus familias en la navidad…posiblemente frente a un nacimiento, José la pasó en el orfanato ¡por octava vez! ¿Cómo se les reponen nueve años de navidades a seis niños?

Columna publicada en elPeriódico.


05
Ene 16

La Costa sur, cuarta etapa del viaje de fin de año

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Amanecimos temprano en Chaculá y luego de despedirnos de la gente y del lugar agarramos camino rumbo a Quetzaltenango.  La idea era pasar la noche en Xela y al día siguiente emprenderla rumbo a Coatepeque…para comprar morelianas de la panadería La confianza y hacer visitas.

Las carreteras del altiplano son un desastre.  Entre los túmulos y los agujeros y los extorsionistas que ponen lazos y piden dinero, un viaje que podría ser muy agradable pierde algo de encanto.  Pasamos por el sitio paleontológico Tzik ab`b`e donde apreciamos los restos de un mastodonte y otras maravillas.  Nos divertimos mucho al pasar por el puente colgante sobre el río San Juan, donde recordé una peli que te recomiendo: El puente de San Luis Rey. Ya llegando a Xela nos recibió el volcán Santa María y no pude sino recordar las historias que oí de niño, sobre la descomunal erupción que hizo el coloso en 1902.

Xela nos recibió con su hermosa arquitectura y su carácter inconfundible, así como con un frío agradable. El hambre ya apretaba y ¿cómo no? fuimos a almorzar curry acompañado con nan y lassi a El sabor de la India.  Ahí agarramos valor y fuerzas y decidimos seguir camino rumbo a Coatepeque para pasar dos días allá.  Agarramos, pues, por Almolonga y el sol se empezó a ocultar.

Saliendo de Xela estábamos cuando nos topamos con una caravana de algún funcionario que llevaba nueve automóviles incluidas patrullas de la policía…así que nos fuimos detrás de ellos con comodidad.  Hasta que los muppets chocaron a causa de un tarado que se trató de meter en la caravana.  Luego tuvimos que seguir solos; pero encontramos a la caravana luego cuando entró a Xetulul.

Llegamos de noche a Coatepeque luego de 10 horas de camino, con Raúl heroicamente al volante, a hospedarnos en el siempre cómodo y agradable Hotel Mansión residencial. Como el hambre es canijo caminamos hacia el parque para cenar una sopa de elotes en Fuegos, en el balcón con vista al parque.  Y luego…a sentarnos por ahí para practicar el arte antiguo de people watching.  Ahí nos agarró un temblor y fue espectacular ver como se alborotan las aves que descansan en los cables que cruzan las calles aledañas.  ¡Osom! Luego de esa experiencia lo atinado era descansar y volvimos al hotel.

Al día siguiente pasamos a desayunar donde Shalbi: tamales, frijoles parados, queso recién hecho, plátanos y mosh…y agarramos camino para Tilapa.  El único propósito de ir allí era el paseo en lancha así que luego de desembarcar nos tomamos una Coca-Cola y de vuelta sólo para agarrar camino y encaramarnos rumbo a Colomba Costa Cuca. Lo más emocionante fue que vimos a un pescador limpiando mantarrayas y luego me arrepentí de no haber comprado algo para llevar y seguro nos lo hubieran preparado en el hotel.  Yo tenía ganas de subir desde la costa hasta las montañas de nuevo y dar una vueltita, vueltita, por esa zona cafetalera.  Vuelta por el parque y de regreso a Coatepeque para almorzar en La rueda; un Steak House estupendo donde sirven esa carne tan característica de la Costa sur que tiene -en el fondo- un sabor lechosito y uno de los pocos lugares donde uno todavía puede comer una carne asada como debe ser.  Luego de ahí pasamos a La confianza, a comprar morelianas, batidas y conchas y tutti contenti.  Luego siesta y al anochecer chelas y cena con Mario, Rosi, Mariarre y Pili.  Y a dormir como tiernos.

Llegó el jueves y salimos temprano rumbo a Guatemala.  Pasamos por las hermosas plantaciones de hule que hay junto a Coatepeque y en Escuintla nos recibió el majestuoso volcán de Fuego y para hacer la historia corta llegamos a tiempo para despedir el 2015 con un atardecer hermoso y una copa de Cava.  Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Zaculeu, primera etapa del viaje de fin de año.

Chaculá y Yalambojoch, seguna etapa del viaje de fin de año.

El Cimarrón y los cenotes, tercera etapa del viaje de fin de año.


04
Ene 16

El Cimarrón y los cenotes, tercera etapa del viaje de fin de año

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¡Llegó el día más esperado!…mi ilusión en este viaje era visitar ese fenómeno geológico comocido como El Cimarrón y los cenotes de Candelaria. Así en números fríos El Cimarrón es un agujero de unos 170 metros de diámetro y 150 de profundidad que, está localizado en un terreno escabroso y árido, que en el fondo tiene un bosque misterioso. Técnicamente es una dolina  de colapso y bajo su suelo seguramente hay agua y eso explica el bosque.  Los cenotes también son dolinas; pero inundadas a modo de lagunas cuyas aguas exhiben exhuberantes tonos de azul y verde…quizás como el color yax, de los mayas.  Basta de tecnicismos.  El Cimarrón es sobrecogedor a más no poder y los cenotes parecen gemas inmensas y mágicas.

El día 28 nos levantamos temprano para ver el amanecer e ir a la lechería a ordeñar vacas; pasó, sin embargo, que el amanecer es muy tarde y lo que quedaba era una vaca primeriza que no estaba muy cómoda con dos observadores.  Así que no hubo tal ordeñada.  Fuimos a desayunar a la posada, preparamos el equipo para el viaje, se nos unió nuestro guía, Jorge y emprendimos camino a El Cimarrón.

Luego de estacionar el carro y a modo de los exploradores del siglo XIX,  Raúl, Jorge y yo comenzamos a subir una cuesta ligeramente empinada que, durante un kilómetro y medio (poco más, o menos) nos conduciría por milpas, piedras y vistas espectaculares que incluyeron una dolina fértil sembrada de maíz, las fascinantes piedras oceánicas que abundan en Huehuetenango, los infaltables burritos, el sol de la montaña, y la permanente certeza de que lo que nos espera es fascinante y de que esta es una aventura.

El Cimarrón es sobrecogedor, inquietante e imponente.  Eso explica la multitud de leyendas -a cual más disparatada- que abundan sobre él.  Que si lo hizo el diablo, que si Pancho Villa ocultó ahí riquezas, que si un finquero arrojó mulas vendadas cargadas con piezas mayas, que si se duerme en el fondo uno se vuelve loco y cosas así.  Lo cierto es que uno se acerca a su orilla y siente algo, algo más allá que la reacción natural a las alturas, algo como: estoy en presencia de algo capaz de conmover.  Tuve dos momentos favoritos: el momento en el que me acerqué a la orilla y vi el bosque del fondo en vivo, por primera vez; y el momento en el que un zopilote de gran envergadura atravesó el hoyo y el batir de sus alas produjo un fum…fum…fum…fum poderoso y lento que hizo eco en el lugar.  En el silencio imponente del Cimarrón, aquel sonido me pareció como de otro mundo.  Junto con haber ido al reino Kan, esta visita y la visita a los cenotes han sido unas de las mejores decisiones de mi vida.  Me hubiera gustado  acampar y dormir cerca del Cimarrón…o no.

Al bajar del Cimarrón agarramos camino rumbo a los cenotes.  El camino es largo y mi auto no es para esos trotes. Atravesamos el río Jordán. Mi esperanza era que al llegar a la aldea homónima, que es la última población antes de llegar a aquellos fenómenos geológicos, pudiéramos conseguir un vehículo que nos llevara.  Llegamos y…niente.  Dos ceibas colosales, una plaza vacía, algunas edificaciones y ni un alma.  La suerte quiso que encontráramos a don Silvano que accedió a llevarnos.  Y nos encaramamos para cruzar numerosos arroyos y un camino tan escabroso como hermoso.

El área de los cenotes es distinta a la del Cimarrón, hay mucha más vegetación…y mosquitos con colmillos así de grandes.  Entre el verdor del bosque se asoma la primera gema que es un cenote relativamente pequeño…y uno se queda papo. ¿Es posible tanta belleza? Si…y más, porque el segundo cenote, el grande, es más espectacular que el primero.  Te rodean el silencio y la magnificencia de la naturaleza.  Ah que ganas tenía de echarme al agua; pero hubiera tenido que escalar la pared del cenote y…ya sabes, esas cosas no se me dan con facilidad.

Luego de admirar, admirar y admirar la belleza del lugar no pude resistirme y grité: La-rebelión-de-Atlas, para que el eco de aquel sitio me devolviera las palabras y para honrar la idea de que la existencia existe.

En los cenotes no me hubiera gustado quedarme a dormir porque el bosque me intimidaba y porque los mosquitos no atienden razones.

Al volver de los cenotes, ahí junto a ellos, hay el nacimiento de un riachuelo y es encantador ver como sale el agua del suelo, a borbotones.

Volvimos a Chaculá, nuestra base de operaciones para darnos un ansiado y merecido baño caliente, cenar delicioso, intercambiar historias con los nuevos visitantes, gozar de la noche estrellada y meternos en las camas para dormir como tiernos.  El día siguiente sería una jornada larga y dura.

Zaculeu, primera etapa del viaje de fin de año.

Chaculá y Yalambojoch, segunda etapa del viaje de fin de año.

La costa sur, cuarta etapa del viaje de fin de año.


03
Ene 16

Chaculá y Yalambojoch, segunda etapa del viaje de fin de año

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La posada rural Chaculá fue nuestro destino luego de abandonar Huehuetenango.  El plan para el día era ir a Yalambojoch y de ahí salir para la Laguna Brava.  Epic fail, pero divertido al final del día.

Raúl Contreras y yo salimos de Huehuetenango a las 6:00 a. m. del 27 de diciembre y nos dirigimos hacia el norte con rumbo a Nentón y la franja transversal del norte, atravesando paisajes que lo dejan a uno papo. Montes, bosques y barrancos magníficos.  Esas piedras que estuvieron bajo el océano hace miles de años y que son abundantes en Huehuetenango, son mis favoritas. Luego de Nueva Esperanza entramos a Chaculá que sería nuestra base de operaciones. La bienvenida nos la dieron un bosquecito como de cuento y un riachuelo que no se quedaba atrás.

Al entrar a la casa vieja de la finca Chaculá uno siente que ha sido transportado a otro mundo y en el tiempo.  Las fotos lo dicen casi todo; pero no pueden transmitir ni los sonidos (ni el silencio), ni los aromas que lo envuelven a uno al llegar.  Luego de instalarnos y tomar nuestro primer desayuno…con huevos fritos criados allí, frijoles parados del lugar y queso y leche de la finca decidimos emprender nuestra excursión a la Laguna Brava, a partir del cercano pueblo de Yalambojoch.  Y aquí es donde se pone bueno.

Como mi auto no es de doble tracción, ni es muy alto. Habíamos arreglado (o eso creímos) que tendríamos un auto de doble tracción y caballos (o lo que fuera, porque aquella es tierra de burritos) para ir a la laguna.   

En la posada se hicieron llamadas y nos consiguieron un pick-up que nos llevaría a Yalambojoch por la carretera inconclusa para reunirnos con el guía que nos llevaría a la Laguna Brava y con el vehículo y/o las bestias que habíamos solicitado. Eso sí, nos advirtieron que el pick-up es lo que habían conseguido, aunque ha estado fallando algo. Cuando preguntamos acerca de lo que fallaba, nos explicaron: Los frenos

Como ya estábamos encaramados, como teníamos muchas ganas de ir y como el camino es plano (o eso creímos), dispusimos aventurarnos en el pick-up al que le fallaban los frenos, luego de que nos aseguraban de que eso ya había sido resuelto. 

Salimos de Chaculá, tomamos la franja transversal del norte y…nos fuimos a dar con una carretera inconclusa, no con hoyos, sino con verdaderos cráteres y casi impasable. Luego nos explicaron que la construcción de la carretera (que iba hermosísima) fue suspendida porque los dirigentes de las poblaciones del área habían convencido a la gente de que las carreteras traen cosas malas y muertos.   

Nunca, nunca he sido tan sangoloteado como en aquel camino.  Reboté en la cabina como uno no puede imaginarse.  Y al llegar a Yalambojoch…niente; ni vehículo de doble tracción, ni cabalgaduras.  Sólo excusas e información confusa.  Vuelta de 180 grados, y de regreso a Chaculá.  Más sangoloteos y más rebotes…eso sí, en esta ocasión noté que toda la carretera, por quién sabe cuántos kilómetros que parecen una docena, había orquídeas terrestres rojas, llamadas Epidendrum ibagüense.  Kilómetros y kilómetros de hermosas orquídeas que endulzaron la excursión fracasada. Don Domingo, el conductor, nos llevó y regresó sanos y salvos.

De vuelta a Chaculá almorzamos y el administrador, Edgar, nos organizó rápidamente una excursión al sitió arqueológico de la finca.  Fue Jorge, un muchacho de la localidad, quien nos llevó por la Laguna de Chaculá, el sitio arqueológico y a la Laguna Ranera.  En esos bosques, entre muros y estructuras antiquísimas yo me sentía como un explorador del siglo XIX, o algo parecido.  Para mí, los sitios arqueológicos son mágicos y despiertan la imaginación y las fantasías del niño que hay en mí.  El ex orquideólogo que hay en mí también tuvo su recompensa; aparte de las E. ibaguense de la carretera, en el sitio arqueológico encontramos una orquídea negra llamada Prosthechea cochleata (que es la flor nacional de Belice, según me cuenta mi amigo, Roberto Lizama), coronando un montículo de piedras talladas.  Ya sabes…una orquídea negra en el bosque, es motivo para la imaginación y para maravillarse. Salvando las distancias, sentí algo parecido a lo que sentí cuando visité el reino Kan.  Luego de una larga caminata y de aprender bastante sobre las personas que habitaron aquellos lugares y luego los abandonaron regresamos a la posada para tomar un baño y cenar.

Uno de los encantos de Chaculá es que las comidas se hacen en una mesa común, a la luz de candiles.  Uno conoce y platíca con personas y familias que no conoce y que ya estuvieron en los lugares que uno va a visitar, o que están por ir a los que uno ya visitó. Las charlas son muy amenas y divertidas.  Está claro que -con las naturales diferencias- uno comparte ciertos valores con la gente que encuentra en esos lugares: el gusto por la aventura, por la naturaleza, por conocer las culturas y por la sencillez de lo rural…siempre que haya un baño tibio, una buena cena (en Chaculá se come riquísimo)  y una cama limpia al final del día, en mi caso.

Es cierto que el viaje a la Laguna Brava fue un epic fail; pero ese es uno de los motivos para volver.  Aprendimos mucho sobre la gente y sus vidas y el lugar. Luego de la cena disfrutamos del alucinante cielo estrellado…y a la cama para amanecer temprano al día siguiente y emprender camino a El Cimarrón y los cenotes de Candelaria.

Zaculeu, primera etapa del viaje de fin de año.

El Cimarrón y los cenotes, tercera etapa del viaje de fin de año.

La costa sur, cuarta etapa del viaje de fin de año.


02
Ene 16

Zaculeu, primera etapa del viaje de fin de año

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Zaculeu fue la capital del señorío mam.  La ciudadela, rodeada por barrancos profundos y una muralla fue conquistada dos veces: primero por  Quicab y los quichés de Gumarkaj y luego por el ejército de Gonzalo Alvarado.  Allí Kaibil balam resistió a Alvarado y sólo rindió la ciudad a causa de la hambruna.

Por ahí anduve el 26 de diciembre, con Raúl Contreras, en la primera etapa de un viaje magnífico que nos llevaría hasta el noroeste de Huehuetengango, hasta Chaculá, el Cimarron, y los cenotes de Candelaria; para luego agarrar rumbo al suroccidente hasta pasar por Quetzaltenango, Coatepeque y Tilapa.

Zaculeu, como Iximché y Mixco Viejo es una experiencia encantadora.  La capital de los mames fue reconstruida en 1940 por la United Fruit Company y al caminar por sus plazas y sus edificios uno siente que está en una ciudad.  El bullicio de los visitantes -que son bastantes, sin ser molestos- ayuda a la impresón de estar en una ciudad viva.  Con bastante facilidad, uno puede imaginar el comercio, las ceremonias y otras actividades de una urbe precolombina.  De hecho, comí mi almuerzo en la cima de una de las pirámides y luego de la experiencia sabrosa jugué a imaginar cuáles serían los pensamientos, anhelos, planes y preocupaciones de un habitante precolombino de 54 años de edad si hubiera podido hacer lo que yo estaba haciendo.

El sitio cuenta con un museo pequeño y encantador, bien organizado y pedagógico que enriquece la experiencia del visitante. Son fascinantes las preguntas de los niños y las perspectivas de los visitantes de origen maya.  En el museo uno se entera de que un museo anterior fue quemado en la década de los 80 y que en el sitio se filmó Tarzan´s Jungle Rebellion.   Fue una dicha encontrar el museo porque cuando visité el sitio hace unos años no había ese recurso.

En general el sitio está bien cuidado y limpio, a pesar de que muchos de los visitante dejan bolsas plásticas y basuras.  La gente que atiende el lugar es amable y uno se siente bienvenido.

Luego del paseo por Zaculeu nos dirigimos a Huehuetenango para pasar la noche antes de emprender el camino hacia Chaculá.  Fue una estupenda idea quedarnos en el Hotel Casa Blanca en el centro de la ciudad.  Nos quedamos en la parte antigua del lugar porque tiene ese encanto antañón y tradicional que a mí me gusta tanto.  Además guisan delicioso.  Ahí tomamos el mejor jugo frapeado de mandarinas de todo el universo mundo; y cenamos un pepián huehueteco y un kak-ik que merecieron una ovación de pie. Resulta que el Casa Blanca es famoso por su cocina y su fama es bien ganada.

El día 27, a las 6:00 a.m. agarramos para Chaculá.

Chaculá y Yalambojoch, segunda etapa del viaje de fin de año.

El Cimarrón y los cenotes, tercera etapa del viaje de fin de año.

La costa sur, cuarta etapa del viaje de fin de año.


01
Ene 16

En el primer día del año…tamales

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Gastémonos todo en los tamales y pasado mañana voy a hacer un préstamo, le dijo una señora a la que conducía la moto en la que viajaban.  En la víspera del Año nuevo, los chapines andaban en la bulla de los tamales.

Desde hace años, ¿quién sabe cuántos?, es tradición desayunar tamales en mi casa, el primer día del año.  Dos tamales: uno colorado y uno negro.  Desde que yo era niño era gran fan de estas delicias de la cocina guatemalteca y mesoamericana.

Sin embargo nunca, en todos esos años que son bastantes, yo había dimensionado correctamente lo que los tamales significan en las fiestas de fin de año chapinas…hasta ahora.  En primer lugar porque participé en mi primera tamaleada; y en segundo lugar porque entre el 26 y el 31 de diciembre viajé extensamente entre Nentón, Huehuetenango y Tilapa, San Marcos, pasando por Quetzaltenango y Coatepeque.  Fue una experiencia encantadora y enriquecedora en muchos aspectos -que ya les contaré luego-; pero en términos de tamales, fue un gran descubrimiento.  La frase con que inician estas meditaciones ilustra la importancia que tiene los tamales en estas fiestas.

¡Hasta en los ranchos más humildes había bulla de tamales!  En todos los caminos iban y venían personas acarreando la molida, los ingredientes y las hojas necesarias para hacer aquellas maravillas.  Señoras con canastos y baldes, hombres en moto todos con sus ingredientes y accesorios para tamalear.  Las familias se reúnen y los hijos, hermanos y amigos viajan desde lejos para tamalear y estar a tiempo para la Nochevieja. Baldes de pollo, marrano y pavo se lucen en los mercados.  No te lo crees, si no lo ves.  Las tamaleadas son el tema del paisaje entre el 29 y el 31 de diciembre desde los azules y altos montes de Huehue, hasta las arenas del pacífico en San Marcos.

En la ciudad de Guatemala no se vive esa intensidad tamalera porque uno encarga y pasa comprando los que necesita; pero en otras ciudades del país, en los pueblos y en las aldeas, los ritos de la tamaleada son una parte esencial de las fiestas de fin de año. Fiestas que anuncian lo nuevo, fiestas que se celebran entre familias y amigos, fiestas que celebran la vida.

Uno podrá cuestionar si es, o no es atinado gastarse todo el dinero en tamales y luego endeudarse; pero lo que es evidente es que la tamaleada le da alegría y orgullo a la gente; porque, ¿quién no se sentirá orgulloso de los tamales que ha hecho? y ¿Quién no se alegra frente a una mesa con tamales?

El de la foto es mi desayuno tradicional de tamales.


31
Dic 15

¡Feliz nuevo año!

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¡A los lectores y visitantes de Carpe Diem: que 2016 venga lleno de cosas buenas! Que rodeados de familia y amigos, podamos disfrutar de salud, prosperidad y la dicha de vivir intensamente. Que cada amanecer sea recibido con alegría y que cada ocaso sea una oportunidad para celebrar con orgullo. ¡Lehaim!

¡Por 2015 que me dejó una chiva, una burra negra, una yegua blanca y una buena suegra! y por 2016 que viene lleno de promesas y es una oportunidad más para cosechar y crecer…y para aprender de los errores.

¡Salud!


25
Dic 15

Jesús, ¿coronel del Ejército, o guerrillero?

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Si me preguntan, prefiero que Yisus sea coronel del Ejército de Guatemala, en vez de guerrillero.  Descontado el absurdo de que una imagen, o un personaje místico -en este caso la del Jesús de la Merced- tenga un grado militar (aunque sea honorifico), lo menos peor es que no esté del lado de la revolución colectivista y totalitaria, una de esas de orden marxista-leninista, o maoista, o chavista.  Yo de hecho, siempre le estoy agradecido al Ejército porque, en cumplimiento de la Constitución, evitó que mi generación y yo creciéramos en una tiranía como las de Cuba y Venezuela, por no citar China, la Unión Soviética, Camboya y otras.

Esto viene al caso porque la imagen del nazareno de la Merced (una parroquia a cargo de los jesuitas) está por ser ascendida de coronel a general del Ejército.  Y porque tirios y troyanos ya se están tirando los platos.

Se supone que el estado de Guatemala es laico y con excepción de las sociedades más tribales, en el mundo hay cierto acuerdo en el que el estado y la religión deben mantenerse separados.  Sin embargo, el misticismo está muy enraizado en Guatemala. De hecho la Constitución comienza con la invocación a un dios y en el artículo 37 de la ley fundamental, la iglesia católica recibe tratamientos especiales.  En ese ambiente, medieval y algo alucinado, ¿por qué es que una imagen no podría ser…coronel, general, o cualquiera otra cosa?  De hecho, el Cristo de Esquipulas fue comandante del Movimiento de Liberación Nacional, otra ocasión en la que Jesús (o por lo menos aquel Jesús) no estuvo del lado del colectivismo totalitario.

¿Quién, entonces, decide si Yisus está con la revolución, o contra ella? Si el de la Merced es coronel del Ejército y el de Esquipulas comandó a Liberación, ¿es posible saber con quién están el de Candelaria y el de la Recolección, para mencionar dos?  Si los exguerrilleros pueden reclamar a Jesús como revolucionario, ¿por qué es que el Ejército no puede reclamarlo como oficial? Descontado el absurdo en ambas situaciones, claro. En todo caso, el misticismo llevado a esos niveles pone la carne de gallina; y ¿te parece correcto que el dinero de todos los tributarios sea usado para cosas así?

¿Por qué no un estado laico y ahí la dejamos? Como debe ser.