08
Sep 17

¿Y cuando sea el terremoto?

Anoche hubo un terremoto de 8.01 grados (que en Guatemala se sintió de 7.7) y ocurrió a frente a la costa de Chiapas (México), a 199 kilómetros de San Marcos (Guatemala)*. El movimiento duró 1:33 minutos, algo notable si tomamos en cuenta que el terremoto de 1976 en Guatemala (23,000 muertos) duró poco más de 33 segundos.  Es el más fuerte y largo que he sentido en años…y casualmente la de abajo es mi columna de hoy en elPeriódico:

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Una de mis primas vive en Puerto Rico y cuando escribí estas líneas andábamos con el pendiente de que Borinquén iba a ser golpeada por la fuerza de Irma. Voy a suponer que, para hoy cuando el artículo es publicado, el huracán no pasó de ser una experiencia para Paola y su familia.

La ventaja de los huracanes, sobre los terremotos que nos toca vivir en Guatemala, es que para aquellos te puedes preparar; pero para los terremotos, no hay forma de estar inmediatamente preparado. Los tifones y ciclones ocurren con suficiente frecuencia como para que la gente no olvide lo que implica su paso.  Son fenómenos aterradores que dejan destrucción y muerte como en Texas y en el Caribe; y nadie quiere vivir un huracán, como nadie quiere vivir un terremoto. Nadie te puede avisar que va a ocurrir un movimiento telúrico, con dos, o tres días de anticipación; y, sin embargo, hay que estar conscientes de que habrá uno y de que hay que estar listos.

Guatemala está localizada sobre tres placas tectónicas, está cruzada por infinidad de fallas geológicas y tres de ellas son muy activas. Hay 37 volcanes en el país, y tres de ellos arrojan lava y cenizas casi todos los días. ¿Cómo no va a haber terremotos?

Por ello es preciso anticipar qué vas a hacer cuando haya uno. ¿Dónde estará tu familia y cómo harán para comunicarse y reunirse si están dispersos? ¿Tienes kit de terremoto? Linternas, agua, medicinas, alimentos, ropa, vodka (por versátil), algo de dinero y otras necesidades para unas 72 horas. ¿Cómo y por dónde vas a evacuar el edificio donde vives, o donde trabajas? ¿Tienes carpa y bolsas de dormir por si hicieran falta?

Recuerdo bien el terremoto de 1976 y lo críticas que son las primeras 48 horas. Dormíamos en los automóviles hasta que unos colegas de mi papá nos enviaron carpas desde Nicaragua. No había bancos, ni supermercados, ni agua, ni pan, ni tortillas. Ir al baño era muy incómodo. Mi madre hizo bisquits con harina que había en casa, y no hubo pan hasta que un empleado de mi papá nos llevó del que hacían en su casa.   Mis padres lo organizaron todo muy bien; pero ya con experiencia, prefiero estar preparado. ¿Y tú?

*Ha sido seguido por más de una docena de temblorones más, frente a la costa de Chiapas; y en Guate fue de 7.7 grados.

Actualización: hice una consulta en @luisficarpediem y 46 lectores contestaron a la pregunta: ¿Tienes un kit de emergencias para el caso de un terremoto? Sólo 4 contestaron que sí; pero afortunadamente 23 dijeron que, aunque no tienen uno, sí van a prepararlo. Dieciocho lectores dijeron que no prepararán uno. Ojalá que ninguno de estos últimos sea mi vecino y luego venga a pedirme un par de pastillas contra el dolor de cabeza, cuando le haga falta.


25
Ago 17

Algo grave en este pueblo

Hay un cuento de García Márquez, titulado Algo muy grave va a suceder en este pueblo, y empieza así: Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora vieja que tiene dos hijos, uno de 17 y una hija de 14. Está sirviéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación. Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde: “No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo muy grave va a sucederle a este pueblo”.  Los hijos se ríen de la madre, y dicen que esos son presentimientos de vieja, cosas que pasan.

El rumor del presentimiento de la vieja pasa de sus hijos a los amigos de estos y de los amigos al carnicero.  Al rato, todos en el pueblo están esperando que pase algo; y la gente empieza a ver en el calor (de siempre) y en la presencia de pájaros (de siempre) augurios de que algo grave va a pasar.

La tensión se eleva en el pueblo y las personas agarran sus muebles, sus hijos y sus animales, y en carretas abandonan el pueblo. No faltan quienes incendian sus casas; y hay un éxodo como de guerra. Al final del cuento…no les cuento con la esperanza de que lo googleen y lo lean porque es bueno

De aquello me acordé cuando -luego del rumor de que Jimmy Morales quería salir de Iván Velásquez- se encendieron las redes sociales, la Fiscal General amagó con renunciar, los medios masivos hicieron eco y los colectivos de siempre amenazan con salir a la plaza para deponer al Presidente.  Los intoxicadores le colgaron el sambenito de corruptos a quienesquiera que no se unieran al frenesí y…¿quiénes se benefician con semejante río revuelto?

Desde el día uno, los colectivos -de siempre- le llevan ganas a Morales, que a ratos es un indefendible y a ratos también. Esto y la victimización de Velásquez les cae como anillo al dedo no sólo para salvarle la cara al jefe de la CICIG y a la Comisión (luego de meses y meses en que sus casos no terminan de cuajar), sino para conseguir, por la vía de los rumores, la incertidumbre y de las barricadas, lo que los votantes les niegan en las urnas –siempre-.

La foto es de elPeriódico y esta columna fue publicada en ese diario.


18
Ago 17

Enemigos, taladores y saqueadores

Exactamente, ¿cuántas vidas como la de F. Gómez, E. Mayen, J. Picholá, E. Sarceño, J. Sical. M. Sucuc y E. Valdez vale la de un marero? ¿Cuántos heridos de cuatro años de edad –o de la edad que sea– vale un marero? ¿Doce?

 

Escucha el podcast aquí.

Cosas así me pregunto luego de la balacera del miércoles, cuando un grupo de mareros rescató, a sangre y fuego, a un cómplice de ellos en el Hospital Roosevelt.  El rescatado estaba bajo la custodia del Sistema Penitenciario y llegó al nosocomio, por orden de un juez.  Ningún sistema de inteligencia previó lo que iba a pasar.

Comparto la idea que circula en Twitter en el sentido de que los mareros deberían ser declarados enemigos y deberían ser perseguidos, procesados y castigados como tales.  Como a Abimael Guzmán, por citar un ejemplo.

Mientras tanto, 48 árboles fueron talados a inmediaciones del aeropuerto, y nueve personas fueron capturadas por ello.  Los que resulten responsables del corte material deben enfrentar las consecuencias de sus actos vandálicos; pero más importante será dar con los responsables intelectuales de ese acto de barbarie.  Hace poco tiempo casi todo el bronce de las avenidas Reforma y Américas fue saqueado –presuntamente por los chatarreros, o para los chatarreros–.  No recuerdo si alguien fue capturado; ni autores materiales, ni autores intelectuales.

Los tesoros culturales de Guatemala, como los cuadros de T. de Merlo y los bronces históricos, y ahora hasta las jacarandas son saqueados y destruidos por delincuentes.  Las pinturas del siglo XVIII fueron recuperadas y los autores materiales fueron capturados; pero, ¿se llegó hasta los autores intelectuales del robo?

Así es como estamos.

Claro que todo esto es multicausal; empero, voy a enfocarme en una causa por falta de espacio: La maldad no viene sólo de la gente malvada; sino, también, de las personas buenas que toleran la iniciación de la fuerza como medio para alcanzar fines.  De este modo las personas buenas le dan poder a la gente malvada…Lograr una sociedad libre [y pacífica] requiere valor para pensar, para hablar y para actuar; especialmente cuando es más fácil no hacer nada, como escribió K. Schoolland.

Columna publicada en elPeriódico.


11
Ago 17

Gente pasiva y obediente

La forma inteligente de mantener a la gente pasiva y obediente es limitar estrictamente el espectro de la opinión aceptable; pero permitir un debate muy animado dentro de ese espectro, escribió N. Chomsky.

Escucha el podcast, aquí.

No es aventurado decir que Chomsky es uno de los pensadores colectivistas más relevantes de la actualidad.

Vivimos en tiempos en los cuales el espectro de lo que es aceptable en términos de opinión es restringido rápidamente.  Vaya alguien a opinar que la frase María chula no es racista; o que no se necesita de un dios para ser buena persona.  Vaya alguien a opinar que es necesario distinguir entre el feminismo y el feminazismo; o que no hay tal cosa como derechos para grupos específicos de carácter étnico, o sexual por mencionar dos.  Vaya alguien a opinar que ciertos grupos son cargas sociales cuando consiguen, para sí, que la ley expolie a otros grupos.  Ha habido intentos por prohibir que se cuestione el supuesto genocidio en Guatemala; y el atrevimiento de cuestionar los resultados y la legitimidad de la CICIG es castigado con acusaciones de corrupción y cosas peores.  Al que cuestione que el cambio climático sea antropogénico, no le va mejor; como no le va mejor a quien sospeche que no hay diferencia entre los extorsionistas y los funcionarios que piden mordidas.

Cuando el pelotón de intoxicadores en las redes sociales y los medios masivos de comunicación se dispone a limitar las opiniones aceptables; y –peor aún– cuando desde el poder gubernamental y la legislación es limitado el espectro de la opinión aceptable, no es casualidad. Es parte de la fórmula de control que Chomsky ha identificado.

La otra parte, la del debate animado, no es menos importante.  La gente debe tener la impresión de que puede comentar y hasta discutir de cualquier tema, siempre que no ofenda a los que se ofenden.  Así es como el establishment mantiene a la gente pasiva y obediente.

Es un poco como el episodio Nosedive de la serie Black Mirror. Quien no se mantiene dentro de los límites opinables aprobados por el establishment es linchado virtualmente, e incluso puede ser perseguido judicialmente.

Columna publicada en elPeriódico. La ilustración la tomé de aquí.


28
Jul 17

¿Qué clase de reforma electoral?

Una reforma electoral que sea electorera, es decir, una que refuerce el carácter clientelar y de rosca que tienen los partidos políticos, en Guatemala, le causaría un daño profundo y mortal no sólo al sistema electoral, sino al sistema republicano.

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Por eso es bueno que, en el Congreso, la propuesta de elevar el financiamiento coercitivo por parte de los tributarios a los partidos políticos fuera rechazada. Por eso es bueno que el alza en el techo de los gastos de campaña fuera desestimada.

Ya sabes, en Guatemala, los partidos políticos no son esos intermediarios entre mandantes y mandatarios, ni esas plataformas ideológicas y programáticas que describen los libros de texto. Aquí, lo que tenemos son maquinarias electoreras que, alrededor de un candidato y su rosca de amigos y patrocinadores, son vehículos para llegar al poder, o influir en él en beneficio de intereses particulares. Por eso es que los partidos tienen dueños con nombre y todo: Ahí está el partido de Sandra Torres y está el de Alvaro Arzú. Estaban el de Baldizón, el de Ríos Montt, el de Pérez y así podemos seguir.

¿Qué clase de reformas sí son urgentes e importantes? Las que refuercen y fortalezcan el rol de los mandantes. También las que refuercen y fortalezcan el sistema republicano.

¿Por ejemplo? La conformación de distritos electorales pequeños; y la posibilidad de que cualquier ciudadano pueda inscribirse como candidato, sin necesidad del apoyo de partido político, o comité cívico alguno. Los efectos (entre otros) de esas reformas serian el de acabar con el monopolio de los partidos y el de crear el incentivo para que estos no se alejen de los mandantes, si quieren conseguir sus votos. También haría más baratas y más cortas las campañas. ¿Otro ejemplo? El fortalecimiento del Tribunal Supremo Electoral, en su carácter de supremo e independiente para que sea confiable y digno de respeto.

Sin una reforma política sustancial, las otras reformas pendientes están en manos de los intereses de siempre.

Columna publicada en elPeriódico.


14
Jul 17

¿Subsidios y una guerra ajena?

En el contexto de la guerra perdida contra las drogas, uno de cuyos frentes más violentos está en Ixchiguan y Tajumulco; y el Ministerio de Desarrollo analiza darles un subsidio a quienes siembran amapolas allá, para que dejen de hacerlo.

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La idea es darles Q27 millones, del dinero tomado de los tributarios, a los dueños de tierras en aquellas poblaciones; unos Q1,500 a cada propietario, durante seis meses. Y pasó lo que tenía que pasar: la propuesta no fue bien recibida porque se estima que cada familia recibe cerca de Q64 mil al año por tres cosechas de amapolas en una cuerda.

Las siembras de amapolas que se hallan en aquellas localidades prosperan allí, sin necesidad de mayores cuidados. Hay políticos y burócratas que creen que aquel producto podría ser sustituido por vegetales, si se cambiara la mentalidad de la gente y si la gente recibiera apoyo estatal; pero ¿qué va a igualar la rentabilidad de las amapolas?  El precio de esa materia prima supera a la de cualquier otro cultivo gracias a la demanda de heroína en los Estados Unidos de América, principalmente.

Si para igualar la rentabilidad de la amapola que se da solita, la gente tiene que sembrar y cosechar vegetales tres veces al año, ¿de verdad creen, los burócratas, que la gente va a querer trabajar tanto para recibir la misma cantidad de dinero, o menos?  Las autoridades que piensan que sí, no tienen idea alguna de lo que es rentabilidad.  Y seguramente no han trabajado en el campo, ni han sembrado, ni cosechado algo bajo el sol.

¿Y la idea del subsidio? ¡Malísima! Es criar más dependientes del estado benefactor y del dinero de los tributarios. Es una burla para los más pobres. ¿Sabes qué va a pasar en seis meses? Los pobres van a seguir siendo pobres y antes de que se acabe el subsidio van a bloquear carreteras y va a volver la violencia en demanda de que continúe el privilegio de recibir dinero ajeno. Y va a ser una injusticia para los pobres de otros rincones, que no van a recibir las dádivas políticas. La pobreza se combate con seguridad jurídica, libertad económica e igualdad de todos ante la ley; no con subsidios y una guerra ajena.

Columna publicada en elPeriódico;  la foto es de ese mismo diario.


30
Jun 17

En el Día del Ejército

En el Día del Ejército me gusta recordar –y agradecer– que el ejército de Guatemala salvó a mi generación de vivir bajo la dictadura del proletariado, en un sistema colectivista y totalitario como los que estaban de moda en los años 60-80.  Evitó que mi generación creciera en una sociedad moralmente exhausta como la de Cuba, y que mi generación en los 90, o la tuya hoy, tuviera que pelear en las calles para salir de la tiranía, como ocurre en Venezuela.

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¿Qué, exactamente quería la guerrilla que combatía el ejército por mandato constitucional? Lenin explica que la dictadura del proletariado significa el poder ilimitado basado en la fuerza, y no en la ley. Dictadura significa autoridad sin las trabas de la ley, no restringida por normas y basada en la violencia. Si la guerrilla asesinaba, secuestraba, fusilaba y ejecutaba actos de terrorismo durante el enfrentamiento armado… ¡aquello esperaba a miles de guatemaltecos si la revolución triunfaba!

Lenin escribió: Las Cortes no deben prohibir el terror… deben legalizarlo como principio, y explicó que una vez que el proletariado esté en el poder, ninguna consideración, más que el mantenimiento del poder, será importante… la DP abolirá el sistema parlamentario –de forma permanente–, así como la separación entre el Legislativo y el Ejecutivo. La idea era que los gobernantes determinaran por medio de qué leyes iban a mandar y que no estuvieran controlados por nadie. Pero… ¿quiénes iban a ser los gobernantes? Lenin usó la frase dictadura del partido.

Es cierto que durante el enfrentamiento armado hubo actos horribles y corrupción, no en vano la guerra es el caballo rojo.  Es cierto que Guatemala necesitaba (como necesita) cambios; pero, ¿para imponer el ideal de Lenin? Si hubo crímenes, sus hechores deben ser castigados; para que se haga justicia, y no por venganza. Y es más que oportuno reconocer que, podemos discutir –en paz– todo tipo de ideas, porque no triunfó el ideal totalitario y colectivista. En buena parte gracias a la tropa y a los oficiales que dieron sus vidas.

Columna publicada en elPeriódico.


23
Jun 17

Cisma sangriento

Todo cristiano intelectualmente inquieto debería leer Cisma sangriento, por Francisco Pérez de Antón. ¿Por qué? Para explorar si su fe es honesta, o si es consecuencia del miedo. Con esta obra, el autor vuelve a hacer lo que hizo con El gato en la sacristía: Sacude el campanario para ver si allí hay murciélagos.

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En Cisma, el autor y con pluma genial nos lleva por las pavorosas guerras de religión, las masacres, crímenes y hambrunas que –luego de que Lutero clavara sus tesis en Wittemberg- costaron cerca de 13 millones de muertos. Cadáveres que la historia oficial (católica y protestante) hace todo lo posible por no traer a cuento. En parte por sacralizar la carnicería y en parte para no permitir que la verdad arruine una buena historia.

En el Cisma, los teólogos salen mal parados. Dice el autor: Un teólogo es alguien que se enfrenta a otro teólogo por cuestiones sobre las cuales ninguno de los dos está seguro, pero por las que ambos serían capaces de matarse. Cada uno proclama que la salvación del hombre sólo puede ser explicada por medio de una teología: la suya. Y nos recuerda que tanto en el siglo XVI, como en el XXI; tanto en el cristianismo como en el islamismo, la clerecía sólo es tolerante cuando no tiene poder para ser intolerante. De ahí el interés religioso en la política. Zuinglio escribió que el estado ha de ser cristiano; Pío nono dijo que la tesis de que el estado deba ser separado de la iglesia es falsa y un error pernicioso…y Bergoglio ha dicho que la iglesia debe meterse en política.

Pérez de Antón expone detalles clave para entender por qué es que aquellas teologías son enemigas de la libertad intelectual de las personas: Lutero decía que la razón es el mayor enemigo de la fe; Calvino consideraba al humano poco más que estiércol vacuno; y Roma veía en los valores del humanismo una amenaza a su hegemonía.

Se me acaba el espacio y no quiero que se queden en el tintero dos ideas: Creo que Cisma (o su autor, claro) es injusto con los tribunales de fuero especial, de 1982/83 en Guatemala; y creo que es injusto con Juan de Mariana. Dicho aquello, de verdad te recomiendo este librazo.

Columna publicada en elPeriódico.


16
Jun 17

Guatemala no debe ser Venezuela

Guatemala no debe ser Venezuela. ¿Por qué? Porque en Venezuela gobierna una tiranía corrupta y asesina.  Porque en Venezuela, a causa de la tiranía, la gente no tiene que comer y está desesperada.  Porque en Venezuela, la gente pelea en las calles, luego de haber perdido la batalla de las ideas.

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Sin embargo, hay chapines que admiran el régimen chavista de Nicolás Maduro.  Hay chapines que viajan a Caracas en busca de inspiración y apoyo.

En el contexto de las fallidas (aunque algunas necesarias) reformas constitucionales, la CICIG dijo que, decir que la aprobación de la reforma era convertir a Guatemala en Venezuela era desinformación y una afirmación malintencionada. Empero, ¿quiénes eran los más acalorados promotores de aquella reforma? Y, principalmente, ¿quiénes eran los más ardorosos promotores del alacrán en la camisa de la necesaria y urgente reforma al sistema de justicia?

¿Quiénes eran? Algunas de las caras que se vieron en la manifestación chavista que hubo en la ciudad de Guatemala, el martes pasado. La gente del Comité de Desarrollo Campesino, por ejemplo.  También activistas de la academia Hugo Chávez que opera en la universidad estatal. El partido Convergencia que, en pocas semanas ha propuesto legislación mordaza, legislación contra la propiedad y continúa en el afán semillero de minar al Presidente electo y sustituirlo por uno de su gusto, por medio del Congreso corrupto.  ¡Ni siquiera la URNG; Winaq y Maíz -colegas revolucionarios de Convergencia- han estado tan activos!

No es que el Presidente valga la pena; pero sí las instituciones republicanas, aunque precarias, vis a vis la democracia jacobina y placera que tanto les gusta a los admiradores del proceso que ha llevado a los venezolanos a la ruina.  No es que en Guatemala no haya corrupción, ni haya gente con hambre; pero hay una diferencia abismal entre una sociedad como la chapina que lucha contra la corrupción y el hambre –a pesar de quienes los ven como el costo de la revolución–, y una como la venezolana que está al borde de quién sabe que horribles derramamientos de sangre porque triunfó la revolución.

Columna publicada en elPeriódico.


09
Jun 17

Los taxistas contra Uber

Con mensajes contra Uber más de cien taxistas bloquearon el paso en el Trébol  y perjudicaron a miles y miles de personas el miércoles pasado.  Mi cuate, J. Toriello, en Facebook, publicó un vídeo donde se veían los taxis con números y placas tapadas.

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Los taxistas, en el mundo, se han opuesto violentamente a la competencia e innovación que ha traído Uber; y en Guatemala, los taxistas siempre se han rehusado a abandonar a la comodidad. A finales del siglo XX, los taxistas estacionarios se opusieron a los taxis rotativos; poco más tarde los rotativos se opusieron a los amarillos hasta el punto de que, por ejemplo, los amenazaban cuando llegaban al aeropuerto La aurora.  Hoy, los taxistas la tienen contra Uber.

Es cierto, eso sí, que los taxis tradicionales están sujetos a extorsiones por parte de políticos y burócratas; es decir, a licencias, trámites, ¿arbitrios y tasas? ¡Ya te imaginas!  Pero nótese que los taxistas tradicionales no están pidiendo que les quiten aquellas cargas e igualar su condición a la de Uber para competir sanamente.  Lo que piden es que Uber sea eliminado de la competencia y, en el mejor de los casos, que a Uber, los políticos y los burócratas los castiguen como a ellos.

Es como la historia del campesino ruso que, teniendo él una vaca y su vecino un toro, cuando se le apareció un genio y le ofreció un deseo, en vez de pedir un toro para él y así iniciar una crianza de bovinos, lo que pidió fue que el genio matara al toro de su vecino.

Es como la parábola aquella de F. Bastiat en la que los fabricantes de candelas, velas, lámparas, candeleros, faroles, apagavelas, apagadores y productores de sebo, aceite, resina, alcohol y de todo lo que concierne al alumbrado, les piden a los diputados que legislen y ordenen el cierre de todas las ventanas, tragaluces, pantallas, contraventanas, póstigos, cortinas, cuarterones, claraboyas, persianas, en una palabra de todas las aberturas, huecos, hendiduras y fisuras por las que la luz del sol tiene la costumbre de penetrar en las casa, en perjuicio de las bellas industrias con las que nos jactamos de haber dotado al país.

¿Viste?

Columna publicada en elPeriódico. La foto es de J. Toriello.