17
Mar 20

Celtas, mitología, teología, Guinness, Jameson y una fiesta irlandesa

Quizás el instinto más profundo de los pueblos celtas es su deseo de penetrar lo desconocido. Con el mar delante de ellos, desean saber qué hay más allá, dice Ernest Renan en un ensayo titulado The Poetry of the Celtic Races.

Harvard Classics, Vol. 32

El ensayo cuenta la leyenda de San Brandan y sus monjes irlandeses viajeros, tema muy a propósito de la fiesta que se celebra hoy, el día de San Patricio, que es la fiesta nacional de Irlanda y una buena excusa para disfrutar de una Guinness, o de un par de vasos de Jameson, cosa que ´íbamos a hacer, en casa, si no se nos hubiera atravesado el coronavirus impidiendo que lo fuéramos a disfrutar en mi bar favorito…en fin, volvamos a Renan y a los monjes viajeros.

En el ensayo, conocemos la Isla de las ovejas, el Paraíso de los pájaros, la Isla del deleite, la Tierra prometida y otras locaciones míticas, supuestamente visitadas por los monjes celtas que se aventuraban en las aguas frías al oeste de Irlanda.

Luego, en el texto, Renan reflexiona: Prefiero la mitología franca, con todos sus caprichos, a una teología miserable, vulgar e incolora, al referirse al puritanismo inglés, que veía de menos la mitología antigua de los irlandeses.

¿A qué viene esto? A que en estos días de recogimiento, por decir algo, dispuse leer lo que toque de The Harvard Classics, de acuerdo con su guía de lectura Fifteen Minutes a Day.  Dicha guía le permite, al lector viajar por las mentes y los escritos de algunos de los más fascinantes pensadores de todos los tiempos…y algunos no tan fascinantes.

El editor, Charles W. Eliot, que fue presidente de la Harvard University, más de una vez dijo en público que, en su opinión, un estante de cinco pies, podría contener suficientes libros para permitir un buen sustituto para una educación liberal, a cualquiera que los leería con devoción, incluso si sólo dispusiera de quince minutos al día para leer.  En fin, The Five-Foot Shelf of Books fue uno de los regalos que mi abuela, Frances, me regaló cuando me gradué de bachillerato en 1979.  De cuando en cuando acudo a la colección para consultas en casa; pero hoy decidí leer las lecturas asignadas cada día durante el distanciamiento social, para leer temas distintos a los que suelen ocupar mis momentos de lectura por trabajo y por placer, que al final resultan ser lo mismo.

De cualquier manera, yo también disfruto de la mitología franca, frente a la teología pretenciosa e irrespetuosa del intelecto humano; y disfruto mucho de la música celta, de la cerveza Guinness y del Whiskey Jameson.


17
Mar 20

¿Qué hacemos con lo que se viene en materia de economía?

Hoy tuve la oportunidad de ver algunos efectos evidentes -no sólo de la pandemia del coronavirus, sino de la reacción de la gente y de la del gobierno- en mi barrio; y luego, recibí informes de lo que ocurre en áreas como la calzada Roosevelt a inmediaciones de Majadas (por ejemplo) y la calzada San Juan a la altura del mercado San Martín (por ejemplo).

Me impresiona la falta de cordialidad de las personas; en el marco de un sentimiento, que se percibe, de intranquilidad y de acaparamiento.  Eso, a pesar de que tuve la impresión de que la gente confía en el liderazgo de Alejandro Giammattei, en parte porque es médico y en parte porque me parece que ha sabido comunicar liderazgo de una forma creíble.

Eso me llevó a explorar posibles soluciones no sólo al momento económico y financiero que enfrentamos ahora, sino frente a lo que quede después de la tormenta.

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De todo lo que exploré, algo que escribió Matt Ridley me llamó la atención especialmente: In Aesop’s fable about the boy who cried “Wolf!”, the point of the tale is that eventually there was a wolf, but the boy was not believed because he had given too many false alarms. In my view, the Covid-19 coronavirus is indeed a wolf, or at least has the potential to be one, escribió el autor de The Rational Optimist, que visitó Guatemala y la Universidad Francisco Marroquín en 2017. Te recomiendo que leas el artículo completo.

Foto por Raúl Contreras.

Dicho lo anterior -siempre en el contexto económico y financiero, no en el contexto médico- la exploración me llevó a las recomendaciones de Juan Ramón Rallo, Director del Máster en Economía del Centro de Estudios Superiores Online de Madrid – Manuel Ayau y profesor de UFM Madrid.

El economista recomienda que conviene distinguir medidas para proporcionar liquidez de medidas para aumentar solvencia. Te recomiendo leer el hilo completo en este enlace

Medidas para proporcionar liquidez: Aplazar el cobro de todos los impuestos, bonificar fiscalmente el aplazamiento voluntario de los cobros y, en el extremo, avales selectivos a la refinanciación de determinados sectores (aquéllos obligados a parar o que implanten teletrabajo).

Medidas para aumentar solvencia: Rebaja temporal (no sólo aplazar) de impuestos sobre la renta y consumo; prestaciones de desempleo a los trabajadores afectados por ERTE. Compensar con un recorte temporal del gasto público de partidas no esencial y no afectadas por la epidemia.

Medidas no fiscales para aumentar solvencia: Rebajar costes regulatorios (suspender temporalmente la carga regulatoria no vinculada con el control de la epidemia que pese sobre las empresas); facilitar negociación de distribución de pérdidas entre trabajadores y empresas.

No hay que rescatar a sectores económicos enteros con el pretexto del coronavirus. Si hay liquidez, los sectores que, pese a la epidemia, sean rentables a largo plazo podrán refinanciarse.

Si el Estado quiere ayudar a absorber pérdidas en el sector privado, que lo haga bajando impuestos (presentes o futuros) a aquellos sectores que generan o seguirán generando actividad. No ha de reflotar con gasto público sectores inviables.

Además, el Estado ha de cuidar su propia solvencia a largo plazo. Así que si rebaja impuestos o sufraga muchas prestaciones de desempleo, habrá de presentar un compromiso creíble de reducción presente o futura de otros gastos públicos para compensar su propio agujero.

Foto por Raúl Contreras.

Por favor, toma nota de que, aunque Rallo escribe para España, los principios de su propuesta son validos urbi et orbi y en La ética de las emergencias, Ayn Rand tiene claro que en época de emergencias como la que estamos viviendo, es nuestra obligación (como principio) sostener el sistema social que deja a las personas en libertad para alcanzar, obtener y conservar sus valores.  Esto es, el sistema de mercado en el que se respetan la vida, la libertad y la propiedad de todos por igual. La racionalidad, por cierto, nos lleva a concluir en que podemos ignorar la realidad; pero no las consecuencias de ignorar la realidad.

Con respecto a los impuestos, aunque no en otros rubros, José Rubén Zamora, en elPeriódico, me parece que tiene buenas sugerencias hoy: El Impuesto Sobre la Renta debe reducirse en dos meses de los 12 meses de 2020 (2/12). Se deben aliviar las obligaciones de las empresas, autorizando una moratoria tributaria, es decir posponer el pago del ISR, el IVA y los aranceles de aduanas por tres (3) meses. Los pagos tributarios de las empresas deberían, en todo caso, ser cancelados antes del 31/12/2020, sin intereses ni multas.

Foto por Raul Contreras.

De cualquier manera, creo que en Guatemala sólo estamos al principio del lobo; y que cuanto antes recobremos la racionalidad y la cordialidad, mejor.  Sobre todo entre las élites y el liderazgo del país, para ayudar mejor a la gente a superar estos tiempos difíciles, y los que se vienen.


15
Mar 20

Atardecer en Atitlán, por los Maudslay

Al observar un atardecer en el lago de Atitlán, Alfred y Ann Maudslay escribieron: The clouds seemed to be bewitched: they came down on us in alternate black and sunlit masses, terrible in their majesty; then rolled aside to show us all the beauty of a sunset sky, tints of violet that shaded into pink, and pink that melted into the clearest blue, whilst far away beyond the mountains seaward rolled vast billowy masses, first red and yellow, and then pink, fading to the softest green. Again and again would the clouds roll down upon us, the mist at times so thick that we could not see beyond a hundred yards; then just as quickly it would roll away and reveal a completely new phase of this ever-shifting scene of beauty. It is a poor simile, but I can compare it to nothing but the falling and rising gauzes of a Christmas transformation scene, with a wealth of colour and effect that Covent Garden may despair of ever attaining. As the sun sank behind San Pedro, all turned again to dark and angry purple, with contrasts and reflections like the sheen of a shot silk. Slowly the mists melted away with the fading daylight. Venus sunk for a while as a splendid jewel in the air, and the  mountains turned again to shadowy masses, outlined against a crystal sky.

¡Ah, quien ha visto un ocaso en aquel lago estará de acuerdo con la descripción que hicieron aquellos viajeros del siglo XIX!

Hace como cinco años me dieron ganas de compartir las fotos de A Glimpse at Guatemala(1899); un libro publicado por Ann Carey Maudslay y Alfred Percival Maudslay, viajeros británicos que estuvieron en Guatemala en tiempos de Naná Camota.  Había dejado a un lado el proyecto que voy a retomar en estos días propicios para priorizar y valorar no sólo lo que tenemos, sino a quiénes tenemos.

Este pasaje del libro es tan encantador que lo comparto traducido:

Las nubes parecían hechizadas: cayeron sobre nosotros en masas alternas, entre negras e iluminadas por el sol,  terribles en su majestad; luego se hicieron a un lado para mostrarnos toda la belleza de un cielo al atardecer, tonos de violeta que se convirtieron en rosa y rosa que se derritió en el azul más claro, mientras que lejos, más allá de las montañas, hacia el mar se extendieron enormes masas ondulantes, primero rojas y amarillas, y luego rosas, desvaneciéndose al verde más suave. Una y otra vez las nubes rodaban sobre nosotros, la niebla a veces era tan espesa que no podíamos ver más allá de cien yardas; entonces, con la misma rapidez, se alejaría y revelaría una fase completamente nueva de esta escena de belleza siempre cambiante. Es un símil pobre, pero no puedo compararlo con nada más que las gasas que caen y suben de una escena de transformación navideña, con una gran cantidad de color y efecto que Covent Garden podría desesperarse por lograr. A medida que el sol se ponía detrás de San Pedro, todo se volvió de nuevo a un color púrpura oscuro y furioso, con contrastes y reflejos como el brillo de un tiro de seda. Lentamente, las nieblas se derritieron con la luz del día que se desvanecía. Venus colgaba por un momento como una espléndida joya en el aire, y las montañas volvieron a convertirse en masas sombrías, perfiladas contra un cielo de cristal.

La foto, que dice: Sunset, the lake of Atitlán,  es por A. P. Maudslay y el grabado es por la Swan Electric Engraving Co.


14
Mar 20

¡En celebración del “Pi Day”!

Pues, ¿cómo iba a ser de otra forma en casa? ¿Cómo celebramos el Día de Pi, que en inglés se escribe Pi Day y se pronuncia Pay Dey? Pues hicimos un pay de manzanas.

Pay de manzanas en el “Pi Day”.

El espíritu festivo estuvo algo empañado porque, en Guatemala, hoy fue el primer día de encierro a causa del coronavirus.  Es, sin embargo, la oportunidad que nos da la historia para comprobar de qué estamos hechos.

Dicho lo anterior, yo, que perdí la clase de matemáticas consistentemente durante toda la secundaria (y en Quinto de bachillerato la gané raspado) festejo el Pi Day por tres razones: conmemora el nacimiento de Albert Einstein, la muerte de Karl Marx y es una celebración de la razón y la ciencia. ¿Cómo no vamos a celebrar algo así en casa, aún a las puertas de la incertidumbre y a la vista de nubarrones oscuros para la libertad?

El Día de π se lo dedico a los buenos maestros de matemáticas que tuve -y no supe aprovechar-; y a los malos maestros de matemáticas que tuve, sólo para que vean que no les guardo rencor.  Se lo dedico a las víctimas del comunismo (que se cuentan por millones y millones).

El pay de manzanas es una de las especialidades de mi madre y es uno de los que más nos gusta en casa; así que aprovechando que vino a almorzar, ¡horneamos un pay!  Así que L`chaim.


14
Mar 20

La maldad de quienes aman a la humanidad y odian a la gente

Hace unas décadas los colectivistas y místicos que decían amar a la naturaleza y se decantaban por el ecologismo (e incluso por la ecohisteria moderada) al menos fingían amar a la humanidad…aunque odiaran a la gente; y eso ya no ocurre más. Al menos no entre estos que encontré el viernes.

Este grupo, el de la ilustración de abajo ¡celebra! que gracias al coronavirus, en España, ha caído las emisiones de CO2 en el contexto de una supuesta emergencia clímatica. Dejemos a un lado el hecho de que las emisiones de CO2 están contribuyendo a que haya más árboles y vegetación en el planeta.  La celebración de aquella gente ocurre en el contexto de que el número de muertos por coronavirus, en España, asciende a 195 y hay casi 6,000 (al momento de publicar esta nota) contagios. Casi los oye uno exclamar, como ironizó @velardedaoiz2: ¡Imaginaos lo que podríamos conseguir resucitando la viruela o la peste bubónica!

Otro grupo parece celebrar que como consecuencia de menos traslados y menos actividad en China, las medidas para frenar el coronavirus hacen que la calidad del aire mejora.  Y como comentó, de forma irónica, @Luis-I_Gomez, parece que hasta se alegran. Sólo les falta recomendar unas dosis de antrax cada seis meses.

Y no falta quien lamente que la pandemia del coronavirus desviará fondos que antes eran usados para financiar políticas y activismo contra el cambio climático supuestamente antropogénico.

Y hablando de eso, la Tierra giraba más rápido al final de la época de los dinosaurios que en la actualidad, rotando 372 veces al año en lugar de las 365 actuales, según un nuevo estudio de conchas de moluscos fósiles de finales del Cretáceo publicado en la revista de AGU Paleoceanografía y Paleoclimatología. Esto significa que un día duraba sólo 23 horas y media. Te imaginas que, en aquel entonces, los habitantes de la Tierra hubieran creado impuestos y políticas para combatir el alargamiento del día.  ¿Estaríamos aquí los seres humanos tal y como los conocemos? Si oenegeros, periodistas, maestros, clérigos, blogueros, twitteros y otros hubieran creado la ola de opinión necesaria para frenar políticamente el alargamiento del día, ¿lo hubieran conseguido? Y si lo hubieran conseguido, ¿a qué costo en términos de vidas?

Dicho lo anterior, en 2005 y en el contexto del tsunami de año nuevo, escribí un artículo titulado ¿Prefiero la arena? en el que ponía en evidencia lo inhumano de aquellos que dicen amar a la naturaleza y a la humanidad, aunque odien a la gente. Y ese fenómenos se repite ahora con personas y organizaciones que celebran la reducción del CO2, la menor actividad a costa de vidas humanas y lamentan el desvío de fondos para combatir el coronavirus en vez de que sean dirigidos a sus particulares intereses.

Tengo la impresión de que la lucha contra el cambio climático supuestamente antropogénico, como principio social, condena las ciudades, la cultura, la industria, la tecnología y el intelecto, y aboga por el regreso de los hombres a la “naturaleza”, al estado de subanimales que gruñen mientras que cavan el suelo con sus propias manos. tal y como escribió Ayn Rand a principios de los años 70 para referirse al ecologismo como principio social.


13
Mar 20

La estatización del cuerpo

Ayer fue el Día mundial del riñón y es ocasión propicia para meditar sobre la iniciativa de legislación para la disposición y trasplante de órganos, tejidos y células humanas que es discutida en el Congreso; misma cuyo nombre más certero sería legislación para la estatización del cuerpo humano.

La iniciativa 4712 viene desde 2014.

Para comenzar, dicha normativa crea un cacique de los trasplantes; ese burócrata que tendrá a su cargo administrar la política y la mecánica de los trasplantes al margen de los deseos de donantes y receptores.  Claro que con criterios técnicos y políticos. Uno puede suponer, sin mucho temor a equivocarse, que tal y como se vio recientemente en España en el contexto del coronavirus.

Crea un Consejo Nacional de Trasplantes integrado por Raimundo y todo el mundo, siempre que los integrantes formen parte de la tribu del sistema político de la salud estatizada.  Esa tribu que luego resulta involucrada en la creación y usufructo de plazas para fantasmas, por ejemplo. Y luego, ¿te imaginas a qué hora se ponen de acuerdo 12 directores? Eso devendrá en poder absoluto para el cacique.

Preocupa, de sobremanera, que la legislación prohíba la compensación económica para los donantes (tomando en cuenta que compensación no implica pago, ni compra-venta) ya que, ¿quién compensa al donante que tenga que pasar dos meses sin trabajar a causa de la donación? Si algo sale mal para el donante, ¿cómo paga los costos de su recuperación?

La propuesta de normativa dice que los tributarios tienen que proveerle al receptor la medicación necesaria para el mantenimiento del órgano trasplantado, en forma gratuita, oportuna y permanente y con los más altos estándares. ¡Pero si en el sistema estatizado de salud a veces no hay ni antiácidos!  Y haz números, un tratamiento de inmunosupresores puede costar unos US$14 mil al año, que debes multiplicar por 40 trasplantes por millón al año, que es el estándar para Guatemala.

Es triste; pero otro nombre para esta normativa sería: Legislación antitrasplantes.  Gracias al doctor Fredy Abed, por las conversaciones que llevaron a estas reflexiones.

Columna publicada en ElPeriódico.


12
Mar 20

Clientelismo y populismo en la vivienda

El presidente Alejandro Giammattei anunció que trasladó Q100 millones al banco estatal Crédito Hipotecario Nacional, con el propósito de impulsar un programa de vivienda que su administración realiza en conjunto con la Municipalidad de la Ciudad de Guatemala y el estatal Instituto de Fomento de Hipotecas Aseguradas.

El Crédito Hipotecario Nacional es el banco estatal que manejará esta aventura. Foto de ElPeriódico.

Según Giammattei, esos recursos generarán un fondo de Q300 millones para cubrir pérdidas o sea que, de entrada, se asume que buena parte del dinero de los tributarios -porque es dinero de los tributarios, no de la administración, ni del Presidente- ser irá yendo por el caño.

La clientela de este programa gozará de privilegios de los que otras personas estarán políticamente excluidas: podrán adquirir vivienda sin aportar enganche, las mensualidades de pago serán de Q700 a Q1500 con el 1.26 por ciento de tasa de interés y tendrán hasta 20 años para pagarlas.  ¿Tu pagaste enganche por tu casa? ¿Tuviste que ahorrar para conseguir ese enganche? ¿Qué dejaste de consumir en el corto plazo para ahorrar para el largo plazo?

La Municipalidad de Guatemala -que puede ser draconiana cuando quiere, con quienes quiere-  flexibilizará las normas de construcción inmobiliaria, como el número de parqueos (¿Quién necesita estacionamientos suficientes?) y que los edificios cuenten con elevadores (¡Que se frieguen los viejitos y los enfermos!).

Giammattei agregó que para ampliar la cartera de créditos destinados a vivienda, el banco estatal le solicitará un préstamo a un banco internacional por US$500 millones…lo que no dijo es que los tributarios pagarán ese préstamo con impuestos y con desempleo.  ¿De dónde crees que sale el dinero con el que los pipoldermos pagan el endeudamiento y sus aventuras?

Y aquí está el pollo del arroz con pollo: Ustedes pongan la mano de obra, la empresa y nosotros ponemos el dinero y la gente paga, dijo el mandatario a los miembros de la Cámara de la Construcción.  Esta es la verdadera clientela de esta aventura y estos son los más privilegiados por el poder político.  No se duda el interés social de los privilegios, el endeudamiento y del clientelismo; pero seguro que hay formas más efectivas y menos perjudiciales para dotar de viviendas a los más pobres.

Yo siempre favorezco la idea de que la mejor política social es un buen empleo, y un buen empleo se consigue por medio de la elevación de la productividad, la formación de capital y el ahorro; y si quieres algo más de corto plazo, el lote con servicios es otra de mis soluciones favoritoas.

De cualquier manera, una cosa es lo que el gobierno quiere hacer y otra lo que puede hacer, tal y como señaló Henry Hazlitt, citado por Iván Cachanosky en un libro que te recomiendo: La conquista de la pobreza.

Ya que no existe tal cosa como igualdad de oportunidades por la simple razón de que los seres humanos tenemos habilidades distintas…mucho mejor que por un estado que intente brindar una igualdad de oportunidades que nunca se alcanzará, vale la pena luchar para que el mercado genere cantidad de oportunidades. No se trata de igualar oportunidades, sino de que haya muchas para que las personas (sobre todo las de menores recursos) puedan aprovecharlas, añade Cachanosky.

Y esas oportunidades las debe generar el mercado, en condiciones propicias para que haya mercado, no el mercantilismo a la sombra de privilegios.


11
Mar 20

De Calle sucia a Calle Jerusalén, un desatino en La Antigua

El alcalde de La Antigua Guatemala dispuso y consiguió cambiarle de nombre a la Calle Sucia del barrio El Tortuguero en la ciudad virreinal y mediante este acto arbitrario le impuso el nombre de Calle Jerusalén a aquella vía cuya historia data del siglo XVI.

El alcalde antigüeño abusa de sus facultades en desmedro del carácter de la ciudad virreinal.

La Asociación de Vecinos Salvemos Antigua le envió una carta al alcalde Victor Hugo del Pozo, en la cual manifiestan su estupor, por la noticia del cambio de nombre de esta calle que data desde el siglo XVI. Es un desatino que atenta contra la autenticidad y memoria histórica de La Antigua Guatemala. Sienta un pésimo precedente para que cualquiera, en el futuro, altere los nombres o nomenclatura de las calles de nuestra ciudad, expresó.

La verdad es que sí es un desatino, porque la disposición tiene todo el aspecto de ser una típica alcaldada que irrumpe de forma grosera en la historia y el carácter no sólo de una calle y de un barrio, sino de toda la ciudad. Y si aquello no fuera poco, huele a un acto  de adulación para un país (Israel) y una ciudad (Jerusalén) con la que Guatemala tiene una amistad y hermandad entrañables, en el marco de las cuales un acto así es por demás innecesario. Es eso, o es el acto de un sicofante para con esos grupos religiosos obsesionados con profecías hierosolemitanas.

Es cierto que Calle Sucia no es el nombre más encantador para una vía pública; pero ha de haber una historia detrás del nombre; y esa historia -ya sea que se conozca enla actualidad, o se haya perdido en el tiempo-  está íntimamente vinculada al carácter de El Tortuguero y al de La Antigua.

En cualquier caso esta es una oportunidad para la desobediencia civil y para mostrarle al edil antigüeño que él es sólo un mandante y que los antigüeños son los mandatarios.


10
Mar 20

Crímenes contra niños

En 2015, un juez ordenó que una niña abandonada en un centro comercial fuera admitida para un proceso de adopción, pero la notificación se realizó cinco años después. A esa niña le robaron la infancia…y no es la única.

¿Cómo se les reponen cinco, o 12 años de navidades a un niño? ¿Qué le espera a la niña que dió origen a estas meditaciones?

En 2013, la niña de unos 20 días de nacida fue abandonada en los baños de un centro comercial de Mixco, por lo que desde esa fecha quedó bajo el resguardo de políticos y burócratas y se iniciaron los trámites para la declaratoria de adoptabilidad. Tras dos años de burocrácia judicial (¡dos años de la vida de la niña!), el Juzgado Pluripersonal de Mixco decretó que la niña era apta para ser adoptada; pero, el fallo no fue le notificado al Consejo Nacional de Adopciones hasta cinco años después de la firma del juez, por lo que la menor fue incluida en el programa para buscarle una familia hasta finales de enero de 2020.

Ahora la niña tiene siete años de edad y  menos posibilidades de encontrar una familia que la adopte, porque los padres potenciales buscan a menores de entre cero y tres años para favorecer la adaptación del niño a su nuevo hogar.  A esa niña le robaron su infancia.  Pero hay más casos así….la vida de esa niña no es la única que ha sido robada.

En 2014 y en 2016 publiqué la historia de José y Rose (nombres ficticios) José ha tenido vínculos emocionales y personales con Rose, que es su madre adoptiva potencial desde que él tenía 2 meses de edad (antes de la ley antiadopciones) y durante 7 años y más de 30 viajes de los EE.UU a Guatemala. Pero José vive en grave peligro de ser forzado a regresar a manos de su madre biológica. Los nombres están cambiados, pero su historia es dolorosamente real. ¡Para 2020 josé ya tiene 13 años!

José y Rose –¡como otros niños y sus familias adoptivas!– viven pesadillas desde que sus procesos de adopción quedaron atrapados en el agujero negro de la ley antiadopciones y el prejuicio. Dos veces la Procuraduría General de la Nación se ha pronunciado a favor de la adoptabilidad de José; pero cierto juez, ¡el séptimo que vio el caso!, dispuso que José debería ser regresado con su madre biológica. En su fallo el juzgador ignoró reportes documentados, de expertos, que confirman que la madre biológica de José es incapaz de proveerlo con un ambiente sano y que representa un riesgo para él.

¿Qué clase de personas les niegan familias a niños que podrían tenerlas? ¿Quién les repone –¡a quién sabe cuántos niños en manos de políticos y burócratas!– una, o doce navidades sin familias? (Pudiendo tenerlas).

La última vez que supe de José y de Rose las cosas seguían igual, una sala de apelaciones revocó la decisión de aquel juez; pero no falló a favor de la adoptabilidad de José. Hasta hoy, el futuro de José sigue en manos de un tribunal que no resuelve. Y mientras los funcionarios, oenegeros y jueces recibieron a Santa y se abrazaron con sus familias en la navidad pasada…posiblemente frente a un Nacimiento, José estuvo en un orfanato por décimo segunda vez en su vida. ¿Cómo se les reponen cinco, o 12 años de navidades a un niño? ¿Qué le espera a la niña que dió origen a estas meditaciones?


07
Mar 20

La libertad en peligro en tiempos de calamidad

Nada hace crecer al gobierno como una crisis. La gente se asusta, los políticos responden a ese miedo con promesas de que el estado intervendrá y mejorará todo, y el gobierno terminará siendo más grande y más poderoso. La pandemia del coronavirus COVID-19 amenaza una ola mundial de enfermedades, pero es lo más saludable que le puede pasar al poder del gobierno en mucho tiempo. Sin embargo, a medida que deja al gobierno con un brillo rosado, nuestra libertad terminará más demacrada que nunca, así dice un artículo por J.D. Tucille, publicado en la revista Reason; y estre curso de acción ya empezó en Guatemala

El miedo es real.  El otro día la vecina anciana de una amiga pasó al apartamento de mi amiga muy angustiada.  La anciana -que sospecho que se pasa buena parte del día viendo noticiarios- estaba notablemente asustada con todo eso del coronavirus. Es en ese ambiente que la gente está dispuesta a renunciar a la libertad y a aplaudir el engorde del estado y la multiplicación de oportunidades de arbitrariedad.

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En respuesta a los temores de la gente, la administración chapina se dispuso a hacer algo y de acuerdo con la Ley de Orden Publico decretó un Estado de Calamidad Pública. ¿Qué significa un Estado de Calamidad?  Que el Presidente de la República podrá tomar las medidas siguientes:

1) Centralizar en la entidad o dependencia que el decreto señale, todos los servicios públicos, estatales y privados, en la forma y circunstancias que el estado de calamidad pública lo requiera. Cuando se trate de servicios que presten entidades de carácter internacional, se procederá de acuerdo con los convenios respectivos.

2) Limitar el derecho de libre locomoción, cambiando o manteniendo la residencia de las personas, estableciendo cordones sanitarios, limitando la circulación de vehículos o impidiendo la salida o entrada de personas en la zona afectada.

3) Exigir de los particulares el auxilio o cooperación que sean indispensables para el mejor control de la situación en la zona afectada.

4) Impedir concentraciones de personas y prohibir o suspender espectáculos públicos y cualquier clase de reuniones.

5) Establecer precios máximos o mínimos para los artículos de primera necesidad y evitar su acaparamiento.

6) Ordenar la evacuación de los habitantes de las regiones afectadas o que estén en peligro.

7) Dictar las medidas adecuadas para el resguardo de las fronteras internacionales.

8) Tomar todas las medidas necesarias para que la calamidad no se extienda a otras zonas para la protección de las personas y de sus bienes.

Caricatura tomada de Facebook.

Por lo pronto, el presidente Giammattei ha advertido que hemos dado las instrucciones para que todas aquellas personas que divulguen noticias falsas podamos llevarlas a un proceso penal por hacer cosas que no son correctas. La primera baja va a ser la libertad de expresión y no está de más preguntarse:¿Quiénes, exactamente, y cómo, exactamente van a dererminar qué es verdad y qué no? ¿Cuál esel criterio que van a utilizar para definir qué es noticia? ¿Quiénes? Lo de procesar a personas que no digan lo que los políticos y burócratas quieren que digan, y en la forma en que quieren que lo digan, ¿va a ser de acuerdo con la Ley de Emisión del Pensamiento, o mediante un procedimiento arbitrario como parece implícito en la advertencia presidencial?

¿Te imaginas qué pasará si los políticos y burócratas disponen ponerles precios tope a mascarillas, desinfectantes y jabones? ¿Y si se los ponen a alimentos?  Lo que van a generar es escaseces de proporciones no vistas desde los años 70 y 80.  Quienes ya estábamos grandecitos para entonces recordamos cómo es que muchos productos desaparecieron de los anaqueles a causa de los precios máximos; y eso que no había miedo, ni calamidad.

¿Te imaginas qué pasará cuando a los políticos y burócratas chapines se les ocurra poner gente en cuartentena, en manos del sistema estatal de salud?

¿Te diste cuenta de que la administración ya le solicitó al Congreso que apruebe, de urgencia nacional, un endeudamiento de US$200 millones para enfrentar la calamidad?

Claro que frente a una amenaza como el coronavirus es prudente eliminar, o reducir las formas tradicionales de saludar, estornudar en la coyuntura el brazo y lavarse las manos con más frecuencia que lo normal; pero de eso a clamar por la intervención directa de políticos y burócratas en las vidas de la gente y de aquello a alimentar los apetitos estatistas hay la mar de peligros. Estas meditaciones no apuntan a que no deba haber acciones colectivas frente a la amenaza, ni que no haya lugar para la accion gubernamental; pero son una advertancia contra el peligro real de que el pánico aumente las formas en que políticos y funcionarios invaden las esferas de acción privada de las personas individuales. De cualquier manera, una cosa es lo que el gobierno quiere hacer y otra lo que puede hacer, tal y como señaló Henry Hazlitt, citado por Iván Cachanosky en un libro que te recomiendo: La conquista de la pobreza.

Los políticos son seres humanos y están sujetos al temor, incluido el miedo a ser rechazados por electores afectados por el pánico y que buscan que los funcionarios “hagan algo”. Por lo tanto, su instinto de explotar una crisis complementa su inclinación a calmar a los temerosos haciendo esfuerzos, incluso contraproducentes, para asegurar al público que todo estará bien, dice J. D. Tucille.

Y al final comparto ese  temor de que el coronavirus pasará; pero los daños a la libertad se enraizarán.