05
Abr 24

¿Quién controla tu cuerpo?

 

La maquinaria estatista se salió con la suya y el Congreso de la República aprobó el Decreto 5-2024, que contiene la legislación para la disposición y trasplante de órganos, tejidos y células humanas.  

Al anunciar esta nueva regulación el sitio de noticias del Congreso indicó que Los legisladores conmovidos por el contenido humanitario de la ley, aprovecharon para contar sus experiencias personales. ¿Cómo iba a ser de otra forma, si el tema es de un contenido emocional elevado? Y esa característica siempre ha hecho muy difícil la conversación objetiva sobre el asunto.

Para estar claros, el trasplante es la implantación de un órgano (o tejido) que funciona bien en un organismo que tiene deficiencia en ese mismo órgano (o tejido). 

La foto la tomé de https://bit.ly/3vFa4aE.

Al explorar el contenido de la nueva normativa llama la atención que, se descarta definitivamente la posibilidad de recibir gratificación, remuneración, o pago alguno para la donación de órganos, tejidos, o células.  Con esa medida no sólo se viola el concepto de “la propiedad de uno mismo”, sino que se perpetúa al cuello de botella que hay en la disponibilidad de órganos para quienes los necesitan desesperadamente para salvar sus vidas, o por lo menos para mejorar su calidad de vida.

Llama la atención el tema de la confidencialidad absoluta impuesta por la legislación ya que…te cuento: el hermano de un amigo donó semen en su juventud.  Hizo un análisis de su saliva para explorar su genealogía y descubrió que tiene un hijo (¡Sorpresa!) Y ahora padre e hijo se llevan muy bien (Por suerte). Mi punto es, ¿qué confidencialidad puede haber cuando las herramientas de la modernidad escapan al alcance efectivo de la normativa? ¿Puede, esa regulación, evitar que uno descubra familiares desconocidos?

El ente rector de la legislación, el encargado de que se cumplan las normas de incondicionalidad, legalidad, seguridad, confidencialidad e igualdad, va a ser el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social.  El mismo ministerio que tiene el Cementerio General de la ciudad de Guatemala hecho un asco y el mismo ministerio que ha permitido el saqueo de aquel camposanto.  La misma cartera que tiene en el abandono los hospitales y el mismo que quién sabe qué “chinche” hizo con el negocio de las vacunas durante los encierros del 2020. El mismo ministerio que a veces no tiene ni antiácidos para los tributarios que los necesitan.

Adivinas si para estas alturas de la lectura estás pensando que la nueva legislación va a ser otra sangría para los tributarios y va a ser un nacedero de burocracia.  Va a haber un Consejo Nacional de Trasplantes, un Registro Nacional de Trasplantes, un Consejo Técnico Consultivo y todo eso (incluidas la corrupción y la mala administración) no lo van a pagar los interesados, sino que lo van a pagar hasta los tributarios más pobres. La nueva legislación empodera caciques de los trasplantes. ¿Por qué es que estos consejos y registro van a ser moralmente diferentes al resto de la administración pública que se gasta 40% del presupuesto del estado en corrupción?

Se pueden importar órganos, tejidos y células del extranjero (y vaya uno a saber si hubo pago, o no); pero no se pueden exportar órganos, tejidos y células chapinas hacia otros países con fines de lucro. 

Es razonable, eso sí, que no se permita la donación de personas incapaces, o inconscientes; que las de presos sólo sean posibles en circunstancias específicas y que las de menores de edad en vida. Estos tres grupos son muy vulnerables.  Es razonable, también, que la legislación chapina no haya ido a los extremos de convertir a todos los ciudadanos del país en “donantes” de órganos en forma tácita, salvo que -expresamente y en vida- hubieran manifestado por escrito su oposición. Si la “donación” es así de forzada, ya no sería donación.

Detalles más, detalles menos, lo que me interesa en estas meditaciones es la propiedad de uno mismo.

Una de las teorías más aceptadas acerca del orígen de los derechos individuales es la de que eres dueño de tu propia vida (y de tu propio cuerpo, y de tu propia mente); y negar ese principio implica que otro, u otros tienen tienen más derechos sobre tu vida (o tu propio cuerpo, o tu mente), que tu mismo.  ¡Pero ninguna otra persona, o grupo de personas debe ser  dueña de tu vida; ni tu eres dueño de las vidas de otras personas!

Es muy convieniente, para cualquier ideología colectivista acabar con la idea de que las personas son dueñas de sus cuerpos y de sus vidas.  Al fin y al cabo, ¿qué es el colectivismo sino la ideología según la cual,  las personas no tienen derechos; ya que su cuerpo, su personalidad y su trabajo le pertenecen al grupo, comunidad, colectivo, o sociedad?  Dejas de ser el propietario de tus riñones, tu corazón, tu hígado, tus córneas y demás, porque los políticos estatistas y colectivistas (y sus clientelas y patrocinadores) ya dispusieron que en qué condiciones puedes donarlos.

Como están las cosas y hecho a un lado el contenido emocional de esta legislación, la nueva normativa consolida la estatización del cuerpo humano, les carga a los tributarios costos que no les deberían corresponder, fomenta el cuello de botella para aliviar a los que necesitan órganos, politiza las donaciones y trasplantes, y expone el tema a la corrupción propia de la administración política.

Columna publicada en República.


13
Mar 20

La estatización del cuerpo

Ayer fue el Día mundial del riñón y es ocasión propicia para meditar sobre la iniciativa de legislación para la disposición y trasplante de órganos, tejidos y células humanas que es discutida en el Congreso; misma cuyo nombre más certero sería legislación para la estatización del cuerpo humano.

La iniciativa 4712 viene desde 2014.

Para comenzar, dicha normativa crea un cacique de los trasplantes; ese burócrata que tendrá a su cargo administrar la política y la mecánica de los trasplantes al margen de los deseos de donantes y receptores.  Claro que con criterios técnicos y políticos. Uno puede suponer, sin mucho temor a equivocarse, que tal y como se vio recientemente en España en el contexto del coronavirus.

Crea un Consejo Nacional de Trasplantes integrado por Raimundo y todo el mundo, siempre que los integrantes formen parte de la tribu del sistema político de la salud estatizada.  Esa tribu que luego resulta involucrada en la creación y usufructo de plazas para fantasmas, por ejemplo. Y luego, ¿te imaginas a qué hora se ponen de acuerdo 12 directores? Eso devendrá en poder absoluto para el cacique.

Preocupa, de sobremanera, que la legislación prohíba la compensación económica para los donantes (tomando en cuenta que compensación no implica pago, ni compra-venta) ya que, ¿quién compensa al donante que tenga que pasar dos meses sin trabajar a causa de la donación? Si algo sale mal para el donante, ¿cómo paga los costos de su recuperación?

La propuesta de normativa dice que los tributarios tienen que proveerle al receptor la medicación necesaria para el mantenimiento del órgano trasplantado, en forma gratuita, oportuna y permanente y con los más altos estándares. ¡Pero si en el sistema estatizado de salud a veces no hay ni antiácidos!  Y haz números, un tratamiento de inmunosupresores puede costar unos US$14 mil al año, que debes multiplicar por 40 trasplantes por millón al año, que es el estándar para Guatemala.

Es triste; pero otro nombre para esta normativa sería: Legislación antitrasplantes.  Gracias al doctor Fredy Abed, por las conversaciones que llevaron a estas reflexiones.

Columna publicada en ElPeriódico.


13
Mar 14

En el Día mundial del riñón

Por poco se me pasa el Día del riñon y no quería que eso sucediera porque una de mis amigas más queridas -aunque no la veo tanto como quisiera- tiene sólo uno.  Vive una vida normal; pero sólo tiene uno. Además, un amigo de mis padres y amigo mío, también, necesita un riñon para mejorar su calidad de vida; ya que tiene que someterse regularmente a diálisis.

El problema de la falta de riñones no me es ajeno, pues.  Además cuido los míos bastante no sólo tomando agua y líquidos con regularidad, sino siguiendo el consejo que el almirante Nelson le dió a un chico de 15 años: Never miss a chance to make water.

Los dejo con una conversación que tuve, con el doctor Fredy Abed, sobre los factores biológicos, legales y económicos del transplante de órganos.


24
Feb 14

¿Y si se resolviera la falta de órganos para quienes los necesitan?

En tanto que el déficit de órganos humanos para quienes los necesitan dependa de una cultura de donación y en tanto que la naturaleza humana y el mercado sean excluidos de la solución para aquella escasez, quienes necesitan riñones -por ejemplo- seguirán viviendo vidas muy duras.  La frustración será generalizada entre pacientes, médicos y familiares.

Las donaciones forzadas de órganos son el sueño humedo de los colectivistas.  Es curioso como hay personas que prefieren esa opción antes que cualquiera otra posibilidad.   En 2006 escribí una nota sobre este tema; y te invito a que, si te interesa el tema veas una conversación que tuve con el médico Fredy Abed.  Haz clic en este enlace.


27
Oct 11

“Donación de organos”: el sueño humedo de los colectivistas

Leí, con horror, que el Congreso mexicano aprobó una ley que convierte a todos los ciudadanos del país en donantes de órganos de forma tácita, salvo que -expresamente -en vida hayan manifestado por escrito su oposición.  Si esta ley llega a hacerse realidad, los mexicanos dejarán de ser dueños de sus cuerpos, cuyas partes serán confiscadas por los políticos socialistas y sus funcionarios.  En España hay una ley parecida.

Una de las más aceptadas teorías de los derechos individuales es la de que tu eres dueño de tu propia vida (y de tu propio cuerpo); y negar ese principio implica que otro, u otros tienen tienen más derechos sobre tu vida (o tu propio cuerpo), que tu mismo.  ¡Pero ninguna otra persona, o grupo de personas debe ser  dueña de tu vida; ni tu eres dueño de las vidas de otras personas!

Es muy convieniente, para cualquier ideología colectivista, acabar con la idea de que las personas son dueñas de sus cuerpos y de sus vidas.  Al fin y al cabo, ¿qué es el colectivismo sino la ideología según la cual,  las personas no tienen derechos; ya que su cuerpo, su personalidad y su trabajo le pertenecen al grupo, comunidad, colectivo, o sociedad? Nada más conveniente que sembrar la idea de que, por default, tus órganos son de todos y para otros, a menos que -expresamente- digas que no.  Dejas de ser el propietario de tus riñones, tu corazón, tu hígado, tus córneas y demás, porque los políticos socialistas ya dispusieron que debes donarlos por la fuerza.  Por la fuerza de la ley.

Digo Tu, aunque no seas mexicano, porque este tipo de legislaciones son virales.


06
Dic 06

Un lector comenta ¿A cómo el riñón?

Del doctor Rudolf García-Gallont recibí el siguiente comentario sobre mi columna titulada ¿A cómo el riñón?. Mis comentarios a la opinión del galeno, abajo.

Me parece muy interesante, que cada vez más personas en el medio se ocupen del tema “donación de órganos para trasplante” en Guatemala. Ello refleja, sin duda, que el problema está presente en nuestro medio, y como tal acarrea una gama grande de aspectos relacionados, que incluyen legislación, solidaridad, obligaciones del Estado, comercio de órganos, gastos millonarios para mantener actualmente a miles de pacientes en diálisis, aspectos bioéticos, limitaciones de toda índole, etc.

Es interesante el planteamiento que Ud. hace acerca de legalizar la venta de riñones para subsanar la escasez. Por el momento, la legislación vigente prohíbe la venta o comercialización de órganos o tejidos en Guatemala (artículos 8 y 9 del Decreto Legislativo 91-96), pero en mi opinión, independientemente de esto, el tema de legalizarlo presentaría varias aristas. Veamos los diferentes “modelos” que existen al respecto:

Está, en primer lugar, el modelo hindú/pakistaní: En estos países, donde el ingreso per-cápita anual es de US$ 500, se encuentra –obviamente- el terreno ideal para comercializar riñones, de los cuáles al fin y al cabo tenemos 2, y uno de los dos puede ser “entregado” sin aparentes riesgos. El problema se suscita, sin embargo, cuando vemos el patrón repetitivo de las características del Comprador y el vendedor, y los precios que se pagan, puestos SIEMPRE por el Comprador! Siempre son pacientes de recursos acomodados, los que buscan por esta vía obtener un riñón, y el “donador” recibe en promedio US$ 500 por su “donación de órgano”. Esta cifra -astronómica para el hindú, porque representa acceso inmediato al ingreso de todo un año- es irrisoria para cualquier persona en condiciones mejores, y representa por lo tanto, un crudo modelo de EXPLOTACIÓN. Lo más interesante del caso es, sin embargo, que un grupo de sociólogos que dio seguimiento a familias de “donadores”, reportaron en el meeting de “Global Transplant”, presentado en Madrid en febrero del 2006, que en un 95% de casos, este “masivo” ingreso NO modificó el status socioeconómico o las condiciones de vida de estas familias, que continuaron estando en la exacta extrema pobreza que venían sufriendo antes. Y, ¿cómo se esperaba, pues, que US$ 500 pudieran cambiar esta realidad? Y que Dios proteja al “donador”, porque NADIE le vá a dar seguimiento médico para prevenir una deficiencia orgánica a largo plazo en él.

Se presentó también en el “Global Transplant” el modelo por Ud. mencionado de Irán. Aquí, el Estado, viendo lo oneroso que es mantener pacientes en sistemas artificiales de vida, como la diálisis peritoneal o la hemodiálisis, ha optado por asumir él mismo el papel de “Comprador” de riñones, como Ud. dice correctamente por un valor de US$ 2000-4000, según el momento en el mercado (oferta y demanda!). Y, adivine qué? La lista de espera por riñones ha desaparecido, y ahora más bien, hay una lista de espera para vender un riñón. El único problema es, que, otra vez: Los que hacen cola para vender sus órganos, son personas de escasos recursos, que creen, con visión muy cortoplacista, que 2000 o 4000 dólares les van a solucionar sus problemas. Pregunto: Dejaríamos Ud. o yo, a un hijo propio o a algún miembro de nuestra familia, que vendiera un riñón por US$ 500, o por US$ 5000, o por cualquier otra suma? Entonces, porqué habríamos de impulsar un modelo que espera esto de otras personas, solo porque nosotros no las conocemos? No es esto una filosofía de Utilitarismo en su máxima expresión?

Esto me recuerda cuando, hace algún tiempo, dí una entrevista sobre el tema en alguna emisora que tiene un programa matutino en Inglés. Y, cuando iba entrando más tarde al edificio de mi clínica, me encontré con la esposa de un acaudalado finquero, quien –por supuesto- había oído el programa en Inglés. Reproduzco nuestra plática: “ala, Doc, que bueno que ya se esté haciendo conciencia en Guate con este tema de la donación de órganos. Yo le ofrezco hablar con mi marido, para que en la finca demos platicas de esto. Esa gente debe estar consciente de que debe donar sus órganos …!… “

Yo creo, que en Guatemala (y en todos los países), más bien lo que necesitamos es muy distinto de éstos modelos de clara y crasa explotación y venta de órganos. Columnas como la que Usted escribe en medios importantes de comunicación, deberían más bien ayudar a divulgar el mensaje, de que en Guatemala, TODOS los ciudadanos nos declaremos DONADORES DE NUESTROS ORGANOS para el día en que fallezcamos. En un país con una -tristemente alta- tasa de muertes por violencia y accidentes, diariamente se entierran inútilmente docenas de riñones, córneas, corazones, hígados, pulmones, páncreas, córneas, huesos, cartílagos etc, que podrían –con toda seguridad- rendir cuenta en forma mucho más efectiva a la lista de pacientes en espera de un órgano. La legislación vigente, Decreto Legislativo 91-96 regula sobre el tema, y dá la opción a todo guatemalteco y guatemalteca mayor de edad, a hacer esta elección en vida; y si no lo hizo y fallece, delega en los familiares directos la potestad de donar los órganos de su ser querido.

Calcule Usted, cuántos riñones podrían obtenerse, si TODOS dijéramos un gran SÏ solidario, en bien de nuestros paisanos que esperan riñones, y también otros tejidos que NO pueden donarse en vida, como lo son las córneas! Este es el mensaje, que Fundación Donaré está esparciendo en Guatemala desde hace más de dos años, y la necesidad a la que las Autoridades de Salud corresponden mediante la creación de la Unidad de Trasplantes del Hospital General San Juan de Dios, y mediante la puesta en función a corto plazo de las entidades que deberán, como lo manda la Ley, velar por la transparencia, equidad en acceso y distribución, control de calidad, bioseguridad en cuanto a enfermedades transmisibles y trasplante exitoso de órganos donados. Y que la Donación inter-vivo de riñones (actualmente predominante en Guatemala), continúe como hasta ahora, en el contexto del Donante Vivo emparentado o emocionalmente relacionado, con las dadas excepciones como el “donor-matching-program” de los EUA, perfectamente admisibles, que Usted menciona al principio de su interesante y bien documentada columna.

Para finalizar, quiero parafrasear una cita de su columna, donde Ud. pregunta:
“Aquí en Guatemala, ¿cuántas personas mueren al año en espera de un riñón que pudiera estar allí si hubiera incentivos suficientes?” Yo quisiera plantear la contra-pregunta:
“Aquí en Guatemala ¿cuántas personas mueren al año y se llevan a la tumba sus órganos, que pudieran estar allí para los pacientes, si todos nos declaráramos solidarios respecto al tema de Donar Nuestros Organos…?
Jefe Unidad de Trasplantes
Hospital General San Juan de Dios
Cédula A-1 525958

Mil gracias por su atención, y un respetuoso saludo,

Dr. Rudolf García-Gallont

Gracias, doctor; pero creo que la obligación legal de entregar uno sus órganos no es solidaridad. Es una manifestación del principio perverso que supone que no somos dueños de nosotros mismos. Si la donación es voluntaria me parece buenísimo; pero una presunción legal como la de España es la negación de la más elemental dignidad humana en el sentido de que supone que, a menos que nos manifestemos expresamente en contra, somos “propiedad ” de otros.

Yo creo que el principio que debe prevalecer es el de “Tú eres el dueño de tu vida; y en consecuencia, eres el dueño de tu cuerpo”. Por otro lado hay que tomar en cuenta algo muy importante: que se reconozca el derecho a vender algo que es de uno, no excluye que uno tenga derecho a donarlo. Una cosa, no elimina a la otra. Lo de la venta de órganos sólo abre más posibilidades, porque no descansa sólo en la benevolencia, ni en el altruismo.

El principio que propongo es contrario a la creencia de que uno es parte de un gran plan, de una gran máquina, o de una sociedad a las que se debe en cuerpo y alma. También creo que el dinero no es la raíz de todos los males y que, al contrario, es señal de virtud. Por eso creo que no hay nada malo en dar dinero (valor) a cambio de un riñón.

Actualización: Si le interesa el tema, por favor lea:

Alleviating the Organ Shrtage;

A Gift of Life Deserves Compensation: How to Increase Living Kidney Donation with Realistic Incentives;

Organ Sales and Moral Travails: Lessons from the Living Kidney Vendor Program in Iran;

y A Free Market in Kidneys?


02
Dic 06

¿A cómo el riñón?

1. Para que fuera posible se requirió de 12 cirujanos, 11 anestesiólogos y 18 enfermeras. Se efectuó en seis salas de operaciones; pero al cabo de todo, cinco pacientes desesperados recibieron nuevos riñones en el primer transplante quíntuple de riñones en el mundo, según forbes.com.

Cuatro de los cinco pacientes llegaron al hospital con un pariente que estaba dispuesto a donar un riñón; pero era donante incompatible. El quinto paciente había estado en una lista de espera, aguardando que llegara el riñón de un cadáver.

Empero, entre aquellos nueve, y una “donante altruista” tenían suficientes riñones compatibles entre ellos, como para llevar a cabo el intercambio quíntuple.

La donante altruista decidió donar su riñón luego de perder a su esposo y a su hija a causa de un accidente y de una enfermedad. Ella no conocía a ninguno de los otros donantes, ni a los pacientes.

Aquí viene la parte interesante: En los Estados Unidos de América un paciente que necesita un riñón es emparejado (matched up) con un extraño compatible si el paciente se presenta (lines up) con un amigo, o pariente dispuesto a donarle un órgano a otro extraño, también.

El director del centro de transplantes de Johns Hopkins hizo un llamado para la creación de un programa de intercambio nacional de riñones; y argumentó que eso ayudaría a aliviar la escasez nacional de órganos para el transplante y disminuiría la necesidad de diálisis.

Y aquí viene la otra parte importante: el intercambio de riñones, con donantes vivientes, presenta problemas éticos ya que le ley prohíbe recibir algo de valor a cambio de un órgano. Algunas organizaciones sienten que los arreglos múltiples son muy parecidos a un quid pro quo.

Economist.com nos cuenta otro lado de este drama: en la medida en que las personas en los países desarrollados viven más y son más gordas, las filas de espera por riñones para transplantes se hacen más largas. El año pasado, en los EUA, 4,039 personas murieron mientras estaban en la lista de espera. Debido a la escasez, los doctores están haciendo transplantes con riñones viejos y lentos. Siendo el altruismo el único incentivo para donar, no es extraño que no haya suficientes donantes.

El artículo que estoy comentando dice que si sólo 0.06% de los gringos sanos de entre 19 y 65 años diera un riñón, no habría lista de espera en el país.

¿Y cómo se podría incentivar que eso pasara? La mayoría de legislaciones descansan en el altruismo; pero en España, se presume que si uno no se manifiesta en contrario, uno está de acuerdo con que sus órganos sean transplantados cuando uno muera. Pero claro, está la duda de si esta presunción es moralmente correcta.

¿Y qué tal si se legaliza le venta de riñones? Eso ocurre en Irán donde uno puede obtener entre US$ 2,000 y 4,000 por un riñón. Y adivine qué: la lista de espera ha desaparecido.

Claro que algunos pensarán que es repugnante que uno venda su riñón; pero hay empresas que ya ganan millones de dólares legalmente con el comercio de órganos de personas muertas. ¿Qué hay de malo en que una persona obtenga algo de valor a cambio de su riñón? En los EUA es permitido que una mujer alquile su vientre. Tomando en cuenta que el riesgo de que una mujer se muera por esa práctica es seis veces más alto que el riesgo derivado de la venta de un riñón, ¿qué hay de malo en que una persona obtenga algo de valor a cambio de su riñón?

Aquí en Guatemala, ¿cuántas personas mueren al año en espera de un riñón que podría estar ahí si hubieran incentivos suficientes? Ahora que fue inaugurada la unidad de transplantes del San Juan de Dios, talvez deberíamos repensar el tema de la venta de órganos.

2. Mojito cumpleañero: Fidel Castro va con su astrólogo y le pregunta: “¿Qué día moriré?” Y el astrólogo contesta: “Comandante, usted morirá en un día de fiesta nacional”.

Publicada en Prensa Libre el sábado 2 de diciembre de 2006

Actualización: Si le interesa el tema, por favor lea:

Alleviating the Organ Shrtage;

A Gift of Life Deserves Compensation: How to Increase Living Kidney Donation with Realistic Incentives;

Organ Sales and Moral Travails: Lessons from the Living Kidney Vendor Program in Iran;

y A Free Market in Kidneys?