08
Feb 13

Comunismo y discurso

Durante 36 años, grupos armados marxista-leninistas y maoístas castigaron a los guatemaltecos con un enfrentamiento plagado de terrorismo, que costó miles de muertos. Uno de los actos terroristas más inescrupulosos, protagonizados por aquellas personas, fue el de septiembre de 1980. Había partes humanas esparcidas por todos lados, los hermosos vitrales del Palacio Nacional fueron dañados severamente. ¡Dos bombas fueron plantadas en el Parque Central! El propósito de aquella gente era el de establecer la dictadura del proletariado. El comunismo no asusta porque sea una palabra; sino porque es espantoso y sus muertos se cuentan por millones: 61 en la URSS, 76 en China, y así podemos seguir contando.

Aquí, miles de campesinos fueron desplazados para huir de la violencia; cientos de jóvenes fueron sacrificados. Los promotores del comunismo secuestraron hombres, mujeres y ancianas. Asesinaron embajadores, secuestraron periodistas, mataron a quien quisieron; y como el moho se metieron por todas partes.

En mayo sus huestes llenaron de hoces y martillos la Sexta Avenida. Sus efigies del Che Guevara y las banderas rojo y negro adornan las marchas de acarreados con las que toman las calles; se ven entre las barricadas de las carreteras; están presentes cuando estudiantes toman escuelas, institutos y la universidad estatal. Donde hay violencia, ahí está la iconografía de los responsables del enfrentamiento armado. El comunismo no asusta porque sea una palabra; sino porque es violencia.

Es un error pensar en el comunismo como una colección de ideas distintas e inocentes. Ninguna ideología ha producido tantos tiranos de sangre fría y tantas dictaduras totalitarias como el socialismo real. Occidente es duro con el nacionalsocialismo; pero al comunismo –cuantitativamente más carnicero– le ofrece un doble estándar y docenas de excusas para sus desaciertos. Como si millones de muertos y 80 décadas de horror fueran solo descuidos.

Claro que este tema incomoda a muchos, sobre todo a los que se benefician del olvido; y a quienes comen cómodamente con los responsables de los crímenes que los promotores de la dictadura del proletariado cometieron aquí; no solo con impunidad, sino con desvergüenza. El comunismo asusta porque puede hacerse realidad.

Esta columna fue publicada en El periódico. Para entender al comunismo te recomiendo este vídeo:


06
Ago 12

Impostura y arbitrariedad tras el triunfo de Erick Barrondo

Erick Barrondo obtuvo una medalla de plata en Londres y ya es un objetivo político.  ¿Oíste la conversación del presidente Otto Pérez Molina con Bernabé Barrondo, padre del campeón?  Si no la has oído, escúchala y agárrate de la silla.

Hace poco se comentó  el hecho de que el Presidente andaba a caballo y se lo comparaba con el general Jorge Ubico.  En ese momento pensé que la crítica era exagerada y con mala leche.    Pero en esta conversación es evidente que el Mandatario siente que tiene la facultad de actuar como un dictador de principios del siglo pasado y dar ordenes para que con un chasquido de sus dedos se cumpla su voluntad aunque para ello haya que pasar encima de la ley, de los procedimientos y de lo que sea.

Mi parte favorita de la conversación es cuando Pérez Molina le dice a don Bernabe que va a mandarlo a él y a doña Dora para apoyar al campeón (a pesar de lo antitécnica que es esa decisión arbitraria del Presidente).  Y luego de oír todas las ofertas presidenciales, el señor Barrondo le dice a Otto Pérez que a ver si se va a poder porque su señora es salvadoreña y no tiene papeles.  ¡Plop!, diría Condorito.

El presidente casi que se queda sin habla y empieza a repetir que tienen que hablar, y que van a revisar que hacer en Migración y en el Registro Nacional de Personas, y que va dar ordenes aquí y allá para resolver el asunto.  De orden superior, digo yo.

Y todo esto es lo que me recordó lo que me contaban mis abuelas acerca de los tiempos de Ubico.  Se hacía lo que Ubico quería y ordenaba.  Bastaba una orden presidencial para que los nudos más apretados se desenredaran.  No había ley, ni procedimiento que resistiera una orden presidencial .  ¿Podrá Otto Pérez Molina sacarle al Departamento de Estado dos visas rapiditas y sin mal modo? ¿Podrá obtener una para una señora que no tiene papeles?  Vamos a ver hasta donde llega el poder del Señor Presidente.

Por cierto que yo no digo que don Bernabé y doña Dora no deban ir a Londres…sólo objeto el modo; y los alcances que tiene el capricho presidencial.

Otra joya de la conversación es cuando don Bernabé le dice a Otto Pérez Molina que mejor sólo se van él y doña Dora porque no hay quien cuide la casa, y usted ya sabe que los ladrones andan por ahí.  ¡Plop!, otra vez.

¿Qué es lo que se le ocurre al Presidente? Que va a darle la orden (oigase chasquido de dedos) al Gobernador para que se haga cargo del asunto.  ¿Te sientes como en tiempos de Ubico, o no? ¿Cuándo fue la última vez que el Presidente ofreció cuidarte tu casa, tu automóvil, tu teléfono, o a tus hijos?

Reitero mis respetos y admiración para Erick Barrondo, y se me enchinan los brazos cuando veo lo alegres que están sus padres.  ¡Que dicha, la verdad!  Y por eso me indigna mucho que el triunfo del atleta esté siendo convertido en un objetivo político y demagógico.

Empero, y para ser justos, la culpa no es sólo del Presidente, sino de las miles y miles de personas que están colectivizando el triunfo de Erick Barrondo.  Se dice, por ejemplo, que le dió a nuestro país la primera medalla olímpica; que consiguió la medalla olímpica para Guatemala; que es nuestra primera medalla olímpica; hay quien se atrevio a decir que ¡anhelamos otra medalla!, como si Erick u otro de los deportistas chapines que están en Londres nos la debieran, o tuvieran algún tipo de obligación con nosotros.  Y así puede seguir la lista.  ¡Aramos, dijo la mosca!

Erick Barrondo y su triunfo son un objetivo político porque todo el que puede y quiere está colectivizando su éxito.


13
Dic 10

¿Y si hubiera un WikiLeaks chapín?

Luego de casi dos años después de que la Ley de Acceso a la Información fue aprobada en Guatemala, las oficinas públicas obligadas a facilitar documentos e información, a quien la solicite, siguen ofreciendo resistencia.

¿Cómo reaccionarían los pipoldermos guatemaltecos si hubiera un WikiLeaks chapín?

Yo lamento y veo muy peligroso que WikiLeaks sea usada para debilitar y para hacer vulnerable a Occidente frente a sus enemigos; pero, ¿qué tal si esa práctica fuera usada para debilitar y hacer vulnerables a las dictaduras y a los regímenes colectivistas en el mundo.  Circula en Twitter la siguiente reflexión: Si los fundadores de WikiLeaks fueran chinos, se les trataría como a disidentes y se les ofrecería un Premio Nobel.

Dicha reflexión superficial ignora que no son moralmente iguales los regímenes en los que prevalece el individualismo, a los que se basan en el colectivismo.  Lo moralmente cuestionable de lo que está ocurriendo con WikiLeaks no es que esté siendo expuesta la información secreta de quienes están en el ejercicio del poder; sino que no se discrimina entre la información que es revelada.

Aquí, por cierto, hay que recordar que todo medio de comunicación decide qué publica y qué no, así como qué importancia le da a lo que publica.  Cada día -y no por censura-, sino porque los medios de comunicación responden a los valores de sus propietarios y de sus ejecutivos y trabajadores, los medios de comunicación dejan mucha información sin publicar, y destacan otras informaciones.  Los medios masivos de comunicación, por ejemplo, suelen ningunear las informaciones que contradicen la mitología del cambio climático, por ejemplo; pero no dudan en destacar casi todo el mumo jumbo acerca de aquel tema.

La práctica de WikiLeaks, pues, no es mala, ni buena per se; y, como todo instrumento, depende del uso que se le de.  Si WikiLeaks sirviera para acabar con regímenes como aquellos que ignoran, o violentan consistentemente los derechos individuales y la igualdad de todos ante la ley, no tendría por que no ser un instrumento que sirva para el bien.  En cambio, si es usada para servir a los intereses de aquellos regímenes que no sólo ignoran y violentan constantemente los derechos individuales y la igualdad ante la ley; sino que repudian el individualismo, la razón, la libertad, el capitalismo, las ciencias,  la tecnología, el estado de derecho, y otros valores que hacen posible la civilización, entonces sirve al mal.  A fin de cuentas, WikiLeaks es un arma de espionaje; y como toda arma, puede ser usada contra inocentes, o contra culpables.

¿Qué pasaría si, en vez de exponer las debilidades de Occidente, miles y miles de personas que tienen acceso a información secreta de gobiernos y regímenes colectivistas expusieran a los políticos y funcionarios que tienen sometidas a millones y millones de personas?

¿Qué pasaría si las personas que tienen acceso a información secreta de gobiernos corruptos expusieran a los políticos y funcionarios que se enriquecen a costa del trabajo (y de la falta de empleo) de los tributarios?


23
Ene 09

A los niños, a la cocina y a la iglesia

Kinder, Küche, Kircher, son las tres K de una consigna nacionalsocialista que mandaba a las mujeres a atender a los niños, a la cocina y a la iglesia. En 1934, Adolf Hitler se dirigió a la Organización Nacional de Mujeres Socialistas y les dijo que “el mundo de una mujer es su esposo, su familia, los niños y su hogar”.

Ahora nos parece absurda esta idea, equivalente a la no menos repugnante propuesta de que a las mujeres hay que mantenerlas “preñadas y descalzas”. ¿Quién, en pleno siglo XXI podría estar de acuerdo con semejantes propuestas? ¡Hamas!

El artículo 18 de la carta fundacional de Hamas dice que “Woman in the home of the fighting family, whether she is a mother or a sister, plays the most important role in looking after the family, rearing the children and embuing them with moral values and thoughts derived from Islam. She has to teach them to perform the religious duties in preparation for the role of fighting awaiting them. That is why it is necessary to pay great attention to schools and the curriculum followed in educating Muslim girls, so that they would grow up to be good mothers, aware of their role in the battle of liberation”. Y el artículo 17 lo pone clarito: ” She is the maker of men”.

Y hay otros que comparten los criterios de Hamas: Ayman Al-Zawari, alto dirigente de Al Qaeda, lo puso de otra forma, y al modo de aquello de que La mujer casada, la pata quebrada y en casa, invitó a las esposas de los hombres-bomba a dedicarse a las labores del hogar y a la educación de sus hijos. Según Al Zawahiri, la noble tarea de acabar con los enemigos del Islam incumbe a sus maridos.

No nos extrañe, entonces, que esas máquinas de hacer hombres y de educarlos para acabar con los enemigos del Islam tengan que empezar temprano a dedicarse a los niños, a la cocina y a la religión. De hecho “El muftí de Arabia Saudí, Abdelaziz Al Sheij, emitió una fatua o decreto religioso que permite el casamiento de niñas con diez años de edad cumplidos y según Al Sheik, quienes instan a la prohibición de estos matrimonios con menores de edad están equivocados porque esto es injusto para la mujer.

Casa, cocina, e iglesia; preñadas y descalzas; o con la pata quebrada y en casa; casadas con viejos a los 10 años; las mujeres del colectivismo islámista viven el destino que era para las mujeres del colectivismo nacionalsocialista.

Gracias a mi amiga, Sylvia, por disparar estas meditaciones.


31
May 08

La tortilla volteada

El socialismo salvaje degrada el ambiente, explota a los trabajadores, contribuye a la crisis alimentaria, acaba con las prácticas ancestrales en la tierra, sirve a las transnacionales y a los intereses del imperio. ¿Broma?, no. Es la realidad de siempre. ¿Sorpresa?, no. Sobre todo para aquellos que no tienen los ojos tapados por la venda de la adoración al colectivismo y por la de la ideologización.

Hoy leo que las 60 familias de Chaleunsouk, un pueblo de hombres demacrados y mujeres encorvadas se dedican ahora al cultivo del árbol de caucho, al igual que miles de personas en el nordeste de Laos, una pequeña nación asiática. Todos esperan beneficiarse de la enorme demanda de caucho en la vecina China.

En su afán por apuntalar su floreciente economía, China se ha aprovechado de concesiones mineras y del talado de árboles en distintos rincones del mundo.

Ahora busca cultivos para alimentar a su gente y sus industrias. Empresas chinas están acaparando vastas extensiones de tierra en el exterior y han firmado contratos para la producción de alimentos.

Hagamos un alto para meditar. Tanto el Celeste Imperio como la pequeña Laos tienen gobiernos declaradamente socialistas. De corte comunista, claro, o puesto en otras palabras, de corte socialista real. No son países capitalistas; ni siquiera son neoliberales. ¡Son la mera macoya!

Ahora sigamos leyendo: El gobierno de Laos sostiene que el caucho es un milagro que sacará al país de la pobreza. Se espera que China consuma una tercera parte del caucho producido en el mundo hacia el 2020. Por entonces tendrá, seguramente, el mercado automovilístico más grande del planeta, con unos 200 millones de vehículos en sus carreteras. Pero como parte de este proceso, algunos agricultores laosianos están perdiendo sus tierras ancestrales o se han visto obligados a trabajar como peones en campos que fueron suyos.

Leyó usted bien…eso está ocurriendo en Laos y China. ¿Es posible que regímenes inspirados en el igualitarismo, el colectivismo, y otros valores altruistas contribuyan tan intensamente a la crisis alimentaria, y a otros males que suelen atribuírsele al capitalismo? Talvez esos males no son del capitalismo, sino del estatismo. ¡Aaaaaaaaaaaaah!

Por curiosidad, ¿se muere de ganas de seguir leyendo? Las firmas chinas son acusadas de conseguir concesiones para la producción de caucho, sin compensar a los agricultores. También se les acusa de violar las leyes y los derechos humanos, y de destruir el medioambiente. “Las compañías chinas del norte son todas dirigidas por maleantes”, afirmó Charles Alton, quien asesora sobre agronomía a varias agencias internacionales en Laos. Pero agrega que el norte de Laos se presta para esas situaciones de explotación, en vista de que “no hay regulaciones ni policías”. Los chinos niegan esas afirmaciones, pero también se abstienen de comentar. “No estoy al tanto de que las compañías chinas cometan irregularidades en el exterior. Pero las firmas chinas que quieren expandirse al exterior deben saber que es importante tener buenas relaciones con la gente de allí”, explicó Ju Hongzhen, presidente de la Asociación de la Industria del Caucho China.

¡Lo que faltaba!, ¿empresaurios sinverguenzas y mafiosos al amparo de regímenes colectivistas y estatistas? ¿Cómo es eso posible?

Y finalmente, desde el sureste asiático hasta África, los chinos cultivan palmas para aceite, eucaliptos, maíz, árboles de teca, caña de azúcar y caucho. Como sucede en Laos, las haciendas industriales son vistas como una pesadilla ecológica por unos y como una forma de salir de la pobreza por otros.

La crisis alimentaria y los altos precios del petróleo se deben, en buena parte, a que una gran porción de la humanidad (en China y en la India, por ejemplo) está saliendo de la miseria y la elevación del consumo eleva los precios. También se debe a que muchos gobiernos (como el de los Estados Unidos de América) han subsidiado la producción de cultivos para generar combustibles y con ello han desviado la producción de cultivos que antes se usaba para comer. ¿Qué papel juegan el colectivismo y el estatismo en todo este asunto?

¿Puede, usted -sin acudir a consignas de barricada ni a lemas ideológicos- entender qué está pasando aquí?