10
Jul 09

¡Una corporación con principios!

En la OCON 2009, la conferencia de John A. Allison, CEO de la BB&T Corporation ha sido de las mejores. Allison impresiona con la claridad de sus ideas, y además es un comunicador muy hábil e ingenioso.

Si usted quiere leer algo sobre la filosofía de esta extrordinaria corporación lea aquí. BB&T se describe como una compañía que está definida por sus valores; y entiende que estos son hábitos prácticos que les permiten a los individuos vivir, ser exitosos y alcanzar la felicidad.
¡Nada de mumbo jumbo posmoderno! ¿Quién dice que los Howard Roarks, los Hank Reardens y los John Galts no existen? Ojalá hubiera más líderes empresariales así, y más corporaciones así.
BB&T alcanzó titulares, por su adhesión a sus princicipios, cuando anunció que it will not lend to commercial developers that plan to bulild condominiums, shopping malls and other private projects on land talken away from private citizens by government entities using eminent domain. En esa ocasión, Allison dijo que la idea de que el gobierno puede tomar la propiedad de los ciudadanos para uso privado, es simplemente mala. Uno de los derechos más básicos de todo ciudadano es el de conservar lo que es suyo, añadió, al explicar que como institución dedicada a ayudar a sus clientes a alcanzar el éxito económico y la seguridad financiera, no vamos a ayudar a ninguna entidad o compañía que mine esa misión y que amenace la propiedad.
Allison sabe que estamos en un punto de inflexión en cuanto al futuro de la civilización occidental; y comparto con él la idea de que por eso es importante elegir consciente, y deliberadamente, los principios que permitan alcanzar los valores que compartimos en Occidente.
Hasta ahora, mis conferencias favoritas han sido la de Allison, la de Greg Salinieri, titulada Atlas Shrugged on the Role of the Mind in Man´s Existence y la de Harry Binswanger, titulada The Objective vs, The Intrinsic and the Subjective. En las clases, mis preferidas han sido la de John Lewis sobre los griegos arcáicos, la de Sandra Schwartz sobre opera; y la de Ellen Kenner sobre el principio de visibilidad psicológica. Dentro de un rato iré a la de Edwin Locke sobre introspección, que también me está pareciendo muy rica.
¿Un buen consejo de Allison? Nunca comprometas tus principios.
Por cierto que Allison me recordó a otro Roark. Este es TJ. Rodgers a quien tuve el gusto de conocer y entrevistar en 1999. Rodgers se hizo notable cuando, en 1996, la hermana Doris Gormely, de las Hermanas de San Francisco, en Filadelfia, le envio una carta animándolo a contratar mujeres y minorías en el consejo directivo de su empresa. Rogers le contestó concienzudamente explicándole el valor de la meritocracia en términos de prácticas de contratación de personal; y con ello abrió un debate intenso acerca de la corrección política y las preferencias de etnia y sexo en los negocios.

12
Oct 07

Una celebración de la Civilización Occidental

Antes era el Día de la Raza, pero ahora que soplan los vientos de lo políticamente correcto, aquella no es una expresión afortunada. Actualmente es algo así como el Día de la Hispanidad, o el Día de Colón. Yo creo que, aunque el nombre que se le de es importante, más lo es el significado que tiene el 12 de octubre.

Esta es una fecha propicia para celebrar la Civilización Occidental. La civilización que ha crecido alrededor de Aristóteles, Francisco de Vittoria, Galileo Galilei, Isaac Newton, John Locke, Charles Darwin, Thomas Edison y Steve Jobs entre muchisimos otros.

Por supuesto que Cristobal Colón tenía sus defectos; pero su persona encarna muchas de las virtudes que han hecho posible Occidente: una mente independiente, espíritu emprendedor y curiosidad científica, por mencionar unas. Todo ello, a pesar de los prejuicios y de las supersticiones que prevalecían en su tiempo.

Una buena forma de celebrar esta efemérides es leyendo El genio de Occidente, por Louis Rouggier. Y vale la pena celebrarla porque la Civilización Occidental es, sin duda alguna, el logro más grande de la Humanidad. Y para apoyar esta afirmación, menciono dos razones entre muchas otras, para animar la discusión:

Los derechos individuales, y
El método científico


14
Oct 06

Ubicatex

“Los que estamos desubicados somos nosotros; porque, ¿de dónde sacamos que estamos en Occidente?”, me dijo un cuate cuando comentábamos el “código penal de Acatán”, las penas infamantes y los linchamientos que se aplican entre los indígenas guatemaltecos.

Después de mi dosis de Ubicatex forte pensé que de repente y sí. Que de repente y hay una parte de Guatemala que está más cerca de los talibanes, de Pol Pot y de Evo Morales, que de Occidente.

Pero, ¿qué es Occidente? Hace miles de años algunas especies de primates superaron el salvajismo y la barbarie y descubrieron la división del trabajo y la cooperación social. Unos grupos atravesaron las edades de bronce y de hierro para desarrollar culturas y organizaciones sociales complejas; y de ellos, sólo unos pocos cruzaron los umbrales de la revolución científica e industrial de los siglos XVII y XVIII.

A lo largo de ese recorrido, la experiencia humana en Occidente se enriqueció enormemente con aportaciones importantes. En Grecia fue desmitificada la naturaleza y fue democratizada la vida de los hombres en sociedad. En el Renacimiento fue rescatada, la humanidad, de aquella hibernación que había sido la Edad Media.

El espíritu de Prometeo, caracterizado por el dominio acumulativo y progresivo del entorno físico y social, por medio de la tecnología y de la ciencia se hizo manifiesto. Reconociendo, claro, que aquellas tecnología y ciencia son simples medios al servicio de fines más altos y más importantes. Fines relacionados con la búsqueda de la felicidad y con los ideales de justicia, de libertad y de solidaridad basados en el respeto a la persona humana y a su dignidad.

“Esta aventura del hombre occidental no puede dejar de suscitar admiración. Indudablemente el esfuerzo de la humanidad por escapar a la animalidad primitiva, de dominar a la naturaleza y de civilizarse, proporciona una visión inspiradora”, dice Louis Rouggier en El genio de Occidente, obra de la cual extraje el resumen de arriba y que concluye en que dondequiera que prevalezcan los derechos del hombre y los procedimientos que los garantizan, dondequiera que se respeten las reglas de la investigación científica , y dondequiera que se respeten las libertades de pensamiento y de expresión, allí está Occidente.

Y advierte, eso sí, que lo que Occidente llama progreso podría parecerles a algunos hombres un desasosiego carente de significado. Y que aunque no tenemos derecho a imponer nuestros valores y nuestros modelos de conducta; todos tenemos la obligación de mantener las condiciones necesarias para la coexistencia pacífica.

Cuando era adolescente me impresionaba una foto que vi. Era una mujer rapada que, con su niño en brazos, huía de una multitud que la acosaba. Era una foto de la barbarie durante la II Guerra Mundial. Ahora imagino mujeres rapadas y hombres azotados e hincados en maíces; y me pregunto: ¿estamos volviendo a la barbarie? ¿Estamos en Occidente?

Veo el “código penal de Acatenango” y leo que la violación por la noche está penada, pero que no se dice nada de la violación de día. Veo que el divorcio está prohibido. Veo que no está permitido jugar básquetbol, pero que no se dice nada del fútbol. Veo arbitrariedad por todas partes. Veo que Occidente está más lejos de lo que yo creía. Al paso que vamos los guatemaltecos no sólo vamos a tener que elegir entre las nimiedades de todos los días. Tarde, o temprano nos enfrentaremos al dilema de elegir entre Occidente y otra cosa. Y ¿sabe quienes van a ser los culpables? Vamos a ser usted y yo que vimos como es que ocurría el desmadre e hicimos poco, o nada, para evitarlo. El estado de Guatemala, que ha colapsado, necesita una reforma de fondo; porque no es con cambios de personas que evitaremos el descalabro de la sociedad guatemalteca. Como dice mi cuate: ¡Ubicate!, no necesitamos cambiar de piloto; lo que necesitamos es cambiar el pichirilo.