31
Mar 25

Tradiciones y el pulso de Guate

 

A mediados de los años 80 mi papá llegó a casa con la novedad de que había visto una procesión de la brigada militar Guardia de Honor. Como mi padre había estudiado en la Allen Military Academy, en Texas, tenía cierto gusto por la disciplina y el orden militares, sin exagerar la nota; y llegó muy conmovido por la procesión castrense. ¿Qué se le ocurrió hacer ese día? Pues le escribió una carta a quien quiera que fuera el comandante de esa brigada para felicitarlo.

Banderas de diferentes unidades del Ejército acompañaron a la procesión.

No sé si el oficial en cuestión recibió la misiva y seguro que no hubo respuesta, porque mi padre lo hubiera comentado en casa.

Ayer, casi por casualidad, me topé con la procesión en cuestión, misma que fuimos a ver a la 12 avenida de la zona 1 cuando ya iba de regreso al cuartel. Como es un vía crucis, nos tocó ver una estación en la iglesia de Santo Domingo y otra en el Liceo Mercantil.

Estudiantes del Liceo Mercantil recibieron y despidieron al cortejo con fanfarrias.

Ambas paradas tuvieron su carácter especial. Por ejemplo, en la iglesia había un grupo de personas mayores en sillas de ruedas y el anda fue entrada por cargadores encapuchados. En el colegio, los muchachos recibieron y despidieron el cortejo con fanfarrias.

Para las personas mayores en sillas de ruedas es una oportunidad para vivir recuerdos.

Llama la atención que diferentes cuerpos de la Policía Nacional Civil y del Ejército cargan el anda; y son muy elegantes las capas verde olivo que portan los civiles que participan, así como las que llevan las damas que… además… usan mantillas y peinetas muy elegantes.

Las señoras participantes lucieron mantillas y peinetas.

Me alegra mucho haber visto esa procesión y, por supuesto, aproveché la ocasión para recordar a mi padre, que hubiera estado muy contento de estar ahí.

Una vez escuché, de un habitante de San Sebastián, Retalhuleu, que Un pueblo sin tradiciones es un pueblo muerto. Dichosamente, los guatemaltecos -a lo largo y a lo ancho de Guatemala- tienen las más variadas y ricas tradiciones. Todas con tronco y raíces comunes, pero adaptadas e interpretadas de acuerdo con los sistemas de creencias de millones de individuos, familias y poblaciones. Las tradiciones también crean comunidad, nos dan sentido de estabilidad y de pertenencia, y sentido de propósito común… cuando hace falta. De ahí que el valor sanador y constructor de las tradiciones sea consecuencia de un largo proceso evolutivo, y no pueda ser el resultado de imposiciones ni de prohibiciones. Ese valor se aplica incluso para tradiciones cuyo contenido místico uno podría no compertir.

La procesión de la Guardia de Honor tiene un carácter muy especial.

Por eso, mientras las procesiones sigan recorriendo nuestras calles, Guatemala seguirá viva, tejiendo su historia con hilos de recuerdos.


28
Mar 25

Etanol: ¿quién paga el daño?

 

Un fantasma recorre Guatemala: la Corte de Constitucionalidad resolvió que, a partir de 2026, los guatemaltecos consumidores de gasolina tendrán que usar ese carburante mezclado con etanol. Que no te engañen con que es para proteger el ambiente, porque en realidad es para que los productores de ese alcohol puedan recuperar sus inversiones y tener ganancias con ese bisne.

Para el motor de tu automóvil, los riesgos de corrosión, deterioro de componentes y otros podrían superar los beneficios. La ilustración la hizo Grok.

Cuanto antes, revisa las especificaciones de tu auto, o tu moto, o pregúntale a tu mecánico de confianza, porque tu vehículo podría no resistir aquel abuso. Mis amigos que saben de estas cosas me explicaron que, si tu vehículo no está certificado como flex-fuel o no tiene adaptaciones específicas (como inyectores y sensores compatibles), el uso prolongado de mezclas con etanol podría ser muy perjudicial.

En todo caso:

El etanol es higroscópico, lo que significa que absorbe agua del ambiente. Esta humedad puede provocar corrosión en partes metálicas del sistema de combustible, como el tanque, las líneas de combustible o los inyectores. En motores más antiguos, o no diseñados para etanol, esta corrosión puede ser más severa debido a la falta de materiales resistentes. La imposición del etanol va a castigar con más severidad a las personas más vulnerables, que no pueden tener autos modernos.

El etanol puede degradar materiales como el caucho, o ciertos plásticos usados en juntas, empaques y mangueras del sistema de combustible. Si tu vehículo no está preparado para combustibles con etanol, estos componentes pueden resecarse, agrietarse, o fallar, causando fugas, o problemas de presión en el sistema. Se te va a encarecer el costo del mantenimiento de tu auto, o tu moto.

Debido a aquella capacidad para absorber agua, el etanol mezclado con gasolina puede sufrir “separación de fases” si se acumula demasiada humedad. Esto crea una capa de agua-etanol que se separa de la gasolina, lo que puede llegar al motor y causar fallos en la combustión, obstrucciones en los filtros de combustible o daños en los inyectores. Empieza a ahorrar para pagar el taller.

El etanol tiene menos densidad energética que la gasolina pura, lo que puede alterar la mezcla aire-combustible en motores no calibrados para su uso. Esto puede resultar en una combustión más pobre, aumento de la temperatura en la cámara de combustión y mayor desgaste de piezas como pistones, válvulas y bujías, especialmente en motores de alto rendimiento, o más antiguos. Pero tranquilo, ¡vas a contribuir a mejorar el nivel de vida de los productores de aquel alcohol!

Cualquier ventaja que pudiera tener aquella mezcla forzada depende de que tu automóvil esté fabricado o adaptado para usar etanol con materiales resistentes a la corrosión y una calibración adecuada del motor, por ejemplo. Si no es el caso, los riesgos de corrosión, deterioro de componentes y otros podrían superar los beneficios. ¿Sabes si tu vehículo está certificado para mezclas como E10 (10% etanol) o E85 (85% etanol)? Eso ayudaría a precisar si realmente aprovecharías estas ventajas, o si te van a causar daños costosos. Mientras los productores de etanol celebran sus ganancias, tú podrías estar pagando el precio con el sudor de tu bolsillo.

Columna publicada en República.

Otra entrada al respecto: Aplazada la imposición del etanol.


27
Mar 25

No me acuerdo, pero devuelvo

 

Pero no me acuerdo, no me acuerdo/ Y si no me acuerdo no pasó, eso no pasó/ Yo no me acuerdo, no me acuerdo/ Y si no me acuerdo no pasó, eso no pasó; así dice una canción de Natti Natasha y Thalía, de la cual me acordé cuando vi que el secretario de Comunicación de la Presidencia anunció que el presidente de la República les devolverá a los tributarios los Q1318 que usó para un baby shower en la Casa Presidencial.

Los memes siempre se hacen presentes. La foto la tomé de Facebook.

El asunto me recordó la canción porque esta va de una chica que se pasó una fiesta perreando con la mano en la pared y con algunos tragos de más. Su novio cree que le puso los cuernos; pero ella afirma que si no se acuerda de haberlo hecho, la infidelidad no ocurrió…y a otra cosa, mariposa.

Detalles aparte, que no conocemos, lo cierto es que la mujer del César, además de ser honesta, debe parecerlo, frase que destaca la importancia de la reputación y la apariencia —no solo de la conducta real— para aquellos que están en la posición privilegiada de gastar el dinero que toman de los tributarios…, así como para la chica de la canción.

La cosa se complica para la administración Arévalo porque, primero sus funcionarios publicaron un comunicado que decía que no había sido usado dinero de los que pagamos impuestos; pero ahora resulta que sí porque el Presi va a devolver dinero. ¡Ahora que los cacharon, claro!… lo cual lleva a la pregunta de si hubieran devuelto el dinero si el asunto hubiera pasado inadvertido.

A partir de ahí se corre un hilo largo de preguntas incómodas: De Q1000 en Q1000, ¿cuánto dinero de los tributarios ha sido usado para asuntos personales de quienes pueden disponer de ese dinero a lo largo y lo ancho de la administración “semiyera”? Si alguien que no tenga poder toma cosa mueble ajena sin autorización, y luego la devuelve porque lo pillaron, ¿es hurto? Si un funcionario que no tenga poder real se apropia indebidamente de bienes públicos, pero los devuelve porque lo cacharon, ¿es peculado? Si un funcionario promedio aplica indebidamente caudales o fondos públicos, ¿eso es malversación? Es cierto que el monto utilizado sin autorización y de forma indebida no fue los Q170000 que se especularon originalmente; pero, moralmente, ¿es lo mismo Q1000 que Q170000? ¿Lo que es salsa para el ganso, es salsa para la gansa?

Son tiempos difíciles para ser semiyero de corazón, o semiyero pagado. ¿Por qué? Porque desde hace ratos su administración tiene puesta la luz seguidora y a ella se le ha sumado la lupa. No solo por parte de aquellos que anticipamos que un movimiento de activistas y oenegeros no iba a dar bola en el gobierno; sino por dos tipos de decepcionados: primero, los que le dieron su voto a la mala simiente con la esperanza cándida de que sus miembros iban a ser tan diferentes a sus predecesores que iban a llevar aire fresco al albañal del gobierno; y, segundo, por los revolucionarios de hueso colorado que imaginaron que los sucesores de Arévalo Sr. y Árbenz iban a hacer realidad sus sueños ácidos de wokismo y ya se cansaron de esperar. Lo primero iba a ocurrir cuando los sapos bailaran flamenco; y lo segundo no debe ocurrir jamás.

Lo triste es que, entre la estasis de la administración Arévalo y su capacidad para meter la pata cuando al fin se dispone a hacer algo, los que perdemos somos los guatemaltecos; y entre todos, los que más pierden son los más pobres y los más vulnerables. Como están las cosas, se confirma que para el grupo que está en el poder, gobernar es gravar para gastar… y así de mal nos va a ir al final de esta malograda administración. Y mientras los semiyeros bailan al son de sus excusas, los guatemaltecos seguimos pagando la cuenta de una administración que promete mucho, pero entrega poco.


26
Mar 25

¿Hay procesión cerca?

 

Cuando vas por una calle de la ciudad de Guatemala en esta temporada, ¿cómo sabes que hay una procesión cerca?

Una familia va con sus banquitos plásticos por la Sexta avenida de la zona 1.

Lo más evidente es si te alcanzan el aroma del incienso y las notas de una marcha fúnebre; pero hay otras señales inequívocas. 

1 Si ves a una persona acarreando un banquito plástico.  Esto es porque cuando hay que esperar el paso del cortejo es muy cómodo comprar un banquito de esos y sentarse a aguardar.  A mi, por cierto, me gusta obsequierle el banquito a alguna persona mayor cuando ya lo he usado. Me encanta ver la cara de sorpresa y de gusto de las personas al recibir el mueble porque supongo que nadie espera que algo así ocurra. 

2. Si ves lo que llamo las boutiques móviles del cucurucho y la cargadora.  Estas ventas ambulantes llevan desde mantillas hasta trajes completos de cucurucho.  Llevan insiginas de las hermandades, sombreros, gorras, llaveros, juguetes y mochilas con motivos procesionales.  Ofrecen casi todo lo que se pudiera necesitar en caso de una emergencia procesional.

Dos boutiques ambulantes del cucurucho llevan todo lo que pudiera necesitarse durante una procesión.

3. La comida callejera también suele preceder a las andas.  Ahí van las empanadas propias de la temporada,  los churros, los tacos, las obleas con arequipe, pizzas, aguas gaseosas y más.  Donde huele a taco, ahí hay procesión.

4. No pueden faltar los vendedores de banquitos plásticos, sillas plegables y paraguas porque uno no sabe cuándo va a caer un aguacero.

Durante la cuaresma y la semana santa chapinas, hasta las procesiones más solemnes tienen un aire de fiesta callejera y popular que contrasta de forma encantadora con el espíritu de la conmemoración.

Un vendedor ofrece banquitos, sillas y paraguas.

Aún si uno no es creyente, el carácter complejo y culturalmente enraizado de las procesiones invita no sólo a ejercer el arte antiguo de people watching, sino a disrfrutar del mil y un modos en que familias enteras y personas de todas las edades viven la más chapina de las temporadas.


24
Mar 25

Algo chulo en el tráfico

 

El jueves pasado me pasó algo chulo en el tráfico.  En eso estaba cuando le dí paso a un taxista y ¡Sorpresa! cuando se pasó a mi carril sacó, por la ventanilla izquierda, un cartelito que decía Muchas gracias

Lástima que no pude tomarle foto al cartel; pero ahí va el taxi.

¡Y me hizo el día! porque aunque algunas personas agradecen con luces, o con un gesto cuando uno les da paso; aunque nunca faltan los corrientes que son incapaces de bajar su ventanilla, o de poner luces y pasan como si uno les debierra dar paso por obligación. Cuando estoy en el tráfico siempre doy via y siempre doy el paso porque estoy convencido de que algo de buena educación y cortesía básica mejorarían bastante la situación agobiante. 

El taxista en cuestión dio un paso más allá y con ese cartelito no sólo demostró ser un caballero, sino uno con sentido del humor y con ánimo de aliviar una situación que para muchas personas es casi tortura. Chapó para el buen hombre del taxi en cuestión. No le pude tomar foto al cartel porque me pilló de sorpresa. Pero un poco adelante, donde nos hizo parar el semáforo trate de fotografiarlo; y aunque no se pudo comparto la foto y la anécdota en agradecimiento. 

Mi abuela decía que es de bien nacido ser agradecido; y Henry Hazlitt escribió que los buenos modales sirven para hacer de la vida un baile armónico y no una serie de golpes y sacudidas. El cartel del taxista me recordó a una dama que fue fotografiada mientras pedía via con un guante de Minnie Mouse.  Hazlitt observó que los códigos morales con raícces religosas son ascéticos y severos; en tanto que los relativos a los modales requieren que, al menos en apariencia, seamos alegres, simpátcos, cordiales y corteses. El maestro dice que los buenos modales son la ética de la vida diaria. Por eso valoro muchísimo el gesto del guante y el del cartelito que dice Muchas gracias.

La de arriba es una conferencia que di al respecto en 2023 y espero que te guste.


21
Mar 25

El seguro es civilizador

 

¡Ardió Troya! Porque la administración semiyera dispuso imponer un seguro obligatorio de responsabilidad civil contra terceros y ocupantes de vehículos particulares sin decir ¡Agua va!. Yo digo que es la única cosa buena que han hecho… y la hicieron con las patas; sin campañas previas de concientización y de persuasión, por ejemplo. Y la administración tuvo que recular.

¿Quién paga por cosas así? La foto es de dominio público, via Wikimedia Commons.

Aún con la reculada, la conversación al respecto es válida: aunque obligatorio, el concepto de un seguro de ese tipo no riñe con la libertad porque todo ejercicio de la libertad trae aparejada la responsabilidad. Y, ¿sabes?, la responsabilidad es hacernos cargo de las consecuencias de nuestras decisiones y acciones. Y ese hacernos cargo no es solo en el orden moral, sino material. Luego, si voy a hacer uso de mi libertad para conducir un vehículo, debo prever la posibilidad de hacerme cargo de los daños que pudiera yo causar por el uso del vehículo, incluso si los daños no fueran maliciosos.

En Los fundamentos de la libertad, Friedrich A. Hayek nos dice que siempre, en el mundo occidental, ha constituido un deber de la comunidad el arbitrar medidas de seguridad a favor de quienes —como consecuencia de eventos que escapan de su control— se vean amenazados… y añade que si de modo general se proclama el derecho a quedar protegidos contra las extremas adversidades… prescindiendo de si los interesados podría,n o debían haber adoptado las medidas previsoras oportunas y, sobre todo, si la asistencia adquiere tales proporciones que reduce al mínimo el esfuerzo individual, parece obvio que todo el mundo ha de venir obligado a asegurarse —o bien a adoptar las previsoras medidas de la clase que convenga— contra los habituales azares que comporta la vida. En el caso del seguro en cuestión, la justificación no se basa en que deba coaccionarse a la gente para que realice algo que redunda en su interés, sino en la circunstancia de que los imprevisores pueden no tener la capacidad de hacerse responsables. Imagina que tengas que pagarle la moto a un chato porque te distrajiste; el seguro te saca del apuro. Imagina que rayes un carrazo de esos que andan por ahí; el seguro te saca del apuro.

Hayek añade que si el gobierno exige que todo el mundo adopte determinadas medidas de prevención —de las que tan solo antes algunos se cuidaban—, parece lógico que el gobierno coadyuve a la creación de instituciones apropiadas al caso. Eso no debe interpretarse como subsidios ni seguros estatales, sino como abrir totalmente el mercado de los seguros a la competencia nacional e internacional y facilitar que el espíritu emprendedor e innovador desarrolle productos a precios razonables y con los mejores beneficios posibles. Yo insistiría en que hay que confiar en el mercado y en la creatividad empresarial. Y en que de ninguna manera se deben alcahuetear el mercantilismo, ni fomentar una piñata.

Resuelto el problema filosófico, aquí hay cuatro motivos prácticos para que aquel seguro sea una expresión de responsabilidad, incluso para personas con presupuestos familiares muy ajustados:

  1. Protección financiera para terceros vulnerables: Si un motorista o automovilista con recursos limitados causa un accidente, es probable que no tenga los medios para pagar los daños causados. El seguro obligatorio garantiza que las víctimas reciban compensación sin depender de la capacidad económica del culpable y evita que queden desamparadas.
  2. Evitar deudas abrumadoras para el conductor: Sin seguro, una persona de bajos ingresos que cause un accidente podría enfrentar demandas o costos legales que la endeuden de por vida. Aunque la prima del seguro representa un gasto, es mucho más manejable que pagar directamente sumas elevadas tras un incidente, especialmente para quienes ya tienen presupuestos ajustados.
  3. Reducción de conflictos y costos sociales: Los accidentes sin seguro a menudo derivan en disputas legales o situaciones donde el gobierno debe intervenir (por ejemplo, al cubrir gastos médicos de víctimas no aseguradas). El seguro obligatorio reduce esta carga a los tributarios, lo que beneficia indirectamente a todos, incluidos los conductores de bajos ingresos que dependen de servicios estatales.
  4. El seguro es civilizador: Sabiendo que hay un sistema que cubre daños, los conductores tienden a ser más conscientes de las consecuencias de sus acciones. Para alguien con poco dinero, el riesgo de perderlo todo en un accidente podría ser paralizante; el seguro le permite circular con cierta tranquilidad, siempre que cumpla normas básicas, sin que el costo sea prohibitivo si se diseñan pólizas accesibles.

Reconozco que para motoristas y automovilistas con presupuestos ajustados el costo del seguro puede ser una carga, pero aquellos motivos justifican su obligatoriedad si se implementan opciones de bajo costo en un mercado abierto y competitivo, sin privilegios para que no sea otra piñata semiyera.

Columna publicada en República.


18
Mar 25

Oro en reses y caballos

 

Con ocasión de la Exposición Pecuaria de 1909, el Comité Ejecutivo de dicho evento publicó la lista  de premios obtenidos el 24 de noviembre. En dicha publicación se le agradece al presidente Manuel Estrada Cabrera por su apoyo decidido y su colaboración patriótica para el feliz éxito del certamen. También se menciona a mi tatarabuelo, Emilio Schuman, como ganador en dos categorías:

Medalla de oro en la sección de crianza de ganado vacuno por su grupo de ganado raza Durham.

Diploma de medalla de oro en la sección de ganado caballar por su pareja de reproductores.

Emilio Schuman era propietario del Establo de Schuman donde prestaba servicios de transporte y otros relacionados con el ramo. También criaba caballos y reses e incursionó en el campo de la minería. Era el padre de mi bisabuela, Adela

Las fotos son de la Recopilación de las leyes de la República de Guatemala, 1909-1910, Tomo XXVIII.


17
Mar 25

Chitomax, una aventura

 

¿Objetivo? Ver cómo va el puente Chitomax sobre el río Negro; y explorar la carretera que une Cubulco con aquel puente. ¿Por qué? Porque cuando estén listos el puente y la carretera, va a ser más fácil llegar de la ciudad de Guatemala a Uspantán y Chicamán.

Cuatro exploradores saludamos junto al puente Chitomax. Foto por Raúl Contreras.

Entonces…, el sábado 8 de marzo salimos de la capital poco antes de las siete de la mañana con el propósito de desayunar en el restaurante Chuaxán, ubicado a la altura del kilómetro 42.2 de la carretera entre San Juan Sacatepéquez y la aldea Montúfar.

Nos encanta ese lugar porque se come bien y por la atención. En esta visita y en la del año pasado nos atendió Rudy, que este año fue asistido por Carlos. Para mí, el motivo principal para volver a un lugar es la calidad de la comida, seguido de cerca por la calidad de la atención. Y en Chuaxán se lucen con los dos.

Los caminos polvorientos de la patria.

Como panza llena, corazón contento, después de alimentarnos bien, agarramos camino a Pachalum. Cruzamos el río Motagua y ahí nomásito está Mixco Viejo. Lissa, Katarina, Raúl y yo decidimos visitar Chuwa Nim Ab’aj porque Kata no conocía esa fortaleza poqomam y siempre es agradable dar un paseo por ahí. A los visitantes les encanta y hay espacios muy bien dispuestos para pícnic. Es admirable lo bien cuidado y limpio que está ese sitio arqueológico, donde no encontramos mucha gente y fuimos muy bien recibidos por los encargados.

El río Negro es una chulada.

Luego de un paseo breve, continuamos el viaje y volvimos a cruzar el río Motagua. Lo lindo de ese tramo es que, a inmediaciones del puente, crecen árboles hermosos de tamarindos y, cuando es temporada, uno ve a las familias recoger aquellas frutas deliciosas.

Me gusta Pachalum porque es una población próspera con gente muy amable. En esta ocasión no nos detuvimos porque ya habíamos comido, pero siempre es agradable pasar por ahí. Además, ahí termina el asfalto y de ahí en adelante todo es terracería y polvo. Sin saber por qué, entre Pachalum y Cubulco tomamos el camino por Chovén y luego nos enteramos de que ese camino es mejor que el que pasa por Tres Cruces. Te cuento, por si acaso. Según Google Maps, la carretera de Tres Cruces se ve mejor que la de Chovén, pero parece ser que no es así.

El puente peatonal Chitomax.

Cerca del mediodía llegamos a Cubulco y nos dirigimos al Hotel Los Delfines, donde habíamos reservado habitaciones. Luego de tomar posesión de nuestros cuartos, de sacudirnos el polvo y refrescarnos rápidamente, agarramos camino hacia el río Negro en busca del puente Chitomax.

Para no romper las tradiciones, Waze nos mandó para Rabinal y tuvimos que desandar el camino como 30 minutos. Tarde o temprano, en los viajes por carretera que hacemos, Waze nos pierde y… pues… ahora es anécdota.

Nos detuvimos un rato en Chuwa Nim Ab’aj .

Como preguntando se llega a Roma, pobladores nos orientaron y emprendimos el camino hacia el norte en busca del puente. Más polvo y más curvas y más risas. Francamente, yo sentía que no había modo de que llegáramos, pero llegamos. Lo primero que impresiona es la estructura de concreto que, cuando esté terminada, tendrá 272.75 metros de largo; y lo segundo que impresiona es que, paralelo al gran puente, hay uno peatonal chulísimo.

Bajo el sol abrazador cruzamos ese puente peatonal con la intención de subirnos al puente principal e ir a hablar con los ingenieros, nomás por saber más de esa estructura colosal. Pero el calor era tal que, luego de admirar la obra, nos dispusimos a volver a Cubulco.

Es colosal el puente Chitomax.

¿Por qué hicimos ese viaje?

Quienes visitan este espacio con frecuencia sabrán que el año pasado Lissa, Raúl y yo fuimos a pasar el descanso de la Semana Santa al sitio arqueológico El Soch, situado en Chicamán, Quiché.

Según nosotros, por indicaciones de Michelin, uno podía hacer la ruta que hicimos el viernes; pero ahí está que, cuando llegamos a Cubulco, la gente nos informó que, aunque sí existía el camino, el puente no estaba ni cerca de estar concluido. Después del shock, optamos por agarrar camino rumbo a Canillá y de ahí buscar Uspantán para llegar a El Soch. Fue un camino largo, lleno de incertidumbre y de sorpresas, como un puente sin bardas y con pedazos faltantes, que atravesamos como bólidos.

Me impresionaron mucho los collares que llevan muchas mujeres en Cubulco.

Para hacer la historia corta, llegamos a El Soch luego de once horas de camino, cansadísimos pero fascinados. Y nos quedó la curiosidad de cómo era el puente Chitomax, al que nunca llegamos, y la de si ese camino era mejor que ir a Chicamán por Santa Cruz del Quiché y Uspantán.

Conclusión: Chitomax no estará terminado para la Semana Santa y, aunque estuviera terminado, la carretera es demasiado polvorienta y llena de curvas como para ser práctica. Así que no usaremos esa vía este año para ir a El Soch de nuevo.

Muro de la iglesia virreinal de Cubulco.

De vuelta a Cubulco

En Cubulco nos hospedamos en el Hotel Los Delfines por recomendación de mi cuata, Dulce, cuya familia es de allá. ¡Qué buena elección!

Un tanto bullicioso, porque es un centro recreativo, Los Delfines tiene buenas camas, así que al llegar nos dimos sendos baños para sacarnos la polvazón del camino y relax. A las 7:00 p. m. nos juntamos para cenar y ¡qué cenaza!

Achiote en Cubulco.

Lissa, Raúl y yo pedimos unas mojarras galanas y gordas que llegaron perfectamente fritas, sazonadas y emplatadas; y Kata pidió costillas de cerdo que estaban deliciosas. Además, fue muy agradable la forma en que los dueños del hotel y los empleados nos atendieron. Y, una vez más, panza llena, corazón contento. Tras la cena deliciosa y el vino, una buena conversación junto a la piscina y bajo el cielo estrellado para luego ir a dormir como tiernos.

Al día siguiente, Raúl y yo fuimos a comprar pan a la panadería El Trigal, donde las batidas y las conchas son recomendables. Preparé el café y nos juntamos a desayunar con Lissa y Kata. La calidad del desayuno estuvo a la altura de la cena y la sobremesa se extendió más de lo necesario.

¿Alguien sabe cómo se llaman estos frutos y esta palmera?

El retorno a Guate

No importa que la sobremesa se hubiera extendido; total, estos viajes son para aprender y disfrutar, y los debriefings después de las comidas forman parte de la gracia. Luego de hacer un par de diligencias en busca de un carpintero, agarramos rumbo al parque central de Cubulco con dos objetivos: el primero fue pasear por el mercado, que siempre es una actividad estimulante y alegre; y el segundo fue visitar la iglesia, porque el año pasado estaba en reparaciones y es encantadora. Además, era parte de las misiones dominicas que pacificaron las Verapaces y es parte de la historia de Guatemala.

En el mercado, la mejor compra fue la de guacales de Rabinal con sus diseños característicos.

Los trabajos de la iglesia quedaron bien y fueron muy chulas las sonrisas y saludos de la gente en ese lugar. Cubulco no está en la ruta turística de Guatemala y no ha de ser común ver a cuatro visitantes curiosos por ahí. A pesar de ello, en el mercado y en la iglesia abundaron muestras de cordialidad.

Ya cerca del mediodía, volvimos a agarrar camino para volver a Guate y nos echamos a rodar por los caminos polvorientos de la patria rumbo a Chovén, Pachalum, Montúfar, San Juan Sacatepéquez y San Pedro Sacatepéquez. En Pachalum paramos con la esperanza de encontrar abierta la panadería MIreya y tomar sendas coquitas heladas; pero como era domingo la panadería estaba cerrada y tuvimos que refrescarnos por ay

¡Y por supuesto que pasamos a almorzar al restaurante Chuaxán! Yo pedí un torito acompañado por un plato pequeño de caldo de patas y estaban los dos riquísimos. Kata pidió el pinol tradicional de la región y de verdad estaba delicioso. Lissa y Raúl pidieron caldo de pollo estupendo. En Chuaxán también compramos pan y huevos recién puestos de la gallina que andaba por ahí. Es muy agradable comer y descansar en ese restaurante porque el paso por San Juan y San Pedro para entrar a la ciudad de Guatemala es muy fastidioso.

¡Regresamos sin novedad!… y listos para un buen baño y la cama fresca. Contentos de haber conocido el puente, fascinados con la gente y los paisajes y listos para la próxima aventura. Entre polvo y risas, confirmamos que el camino a Chitomax sigue siendo una aventura para valientes, pero la gente, la comida y los paisajes hacen que cada kilómetro valga la pena. ¡Nos vemos en la próxima ruta!

Hashtags: Desde el primer viaje que hicimos Lissa, Rachel, Raúl y yo a Joyabaj es tradición convertir en hashtags las situaciones absurdas y divertidas por las que pasamos, a modo de chistes internos; y los hashtags de este paseo fueron #Estoespimienta? #Nomeimaginequeestoespaydequeso #Estaacincominutos #Hoyhayboda #Nosotrosfabricamosalgoquenoes #Yocreoquesonfamilia #Cuantocuestanlosbanquitos? #Tienencamasadentro? #Ustedsellamavictor? #Whenyouareoldyoudonthavetimeforthatshit #Nopuedodejardeespecular


14
Mar 25

Antígona y encierros del 2020

 

Etéocles y Polínices, hermanos de Antígona, se enfrentaron mortalmente. El primero recibió los ritos fúnebres de acuerdo con la tradición griega para que su alma fuera admitida en el Hades; en tanto que el cadáver del segundo fue dejado insepulto por orden de su tío, el rey Creonte, ya que Polínices había traicionado a la ciudad.

¿Te acuerdas que el gobierno publicaba los nombres, direcciones y teléfonos de las personas a las que había mandado a aislar?

Entre los griegos antiguos, el alma de un cadáver insepulto estaba condenada a vagar por la tierra eternamente. Ese es el motivo por el cual Antígona decide no obedecer la orden del rey (la ley de los hombres) y procede a celebrar los ritos fúnebres para Polínices (de acuerdo con la ley de los dioses). Y con ese acto desata la ira real para terminar encerrada en una tumba como castigo. Aquella tragedia de Sófocles ilustra muy bien la tensión que hay entre obedecer la ley de los hombres y los intereses del Estado, y la obediencia a leyes superiores, así como atender la necesidad humana de pasar por el proceso de duelo por parte de los deudos.

Te cuento esto porque ayer se cumplieron 5 años desde que comenzaron los encierros forzados en 2020. Porque en este aniversario no deben ser olvidadas las miles de personas que tuvieron que despedir a sus seres queridos desde los muros del cementerio, o desde un teléfono… sin poder verlos. No deben ser olvidadas las personas mayores, ni los niños que murieron asustados, sin el contacto de una mano amada, en la frialdad de algún hospital. No deben ser olvidadas las personas mayores que fueron encerradas, casi como Antígona, a merced del temor y sin tener contacto con sus hijos y nietos. ¿Y los que quedaron? Muchos quedaron con sentimientos de culpa que exacerbaron desequilibrios y neuropatías.

Es cierto que había un virus; pero los encierros forzados causaron devastación emocional, social y económica en muchos niveles. Los encierros fueron un atropello que socavó pilares clave como las relaciones afectivas entre las familias, la independencia económica y nuestra capacidad para actuar de acuerdo con nuestros mejores juicios. Muchas personas perdieron sus empleos, muchos negocios cerraron y muchas inversiones se perdieron. Hay entre dos y cuatro promociones de estudiantes que pasaron de noche y por Zoom dos años importantes de su formación.

Habiendo dicho lo anterior y para que no se olviden ni la crueldad de los encierros, ni el absurdo de los mismos, ¿recuerdas lo absurdo de muchas situaciones?

Nos forzaban a llevar mascarillas cuyos poros son de mayor tamaño que el virus chino que se suponía que iban a detener. Había quienes llevaban la mascarilla forzada… debajo de la nariz, pero cumplían con el mandato.

Nos obligaban a estacionar los vehículos un espacio sí y un espacio no en los parqueos.
Nos hacían pasar por termómetros que no estaban calibrados y que a veces mostraban que teníamos la temperatura propia de una rana.

¿Ya olvidaste los geles viscosos y malolientes?

Dime si no son inolvidables los pediluvios que se suponía que desinfectaban la suela de tus zapatos… contra un virus que se transmitía por el aire. Pediluvios que normalmente estaban secos (porque no tenían elemento desinfectante alguno) y además estaban indescriptiblemente sucios.

Asesinaron el transporte colectivo (porque las camionetas solo circulaban con un porcentaje bajo de ocupación), lo que llevó a las personas a adquirir automóviles y motos para movilizarse y eso multiplicó artificialmente el parque vehicular en el país.

Los niveles de temor e irascibilidad de muchas personas también se elevaron exponencialmente.

Los encierros forzados convirtieron en Pavel Morozov a todo aquel que tuviera el espíritu de un chivato ansioso por manifestarse. ¿Te acuerdas del odio que desató la chica que salió a leer en Cayalá?

¿Te acuerdas de que un día nos encerraban a las cuatro de la tarde y otro a las seis, como si el virus fuera Pedro Picapiedra que se iba del trabajo al sonar el pito?
Yo digo que no hay que olvidar a las víctimas de la psyop del 2020. Ni a las víctimas mortales, ni a las víctimas emocionales, ni a las víctimas económicas. Ni hay que olvidar lo fácil que fue asustar a tantos, tantos. Ni hay que olvidar los absurdos. ¿Cuáles otros recuerdas tú? Y lo peor es que no podemos decir que si aquello vuelve a ocurrir no obedeceremos, porque ¿quién está de ánimos para ir a la carceleta del Organismo Judicial por desafiar un encierro forzado?

Columna publicada en República.


07
Mar 25

Desarmados y presas fáciles

 

La afirmación de que una alta disponibilidad de armas y municiones causa más asesinatos es una simplificación que ignora hechos clave.

Primero: no hay causalidad directa entre una cosa y la otra, ya que Canadá, Finlandia y Suiza tienen tasas altas de posesión de armas y bajas de asesinatos; en tanto que Honduras, con menos armas legales per cápita y un mercado negro muy activo, ha tenido tasas de asesinatos elevadas. Segundo: en las sociedades con instituciones sólidas, la tenencia de armas no se traduce en delincuencia violenta; pero en aquellas en las que hay corrupción e impunidad —incluso si hay pocas armas— suele haber una letalidad alta. Tercero: en Hispanoamérica, gran parte de la violencia armada tiene su origen en pandilleros y mafiosos que tienen armas ilegales en sus manos; armas que no están en tus manos, ni en las de don Chano de la esquina. Cuarto: la demanda de municiones no implica asesinatos, ya que muchas personas usan las que compran para la caza, el deporte o la defensa.

Las personas desarmadas son presas fáciles de delincuentes, de fuerzas paramilitares y de gobiernos autoritarios. La ilustración la hizo Grok.

Las meditaciones anteriores vienen a que circula por aquí la idea de que si tenemos más homicidios es porque hay una gran cantidad de armas en el país, por lo tanto hay una demanda de munición. Por ello, la administración semillera te quiere hacer creer que es el momento para regular la supuesta venta desmedida de municiones.

Hace unos años, en Guatemala había bumper stickers que decían: Los delincuentes prefieren víctimas desarmadas y eso es ciertísimo; pero también los gobiernos autoritarios y totalitarios prefieren ciudadanos desarmados. ¿Te cuento?

En 2012, Hugo Chávez, en Venezuela, el socialismo del siglo XXI, prohibió la venta de armas y municiones a civiles y centralizó su control en manos del Estado y las fuerzas armadas leales a su régimen; lo que coincidió con un aumento en la represión y la incapacidad de los ciudadanos para defenderse de la delincuencia y del gobierno. Tras la revolución de 1979, los sandinistas en Nicaragua restringieron la posesión de armas a los civiles, reservándola para sus milicias y fuerzas estatales; y en la era de Ortega y Murillo, esa política le facilita a aquella pareja el control sobre la población disidente. Luego de la revolución de 1959, en Cuba, Fidel Castro restringió el acceso a armas de fuego para los civiles y esto consolidó el poder del régimen, al eliminar la posibilidad de resistencia armada contra la dictadura. Ya ni te digo qué pasó con los nazis y los soviéticos.
Dicho lo anterior, la autodefensa es un derecho humano; y desarmar a la población la deja vulnerable ante delincuentes y agresores que no respetan la ley.

Y… tú ya sabes, ¿verdad? El gobierno no siempre puede garantizar protección inmediata. Ni puede instalar unas gradas eléctricas en un tiempo razonable. En un país con institucionalidad precaria, la ciudadanía armada actúa como un contrapeso contra un gobierno tentado a volverse autoritario. La posesión de armas disuade la concentración del poder y protege la soberanía popular frente a posibles abusos.

Si las personas pueden defenderse, se reduce la necesidad de una policía omnipresente, se fomenta la autonomía individual y se evita la creación de un estado policial que limite el ejercicio de la libertad; y hablando de libertad, la posesión de armas implica un ejercicio de la responsabilidad personal. La prohibición infantiliza a la sociedad porque supone que las personas no son capaces de manejar su libertad de forma ética y segura.

La relación entre armas, municiones y asesinatos no es lineal ni universal. Factores como la estabilidad social, el estado de derecho y el control de la delincuencia organizada son mucho más determinantes que la simple posesión de armas por parte de la población.

Columna publicada en República.