29
Oct 15

El desatino del precio tope a los intereses

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Los diputados aprobaron la discusión, ¡de urgencia nacional!, de una ley de tarjetas de crédito que le pone un precio tope de 10% a la tasa de interés.  Esta medida populista y demagógica -de los diputados (que ya ven venir la cuchilla) tendrá el mismo efecto que tienen todos los precios tope: generará escasez.

Verás…la gente cree que la tasa de interés es el precio del dinero.  Esto es porque lo que se ve (lo evidente) es que uno puede comprar cosas con la tarjeta, como si fuera con dinero.  Entonces la gente supone que los emisores de tarjetas cobran intereses a cambio de el medio de intercambio que les permite comprar cosas.  Pero tu, que leíste Lo que se ve y lo que no se ve, de Federico Bastiat, sabes que en cuestiones económicas, lo que no se ve y no es evidente es más importante que lo que se percibe a simple vista.

En realidad la tasa de interés es el precio del crédito.  Crédito viene del latín creditus o cosa confiadaTiene que ver con confiar y con confianza.  Además tiene que ver con el tiempo, porque el que da prestado confía en que recibirá lo prestado -de vuelta- en el futuro.  En ese sentido se podría decir que es el cambio de una riqueza presente por la posibilidad de más riqueza en el futuro, siempre que el que recibió prestado no viole la confianza del que le dio prestado.  El crédito no sólo depende de la capacidad de cumplir, sino de la voluntad de cumplir.

El emisor de la tarjeta de crédito pone a disposición de uno los recursos que uno necesita ahora, con la confianza de que uno se los pagará luego y corre el riesgo de que uno no se los pague.   Uno recibe los recursos en el preciso instante en que los necesita, sin preguntas, ni nada porque el emisor confió en uno y le dio tarjeta.  El emisor confía en todos los que tienen su tarjeta; pero…¿te das cuenta? hay tarjetahabientes más confiables que otros.  Hay tarjeta habientes más riesgosos que otros.  El grado de confianza, pues, es distinto para distintos casos.  No sólo porque el que presta los recursos los da sin hacer preguntas, sino porque lo hace inmediatamente y las condiciones (así como la disposición) para pagar,  de parte de los tarjetahabientes pueden cambiar en el tiempo.

¿Que pasa si se le pone precio tope al crédito?  El crédito para los tarjetahabientes más riesgosos va a desaparecer, o a escasear.  Como como desaparecieron y escaseron en los años 80 otros productos a los que se les ponía precio tope: el pan, la leche, el papel toilette, las baterías, la Incaparina y otros.  ¿Y qué va a pasar cuando los extarjetahabientes riesgosos no puedan conseguir crédito por medio de tarjetas cuando de verdad lo necesitan? Caerán en manos de los ajiotistas.  ¡Esos prestan al rayo, pero con intereses más que leoninos!  Y las condiciones para los tarjetahabientes riesgosos sólo habrán empeorado.  Como siempre, los más vulnerables serán los más perjudicados por el estatismo y por el populismo.

¿Cuál es el remedio para no tener que pagar tasas altas en las tarjetas? Ser pruente y responsable, atenerse a un presupuesto de gastos, explorar otras posibilidades y no ser impulsivo.  En dos platos: ser racional y usarlas racionalmente.

La ilustración es por Lotus Head from Johannesburg, Gauteng, South Africa (sxc.hu), CC-BY-SA-3.0  via Wikimedia Commons


17
Abr 15

Más caro el caldo que la gallina

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En años recientes el quetzal ha estado ganando valor frente al dólar.  En 2009 el precio promedio de un dólar era de Q8.35 en tanto que el año pasado fue de Q1.70.

Si la depreciación del quetzal frente al dólar era mala noticia en los años 80 y 90; ¡su apreciación en el siglo XXI debería ser buenas nuevas!…pero ahí está que no.  Hay grupos de interés cuyos negocios y prosperidad dependen de un quetzal débil porque mientras más débil es el quetzal más quetzales reciben por cada dólar que ganan.  Estos grupos le llaman competitividad a esta iniquidad; y usan su influencia política y mediática para hacer todo lo posible porque las autoridades monetarias mantengan caro el dólar.  Y las autoridades, aficionadas a corregir por medios políticos lo que no les conviene a sus clientelas, en el mercado, deprecian artificialmente el quetzal.

La verdadera competitividad -creadora de riqueza y aniquiladora de la pobreza- depende de ofertar mejores bienes y servicios a menores precios, con buen servicio y en menos tiempo. Depende de producir y de vender bueno, bonito y barato (como dice la gente en la calle); no de mantener devaluada la moneda local para beneficio de unos y en perjuicio de otros.  En un mercado sano la competitividad no depende del manejo político del precio de la moneda local frente a otras.  Esa práctica mercanitilista, propia del crony capitalism y de los empresaurios debería ser motivo de vergüenza.

El precio de las divisas, como precio que es, debería ser libre de censura para cumplir con su función comunicadora en cuanto a dónde y cuándo colocar recursos productivos.  Si se altera políticamente para beneficiar a unos (y perjudicar a otros) sale más caro el caldo que la gallina

Si la competitividad fuera un objetivo real, los pipoldermos y su clientela dejarían de desviar recursos escasos del sector productivo al sector público por medio de la venta de papeles; empoderarían a los trabajadores mediante la flexibilización del mercado laboral; dejarían de asfixiar al capital y eliminarían el impuesto a los rendimientos del mismo; eliminarían los aranceles; y dejarían de darte atol con el dedo.

Columna publicada en El periódico.  La foto no es de caldo de gallina; pero igual está bueno el caldo…y como es viernes.


09
Mar 15

Aprendamos de la gasolina

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Ahora que la gasolina anduvo por Q20 el galón aumentó el consumo de ese combustible y se redujo el contrabando del mismo.  ¿Que podemos aprender de esto? Mucho y muy bueno.

Aprendemos que cuando algo es bueno y barato la gente lo consume más que si es bueno y caro.  Cuando la gasolina está barata más gente usa su vehículo ya sea para trabajar, o para su esparcimiento.  La calidad de vida de esa gente mejora si usa su propio vehículo porque el transporte colectivo es menos seguro, cómodo y confiable que el vehículo propio; y porque es sabroso salir a pasear en el vehículo propio.  Muchos se quejan porque se incrementa el tráfico a causa de la mayor cantidad de vehículos; pero es un poco mala taza pretender que la gente no use su auto y que se le impida hacerlo a fuerza de un precio elevado artificialmente con el propósito de que no haya más tráfico (como oí que sugerían algunas personas).  La gente de recursos más modestos es la que más se beneficia con los precios bajos de la gasolina ya sea porque le permite ahorrar en combustible, o porque le permite darle más uso a su vehículo.

Tu ya sabes que eso que la gente llama contrabando no es más que una consecuencia de las barreras políticas contra el comercio libre; luego, aprendemos que cuando el precio baja (especialmente si es un precio político), también se reducen los incentivos para el contrabando.  Aprendemos que si el comercio ilegal es más costoso que el comercio legal, el primero tiende a desaparecer.  Por eso es que cuando suben los impuestos para combustibles, licores, cigarrillos, electrodomésticos y otros artículos (para mencionar unos), también aumenta el trasiego.  Los impuestos encarecen artificialmente las cosas; y los precios altos artificiales son una invitación al tráfico ilegal (que no ilegítimo) de mercancías.


01
Feb 15

La arrogancia de un burócrata del FMI

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Los países centroamericanos no han aprovechado la drástica baja de precio del petróleo  y sus derivados, ni  el dinamismo de la economía de Estados Unidos, dijo uno de esos burócratas del Fondo Monetario Internacional.

La perspectiva del burócrata es colectivista: supone que es a los países a quienes les corresponde aprovechar los precios bajos del crudo y los combustibles.  Y tu ya sabes qué significa eso: que los gobiernos, o sea los políticos y sus funcionarios (¿con asesoría de la burocracia internacional?) deberían saber cómo es que hay que hay que aprovechar los precios bajos de aquellos productos. La petulancia de los burócratas aquellos descartan, o ignoran, que es a los individuos a quienes les corresponde decidir cómo aprovechamos los precios bajos, o altos de cualquier cosa.  En el caso de los combustibles, ¿quién, si no tu, sabe cómo aprovechar lo que ya no gastas en combustibles? Tu decides si lo ahorras, lo inviertes, o lo gastas.  Y si te equivocas, pagas las consecuencias pero no arrastras a la sociedad contigo.

¿Sábes? En realidad los países no consumen combustibles.  Lo que sí ocurre es que la totalidad de individuos que viven en un país consumen combustibles.  Sólo la perversión de la visión colectivista puede convertir ese hecho en una supuesta actuación colectiva.  Y de ahí a que los colectivistas quieran que hagas un uso, u otro de lo que no gastas en combustibles hay sólo un paso.

Hace unos días, los pipoldermos estaban dispuestos a quitarte lo que ahorrabas en combustibles (por medio de un nuevo impuesto) porque según ellos tendrían un mejor uso para ese dinero que es tuyo.  A este tipo de disparates conducen observaciones como la del representante del FMI.

¡Cuidado con esas trampas de los colectivistas!


25
Ene 15

Ignorancia, arrogancia y los precios de las carnes

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En la calle y en los cuchubales, muchas personas creen que los precios son la suma de los costos.  Me explico.  Mucha gente cree que el precio de una camisa es la suma de los precios de la tela, el hilo, las agujas, los botones,  la costurera, y otros.  Los economistas clásicos se enfrentaban a lo que se conoce como la paradoja del valor que expresaban en la siguiente pregunta: ¿Por qué valen más los diamantes que los panes?  Si los diamantes son piedras y los panes son alimento, aquella cuestión les quitaba el sueño.

Durnante siglos, desde gente muy sencilla hasta los economistas más destacados no se explicaban de dónde es que salía los precios y por qué es que las personas valoraban lo que valoraban.

A mediados de los años 1500 los miembros de la escuela de Salamanca atisbaron que el valor de las cosas no estaba en las cosas en sí, sino en quienes las valoraban.  Y siglos mas tarde, a finales de los 1800, Carl Menger explicó cómo es que el valor es subjetivo, o sea que depende de la valoración de los sujetos que están valorando cosas específicas, en lugares específicos. Para usar el problema de los clásicos, las personas no valoran todos los panes y todos los diamantes; sino que valoran unos diamantes, en circunstancias particulares.  Por eso es que en el perdido en el volcán de Agua luego de tres días de no comer, posiblemente darías un diamante a cambio de un pan; cosa que no ocurriría en el Oakland Mall, por decir algo.

Todo esto viene a que ¿qué fregados está haciendo la Dirección y Atención y Asistencia al consumidor definiendo precios de referencia para las carnes? ¿Qué hacen aquellos expertos? ¿Suman costos y dicen que el resultado debería ser el precio de referencia? ¿Leen las mentes de los consumidores y con esa información definen precios de referencia? ¿Comparan los precios de las carnes en Guatemala y enTapachula y dan su veredicto? ¿Usan un algoritmo? ¿Usan una matríz? ¿Conocen cuáles son las preferencias y circunstancias de todos los productores, distribuidores, expendedores y consumidores de todas las carnes?

Cuando dicen que tanto abastecedores como expendedores estuvieron de acuerdo con el precio de referencia, ¿consultaron a unos, consultaron a muchos, o consultaron a otros? ¿Creen que se pueden fijar precios de referencia sólo consultando a la oferta, sin tomar en cuenta a la demanda?

Aquellos expertos, ¿no habían nacido, u olvidaron las malas experiencias de los 70 y 80 con la manipulación de precios?


23
Ene 15

Más impuestos para los pobres

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¿A quiénes afectaría más un alza deliberada del precio de la gasolina?  A quienes dependen de una renta fija, a los asalariados, y a los una diferencia en el precio hace la diferencia entre si pueden usar sus vehículos, o no.  A los usuarios magrinales que pueden evadir el tormento del transporte colectivo urbano, o extraurbano, sólo si el precio no pasa de determinada cifra.  Los más pobres.

¿Qué es un alza deliberada del precio? La que no es consecuencia de la oferta y la demanda, sino que es ocasionada por una decisión política, por ejemplo.  Es decir: un alza a propósico.  Así como Vean que barata está la gasolina. ¡Subámosle los impuestos!; o A ver, ¿qué está tan barato que nos permita clavarle impuestos?  Así me imagino que son las discusiones entre los pipoldermos.   Dirán algo así como: Vos, andá a ver qué está barato y le clavás más impuestos.

Esto es porque los pipoldermos están analizando la posibilidad de encarecerte la gasolina por medio de impuestos.

La medida responde   a la baja del  precio del  barril de petróleo a escala internacional, lo  que ha impactado fuertemente  en los ingresos fiscales respecto  del IVA al consumo final  y por   la variación en el tipo de cambio.  En consecuencia escasea el dinero para compras de emergencia y sin licitación; para compras a empresas de parientes, socios, compadres, amantes y amigos; para viajes; para viáticos; para ampliar casas; constuir chalets; beneficiar a su clientela y a grupos de interés y otras cosas en las que los pipoldermos usan el dinero de los tributarios.  Además animarán al contrabando (que supuestamente no les gusta)

Actualmente pagas Q4.70 por cada galón de gasolina súper que compras; y si se hacen realidad las malas intenciones de los pipoldermos, prepárate para entregarles más dinero.

La caricatura es por Fo, de Prensa Libre.


14
Ene 15

El dólar artificialmente caro

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Si alquilas casa y pagas ese alquiler en dólares te interesa saber esto.  Si importas mercadería, o bienes de capital también te interesa saberlo.  Si compras merecadería, o bienes de capital, que ha sido pagada con créditos en dólares, tienes que saberlo.  Si las medicinas que tomas son importadas, si los libros que lees hay que comprarlos en dólares…no puedes dejar de saberlo.  La gasolina, ¡que ya está barata!, podría estar más accesible si el dólar tuviera precio de mercado.

En 2014, el banco central compró un total de US$232 millones en moneda extranjera; en tanto que en 2013 las compras ascendieron a sólo US$ 75 millones.  Con esas compras el Banco de Guatemala mantiene elevada la demanda de divisas, y con ello mantiene elevado su precio…artificialmente.  Si bien el precio del dólar ha bajado, parece evidente que hubiera bajado más si el banco central no hubiera comprado dólares para evitar el deslizamiento del precio del dólar.

¿Esto es porque los exportadores se quejan si baja el precio del dólar? ¿Es moral y económicamente razonable que la competitividad de un grupo de interés sea alcanzada a costa de perjudicar a  otros?  Digo, porque un precio del dólar artificialmente alto para beneficiar expresamente a un grupo que depende de ese precio artificialmente alto, necesariamente perjudica a otros grupos que estarían mejor si el precio de la divisa fuera el de mercado.


12
Ene 15

¡Dame más gasolina!

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En 1914, la Oficina de Minas de Estados Unidos predijo que el petróleo duraría diez años. En 1939 y 1951, el Departamento del Interior informó que quedaban 13 años de producción petrolera en Estados Unidos.  En 1971, el Club de Roma informó que el total de todas las reservas petroleras alcanzaban 550.000 millones de barriles, y el presidente Carter afirmó que  Podríamos usar todas las reservas del mundo entero en la próxima década.

¡Pero ahí está que no!

Hay un exceso de petróleo, dijo Alwaleed bin Talal, príncipe y empresario saudí, que afirmó que el precio del barril de petróleo nunca volverá a alcanzar los 100 dólares. Si el suministro se queda en el nivel actual y la demanda continúa siendo baja, deberíamos prepararnos para otra caída del precio.  De hecho la capacidad de producción de crudo podría superar a la de refinación.  Así es como está la cosa.

Mi amiga, Anna María, acaba de paga $1.65 por galón, en Nueva Orleans.  Aquí en Guatemala la gasolina está poco más o menos a $3.00  ¡Estaría más barata si los pipoldermos no le cargaran un porcentaje elevado de impuestos, y si no mantuvieran artificialmente elevado el precio del dólar!  Sin los impuestos que les das a los pipoldermos ¿el galón de gasolina super andaría por los $2.61 minutos más, minutos menos?

¿Te imaginas?


07
Oct 14

La peligrosa política de estabilidad de precios políticos

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Hoy leí que Carlos Escobar Armas, fundador de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales advirtió que, en Guatemala, los problemas sociales son los mismos de hace 35 años.  ¡Y qué razón tiene!; pero…¿cómo iba a ser de otra forma si las supuestas soluciones a aquellos problemas son siempre las mismas?  ¡Las mismas que siempre fracasan!

Veamos, por ejemplo, la iniciativa presidencial de llegar a acuerdos para estabilizar los precios.  ¡Como si los precios fueran consecuencias de acuerdos políticos!  ¡Como si los precios fueran consecuencias de ecuaciones, derivadas, mediciones, o cábalas!  ¡Como si lo que opinaran los políticos, o los técnicos en oficinas con computadoras fuera determinante para los precios!.

En los años 70 la estabilización de los precios de la leche, por medio de la fijación de precios tope, acabó con la industria lechera.  ¡La mató!  Alguien dirá que la fijación de precios no es lo mismo que acordar precios.  Pero para el caso son exactamente lo mismo si acordar precios es una decisión política.  Me explico:  Los precios son consecuencia de los miles y millones de acuerdos que hacen vendedores y compradores en el mercado.  Y el mercado es lo que ocurre cuando las personas intercambian su propiedad.  Los acuerdos políticos, en cambio, son conseguidos desde el poder, con propósitos políticos y poco, o nada tienen que ver con el intercambio libre, voluntario y pacífico entre personas.

En los años 80 la estabilización de precios hizo que desaparecieran, de las estanterías de los mercados y los supermercados la Incaparina, el papel toilette de buena calidad, las baterías y otros productos de consumo.  La estabilización de precios hizo que los panes se redujeran en tamaño y en calidad a tamaños absurdos.  Una vez fue abandonada la política de estabilización de precios, no solo reaparecieron los productos que habían desaparecido sino que la calidad de los panes, su tamaño y la variedad de la oferta de panes se elevó a los niveles que disfrutamos hoy.  Ni el pan más rascuache, de la panadería más gacha, es tan malo ahora como el pan que se consumía generalizadamente cuando este producto se vendía bajo una política de estabilidad de precios.  Ni la leche más corriente, que consumes ahora, es tan mala como el agua de color blanco que se vendía bajo una política de estabilidad de precios.

¿Qué industrias asesinará la nueva política de estabilidad política de precios? ¿Qué productos hará desaparecer la nueva política de estabilidad política de precios?


30
Ago 14

Beneficios y censura desde el Banguat

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Para beneficiar a los exportadores y a quienes reciben remesas, y en perjuicio de importadores, personas que alquilan inmuebles en dólares, comerciantes y otros grupos, el Banco de Guatemala mantiene artificialmente alto el precio del dólar.

En lo que va del año, el banco central ha comprado dólares caros, US$ 62 millones, con el propósito de evitar que baje el precio del dólar.

La participación del Banguat no es del todo arbitaria porque responde a una regla que se activa cuando los precios fluctúan más allá de lo políticamente establecido como aceptable.  La intención posiblemente es otra; pero los efectos son el de beneficiar a unos a costa de otros; y el de censurar la información que acarrean los precios.

Tu, que visitas Carpe Diem con frecuencia, sabes que los precios son mensajeros.   Traen y llevan información necesaria para que los agentes económicos tomen decisiones acerca de dónde y cuándo colocar sus recursos.  Al proceso de decidir dónde colocar recursos, se le llama cálculo económico; y el cálculo económico es imposible sin precios; y es engañoso cuando no hay precios reales. Por eso es que son peligrosos los precios políticos, porque les proveen información distorsionada a los agentes económicos y porque responden a intereses políticos.  Con información distorsionada y sometida a intereses políticos, el cálculo que hacen los agentes económicos es hecho sobre bases falsas, o distorsionadas y sus decisiones resultan en desperdicio de recursos.

Por eso es que el precio del dólar (como cualquier otro precio) no debe ser un precio político. El precio del dólar debe ser el que es, y tanto exportadores como importadores deben hacer sus cálculos económicos con base en sus capacidades productivas y competitivas reales, ¡nunca sobre el favor político de conseguir un precio privilegiado!