En Guatemala se vota por las personas, no por los partidos, dijo Arnoldo Medrano, alcalde de Chinautla, luego del procedimiento judicial en el que tuvo que pagar una fianza para no ir a prisión. Para este período Medrano fue electo con la ficha del Partido Patriota, pero en otras ocasiones ha sido electo por otros 5 partidos.
La suya es una historia que confirma lo dicho, pero hay otras: El PAN era el partido de Arzú y es nada sin él. El FRG era el de Ríos Montt y es nada sin él. La Gana fue el partido de Berger y es nada sin él. Y ahí están los partidos de Alejos, de Colom/Torres y de Baldizón, para mencionar otras organizaciones personales, cuando no caudillistas.
La verdad es que lo que aquí llamamos partidos políticos no son más que maquinarias electoreras a las que la ley les da derecho de picaporte para colocar candidatos en las papeletas electorales. Son roscas de amigos, compadres, clientes y patrocinadores que sirven para llegar al poder y medrar desde él.
La mayoría de chapines –a nivel municipal y a nivel nacional– vota por personas e intereses, y no por ideales. Posiblemente la mayoría de votantes de Chinautla vote por Medrano, otra vez, sólo porque es Medrano. Sospecho que la mayoría de electores –a todo nivel– quiere un dirigente, un pastor o un padre. Quiere alguien que mande, alguien que chasquee el cincho y alguien a quien irle a pedir. La democracia es eso: la libre elección del saqueador y mandamás de turno.
Todo esto es peligroso porque es personal y no es institucional. Es peligroso porque –como no sea para conseguir privilegios en el mercado de privilegios que es el estado– no existe una relación sana entre mandantes y mandatarios. Sin un sistema republicano que modere aquellas prácticas, cualquiera que alcance el poder con los votos de la mayoría del momento recibe un cheque en blanco. Para el sistema político chapín –al que le urgen reformas de fondo– es apropiada la canción de Lucha Villa, que dice: Ay, me decepcionaste tanto/ que ahí te dejo un cheque en blanco/a tu nombre y para ti / Ay, pon la cantidad que quieras/…ese debe ser tu precio / y va firmado por mí.
Columna publicada en El periódico.