14
Nov 19

“Arbenz, una biografía”; por Carlos Sabino

Jacobo Arbenz fue atrapado en una marea ideológica y política que nunca llegó a controlar; y fue usado por los comunistas cuando les servía, lo desecharon y humillaron cuando les convenía y ahora que lo necesitan lo ensalzan y lo usan. Minutos más, minutos menos esa fue una de las conclusiones expuestas por el historiador, Carlos Sabino, cuando presentó su libro más reciente: Árbenz, una biografía.  Tuve a honra comentar el libro, junto al historiador Johann Melchor, la noche de aquella presentación.

El libro está a la venta en las principales librerías y si haces clic en la foto te lleva a UFM Ediciones por si quieres comprarlo en línea.

La biografía me conmovió porque Carlos no sólo presenta datos, sino que sabe relatar historias y comparte perspectivas que nos permiten conocer mejor a aquel hombre reservado que levanta pasiones por aquí.  Poco antes de aquella presentación, leí que alguien escribió en Facebook: Yo no creo nada, ¡Que viva Árbenz! y pensé que ojalá que pudiéramos superar ese tipo de actitudes no sólo con respecto del coronel; sino con respecto de otros personajes de la historia chapina.

Sentados Johann Melchor y Carlos Sabino; Luis Figueroa en el podio, durante la presentación de “Árbenz, una Biografía”, por Carlos Sabino. La foto es por Raúl Contreras.

Árbenz, una biografía es valioso porque el conocimiento de la historia le da sentido al presente y ayuda a entender qué somos y qué está pasando. Si bien la historia no se repite, ni se pueden hacer leyes generales a partir de ella, ni tiene un sentido trascendente –como cree la gente en la calle– su conocimiento sí puede ayudarnos a no repetir errores.

Más íntimamente, su lectura me llevó a mi infancia, al momento en el que mi tía abuela, La Mamita, me contó cómo es que Árbenz había sido expuesto en paños menores en el aeropuerto; al momento en que mi padre nos contó a mi hermano, y a mí, cómo es que F.J. Arana fue asesinado en el puente La Gloria, mientras que Árbenz observaba; y al momento en el que, en al auto de mi abuela, Frances, sonaba la canción que dice: María Cristina me quiere gobernar y mi abuela me contó que esa canción se la cantaban a Árbenz.

Invitación a la presentación que fue el 6 de noviembre pasado.

Carlos Sabino explicó que no escribió un libro contra Árbenz; y es cierto; pero su pluma talentosa nos acerca bastante a aquel hombre atormentado, cosa que es más arriesgada que vitorear, o no, el naipe que los comunistas quitan y ponen sobre la mesa a su antojo.

Columna publicada en elPeriódico.


04
Nov 19

Carlos Sabino presentará biografía de Árbenz

Carlos Sabino, escritor, historiador y sociólogo, publicó su biografía de Jacobo Arbenz Guzmán, titulada Árbenz, una biografía, El libro será presentado el miércoles 6 de noviembre de 2019 a las 7:00 p.m. en la Asociación Gremial de Exportadores de Productos No Tradicionales en la 15 avenida, 14-72, zona 13. ¿Sábes quién tendrá a honra comentar el libro durante aquel acto? ¡Tu servidor!, junto al historiador Johann Melchor.

La cita es el miercoles 6 a las 7:00 p.m. en la Agexport.

Estoy leyendo el libro y me ocurre con otras obras de Carlos: ¡Como me cuesta dejar de leer y ocuparme de otras cosas!  Mario Vargas Llosa, tiene razón cuando dice que Carlos Sabino nos ofrece una magistral biografía de este hombre, una “figura trágica de la historia latinoamericana”.

No te cuento más por aquello de no destripar el libro; pero si te gustan la historia y las biografías, como a mí, y si te fascinas por la historia de Guatemala, esta nueva obra de Carlos Sabino no te va a decepcionar. El libro no sólo responde a preguntas como ¿Quién fue Jacobo Ärbenz? ¿Cómo fue como persona? y ¿Cómo fue su vida?; sino que es imprescindible para entender la historia pasada y actual de Guatemala y de América Latina.

Carlos Sabino es sociólogo y doctor en Ciencias Sociales y se ha dedicado a la docencia universitaria en varios países de América Latina y a la investigación histórica.  Es coordinador académico de la maestría en Historia, de la Universidad Francisco Marroquín.  Ha escrito numerosos libros entre los que se cuentan: Guatemala, la historia silenciada (1944-1989); El amanecer de la libertad, la Independencia de América Latina; Tiempos de Ubico en Guatemala y el mundo; Guatemala, la Historia que vivimos; y La Historia y su método, guía para estudiantes y estudiosos de la Historia.

Johann Melchor, por cierto, es coordinador de la maestría en Arte Sacro en la UFM e historiador del arte.

¿Nos vemos el miércoles?


02
May 16

Hoces y martillos en la Sexta avenida

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Cuando veo hoces y martillos pintados en la Sexta avenida, luego de la manifestación del 1 de mayo de cada año una pregunta viene a mi mente: ¿Por qué la gente no reacciona contra estos símbolos de muerte, odio y miseria de la misma forma en que reaccionaría si fueran esvásticas? Digo porque la ideología totalitaria y colectivista que representa aquel símbolo ominoso costó casi 62 millones de vidas en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, poco más de 35 millones en la China comunista, poco más de 2 millones en Camboya…y no sabemos cuántos en Corea del Norte, o Cuba, para citar dos.  Esas cifras, ¿por qué no son suficientes para que a la gente le den escalofríos (por lo menos) cuando ve paredes pintadas con hoces y martillos?

Parte de la respuesta, supongo, está en que culturalmente somos tolerantes al socialismo real.  Por ejemplo, hay docenas y docenas de películas que exponen los horrores del nacional-socialismo (que costó unos 20 millones de vidas humanas). Haz la cuenta, ¿cuántas películas y documentales y reportajes has visto sobre los horrores de los nazis; y cuántas has visto de los horrores de los comunistas? De hecho, en muchos ambientes donde nadie duda en escupir al suelo cuando dice la palabra nazismo; al comunismo se le considera sólo una idea respetable más, como cualquiera otra, con sus vicios y sus virtudes, pero nada más.

Las pintas en la Sexta avenida incluyen, aparte de las hoces y martillos, consignas que recuerdan a Jacobo Arbenz (el soldado del pueblo que usaba corbatas Countess Mara); imágenes de fusiles AK-47 (¿Qué puede ser un mejor símbolo de violencia y muerte que un fusil?) y mensajes de odio.

Tal vez es tiempo de rescatar el 1 de mayo y conmemorar el Día de las víctimas del comunismoMi generación vio las miserias de Europa oriental, la URSS y China; y esta generación parece haberle aplicado un punto ciego a las evidencias en Venezuela, Corea del Norte y Cuba.  En Guatemala una operación para infiltrar el chavismo en la educación y en la vida académica es vista con ligereza, como con ligereza se ven las pintas en la Sexta avenida. Es un error permanecer neutral ante la actividad chavista y ante las hoces y martillos porque lo que promueven es la miseria, la violencia y la dictadura. Traen el discurso de odio y el divisionismo y cuestan millones de vidas humanas.  ¿Los destruccionistas? ¡Presentes!


20
Oct 14

Para saber más de la Revolución del 44

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Hoy que se celebra la Revolución de 1944 es buen momento para:

Empezar a leer Un sueño de primavera, por Ramiro Ordóñez Jonama; y

Ver su conferencia sobre la Revolución.

En octubre de 1944 los guatemaltecos le dieron jaque mate al ancien regime y a ese movimiento -y a sus consecuencias- se le llama Revolución de 1944.  Rápidamente la misma fue secuestrada por la socialdemocracia y por las ansias de poder del socialismo real.

Si quieres enterarte más allá de las historias que te cuenta el establishment , seguramente disfrutarás de aquella lectura y de aquella conferencia.  En estos días, de la Revolución se cuenta mucho; pero no se cuenta todo.  Por ejemplo: ¿Quién te ha contado de las torturas y de los asesinatos? ¿Quién te cuenta que los experimentos gringos con enfermedades venéreas ocurrieron en Guatemala, en tiempos de Arévalo? ¿Quién te cuenta que la Revolución prohibía que las barberías abrieran en domingo y le puso impuestos a las radios? ¿Quién te cuenta que hacía uso de maras llamadas chiquilines para disolver manifestaciones e intimidar a la oposición? ¿Quien menciona que Arbenz mandó a dinamitar el Templo de Minerva? ¿Quién te explica los minutos de silencio de Manuel Cobos Batres?  ¿Quién recuerda que había manifestaciones de zapateros, de taxistas y otras?  La Revolución no fue la primavera ofrecida porque fue secuestrada.

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24
Sep 13

La otra perspectiva de Arbenz

Ahora que hay cierto empeño en reinventar a Jacobo Arbenz Guzmán, vale la pena explorar otra perspectiva de este personaje; una que complete el retrato que algunos columnistas y organizaciones les ofrecen a las nuevas generaciones.  Esto es lo que escribí hace algún tiempo al respecto:

El soldado del pueblo era algodonero, estaba casado con una rica heredera salvadoreña, vivía en un chalet en la Reforma y usaba corbatas Countess Mara (US$ 95 c/u a precios de 2011). Pero esto no lo leyó usted en los panegíricos, ¿o sí?

Leo que la Liberación, que triunfó en junio de 1954, acabó con la primavera democrática de Guatemala.  Pero veamos qué clase de invierno era aquel otoño.

El primer gobierno de la Revolución le tendió una trampa a Francisco Javier Arana, candidato de oposición. Arana fue asesinado en una emboscada y eso allanó el triunfo electoral de Arbenz.  Y algunos andan diciendo que este último había triunfado en elecciones democráticas y limpias. Haz cuentas.

Cuando el régimen revolucionario no estuvo de acuerdo con una importante decisión de la Corte Suprema de Justicia, en cuanto a la inconstitucionalidad de su reforma agraria, ¿qué hizo? ¿Se sometió al Estado de Derecho? No. Destituyó a la Corte.

Durante el segundo gobierno de la Revolución Jaime Rosemberg y Rogelio Cruz Wer, jefes de la Policía de la época, eran temidos porque aterrorizaban a la población por medio de capturas ilegales y torturas.  Que no te extrañe.  Las capturas ilegales y las torturas son características distintivas de las revoluciones como las que querían (y añoran) los fans de la Revolución.  Fue el mismísimo Juan José Arévalo en Carta política al pueblo de Guatemala con motivo de haber aceptado la candidatura y otros escritos, quien dijo que, en el gobierno de Arbenz, la policía fue obligada a practicar torturas repugnantes y a cometer crímenes contra la vida de los adversarios políticos.  En ese mismo documento, Arévalo habla de millones de dólares depositados en bancos de Suiza a nombre de personas particulares, habla de pérdida de contacto con el pueblo, y habla de amigos palaciegos que no ejercían función alguna en la administración, todo ello durante la adminstración de Jacobo Arbenz.

En uno de sus desmanes, la Revolución mandó a dinamitar el Templo de Minerva que adornaba el barrio de Jocotenango. Sólo porque sí.

Si te interesa este tema, te recomiendo:

Todo esto no lo oyes en los discursos oficiales, ni lo lees en los libros de historia oficiales, ¿o sí?

Y si te interesa profundizar más, no dejes de leer Un sueño de primavera.


09
Sep 13

Las hidroeléctricas y “La revolución”

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En tiempos de La revolución…sí…de la llamada Primavera de Guatemala, cuándo el gobierno de Jacobo Arbenz quería llevar a los guatemaltecos por caminos de dignidad y progreso, ¿en qué se ocupaba? Entre otras cosas de construir una hidroeléctrica para el servicio del pueblo y el adelanto de Guatemala.

De eso nos enteramos cuando vemos Adelante!, periódico mural editado por la Secretaría de Propaganda y Divulgación de la Presidencia, en una edición de marzo de 1954. El ejemplar se halla en la Hemeroteca Nacional como parte de una exhibición.

Lo que llama la atención es que los revolucionarios parecían entender que la energía eléctrica era buena para la gente; y sus funcionarios, con el lema de Más luz para que progrese nuestro pueblo, pedían el apoyo de la gente para la hidroeléctrica Marinalá fuera realidad pronto.

En cambio, ¿qué hacen los revolucionarios del siglo XXI?  Se oponen a las hidroeléctricas.  ¿Puedes creerlo?  ¿Te da curiosidad de por qué?


19
Ene 12

“Aquel verano del 54”, por Mario Castejón

Durante las vacaciones leí la novela Aquel verano del 54, por el médico, escritor y cuate Mario Castejón.  En la mejor tradición de la buena novela histórica, esta obra lo agarra a uno y lo sumerge en los acontencimientos que culminaron el derrocamiento de Jacobo Arbenz Guzmán y en el triunfo de La Liberación.  No es una novela condecendiente; pero es de fácil lectura.  La Historia te atrapa, y la historia también.  Es un buen relato, con personajes creíbles en medio de situaciones apremiantes, y heróicas.  La obra le llevó, al doctor Castejón, cinco años de investigaciónes, muchas de ellas in situ.

Si te interesa la Historia; y quieres atisbar por una ventana algo del pasado -del cual venimos-, te recomiendo Aquel verano del 54. Si te gustan los thrillers, esta no te va a decepcionar.

En el título del libro, en el primer párrafo, está el enlace para comprarlo en Sophos, donde está puedes ir a comprarlo, o adquirirlo en línea.


20
Oct 11

La otra perspectiva de Arbenz y La Revolución

Hoy, que de forma ilegítima la administración de Los Colom/Espada le está rindiendo homenaje a la memoria de Jacobo Arbenz Guzmán, vale la pena explorar otra perspectiva de este personaje.  Esto es lo que escribí hace algún tiempo al respecto:

Uno de mis sobrinos pequeños, por decir el lobo que aulla, dice “el lobo cabulla”.  Anda por ahí con eso de el looooobo cabuuuuuulla y aunque uno le dé razones, la cosa no pasa de ahí. Esa actitud de no me confundan con hechos, porque ya tengo mis propias ideas, es tierna en un infante; pero no le luce a todos.

Se parece a la actitud de los apologistas de Jacobo Árbenz  y de la Revolución guatemalteca. El soldado del pueblo era algodonero, estaba casado con una rica heredera salvadoreña, vivía en un chalet en la Reforma y usaba corbatas Countess Mara (US$ 95 c/u actualmente). Pero esto no lo leyó usted en los panegíricos, ¿o sí?

Leo que la Liberación, que triunfó en junio de 1954, acabó con la primavera democrática de Guatemala.  Pero veamos qué clase de invierno era aquel otoño.

El primer gobierno de la Revolución le tendió una trampa a Francisco Javier Arana, candidato de oposición. Arana fue asesinado en una emboscada y eso allanó el triunfo electoral de Arbenz.  Eso es como si Portillo hubiera mandado a matar a Berger; y, como consecuencia, Colom hubiera ganado la elección. Y que encima, algunos anduvieran diciendo que este último había triunfado en elecciones democráticas y limpias. Haga cuentas.

Cuando el régimen revolucionario no estuvo de acuerdo con una importante decisión de la Corte Suprema de Justicia, en cuanto a la inconstitucionalidad de su reforma agraria, ¿qué hizo? ¿Se sometió al Estado de Derecho? No. Destituyó a la Corte.

Durante el segundo gobierno de la Revolución Jaime Rosemberg y Rogelio Cruz Wer, jefes de la Policía de la época, eran temidos porque aterrorizaban a la población por medio de capturas ilegales y torturas.  Que no le extrañe.  Las capturas ilegales y las torturas son características distintivas de las revoluciones como las que querían (y añoran) los fans de la Revolución.  Fue el mismísimo Juan José Arévalo en Carta política al pueblo de Guatemala con motivo de haber aceptado la candidatura y otros escritos, quien dijo que, en el gobierno de Arbenz, la policía fue obligada a practicar torturas repugnantes y a cometer crímenes contra la vida de los adversarios políticos.  En ese mismo documento, Arévalo habla de millones de dólares depositados en bancos de Suiza a nombre de personas particulares, habla de pérdida de contacto con el pueblo, y habla de amigos palaciegos que no ejercían función alguna en la administración, todo ello durante la adminstración de Jacobo Arbenz.

En uno de sus desmanes, la Revolución mandó a dinamitar el Templo de Minerva que adornaba el barrio de Jocotenango. Sólo porque sí.

Digamos que la Revolución hubiera prevalecido. ¿Qué hubiera ocurrido con los chapines? Pues hubiera pasado lo que les pasó a los europeos orientales, a los camboyanos, a los mozambiqueños y a los nicaragüenses, entre otros: que hace diez años, o ahora mismo, tendríamos que estarnos sacudiendo a los dictadores revolucionarios por asesinos, corruptos e ineptos.

Vaya un día de estos a la Hemeroteca Nacional y busque las proclamas que los revolucionarios de los 70 y 80 hacían publicar cuando secuestraban a alguien. Vea con sus propios ojos que lo que querían era instaurar la dictadura del proletariado. Lea, después, acerca de lo doloroso que fue, para muchos pueblos, sacar del poder a dictadores (Ceaucescu, Mengistu, Pol Pot y otros) como el que nos querían imponer los revolucionarios chapines.

Leí que la dimisión de Arbenz, le dio paso a 36 años cruentos.  Pero eso no tiene sentido. En primer lugar, porque la guerra de casi cuatro décadas la libraron los revolucionarios para reimponer su dictadura (lea los documentos de la guerrilla) y porque ya vimos que la primavera democrática nunca existió.

En segundo, porque la contrainsurgencia fue una reacción frente al terrorismo y al intento de imponer un régimen totalitario (no me crea a mí, lea los documentos de la guerrilla).

En tercero, porque los revolucionarios no se van así nomás; sino que tras de sí, dejan pilas de cadáveres.  Más de 35 millones en China, casi 62 millones en la URSS, más de 725 mil en Etiopía, unos 73 mil en Cuba, unos 5 mil en Nicaragua, y un total de ¡169 millones de muertos en el mundo!, entre 1917 y 1987.

Si te interesa este tema, te recomiendo:

Todo esto no lo oyes en los discursos oficiales, ni lo lees en los libros de historia oficiales, ¿o sí?


09
Jun 11

Arbenz Vilanova probará suerte…otra vez

Eramos muchos, y parió la abuela, dijo Cándido cuando leyó que Juan Jacobo Antonio Arbenz Vilanova buscará una candidatura presidencial en Guatemala.  Cándido remojó su tortilla en sus frijoles con crema y leyó que el hijo de Jacobo Arbenz Guzmán, expresidente de la República, dice que tiene varias propuestas y que vino a Guatemala para postularse en un partido con ideología de Centro-Izquierda.

Arbenz Vilanova ya fue candidato presidencial, nada menos que de la difunta Democracia Cristiana Guatemalteca, y en las elecciones de 2003 obtuvo 1.6% de los votos.


23
May 11

Arbenz y Ubico, hijos y entenados

La administración socialdemócrata de Los Colom/Torres, en representación del Estado de Guatemala  y la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos  firmaron el pasado jueves el Acuerdo de absolución amistosa que obliga a los tributarios guatemaltecos a compensar a la familia del expresidente Jacobo Árbenz por la confiscación de bienes, en especial de la finca El Cajón, en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla, en 1954.

Lo que se me ocurrió al leer esta historia es que, si los tributarios tienen que resarcir a la familia del terrateniente Soldado del pueblo; ¿tendrían, también, que resarcir a los herederos de Jorge Ubico y de su esposa Marta Lainiesta de Ubico que, aunque no tuvieron hijos, sí tenían herederos?  A los Ubico también les fueron confiscadas propiedades que no habían sido adquiridas cuando el General era Presidente, sino que habían sido propiedad de su familia desde hacía mucho tiempo.

Si los herederos de Ubico plantearan algún tipo de demanda ante la CIDH, ¿recibirían el apoyo de la Administración? ¿Se trata de hacer justicia, o de venganza?