El serranazo y el colomazo o sandrazo

El 25 de mayo de 1993 los guatemaltecos nos vimos en una encrucijada:  Para algunos se presentaba la oportunidad de -A la Fujimori- limpiar la corrupción en los Organismos Judicial y Legislativo.  El precio eran la constitucionalidad y el estado de derecho; pero para los entusiastas del Serranazo, eso era pecatta minuta.  Habíamos otros, sin embargo, que creíamos que por muy corruptos que fueran el Oranismo Judicial y el Legislativo; y que por mucho que fuera deseable limpiar la administración pública; la conservación de la constitucionalidad y del estado de derecho eran más importanes, ¡por principio!

Para no hacer larga la historia, prevaleció el segundo criterio y los guatemaltecos salimos de aquella encrucijada habiendo aprendido mucho acerca de lo que es una república y de los principios sobre los que se apoya.  Salimos moralmente fortalecidos.  No prevaleció la dictadura; y la Instancia nacional de consenso logró sacar a los guatemaltecos del lío en el que nos había metido Jorge Serrano.  Hubo próceres como Epaminondas González y la Corte de Constitucionalidad que presidía, que supieron enfrentarse al wannabe de dictador.

Hoy, ahora mismo, los chapines estamos en otra encrucijada.  Y tenemos la opción de seguir en el camino en el que vamos y dejarnos llevar por el miedo, y la abulia; o podemos rectificar la ruta, fortalecer las instituciones, respetar la constitución y seguir fundando una república sobre un estado de derecho, a pesar de los Marco Tulio Melini, los Helder Ulises Gómez, y los Jorge Mario Valenzuela con los que hay que lidiar.

La candidatura bizarra de Sandra Evita Torres, en persecusión de extender en el poder su Administración y la de su exmarido, ¡a costa de un fraude de ley!, es ilegal y no puede ser inscrita de acuerdo con el Registro de Ciudadanos y el Tribunal Supremo Electoral.  No hay tales de que aquella candidatura espuria sea el ejercicio de un derecho civil propiamente.  No si se basa en una simulación, y no si se basa en un fraude de ley.

¿Constituirá prevaricato la resolución que ampara un acto que constituye  fraude de ley?  ¿Qué papel juegan el Colegio de Abogados y su Tribunal de Honor cuando hay jueces y magistrados que dictan resoluciones contrarias a la ley? ¿Qué tan aceptable creemos que es el litigio de mala fe para imponer una candidatura?

Si los chapines no permitimos el serranazo y le dimos un ejemplo al mundo, ¿permitiremos el sandrazo?

¿Qué les vas a decir tu a tus nietos cuando te pregunten qué hiciste en julio de 2011?

Comments

comments

Comments are closed.