16
Nov 17

Conversemos sobre “Himno”

¿Te apuntas a conversar sobre la novela Himno, de Ayn Rand? El equipo de The New Intellectual organizó una conversación sobre esta distopía clásica y tuvo la gentileza de invitarme para conducirla en su club de lectura.  ¿Nos vemos este domingo 19 de noviembre? La cita es de 2:00 a 4:00 p.m. en la librería Sophos, 4a. avenida 15-59, zona 10, Plaza Fontabella, segundo piso.

Tres de mis párrafos favoritos de Himno dicen:

  • Son mis ojos los que ven y la visión de mis ojos le confiere belleza a la Tierra. Son mis oídos los que oyen y mis oídos le dan su canción al mundo. Es mi mente la que piensa y el juicio de mi mente es el único faro que puede encontrar la verdad. Es mi voluntad la que elige y la elección de mi volulntad es el único mandato que debo respetar.
  • Se que la felicdad es posible para mí en esta Tierra. Mi felicidad no necesita de un objetivo supereior para justificarse. Mi felicidad no es el medio para algún fin. Ella es el fin. Es su propio objetivo. Es su propio propósito.
  • No le pido a nadie que viva para mi, ni yo vivo para n adie.  No codicio el alma de nadie, ni mi alma debe ser codiciada por nadie…no daré mi amor sin motivo a cualquier oportunista que lo reclame. Elegiré a mis amigos entre los hombres, ni esclavos ni amos.  Elegiré sólo a los que me gusten, a ellos amaré y respetaré, sin mandarlos ni obedecerlos.

Debido a la corrección política que crece como un cáncer entre nosotros, y debido a la amenaza que implican el pensamiento único y la historia única sobre la libertad de expresión este otro párrafo debería llamarnos la atención:

  • Nuestros hermanos están en silencio porque no se animan a decir los pensamientos que pasan por sus mentes. Porque todos deben estar de acuerdo con todos y, como no pueden saber si sus ideas son compartidas por los demás, entonces temen hablar.

Himno es una distopía medieval del futuro en el que los individuos están privados de su nombre, de su independencia, de sus valores y de su dignidad.  En ese mundo, el protagonista Igualdad 7-2521 es capaz de descubrir el amor y el conocimiento…es condenado por decir: Yo soy. Yo pienso. Yo quiero.

¿Nos vemos?


15
Nov 17

La comedia y la corrección política

Diez comediantes famosos advirtieron que la corrección política está matando a la comedia.

En 2015, Jerry Seindeld, por ejemplo, dijo que hay algo espeluznante en la corrección política que me molesta.  Cada vez más comediantes han estado hablando en contra de lo políticamente correcto, argumentando que las sensibilidades y tendencias crecientes del público para ofenderse sofocan la libertad cómica.  Mel Brooks advirtió que la corrección política es la muerte de la comedia.

Es posible que la corrección política -que es una cadena con bola para la libertad de expresión- sea más opresiva entre angloparlantes que entre hispanoparlantes.  O tal vez no.  Lo cierto, sin embargo, es que los stand up comedians de Netflix…en español…están geniales y desafían toda corrección política.

Te recomiendo a:

Mi abuelita diría que no dejan títere con cabeza.

La ilustración la tomé de Facebook.


14
Nov 17

A 118 años del fin de mundo

Para el 14 de noviembre de 1899 estaba anunciado con todas las formalidades debidas y muy circunstanciadamente el terrible ¡Fin del mundo!, tal y como lo explica la ilustración de esta entrada.

El fenómeno cataclísmico, que estaba programado para hoy hace 118 años a las 12:45 p.m. dejó vestida y alborotada a la nerviosa y espantada humanidad.

Te comparto la publicación porque es encantadora, porque hoy es el aniversario de aquel fin del mundo y porque esas ideas regresan cada tanto para atormentar a cierto tipo de personas.  También porque da algo de risa.


13
Nov 17

¿Por qué habría que valorar el individualismo?

Samuel Pérez-Attías anda con la cosa de que la promoción del individualismo es un error y que es la causa de algo que el llama la atomización de la sociedad. Creo que Samuel opina eso porque no está claro qué quiere decir individualismo.

Escucha el podcast aquí.

Antes de seguir, sin embargo, no está de más explicar por qué tendría que estar claro qué quiere decir individualismo.  Desde una óptica epistemológica -y como el propósito de los conceptos es facilitarnos la clasificación y organización cognitivas, así como facilitarnos conocer y pensar-  la palabra individualismo es un símbolo que denota un concepto, es decir que representa algo concreto y de cierto tipo, algo que se diferencia, por ejemplo, del concepto colectivismo.

Entonces, si hablamos de individualismo, desde una falacia como la del hombre de paja (que es criticar algo no por lo que es, sino por una fabricación ad hoc que el crítico hace para servirse de ella), la conversación no tiene sentido ya que el hombre de paja distrae y borra al concepto legítimo.

Individualismo, pues, no es la creencia de que las personas deberían vivir aisladas al margen de la sociedad, o de espaldas a ella. Simón el estilita, que vivió encaramado en una columna, no era individualista. Tampoco es la creencia de que las personas deberían ser islas inconexas unas con otras.  No es la negación de la división del trabajo, ni la negación del valor de la cooperación social, ni la negación de la dispersión del conocimiento, ni la del valor de la vida en sociedad (que es una forma de hacer las cosas) y el individualismo no excluye las acciones en grupo.  Eso sí, el individualismo es opuesto al colectivismo; y no es entusiasta del tribalismo.

¿Qué, entonces, es el individualismo?

Propiamente dicho, el individualismo tiene dos perspectivas que quiero destacar en esta entrada.  Por un lado el individualismo sostiene que las personas individuales (de ahí el nombre) tenemos derechos inalienables que no nos pueden ser arrebatados por ninguna otra persona, ni por cualquier grupo, o conjunto de personas.  Por lo tanto, cada persona existe por su propio derecho y para sí mismo, no para el grupo.  Los individuos, pues, no somos ni piezas de una máquina, ni peldaños de una escalera, ni herramientas para ser usados.  Por esas razones, y de acuerdo con el individualismo, el poder de la sociedad debe estar limitado por los derechos individuales de las personas; y quienes ejercen el poder en la sociedad sólo pueden crear leyes que no violen aquellos derechos individuales.  En un sistema individualista, todas las personas son iguales ante la ley, en todas las oportunidades; y cada uno tiene los mismos derechos ya sea que se encuentre sólo, o que lo acompañe un millón de personas más.

¿Es posible no estar de acuerdo con estos principios si lo que se quiere es una sociedad sana, basada en relaciones pacíficas y voluntarias?

Para entender mejor el individualismo en esta perspectiva, vale la pena compararlo con lo que se le opone, que es el colectivismo.  Este sostiene que las personas no tienen derechos; y que su cuerpo, su personalidad y su trabajo le pertenecen al grupo, comunidad, colectivo, clase social, etnia o a la sociedad.  Por eso es que el grupo, comunidad, colectivo, la vanguardia, la etnia o la sociedad pueden hacer con él lo que le plazca, en la forma que quiera y por cualquier motivo que el grupo haya decidido que es su propio bien.  En esas condiciones, cada persona existe sólo con el permiso del grupo y en beneficio del grupo. Por esas razones, y de acuerdo con el colectivismo, el poder de la sociedad (que es el colectivo supremo) es ilimitado y la sociedad puede crear las normas que desee e imponérselas a cualquier persona en la forma que quiera. En un sistema colectivista, las personas tiene que agruparse unas con otras para obtener privilegios.  Y los que pertenezcan a los grupos más grandes, más bulliciosos, o más violentos son los que tienden a obtener más y mejores privilegios.

¿Es posible tener una sociedad sana, basada en relaciones pacíficas y voluntarias, en aquellas condiciones? Yo digo que no.

La otra perspectiva desde la que hay que entender el individualismo, y que quiero comentar aquí, es la del individualismo metodológico (o método compositivo) como el método de las ciencias sociales que sostiene que todos los fenómenos sociales son explicables a partir de las acciones individuales de los seres humanos individuales (de ahí su nombre).   El individualismo metodológico descarta la creencia de que los grupos, comunidades, colectivos y sociedades sean organismos que pueden tomar decisiones y actuar propiamente dicho.  Una forma de ponerlo es que así como el grupo, la comunidad, el colectivo, o la sociedad no tienen un estómago como para decir apropiadamente que el grupo se comió X cantidad de hamburguesas el año pasado; tampoco se puede decir apropiadamente que el grupo haya decidido, o haya actuado, porque el grupo no tiene cerebro, ni mente para tomar decisiones, o para actuar. Las personas individuales que forman el grupo son las que comen hamburguesas, y son las que deciden y actúan.  El individualismo metodológico descarta la creencia de que la clase social, la étnia, la nacionalidad, el sexo, u otros elementos sean determinantes en las decisiones individuales que toman las personas individuales, para actuar individualmente, o en coordinación con otros.

El individualismo metodológico no sólo no descarta que un, o unos individuos actúen en coordinación con otros individuos desde la división del trabajo y la cooperación social. Sino que sirve para entender la naturaleza de estas formas de cooperación, desde la que hay entre dos personas individuales, hasta la cooperación social pasando por formas menos complejas de asociación como empresas, tribus, comunidades y otras formas de organización. Quien entiende el individualismo metodológico y la división del trabajo, entiende por qué es que integramos la sociedad, precisamente para perseguir y alcanzar mejor nuestros fines individuales.  La sociedad, desde esta perspectiva es una forma de hacer las cosas.

En el contexto político -y por eso es que el individualismo incomoda mucho a los que les gusta el poder- Raimondo Cubeddu cita a Friedrich A. Hayek y explica que “la característica esencial del verdadero individualismo” consiste en que es ante todo “una teoría de la sociedad, un intento de comprender las fuerzas que determinan la vida social del hombre y, sólo en un segundo momento, un conjunto de máximas política derivadas de esta concepción de la sociedad”.  De lo que resulta claramente que la política no es la ciencia arquitectónica de la asociación civil, y ni siquiera un conjunto de máximas que deben calar en la sociedad a fin de transformarla en la perspectiva de los valores éticos, políticos, o económicos que se considera racional, o justo alcanzar; sino la consecuencia de una teoría general de la acción humana.  De paso, ¿sabes cuál iba a ser el título de La acción humana, por Ludwig von Mises (un individualista irredento)? El título iba a ser Cooperación social.

El individualismo nada tiene que ver con la atomización de la sociedad.  Al culpable de este fenómeno seguramente habría que buscarlo en el uso del estado, por parte de algunos actores sociales (muchos detractores del individualismo) a modo de aquella gran ficción por medio de la cual todo el mundo se esfuerza en vivir a expensas de todo el mundo, contra la que advirtió Fréderic BastiatEsa pretensión sí atomiza a la sociedad porque en vez de fomentar la cooperación, lo que alimenta es no solo la competencia por privilegios, sino el irrespeto a los derechos individuales.  Al culpable del fenómeno de atomización seguramente habría que buscarlo en el tribalismo, esa pretensión colectivista que egulle a las personas individuales y las funde en una masa en la que todo es sacrificable en el altar que manden los que controlan al colectivo. Y de esa pretensión, no es extraño que las personas quieran escapar y hasta cierto punto, atomizarse.

Si te interesó el tema, quizás quieras leer algo ¿Por que defender el ultra-individualismo?


12
Nov 17

“Toc Toc” en el teatro

Con personajes entrañables, una buena dirección y el abordaje ingenioso de distintos trastornos obsesivo-compulsivos, Toc Toc es una obra que te recomiendo mucho.

Imagina a seis personas, con un mínimo de seis distintos trastornos obsesivo-compulsivos, reunidas en la sala de espera de un terapeuta.  Imagina que el terapeuta se atrasa y que tienes la suerte de estar ahí.

Un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es caracterizado por pensamientos intrusivos, recurrentes y persistentes, que producen inquietud, aprensión, temor o preocupación y conductas repetitivas denominadas compulsiones, dirigidas a reducir la ansiedad asociada.

La presentación está muy bien lograda, con la dirección de Juan Diego Rodriquez a quien sin duda recuerdas por Defendiendo al cavernícola. La obra es de Laurent Baffie y la versión en español es de Julián Quintanilla.

En el escenario los actores no sólo son convincentes, sino que con sus caracterizaciones hacen de sus personajes personas entrañables.  Al ver esta obra no vas sólo a doblarte de la risa por delas manías de otros -que sería un desperdicio- sino a meditar sobre condiciones que afectan vidas humanas.

Hubo un tiempo en que yo no me podía meter a la cama sin hacerla yo mismo; y mi padre se incomodaba muchísimo porque yo deshacía la cama y la volvía a tender.   Hubo un tiempo en el que las latas de mi despensa debían mostrar sus etiquetas. Todavía me perturba algo que las toallas, en mi casa, no sean usadas en un orden específico. Sin llegar a los extremos de los pacientes en la obra, no dejan de causarme gracia aquellas manías.

Toc Toc se presenta en el Teatro Lux los viernes y sábados a las 8:00 o.m. y los domingos a las 5:00 p.m. y las presentaciones concluyen el 26 de noviembre. Hay boletos en Todoticket y en taquilla.  De verdad es una buena obra, bien montada y vale la pena verla.


11
Nov 17

Esto no debe pasar inadvertido

Según el INE –para avanzar una agenda política, o por descuido– Guatemala es un país con alto crecimiento en el precio de los alimentos. Empero, el equipo de UFM Market Trends analizó el precio de la canasta básica desde varias fuentes de información, y puso en evidencia que la información oficial es inconsistente.

Escucha el podcast aquí.

¿Por qué es eso importante? Porque el indicador de precios tiene un impacto fuerte en políticas como las tasas de interés (que son los precios del crédito y se reflejan en lo que pagas por tu carro, o por tu casa), y en la posibilidad de un salario mínimo diferenciado que pudiera aliviar la situación laboral de miles de personas, para mencionar dos.

¿Qué inconsistencias encontró el equipo de UFM Market Trends? A partir de la administración de los Colom/Torres los precios del INE y los del MAGA no coinciden y a eso se le llama comparar peras con manzanas. Los precios internacionales y los precios reportados por el INE también divergen, que es tres cuartos de lo mismo. La canasta básica comprada en grandes supermercados en zonas caras de la ciudad de Guatemala muestra una notable diferencia con el precio de la canasta reportado por el INE.  En La Torre, la canasta que el INE estima en Q4211.37 cuesta Q3451.20 y, en Walmart, la misma canasta cuesta Q3105.90.

Si los errores del INE son por descuido, lo que procede es que sean corregidos cuanto antes; y si han sido para avanzar una agenda política pobrista, procede corregirlos –también– pero habría que subrayar la canallada.  En relación al pobrismo, ¿qué más evidenció el estudio? Que la desnutrición crónica y la mortalidad por desnutrición han disminuido notablemente y que la tendencia internacional de disminución de pobreza también se cumple en Guatemala.  No es que no haya pobreza; pero, ¡seguramente habría menos pobres y desnutridos sin la información manipulada y falsa con que se toman decisiones políticas destruccionistas!

Medio en serio y medio en broma, las estadísticas son peligrosas porque pueden despertar el deseo de hacer algo para arreglarlas; y son doblemente peligrosas cuando están truqueadas, y no reflejan la realidad.

Columna publicada en elPeriódico.


09
Nov 17

Legislación peligrosa, la de terrorismo cibernético

La legislación que pretende castigar con entre 10 y 15 años de prisión a quienes usen los medios de comunicación, informática, teconologías de información, electrónica o similiar, con el objeto de infundir temor, causar alarma, intimidar, o violar la voluntad de las personas, con fines económicos, políticos, religiosos, ideológicos, militares y/o cualquiera otro, es una normativa peligrosa.

Parece obvio que aterrorizar a la gente por medio de tuits, o de recursos parecidos, con propósitos relacionados con el uso, o el abuso del poder, debería ser punible; pero, ¿hasta dónde es que una regulación como aquella es violatoria de la libertad de expresión?

La libertad de expresión no sólo es una garantía constitucional protegida por el artículo 35 de la carta magna chapina, o sólo una protegida por el artículo 19 de la Declaración universal de los derechos humanos.  La libertad de expresión es una manifestación del derecho de libertad, y ya sabes, la libertad de expresión:

  1. Es necesaria para la búsqueda de la verdad.
  2. Es necesaria para la realización del ser humano como ser racional.
  3. Es un contralor de la actividad social y estatal.
  4. Permite verificar el respeto a los derechos individuales.

Para desgracia de nuestra sociedad -y de Occidente- existe una tendencia creciente a castigar a las personas por lo que dicen y hasta por lo que piensan.  Entre nosotros, por ejemplo, hay grupos influyentes y hasta poderosos que consideran que las personas no tienen derecho a cuestionar si los impuestos deberían ser usados, o no, para privilegiar a ciertos grupos sociales; y hay grupos influyentes y hasta poderosos que sólo admiten que las cuestiones de sexo sean discutidas desde sus particulares puntos de vista.  Ha habido iniciativas que buscan anular toda expresión que contradiga sus perspectivas.  Hay grupos parapoliciales que quieren dictar de qué se puede hablar, y de qué no; y en qué términos. El caso es que la libertad de expresión está bajo ataque en busca de una historia única, o en busca de proteger intereses privilegiados.  De ahí que, a ratos, pareciera que debería ser delito el no asentir cuando ciertos grupos quieren imponer sus particulares ideas.

Una legislación como la que da origen a estas meditaciones se parece mucho a la normativa de pánico financiero porque -si bien es cierto que nadie quiere una corrida bancaria a causa de rumores- la verdad es que aquella ley impide que muchas personas opinen, y compartan sus experiencias sobre los servicios que prestan los bancos y otras organizaciones financieras.  Normas como esa y la que nos ocupan, inhiben la libertad de expresión porque las personas temen verse procesadas por expresar lo que piensan, o lo que experimentaron.

Allá por la avenida Bolivar hay una pinta violenta y disparatada  (que yo sospecho que es del 20 de octubre pasado, pero podría estar equivocado);  y esa pinta dice: El único Congreso que ilumina es el Congreso que arde. Puesta donde está, esa opinión no tiene consecuencias jurídicas; pero, en el momento oportuno, contra las persona oportuna, un tuit con ese mensaje podría ser la causa de una captura, de un proceso judicial y de 10, ó 15 años de cárcel.

Normativas como la del terrorismo cibernético (como está redactada la propuesta) pueden ser herramientas para la represión y para la instauración de un pensamiento único.  Por eso recomiendo que si algo ha de ser punible, sean los daños comprobables causados por una acción identificable y tipificable; pero que por nada del mundo permitamos que prospere la idea de que las personas deberían ser castigadas por pensar, o por expresar sus pensamientos, u opiniones (por ofensivas, o disparatadas que sean).  Vamos en mal camino si las opiniones  económicos, políticos, religiosos, ideológicos, militares y/o cualquiera otras que nos asustan, fueran causas de persecusión penal.

Por las cuatro razones enumeradas arriba, la libertad de expresión (como derecho que es) debe ser defendida no sólo frente a intereses legítimos como el orden, sino frente a intereses espurios, como el del control político, o el del establecimiento de una historia única. Es inadmisible que la libertad de expresión sea sometida a nuestra aversión a ser ofendidos, a nuestra incapacidad de distinguir entre la verdad y la mentira, o a la promoción de lo políticamente correcto porque ya lo dijo Benjamin Franklin: Aquellos que sacrifican libertad por seguridad no merecen tener ninguna de las dos.

Dicho lo anterior, una ley que tipifique como delitos los bloqueos de vías públicas, los atentados contra el transporte y otras prácticas criminales que causen pérdidas de vidas, o de productos, es bienvenida.

La ilustración la tomé de aquí.


09
Nov 17

¡Celebramos el derribo del Muro de Berlín!

Hace 28 años, ¡28 años!, en medio de una sucesión de actos alucinantes como la apertura de la frontera entre Hungría y Alemania del este, y  el fusilamiento del tirano Nicolae Ceucescu y su esposa colapsó el comunismo, el socialismo real, el socialismo científico, o como quieras llamarle.  El símbolo de aquel colapso fue el derribo del Muro de Berlín, que precedió al derrumbe de la ominosa Unión Soviética.

Nadie moría tratando de pasar el Muro de Berlín en dirección al este; y de hecho, nadie escapaba hacia el sector comunista de Berlín.  Eso sí, 138 personas fueron asesinadas tratando de escapar del comunismo, hacia Occidente.  Las matanzas, sin embargo, no se limitaron a las víctimas en el muro.  Entre 1949 y 1987, en la China comunista hubo más de 76 millones de muertos a causa de las ideas del socialismo real.  Entre 1917 y 1987, en la Unión de Repúblicas Socialestas Soviéticas hubo más de 61 millones de muertos a causa de la dictadura del proletariado.  ¡Las ideas que hicieron necesario el muro son letales!  Cien años de historia comunista costaron 100 millones de muertos en todo el mundo.  ¿Eso es unos 150 muertos por hora?

Muchos chapines todavía creen que aquellas ideas son respetables; todavía usan iconografías representativas de aquellas ideas letales, todavía sueñan con el colectivismo y la dictadura del proletariado.

Los ves promoviendo el destruccionismo. Bloquean carreteras, toman edificios, invaden fincas, pintan paredes, masacran familias, son el establishment que controla la educación y quiere controlar el sistema de justicia. Alguna vez te has preguntado: ¿Por qué es que sus socios y patrocinadores necesitaban de un muro para mantener a la gente dentro de su territorio? ¿Por qué es que sus socios y patrocinadores asesinaban a quienes trataban de escapar y pasar el muro? ¿Por qué es que miles huyen de Cuba, en vez de huir hacia Cuba? ¿Por qué es que dependían de policías criminales y ejércitos implacables para mantenerse en el poder?

Hace 28 años, cuando yo era productor de noticias internacionales en el noticiario Tele-Prensa, no te puedes imaginar la emoción que sentía cuando veía que el muro era derribado por la gente.  No te imaginas.  Y puedes leer, en este enlace, el relato del guardia que dejó que las multitudes pasaran; y en este enlace está la historia de un héroe que ayudó a escapar a más de mil personas.

La de abajo es de las tres piezas del Muro de la Vergüenza en la Plaza Berlín de la ciudad de Guatemala.  La foto es de mi amigo, Jorge Jacobs.

La foto principal la tomé del blog de mi cuate Joselo.


08
Nov 17

Los costos de los caprichos de Codeca

Ayer, durante unas ocho horas, grupos de personas específicas e identificables, coordinados por el Comité de Desarrollo Campesino (Codeca), bloquearon al menos 12 vías de comunicación y las consecuencias fueron fatales.

La más conomovedora es la muerte de Ludvin Tiul -de 4 años de edad- que falleció en la ruta al Atlántico, dentro de un bus ya que no pudo llegar al hospital como consecuencia de uno de los bloqueos de Codeca.  Tampoco fue posible que una ambulancia llegara a atenderlo.  ¿Te imaginas la angustia de la madre, Raquel Chacach, al ver que su hijo moría en aquellas circunstancias? Circunstancias debidas, no a un desastre natural, no a un accidente imprevisible, ni a nada parecido, sino a acciones deliberadas y criminales, de una dirigencia popular irresponsable.  ¿Qué harias en semejante situación de impotencia?

¿Qué exigían los directivos de Codeca a cambio de la vida del niño Ludvin Tiul? La reunncia del Presidente, los ministros y los diputados.  Lo mismo que piden cada tanto a costos espectaculares….cuando no cuestan vidas.

Conmovedora es, también, la foto de un padre que, acompañado de dos hijos pequeños, acarrea su mercancía a inmediacioines del kilómetro 255 de la ruta a Huehuetenango.  No menos impresionante es la foto de una señora que, con muletas, trata de llegar al Hospital de aquel departamento.  En Twitter circula otra foto de una familia que debe acarrear el féretro de un difunto, porque la gente de Codeca impide el paso del vehículo en el que iba. ¡Estas son las víctimas de las acciones de Codeca!

A estas víctimas, ¿cuántas más que no conocemos hay que añador? ¿Cuántas pérdidas económicas sufren personas como aquellas, y otras, a causa de los caprichos de la gente de Codeca?

De paso, y en Zacapa, un grupo de transportistas logró quitar a bloqueadores de Codeca que impedían el paso en aquella jurisdicción. Los autobuseros se molestaron con los campesinos que no eran del lugar y estaban dispuestos a quitarlos por la fuerza, pero estos accedieron a retirarse. Los bloqueadores, unos 25, no opusieron resistencia y se marcharon.Para evitar enfrentamientos intervinieron agentes de la Policía Nacional Civil.  Tal vez, con esto, estamos al principio de una nueva forma de lidiar con los bloqueadores.

La foto es de Ale Sosa, en Twitter.


06
Nov 17

China y “Black Mirror”

El régimen de Pekin planea lanzar un Sistema de Crédito Social con el propósito de calificar la integridad -es decir, si son dignos de confianza, o no- de sus 1.3 millardos de habitantes.

El plan pone la carne de gallina. Imagina un mundo en el que muchas de tis actividades cotidianas sean supervisadas y evaluadas constantemente: lo que compras en las tiendas y en línea; donde estás en un momento dado; quiénes son tus amigos y cómo interactúas con ellos; cuántas horas pasas mirando contenido, o jugando videojuegos; y qué facturas e impuestos pagas (o no).

Eso no es difícil de imaginar, porque la mayoría de eso ya sucede, gracias a todos esos gigantescos colectores de datos como Google, Facebook e Instagram o aplicaciones de seguimiento de la salud como Fitbit. Pero imaginemos ahora un sistema donde todos estos comportamientos se califican como positivos, o negativos y se destilan en un solo número, de acuerdo con las reglas establecidas por políticos, desde el poder.  No de forma descentralizada, sino de forma monopólica y centralizada.

Es como el episodio Nosedive, de la serie Black Mirror; sólo que  peor. Ese episodio se desarrolla en un mundo en el que las personas pueden calificarse unas a otras con estrellas por cada interacción que tengan. La protagonista es una joven obsesionada con sus calificaciones y es elegida por su amiga popular de la infancia como la dama de honor de su boda. En su viaje a la boda la protgonista se enoja con un trabajador de servicio al cliente, y eso inicia una rápida y catastrófica reducción de su calificación en un mundo homogenizado.

La razón por la que el sistema chino es peor que el de Black Mirror es que este último es descentralizado (en individuos que califican) y -aunque este es evidente que termina en un mundo homogenizado a fuerza de corrección política y ese deseo democrático de ser como los demás- el resultado es consecuencia de las acciones de los individuos; pero no de un diseño. Por otro lado, el sistema chino es centralizado, unitario y no dependerá de calificaciones individuales de personas, sino de algún algorítimo diseñado con criterios políticos.

El régimen de Pekin está lanzando el sistema como una forma deseable de medir y mejorar la “confianza” a nivel nacional y construir una cultura de “sinceridad”. Se espera que la política, “forge un ambiente de opinión pública donde mantener la confianza es glorioso. Fortalecerá la sinceridad en los asuntos gubernamentales, la sinceridad comercial, la sinceridad social y la construcción de la credibilidad judicial”.

Es como algo de Black Mirror, o de Minority Report. Esta peli es otra distopia y ocurre en un futuro donde una unidad especial de policía puede arrestar a los asesinos antes de que cometan sus crímenes.

El nuevo sistema refleja un cambio astuto de paradigma. En lugar de tratar de imponer la estabilidad, o la conformidad con un gran garrote y una buena dosis de miedo de arriba hacia abajo, el gobierno [los políticos] está tratando de hacer que la obediencia parezca un juego. Es un método de control social disfrazado de un sistema de recompensas por puntos. Es obediencia “gamificada”.

La ilustración la tomé de Black Mirror.