Guatemala no debe ser Venezuela

Guatemala no debe ser Venezuela. ¿Por qué? Porque en Venezuela gobierna una tiranía corrupta y asesina.  Porque en Venezuela, a causa de la tiranía, la gente no tiene que comer y está desesperada.  Porque en Venezuela, la gente pelea en las calles, luego de haber perdido la batalla de las ideas.

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Sin embargo, hay chapines que admiran el régimen chavista de Nicolás Maduro.  Hay chapines que viajan a Caracas en busca de inspiración y apoyo.

En el contexto de las fallidas (aunque algunas necesarias) reformas constitucionales, la CICIG dijo que, decir que la aprobación de la reforma era convertir a Guatemala en Venezuela era desinformación y una afirmación malintencionada. Empero, ¿quiénes eran los más acalorados promotores de aquella reforma? Y, principalmente, ¿quiénes eran los más ardorosos promotores del alacrán en la camisa de la necesaria y urgente reforma al sistema de justicia?

¿Quiénes eran? Algunas de las caras que se vieron en la manifestación chavista que hubo en la ciudad de Guatemala, el martes pasado. La gente del Comité de Desarrollo Campesino, por ejemplo.  También activistas de la academia Hugo Chávez que opera en la universidad estatal. El partido Convergencia que, en pocas semanas ha propuesto legislación mordaza, legislación contra la propiedad y continúa en el afán semillero de minar al Presidente electo y sustituirlo por uno de su gusto, por medio del Congreso corrupto.  ¡Ni siquiera la URNG; Winaq y Maíz -colegas revolucionarios de Convergencia- han estado tan activos!

No es que el Presidente valga la pena; pero sí las instituciones republicanas, aunque precarias, vis a vis la democracia jacobina y placera que tanto les gusta a los admiradores del proceso que ha llevado a los venezolanos a la ruina.  No es que en Guatemala no haya corrupción, ni haya gente con hambre; pero hay una diferencia abismal entre una sociedad como la chapina que lucha contra la corrupción y el hambre –a pesar de quienes los ven como el costo de la revolución–, y una como la venezolana que está al borde de quién sabe que horribles derramamientos de sangre porque triunfó la revolución.

Columna publicada en elPeriódico.

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