ejército
19
Feb 10
Samuel Pérez y el criterio de la máquina
18
Feb 10
Sorpresa en "El fuerte de San José"
En lo que queda del antiguo Fuerte de San José se halla el Museo del Ejército. Una colección, de por sí interesante, de objetos militares e históricos de Guatemala, con una arquitectura característica que incluye bartolinas muy fotogénicas. Voy ahí siempre que tengo la oportunidad de mostrarles la ciudad a visitantes del extranjero porque, siendo que se encuentra sobre el cerro en el que está el Teatro Nacional, el parque es muy agradable y la vista hacia el norte y hacia los volcanes es magnífica.
02
Oct 09
Les está saliendo "a pedir de boca"
Avaro San Nicolás Colom está satisfecho por la elección de magistrados para la Corte Suprema de Justicia; y cómo no, si todo les salió, a Evita y a él, a pedir de boca. Los electores y los tributarios, sin embargo, están inconformes y se sintieron burlados.
11
Sep 09
A la compra del Ejército
Por lo menos en un par de ocasiones, Alvaro San Nicolás Colom ha expresado alguna voluntad de apoyar y reforzar al Ejército de Guatemala.
09
Sep 09
Un mensajote para Los Colom
Hoy, Los Colom recibieron un mensajote: La Fiscalía especial de la Comisión Internaciona lcontra la Impunidad en Guatemala, recibió la documentación secuestrada en el Ministerio de la Defensa Nacional, misma que servirá como evidencia en el juicio que afrontaría el expresidente Alfonso Portillo. Los documentos supuestamente amparan compras realizadas bajo la protección del secreto militar; pero, según las pesquisas, sirvieron para encubrir el saqueo de Q906 millones.
02
Oct 08
Arzú se pela…pero, ¿es idiota?
Si alguien me dice que El dios del palacio de la loba, Alvaro Arzú, es un arrogante, abusador, tunante, patán, engreído, gérmen de dictador, berrinchudo, ignorante, majadero, demagogo, y por lo menos una docena de epítetos más, seguramente estaré de acuerdo. Pero, de verdad, no creo que sea idiota.
Ayer, el Munícipe se peló y llamó idiotas a los periodistas, y escupió al cielo al manifestarse contra la libertad de expresión. Llamó la atención sobre el papel de procónsules que juegan algunos embajadores y sobre el techo de vidrio que tienen los hombres de la sotana. Mi opinión es que el Jefe del Ayuntamiento no tomó su dósis correcta de litio; pero no es idiota.
El debe saber bien lo de los embajadores porque su administración bailó al son que tocaron los gringos y los europeos para que se hicieran realidad los pactos de apaciguamiento con la URNG. Debe conocer bien a la industria del misal porque, en el affaire Gerardi, la iglesia católica jugó un papel de miedo.
El Alcalde capitalino y ex Presidente de la República tiene razón en algo más: “Ni la SAAS ni la SAE van a poder combatir al crímen organizado, sólo la inteligencia militar”. No lo dudo porque el Ejército fue quien nos evitó crecer en una dictadura como las que les gusta a los marxistas-leninistas que, durante más de 35 años intentaron asaltar el poder mediante secuestros, asesinatos y otros actos de terrorismo. No lo dudo porque, durante la administración presidencial de Arzú, por esa vía fue que los secuestros express, o otras prácticas delincuenciales, fueron reducidas o eliminadas.
En la izquierda, muchos palidecen ante aquella perspectiva porque aún no han cumplido con la consigna de humillar y destruir a la Institución Armada; y no falta quienes clamen contra una supuesta militarización. Sin embargo, y descontando las manías dictatoriales del iracundo Arzú, estimo que vivimos tiempos demasiado peligrosos como para darle la espalda a la realidad: la delincuencia -organizada, o no- ha tomado el control del país. Como en los años 80 y como durante la administración Arzú, seguramente es el momento de tomar decisiones.
¡Por supusto que lo que digo no es un llamado a la militarización! Primero porque en este espacio siempre se hace un llamado al respeto del estado de derecho; y porque no se trata de cambiar a la delincuencia, por la dictadura. Sin embargo, el orden constitucional estipula que “el Éjército de Guatemala es una institución destinada a mantener la..paz y la seguridad interior y exterior”, y añade que es “obediente y no deliberante”. Por lo que no debe extrañarnos que esté llamado a cumplir con tareas para las cueles está facultado y para las cuales está entrenado y equipado.
Eso sí, en estricto apego a la norma constitucional que manda que ninguna fuerza armada puede arrogarse el ejercicio del poder público y con apego a la que manda que los funcionarios son depositarios de la autoridad, responsables legalmente por su conducta oficial, sujetos a la ley y jamás superiores a ella.
Honradamente creo que, bajo estas condiciones mínimas (a los que están sujetos todos los que ejercen el poder público) el Ejército sí tiene un papel en estas circunstancias. Y creo que si no se le aprovecha, por razones ideológicas, esa va a ser una decisión política que vamos a lamentar.
Lo que yo no haría es darle el Ejército a Arzú, como lo sugirió él. Esto es porque los capitalinos ya conocemos cómo actúa la guardia pretoriana de la comuna, y no se trata de eso.
Arzú no es idiota, aunque aveces haga méritos para parecerlo. Yo digo que, en esta ocasión, hay que hacer caso omiso de su personalidad nefasta y es conveniente ponerle atención.
18
Ago 08
Guatemala sólo pone muertos
Hoy nos enteramos de que el Ejército guatemalteco no reportó al menos Q40 millones, de los Q120 millones que recibió de la Organización de las Naciones Unidas por su participación en misiones de paz en Haití y en Congo.
Me llama la atención que se ponga mucho énfasis en que “los estados que contribuyen con tropas [para estas aventuras] no tienen que gastar ni un sólo centavo”. Yo creo el énfasis debería ser que estas “misiones” cuestan vidas humanas. Vidas que se pierden irresponsablemente, enmedio de quién sabe qué pantanos de corrupción.
En enero de 2006, ocho kaibiles murieron emboscados en Congo, durante una operación oscura organizada por la ONU.
…y, por cierto…el tema de los Q40millones debe ser esclarecido. Los oficiales y la tropa deberían exigir el escalrecimiento, los veteranos deberían exigir el escalrecimiento. Los tributarios debemos exigir el esclarecimiento.
06
Ago 08
¿Cómo llegó hasta ahí el Ejército?
Luego de que el desfile del Ejército fue cancelado en junio pasado, me quedé pensando en cómo es que la institución armada cayó hasta ahí.
He encontrado varias respuestas: la corrupción de algunas de sus cúpulas, el que algunas élites la hayan abandonado a su suerte, la acción conjunta de la exguerrilla y sus aliados en Europa y los Estados Unidos de América, y la desinformación.
De esto último he encontrado, hoy, un ejemplo “ejemplar”. Leo que el Ejercito no es bien recibido en Rabinal, de lo que se entiende que la institucion armada es rechazada en aquella población.
Empero, al leer el contenido de la noticia, uno nota que “la llegada de las fuerzas combinadas a esta localidad ha generado posturas encontradas entre los habitantes. Unos piden su retiro y otros dicen que es necesaria su presencia”. Y de esta lectura se desprenden varios hechos: 1. no es el Ejército el que está siendo cuestionado, sino las fuerzas combinadas, que son una mezcla de la institución armada y la Policía Nacional Civil. 2. en Rabinal no hay un rechazo al Ejército, sino posturas encontradas acerca de su presencia. De hecho, unos piden su retiro y otros consideran que su presencia es necesaria. 3. Es natural que en cualquier población, haya discusiones como esta. De hecho, es sano que las haya.
Más adelante leo que los comerciantes están cansados de la delincuencia y que no confían en la PNC e intuyo que favorecen la presencia de la Institución armada para que cumpla con su deber constitucional de garantizar seguridad; en tanto que “los sectores sociales” ven la llegada del Ejército como un retroceso. Se me hace que los que firman los cheques en el frente no tiene objeción alguna a la llegada de la institución armada, en tanto que los que firman los cheques en el reverso recelan de él.
Es obvio que en Rabinal no hay un rechazo a Ejército, sino una discusión natural acerca de la conveniencia de su presencia (la democracia es una discusión, dijo Tomás Mazaryk). Sin embargo, “los sectores sociales” proyectan esta discusión sana, como si fuera un acto de repudio.
¿A quién sirve esta confusión?
30
Jul 08
No, al golpe de estado
Iduvina Hernández, activista en materia de seguridad, considera que los cambios en el Ejército son “atípicos y abruptos”. Además, supuso que “los cambios evidencian el temor del mandatario por un golpe de Estado”.
Yo creo que un golpe de estado es mala idea. Cuando celebrábamos los Viernes de Luto, hubo muchas conversaciones sobre un posible golpe de estado. Yo siempre me opuse y mi argumento era que por más corrupta que fuera la administración de Alfonso Portillo era importante que terminara su período constitucional por tres razones principales. Primera: por respeto a la Constitución. Segunda: para la maduración política y republicana de los chapines. Nunca aprenderíamos a no elegir sinvergüenzas, ni aprenderíamos a cosechar del largo proceso educativo de prueba y error, si no entendíamos que nuestras malas decisiones tienen consecuencias. Tercera: si alguien sacaba a Portillo del poder, en vez de ser un prófugo de la justicia -como lo es ahora-, sería el Jacobo Arbenz del Siglo XXI. Ahora sería doctor honoris causa de quién sabe cuántas universidades gringas y eurpoeas, y andaría por ahí cobrando por dar conferencias acerca de cómo es que el humilde muchacho de Zacapa había sido expulsado del poder, por la plutocracia chapina que se oponía a los cambios estructurales que estaba llevando a cabo.
Lo mismo se aplica para los Colom y sus cómplices. Hay que dejarlos terminar y luego, pedirles cuentas.
29
Jun 08
Ejército en tiempos de paz
En la Constitución guatemalteca está claro que la función del ejército es mantener la independencia, la soberanía y el honor de Guatemala, la integridad del territorio y la seguridad interior y exterior.
Es una lástima que la administración no lo apoye políticamente para esas tareas. En el contexto de lo que ocurre en lugares como San Antonio Las Trojes, el ejército tiene mucho que hacer para el cumplimiento de su función constitucional. Una de las principales tareas en ese sentido es la de inteligencia; y otra es prepararse para cuando haga falta.
Un ejército, en tiempos de paz, debe prepararse para cuando la seguridad interior y exterior sea amenazada, o para cuando la integridad del territorios sea amenazada. Los mexicanos y beliceños se cuelan por las fronteras, casi a cada rato, para saquear recursos naturales y tesoros arqueológicos. Está claro que el ejército debe evitar esa piratería.
La institución armada no debe intimidarse frente los intereses de quienes ven en ella un obstáculo para sus fines aviesos; sin embargo, está claro que, para fortalecer su carácter institucional, debe garantizarles a los tributarios y a los electores, que está al márgen de la corrupción que impera en otrás áreas del sector público.
Sólo así podrá tener la autoridad moral para cumplir con lo que le ordena la Constitución, en el estricto marco de la ley y del respeto a los derechos individuales de los habitantes de la República.
El ejército de Guatemala, en otras ocasiones, ha sabido cumplir con aquel mandato del artículo 224 de la Carta Magna; y el sector político de la administración pública debería aprovechar esa experiencia. Antes de que un día nos despertemos con que no tenemos ejército, ni policía, ni seguridad de ninguna clase, y caigamos en manos de quién sabe qué aventureros, con quién sabe qué aberraciones ideológicas en la cabeza.