Varias entidades de la administración presentaron una denuncia ante el Juzgado de la Niñez y Adolescencia, para evitar la descarga de la aplicación Secret en dispositivos informáticos móviles. La Vicepresidencia de la República, la Procuraduría General de la Nación y la Superintendencia de Telecomunicaciones intentarán que esa aplicación sea retirada del país, después de presentar al Legislativo la iniciativa de Ley de Protección de la Moral e Integridad de la Persona por Medio de Comunicaciones Informáticas.
¿Rápidos, o no?
Secret es una app que les permite a sus usuarios compartir mensajes anónimos, de forma encriptada; por lo que son verdaderamente anónimos. Para sus usuarios, por un lado es una herramienta terapéutica que permite escribir cualquier cosa sin temor a que se sepa de donde vino; y por otro es una fuente de extremo estrés -¿quizás adictivo?- por el nivel de curiosidad que genera, o por miedo a ser objeto de su atención. No es extraño que en un ambiente oscuro y anónimo proliferen calumnias, injurias y difamaciones de grandes proporciones.
Las caricaturas anónimas de María Antonieta, la nobleza y el clero -que circulaban en los mercados- contribuyeron gandemente a cultivar el ambiente necesario para la revolución francesa. Las estatuas parlantes de Roma -en las que se colocaban libelos y pasquines- fueron un fenómeno en los siglos XVI al XIX. A lo largo de la Historia, los libelos y pasquines -cuando no han sido instrumentos para evadir la censura y la opresión por parte de quienes ejercen el poder- han sido sido expresiones de la violencia, rabia y cobardía de quienes hacen uso de ellos.
En una sociedad totalitaria se explican el seudónimo y el anonimato con facilidad. Pero…¿cómo se explican en una sociedad en la que la libertad de expresión es -todavía- un valor; y en la que no existen -todavía- prácticas de censura y represión como las que hay en Cuba, Venezuela, Ecuador y Argentina para mencionar cuatro?
En una sociedad como la guatemalteca, la respuesta puede hallarse en la afición al chisme y a la malediciencia, que han señalado costumbristas como José Milla y otros; pasando por el proceso de masificación que homogeniza el pensamiento y la opinión, casi en el mismo sentido en el que es cierto que de noche todos los gatos son pardos; y pasando por la sensación de poder que dan la invisibilidad, el anonimato y la impunidad.
…y todo aquello produce miedo. Durante los últimos 8 días casi no ha habido uno en el que no escuche que Secret debe ser prohibido; y ayer, los pipoldermos saltaron rápido para intentar su prohibición. Si la gente está pidiendo a gritos que la libertad de expresión sea limitada, que una vía de expresión sea erradicada, prohibida y retirada, ¿por qué no acceder al clamor? Si la gente pide lo que los pipoldermos anhelan, ¿por qué no apresurase y materializar un antecedente para avanzar en el ansiado proceso de controlar la opinión pública y censurar la información que no contribuya a conseguir más influencia y poder por parte del sector político? Lo que Los Castro, Chávez/Maduro/Cabello, Correa y Kirchner han tenido que hacer con un elevado costo político, los chapines con miedo están pidiéndolo con insistencia. El mayor peligro de Secret es que está haciendo socialmente aceptables la prohibición y la censura. ¿Te diste cuenta?
Ya lo dijo V, en su discurso por la BTN: En este país… algo va muy mal, ¿no? …crueldad e injusticia… intolerancia y opresión…antes tenías libertad para objetar… para pensar y decir lo que pensabas… ahora, tienes censores y sistemas de vigilancia que nos coartan para que nos conformemos y nos convirtamos en sumisos…¿Cómo esto ha podido ocurrir? ¿Quién es el culpable?… …bueno, ciertamente, unos son más responsables que otros… y tendrán que rendir cuentas… pero, la verdad sea dicha… si estás buscando un culpable, sólo tienen que mirarse al espejo…¿Por qué lo hiciste?… porque tenías miedo.
Frente a las ideas de que Secret es un instrumento corruptor de la moralidad pública y la idea de que puede convertirse en un instrumento peligroso de descontento político muy perjudicial para cualquier grupo que esté ejerciendo el poder, está la idea de que sólo es una herramienta para la libertad de expresión. Empero, hoy en la mañana, una de mis estudiantes, Kristel, me dijo: No puede ser un instrumento de libertad de expresión algo anónimo; porque la libertad y la responsabilidad van de la mano y porque si los autores de los contenidos no se identifican no hay un Yo en lo que escriben. No hay libertad de expresión, sin no hay quién se expresa. Esa es una de mis perspectivas favoritas sobre Secret. Lo cual no implica que avale, o esté a favor de la prohibición y de la censura.
Muchos adultos y jóvenes están preocupados por Secret; y el mejor consejo que he leído al respecto es el de Ricardo en Nullius in verba: Le invito al lector que busque la fortaleza y templanza necesaria para resistir el impuso de participar de este circo romano, no instalar esta aplicación, permanecer individuo y no unirse a la masa. Y para quien ya ha caído en las garras de esta vorágine del entretenimiento, le reto a mostrarse a sí mismo que tiene la altura moral y la decencia humana de desinstalarla y oponerse a la seductora tentación de satisfacer a cualquier costa los más bajos impulsos y dejarse llevar por el cálido abrazo de la masa. Tareas que no son nada fáciles pero que ponen a prueba la virtud y el carácter.
Si te interesa el tema, en serio, seguramente querrás ver esta conversación entre José Luis Orihuela y José Eduardo Valdizán.