24
Nov 23

Estrellas y sombras, Hollywood y la política inmoral hacia Hamás

 

Susan Sarandon, una actriz admirable…como actriz, fue despedida de su agencia, que es una de las más grandes de Hollywood, después de sus comentarios infames durante una manifestación pro Palestina. Sarandón generó indignación cuando afirmó que los judíos finalmente estaban probando lo que se siente ser musulmán en Estados Unidos, en alusión al antisemitismo. La actriz ha sido intensamente crítica con Israel durante toda la guerra contra Hamás, desencadenada luego de que el 7 de octubre pasado unos 3, 000 terroristas de aquel grupo irrumpieron en la frontera del sur de Israel, mataron al menos a 1,200 personas y tomaron unos 240 rehenes luego de cometer todo tipo de tropelías, incluidas violaciones y asesinatos de bebés.

Avenida de las Américas en la ciudad de Guatemala.

La actitud y lo dicho por Sarandon me recordó algo que dijo Friedrich A. Hayek cuando recibió el Premio Nobel de Economía: El Premio Nobel confiere a un individuo una autoridad que en economía ningún hombre debería poseer… la influencia del economista que más importa es la influencia sobre los profanos: políticos, periodistas, funcionarios públicos y el público general. No hay ninguna razón por la que un hombre que ha hecho una contribución distintiva a la ciencia económica deba ser omnicompetente en todos los problemas de la sociedad (como la prensa tiende a tratarlo hasta que al final él mismo puede ser persuadido a creer).

El querido Fritz añadió que incluso se llega a sentir que es un deber público pronunciarse sobre problemas a los que tal vez no se haya dedicado especial atención. No estoy seguro de que sea deseable fortalecer la influencia de unos pocos economistas individuales mediante un reconocimiento tan ceremonial y llamativo de logros, tal vez del pasado lejano. Por lo tanto, casi me inclino a sugerir que exigáis a vuestros galardonados un juramento de humildad, una especie de juramento hipocrático, de no exceder nunca en los pronunciamientos públicos los límites de su competencia.

Si los galardonados con premios Nobel deberían tomar un juramento de humildad, imagínate el que deberían hacer las celebridades.  Es fatal que esta gente sienta que es un deber público pronunciarse sobre problemas a los que tal vez no le han dedicado atención especial y es fatal que influyan en el público general.  Anthony Hopkins, que es un grande de la actuación explicó por qué cuando dijo que los actores (incluido él) no deberían pronunciarse sobre eventos de actualidad porque los actores son bastante estúpidos y Brad Pitt comentó que los actores no son las mejores personas para ofrecer opiniones sobre determinadas situaciones.  Basta recordar que Jane Fonda fue miembro del Partido Comunista y que Leonardo di Caprio juega en el equipo de Al Gore y Greta Thurnberg.

Por supuesto que no hay que generalizar porque ahí tienes a Ronald Reagan que leía The Freeman; y que fue uno de los más grandes líderes mundiales en el siglo XX a pesar de su conservadurismo en cuanto a la guerra perdida contra las drogas y su ignorancia en cuando al sida. Ahí tienes a Clint Eastwood que se ha expresado abiertamente contra la cultura woke. Rose McGowan y Gina Carano también se han distinguido en esa lucha.

Por supuesto que no se trata de que las estrellas no deban expresar sus opiniones con libertad. ¡Todos, todos, todos, debemos tener la libertad de expresar nuestras opiniones! Y nadie debería ser perseguido penalmente por pensar diferente y expresarse. Pero a la luz de lo que dijo Hayek, cuando se tiene una palestra del tamaño de un premio Nobel, o una del tamaño de las que se tienen en Hollywood esas opiniones deben ser lo más informadas posible y el ejercicio de aquella libertad debe estar acompañado de responsabilidad proporcional.

Lo que hacen Sarandon y otros personajes que justifican los crímenes de Hamás no es sólo una burla para las víctimas.  Lo que hacen es atizar el odio.  Ocultan el hecho de que el mal prospera cuando es apaciguado; y que si Israel no cuenta con el apoyo material, intelectual y moral para acabar de una vez por todas con la perversidad de Hamás y los problemas en Gaza, el próximo objetivo es occidente.

Columna publicada en República.


30
Oct 23

Hamas ataca a Israel y el conflicto impacta en Guatemala

 

Israel fue atacado el 7 de octubre del 2023. El ataque fue organizado y llevado a cabo por terroristas de Hamás que cruzaron la frontera desde Gaza. Llegaron a pie y en motos, en camiones, en automóviles  y en parapentes. ¿A qué llegaron a Israel? Llegaron para asesinar, mutilar y mutilar a cualquiera que se cruzara en sus caminos.

El ataque ocurrió durante el sabbat judío y también durante un día festivo sagrado, lo que significaba que las familias planeaban pasar tiempo juntas en sus casas o en las sinagogas, y que los amigos se reunían. Por los días de fiesta el ataque del 7 de octubre me recordó el ataque durante el Yom Kipur en 1973. La agresión de.hace unos días comenzó con una lluvia de misiles y, por su escala y grado de coordinación se puede decir que no tiene precedentes.

No me voy a aventurar a citar números pero han sido cientos de israelíes muertos y miles de heridos. Y docenas de personas tomadas como rehenes en Gaza, incluidas mujeres, ancianos y niños…bebés.

El conflicto se siente en Guatemala y, ¿cómo iba a ser de otra manera? El conflicto que superficialmente es entre Israel y Hamas, en realidad es entre occidente y la barbarie. Israel lucha contra enemigos que no sólo son suyos, sino de la civilización. Además entre Guatemala e Israel hay vínculos que van más allá de los nacionales y colectivos; hay vínculos familiares y amistosos a niveles individuales. La cancillería de Guatemala tiene el registro que 300 guatemaltecos residen en Israel. 

Es cierto que en Israel hay judíos ultraortodoxos y tribales, que son la clientela de Benjamín Netanyahu; pero, con todo y todo, Israel es occidente en el oriente medio.  ¿Y qué es occidente? Es principalmente el reconocimiento y respeto generalizado a los derechos individuales de todos por igual; y la racionalidad y el método científico.

En Guatemala, parte de la Avenida de la Reforma y parte de la Avenida de las Américas nos recuerda a los hombres, mujeres, niños, ancianos y bebés que fueron secuestrados durante el operativo terrorista del 7 de octubre; y ahí también hay presencia palestina…detrás de la cual se esconden Hamás y sus patrocinadores.

Pasar por ahí es muy conmovedor y si uno tiene sangre en las venas es estremecedor.

Por si no sabes qué es Hamás  el artículo 7 de su carta fundamental, dice que No vendrá el Día del Juicio hasta que los musulmanes combatan a los judíos, hasta que los judíos se escondan tras las montañas y los árboles, los cuales gritarán: ‘¡Oh, musulmán! Un judío se esconde detrás mío, ¡ven y mátalo!

Aquel es otro nivel de odio y no se puede ser indiferente…o por lo menos yo no puedo ser indiferente ante ese horror. Porque el odio no es sólo contra el pueblo judío, sino contra el individualismo, la razón, la libertad, el capitalismo, la tecnología, el estado de derecho y otros aspectos propios de la civilización y ajenos al tribalismo que prevalece en el oriente medio. No es posible permanecer neutral así.

Sobre todo porque el odio se está extendiendo y se manifiesta cada vez más.  ¿Has visto imágenes de las manifestaciones en ciudades europeas? ¿Leíste que en Dagestán hubo una cacería de judíos el 28 de octubre? 

Porque ya sabemos qué cariz puede tomar lo que está ocurriendo en el mundo, si conocemos lo que pasó entre 1933 y 1945, ¿quién puede permanecer al margen con la conciencia tranquila? 

Mis pensamientos están con las víctimas  de este conflicto -niños y adultos- en ambos lados del mismo; pero la guerra es entre el misticismo y la racionalidad, entre la barbarie y occidente, y entre el tribalismo y la civilización; y así…no es difícil comprender cuál lado debe prevalecer. 

Si te interesa el tema te invito a leer un texto de mi cuate John David Lewis; haz clic en este enlace


11
Sep 23

Del 9/11 al presente: Desafíos filosóficos para la libertad

 

El destructivo, criminal e irracional atentado del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center en la ciudad de Nueva York no debe ser olvidado por las víctimas, por occidente y por la libertad. 

Luisfi y las Torres Gemelas, ca. 1997.

Por supuesto que tampoco deben ser olvidadas las víctimas de los otros atentados exitosos y el fallido que ocurrieron en aquel día ominoso.

Si estabas muy joven, o si has olvidado detalles, te recomiendo que visites la mejor cobertura que he visto, de esta efeméride, que está en Internet Archive.

También te recomiendo:

No olvides meditar sobre el contexto que hace posibles actos como aquellos; es el mismo contexto que hace posibles otros atentados islamistas en todo el mundo, desde aquella fecha fatídica hasta ahora: la prevalencia de ideas filosóficas irracionales en la educación, en los medios de comunicación, en las redes sociales, en el arte, en la política y en la ética.  Ideas que les permiten a muchos y ciertamente les permiten a los lideres políticos e intelectuales de occidente evadir la naturaleza del totalitarismo islámico.

No olvidar es importante; pero también lo es identificar una filosofía  racional que nos permita asegurar los derechos a la vida, a la libertad, a la propiedad y a la búsqueda de la felicidad.

Si te interesa el tema te recomiendo Failing to Confront Islamic Totalitarism, por Onkar Ghate y Elan Journo.


10
Mar 23

No a la guerra cultural

 

El miércoles pasado guerreras del feminismo radical revolucionario tomaron la Sexta avenida y cometieron desmanes y actos vandálicos similares a los que han hecho en años anteriores; y parecidos a los que sus colegas hacen en otras latitudes.  Aquí hicieron pintas y prendieron fuego frente a una panadería y ensuciaron las paredes de una iglesia, por ejemplo.

Haz clic en la foto para ver el vídeo.

Casi al mismo tiempo, en el Congreso de la República, grupos de la derecha conservadora y religiosa hicieron sonar dos shofares en el Congreso para sacar los demonios de la agenda globalista y celebrar el primer aniversario de la declaratoria de Guatemala como capital próvida de Iberoamérica.

Así se pelea, en Guatemala, la absurda guerra cultural.

Un día los tirios enarbolan la poderosa vulva, disfrazada de la Virgen de la Medalla Milagrosa, y la pasean frente a la Catedral Metropolitana; y acto seguido los troyanos llenan la ciudad capital con imágenes de vírgenes y santos, sólo para que a los pocos días varias de ellas fueran vandalizadas.

Un día los orcos salen cual esperpentos, suspirando por el che Guevara, y otro día sus compas descabezan a José María Reyna Barrios; sólo para que al rato, los cazadores farisaicos prohíban que toque un grupo de rock llamado Marduk…porque los meapilas dicen que la banda es satánica.

Así se pelea la guerra cultural en Guatemala.

Haz clic en la foto para ver el vídeo.

Hace años, un amigo y maestro me recomendó no usar lenguaje militar cuando se habla de economía y entiendo que tampoco es apropiado usarlo cuando se discuten ideas y ponen a prueba ideas.  A pesar de eso, a veces he caído en el error de hablar de la batalla de las ideas, lenguaje que lleva a equívocos, al menos en un ambiente liberal clásico.  En otros ambientes, como los mencionados arriba, tiene sentido que los protagonistas piensen en términos de guerras porque estatistas unos y estatistas otros, ¿cómo van a ser inapropiados el uso de la coerción, el uso de la legislación y el uso del poder político para imponer sus valoraciones y sus perspectivas?

En un mundo consensual, la prevalencia de valores a nivel social se consigue mediante la persuasión, la negociación y el encanto; no mediante la legislación, el vandalismo, y la imposición.  No cabe el concepto de guerra en un mundo consensual.  El concepto de guerra cultural inflama y alborota pasiones, sólo para minar las condiciones apropiadas para el diálogo y el entendimiento.

Pinta en la Sexta avenida, de la zona 1.

En un contexto liberal clásico se reconoce y protege la diversidad de perspectivas y creencias y no se busca imponer visiones particulares del mundo a los demás; y entendida esa idea, no es difícil concluir que la idea de una guerra cultural va contra los principios fundamentales del liberalismo clásico ya que aquella implica una lucha por la supremacía de una ideología sobre las demás.

La guerra cultural es cosa de los cachurecos y los chairos para quienes Miguel de Unamuno parece haber dicho Venceréis, más no convenceréis.

Columna publicada en elPeriódico.


13
Feb 23

¿Lo que hace el mico, hace el mono?

En materia de destrucción de monumentos a modo de protesta, ¿es una excusa válida, o una forma de atenuante alegar que lo que hace el mico, hace el mono?

La pregunta es oportuna porque en el caso de la destrucción del monumento a José María Reyna Barrios, perpetrada en octubre de 2021, la defensa del principal acusado presentó un testimonio antropológico en el que se presentaron los casos de indígenas que derribaron el monumento a Cristóbal Colón, en Chiapas, México, en 1992, y el caso de la estatua de Saddam Hussein derribada en 2003 con ayuda de marines del ejército de los Estados Unidos de América.  Puedes ver la noticia en Prensa Libre del 9 de febrero de 2023, página 3 porque no encontré el enlace.

La foto la tomé de Facebook.

El caso es que la práctica violenta de destruir monumentos para reescribir el relato histórico al gusto de los destructores -o para borrar y cancelar personajes históricos- pasa de ser controversial a puro vandalismo.

La historiografía es ciencia y arte, tiene métodos y escuelas, combina hechos e interpretaciones que en una sociedad abierta sirven para comparar y contrastar e invitan a conversaciones que pueden ser intensas, o no.  El rol de los personajes históricos debería ser explorado, expuesto, debatido, platicado, pero en una sociedad abierta, la violencia debería estar excluida de aquellos procesos.  El papel de algún personaje puede ser nefasto; pero si tuvo un papel fundamental e importante en la historia de un país y si dejó su impronta, ¿es necesario destruir sus recuerdos?  ¿Hay una mejor opción que salir a las calles en mara, portando una camiseta del che Guevara y con acompañamiento internacional a buscar qué estatua decapitar?

Frente a la historia, estoy seguro de que es mejor usar los monumentos como objetos de paideia o formación.  Pueden ser instrumentos para crear oportunidades pedagógicas, para cuestionar narrativas, exponer nuevas perspectivas, ampliar el conocimiento y fomentar la cultura de diálogo.

Frente a la violencia de los orcos, estoy seguro de que es mejor la curiosidad intelectual de mentes activas dispuestas a sostener conversaciones pacíficas y civilizadas en busca de la verdad.  ¡Y allá aquellos que, en otros tipos de sociedades, prefieren actuar como simios!

Yo diría que la inconoclasia sólo se explica, aunque no necesariamente se justifica, durante los siempre peligrosos momentos de violencia que pueden ocurrir cuando se trata de derrocar tiranías colectivistas y totalitarias; en las que toda posibilidad de diálogo y solución pacífica ha sido eliminada.  Como cuando se derrumbaron el socialismo soviético, o el nacionalsocialismo, por ejemplo.  Ciertamente, no basta que un personaje evoque desigualdad para que los vándalos puedan proceder impunes a la destrucción y a la barbarie.


10
Oct 22

¡Aguas con los monumentos el miércoles 12!

 

El 12 de octubre del 2021, con acompañamiento internacional y con la infaltable iconografía comunista, dos pequeños grupos de orcos vandalizaron los monumentos de Cristobal Colon y de José María Reina Barrios, en la ciudad de Guatemala. ¿Qué plan tienen el Ministerio de Gobernación, el Ministerio de Cultura y la Municipalidad capitalina para evitar el vandalismo este año?

Vándalos que decapitaron la estatua de José María Reina Barrios en 2021. La foto la tomé de Facebook.

No me sorprendería que los cafres la agarren contra el monumento a Colón en la Avenida de las Américas, o contra cualquier otro monumento histórico en la ciudad y no se podrá decir que las autoridades no podían saber que eso ocurriría.

Los políticos y burócratas encargados de la seguridad ciudadana, así como del patrimonio cultural de los guatemaltecos y del ornato de la urbe deben responderle a los tributarios.  Los agentes del orden deben recibir todo el apoyo político, jurídico y presupuestario que se necesite para evitar los actos vandálicos como los citados y como el de la destrucción del monumento a Isabel la Católica, ocurrida en julio pasado.

Un amigo que sabe de esas cosas me contó que los agentes de la Policía Nacional Civil que trataron de defender el Congreso hace un par de años, para que un grupo de vándalos no lo quemara, todavía están presos, sin salario y suspendidos…mientras que los responsables del fuego están libres.  Si aquello es cierto, las autoridades no son autoridades y están de adorno.  ¿Quién responde a los tributarios?

Es muy peligroso que bandas de terroristas lleguen a la conclusión de que pueden cometer actos de violencia con impunidad.  Aquel tipo de actos nada tiene que ver con el derecho legítimo a manifestar; sino que tiene todo que ver con normalizar la violencia, el miedo y la anarquía.


12
Oct 21

Vandalismo contra Colón y Reina Barrios

 

Con acompañamiento internacional y con la infaltable iconografía comunista, dos pequeños grupos de cafres vandalizaron los monumentos de Cristobal Colon y de José María Reina Barrios, en la ciudad de Guatemala.

La estatua de Reinita fue decapitada y su monumento ecuestre fue gravemente dañado; el hermoso monumento de Colón se salvó porque, aparentemente, había un panal de abejas cerca y los orcos tuvieron que retirarse. ¿Dónde estaban las autoridades? ¡Quién sabe!  De cualquier manera, autoridades sin autoridad y emasculadas, ¿hubieran sido tan útiles en la Avenida de la Reforma y en la Avenida de las Américas como lo son en los bloqueos y en las invasiones?

¿Quiénes son los perpetradores? El mismo tipo de gente que pinta hoces y martillos en la Sexta avenida y apedrean negocios; el mismo tipo de gente que lleva banderas rojas a los bloqueos; los mismos que van con bates y palos de golf a las manifestaciones; el mismo tipo de gente que quema lo que puede; el mismo tipo de gente que ensucia; los mismos que tomaron la Plaza de la Constitución el 15 de septiembre pasado.  ¿Y por qué pueden hacerlo? Porque las autoridades pusilánimes no los sacaron de aquel espacio y permitieron sus desmanes; porque esas autoridades pusilánimes tienen la bandera nacional, en el Obelisco, hecha jirones; porque son tan pusilánimes que quitaron el retrato de Pedro de Alvarado de la Municipalidad capitalina y la sustituyeron por un cuadro anodino.

No hay que dejarse distraer con que la plebe destructora es un grupito de ignorantes que viven existencias miserables; su dirigencia nacional y extranjera sabe perfectamente lo que quiere: caos, violencia, feísmo, inseguridad, ingobernabilidad, terrorismo y en última instancia la revolución.  Así ha sido en Seattle, Washington, en Portland, Oregon, en México y en América del Sur.  El che y la iconografía colectivista y totalitaria no son casualidades.

En Erasing America, libro que aplica a otras culturas,  James Robins explica como es que la izquierda radical controla la educación y los medios masivos de comunicación.  Advierte que grupos de aquella persuasión degradan y demuelen la historia y el pasado, sus lideres, instituciones y sus símbolos para condenar el presente. La guerra contra la historia es más que un espectáculo académico.  Este movimiento tóxico le ha lavado el cerebro a una generación y rápidamente está disolviendo los lazos históricos, culturales y espirituales que hacen posible la cooperación social pacífica. Sobre ese libro, y las ideas que comparte, Bradley J. Birzer, profesor del Hillsdale College, nos recuerda que en casi todos los sentidos, los mitos y símbolos de los pueblos importan inmensa y fundamentalmente; y David Horowitz, autor de The Black Book of the American Left, explica que por eso es que hay una campaña para demonizar el pasado, y borrar y reescribir la historia.

Voy a atreverme a decir que actos de violencia irracional y cada vez más audaz van a irse multiplicando en la medida en que la dirigencia popular y revolucionaria se dé cuenta de que no encuentra oposición.  Ni oposición legal por parte de las autoridades, ni oposición moral por parte tuya…que estás leyendo estas líneas y no sabes qué hacer.

¿Viste el vídeo de los cafres pateando la cabeza de Reina Barrios? Me recordó las espantosas escenas de violencia que se han visto durante los motines carcelarios. Ese es el tipo de gente que participa en actos delincuenciales como los que ocurrieron hoy.  Por cierto, ¿van a quedar impunes esos delitos? Los organizadores, los perpetradores y sus protectores, ¿Van a enfrentar, o no las consecuencias jurídicas de sus decisiones y de sus acciones? A propósito, Acoguate está dirigida por comités basados en Alemania, Austria, Canadá, Francia, Suecia y Suiza; seguramente es buena idea que esas organizaciones paguen las reparaciones de los monumentos que dañaron los grupos que protegen.

Actualización: Felicitaciones a las autoridades que capturaron a un presunto participante en los actos delictivos de hoy contra el patrimonio cultural de los guatemaltecos.  Ahora está por verse si el Ministerio Público y el Organismo Judicial cumplen con sus partes para hacer que esa persona -si fue participante- cumpla con la pena que establece la ley.

Las fotos las tomé de Twitter.


24
Sep 21

La ingratitud de los malagradecidos

 

Las imágenes de personas cayendo de lo alto de las torres gemelas en Nueva York, aquel fatídico 11/9/01, siempre me conmueven.  Las he visto docenas de veces y siempre me entristecen.  Para mí, son las que más representan la gran tragedia humana que fue aquel acto terrorista.

Según mi cuate, Arthur, más de 200 personas quedaron atrapadas y ante la posibilidad de morir quemadas optaron por saltar.  Esas personas fueron visibles para todos, en comparación a las aproximadamente 3,000 personas que murieron invisiblemente con el colapso de las torres; pero la prensa ha tratado de ocultarnos esas fotos, y ese es el motivo por el que no ves muchas de esas ellas, y por la cual hay cubiertas sobre las que existen.

Meditaba sobre aquello cuando noté que el 11 de septiembre pasado, ninguno de los que el Departamento de Estado considera como sus aliados clave puso algo en redes sociales virtuales en memoria de las víctimas del 11S.  Nada en las redes de Thelma Aldana, Gloria Porras, ni Juan Francisco Sandoval.  Huéspedes, los tres, del gobierno y del pueblo de los Estados Unidos de América.  Nada en las redes de Rigoberta Menchú y así puede seguir la lista.  En cambio, por mencionar dos, sí vi notas en las redes de la Cámara de Industria y en las del Movimiento Cívico Nacional.

¿Cuántas vacunas contra el Covid-19 nos han donado el gobierno y el pueblo de los EE. UU. en este año a los guatemaltecos? ¿Unas 3.5 millones de dosis? ¿Cuántos prófugos chapines viven en aquel país cómodamente y sin temor de enfrentar sus responsabilidades?  ¿Cuántas ONG y miembros de la sociedad civil guatemalteca consentidos por La embajada no dijeron ni pío el pasado 11 de septiembre?  ¡Malagradecidos!

La gratitud es una emoción enriquecedora y saludable porque reconoce, valora y provee la respuesta justa frente a quienes son buenos y generosos con nosotros.  Es derivada de la virtud de la honestidad ya que esta consiste en rehusarse a falsear la realidad y a fingir que las cosas son diferentes de lo que son. Y quien no es agradecido con quien lo acoge, lo protege y lo financia es un ingrato.

Columna publicada en elPeriódico.


24
Ago 21

“Patria”, miniserie y novela para no perderse

 

Patria retrata el dolor de dos familias -y de una sociedad- desgarradas por el nacionalismo colectivista, el terrorismo y el socialismo en el marco de las acciones de ETA en la Euzcadi profunda entre 1975 y 2011.

Patria es una cautivadora y conmovedora novela de Fernando Aramburu hecha miniserie, de forma casi impecable, y que puedes ver en HBO.  Al principio es algo lenta; pero luego te atrapa a un buen ritmo, para no soltarte.  En 2019 la escuché en Audibley moría de ganas por ver la miniserie, de 8 capítulos.

Es una historia acerca del valor del perdón, llena de observaciones agudas sobre la importancia de los sistemas de creencias y los patrones de crianza. Las protagonistas Bittori y Miren son fascinantes; y no lo son menos El Txato y Joxian sus maridos. El rol de Arantxa me encantó, como también me encantaron los contrastes entre los jóvenes en las dos familias involucradas.  Patria pone sobre la mesa cuestiones sobre la familia, la amistad, la lealtad y el valor de la vida….y pone sobre la mesa el horror de la violencia fratricida…y los lados más tenebrosos de la identidad y la lengua.

La relación entre Miren e Ignacio de Loyola es iluminadora, como lo es el rol del cura del pueblo en cuanto al involucramiento de los jóvenes en ETA y el terrorismo. ¿Habrá sido así, o diferente el papel de algunos curas aquí en Guatemala?


21
Ago 21

Por las mujeres, jóvenes y niños de Afganistán

 

¿Sabes cuándo vi por primera vez la foto de gente desesperada durante la evacuación de Saigón, huyendo por el tejado hacia un helicóptero?  Seguramente en abril de 1975 cuando llegaron los periódicos a la casa de mis padres.  Yo estaba en la cocina esperando el desayuno y me impactaron mucho las escenas.  La guerra había terminado; pero muchísima gente sólo quería huir del Viet Cong.

https://in.news.yahoo.com/why-afghanistans-fall-compared-vietnam-081944590.html

No me extraña que, durante la cesión de Afganistán a los talibanes por parte del ejército y el gobierno de los Estados Unidos de América, igual de impactante fuera el abandono de la embajada estadounidense en Kabul y que igual de escalofriantes fueran las escenas de personas tratando de abordar los aviones para escapar de los talibanes.

Mucha gente hay, en Afganistán que vivió los horrores del régimen talibán en los años 90 y no hay motivo alguno para pensar que su emirato islámico va a ser muy diferente en este siglo.

En medio de aquella tragedia humana quiero apuntar algunas reflexiones:

¿Puede un país invadir otro para arreglarlo? Verás: el derecho a la soberanía de un país se deriva de los derechos individuales de sus habitantes; y ese país tiene derecho a exigir que se respete aquella soberanía si la Constitución de ese país limita el poder de quienes controlan el gobierno y protege los derechos individuales de las personas.  Las dictaduras, las tribus de salvajes y las tiranías totalitarias y colectivistas no pueden reclamar aquel respeto porque un país que viola los derechos individuales de sus habitantes no puede reclamar derecho alguno.  El derecho a la autodeterminación de las naciones se aplica sólo a las sociedades libres, o a aquellas que buscan establecer la libertad. Estas ideas están muy bien desarrolladas en el capítulo Los derechos colectivizados, por Ayn Rand, que hallas en La virtud del egoísmo, de la misma autora.

Dicho lo anterior, es un error -cometido demasiadas veces en la historia reciente de la humanidad- tratar de construir naciones al estilo occidental y republicano donde no hay ni instituciones, ni cultura occidentales y republicanas, ni valoraciones occidentales y republicanas.  Es un error construir naciones, en general, porque, en lenguaje hayekiano, las sociedades no son órdenes creados o taxis, sino ordenes espontáneos o cosmos; y porque no puede haber estados, ni naciones, sin sociedades. ¿Se puede intentar el diseño y construcción de una sociedad? Claro que sí; pero el costo se paga en vidas humanas, en pérdida de la libertad y en niveles de hostilidad que (en el mediano plazo) hacen esos experimentos inviables.  En Derecho legislación y libertad, Friedrich A. Hayek, explica muy bien la diferencia entre cosmos y taxis.

Dicho de otra forma: no puedes invadir la casa de tu vecino para decirles cómo es que él y su familia deben vivir sus vidas; pero si alguien ejerce violencia en la casa, si sus habitantes son víctimas de abusos y de la fuerza bruta, puedes intervenir para detener la violencia; más no para instalarte en la casa, ni para regular sus vidas, ni para imponerles cómo deben vivirlas, ni qué valores deben perseguir.

En aquel contexto y aunque los gobiernos pueden hacerlo, porque los gobiernos tienen el poder para sacrificar vidas y haciendas ajenas, no deben meterse a una guerra si el propósito de la misma no es derrotar totalmente al enemigo y acabar con su voluntad de pelear.  Un conflicto armado peleado sobre principios ambiguos, mediante maniobras defensivas, de forma indecisa y sin convicción no puede llevar a la paz duradera.  En Nothing Less than Victory, John D. Lewis explica bien cómo es que los comandantes militares victoriosos han logrado períodos de paz duradera al identificar el núcleo del apoyo ideológico, político y social de los enemigos,  atacar ferozmente aquellos núcleos y exigir que los enemigos reconozcan su derrota.

Pero aquello sólo es posible si se tiene tiene la certeza moral necesaria para defenderse. Es imposible para un país que carece del orgullo y de la autoestima necesarias.  Es imposible sin confianza en sí mismo.  El totalitarismo islámico está invicto, advierten Onkar Ghate y Elan Journo en Failing to Confront Islamic Totalitarianism: From George W. Bush to Barack Obama and Beyond. Después del 11 de septiembr las ideas predominantes sobre la moralidad hasn socavado la política exterior de los EE. UU. y los paralizarían en la acción.  El problema fundamental, dicen los autores, radica en las ideas filosóficas irracionales que impregnan —y subvierten— la política exterior estadounidense. Estados Unidos es una superpotencia militar, pero carece de la confianza en sí mismo y la certeza moral necesarias para defenderse a sí mismo y a sus ideales. Y sus líderes políticos e intelectuales evaden la naturaleza del totalitarismo islámico.  En esta semana, por ejemplo, ha habido líderes políticos y estadounidenses que creen que el talibán de 2021 es una organización moderada y desdentada. Nickki Haley, que entiende el problema mucho mejor que otros, les ha advertido que negociar con el talibán es tratar con el diablo.

Por cierto que Elan Journo acaba de publicar un artículo que puede ayudar a esclarecer las cosas.  El mismo se titula Why U.S. Failed in Afghanistan. No, It’s Not What You Think.

En resumen, por las mujeres, los jóvenes y los niños en Afganistán, coincido con que un país tiene derecho a defenderse de grupos terroristas, tiene derecho a intervenir en otro país para defender a sus habitantes frente a la tiranía, pero no puede quedarse ahí y meterse a construir instituciones, ni a practicar ingeniería social.