El desatino del precio tope a los intereses

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Los diputados aprobaron la discusión, ¡de urgencia nacional!, de una ley de tarjetas de crédito que le pone un precio tope de 10% a la tasa de interés.  Esta medida populista y demagógica -de los diputados (que ya ven venir la cuchilla) tendrá el mismo efecto que tienen todos los precios tope: generará escasez.

Verás…la gente cree que la tasa de interés es el precio del dinero.  Esto es porque lo que se ve (lo evidente) es que uno puede comprar cosas con la tarjeta, como si fuera con dinero.  Entonces la gente supone que los emisores de tarjetas cobran intereses a cambio de el medio de intercambio que les permite comprar cosas.  Pero tu, que leíste Lo que se ve y lo que no se ve, de Federico Bastiat, sabes que en cuestiones económicas, lo que no se ve y no es evidente es más importante que lo que se percibe a simple vista.

En realidad la tasa de interés es el precio del crédito.  Crédito viene del latín creditus o cosa confiadaTiene que ver con confiar y con confianza.  Además tiene que ver con el tiempo, porque el que da prestado confía en que recibirá lo prestado -de vuelta- en el futuro.  En ese sentido se podría decir que es el cambio de una riqueza presente por la posibilidad de más riqueza en el futuro, siempre que el que recibió prestado no viole la confianza del que le dio prestado.  El crédito no sólo depende de la capacidad de cumplir, sino de la voluntad de cumplir.

El emisor de la tarjeta de crédito pone a disposición de uno los recursos que uno necesita ahora, con la confianza de que uno se los pagará luego y corre el riesgo de que uno no se los pague.   Uno recibe los recursos en el preciso instante en que los necesita, sin preguntas, ni nada porque el emisor confió en uno y le dio tarjeta.  El emisor confía en todos los que tienen su tarjeta; pero…¿te das cuenta? hay tarjetahabientes más confiables que otros.  Hay tarjeta habientes más riesgosos que otros.  El grado de confianza, pues, es distinto para distintos casos.  No sólo porque el que presta los recursos los da sin hacer preguntas, sino porque lo hace inmediatamente y las condiciones (así como la disposición) para pagar,  de parte de los tarjetahabientes pueden cambiar en el tiempo.

¿Que pasa si se le pone precio tope al crédito?  El crédito para los tarjetahabientes más riesgosos va a desaparecer, o a escasear.  Como como desaparecieron y escaseron en los años 80 otros productos a los que se les ponía precio tope: el pan, la leche, el papel toilette, las baterías, la Incaparina y otros.  ¿Y qué va a pasar cuando los extarjetahabientes riesgosos no puedan conseguir crédito por medio de tarjetas cuando de verdad lo necesitan? Caerán en manos de los ajiotistas.  ¡Esos prestan al rayo, pero con intereses más que leoninos!  Y las condiciones para los tarjetahabientes riesgosos sólo habrán empeorado.  Como siempre, los más vulnerables serán los más perjudicados por el estatismo y por el populismo.

¿Cuál es el remedio para no tener que pagar tasas altas en las tarjetas? Ser pruente y responsable, atenerse a un presupuesto de gastos, explorar otras posibilidades y no ser impulsivo.  En dos platos: ser racional y usarlas racionalmente.

La ilustración es por Lotus Head from Johannesburg, Gauteng, South Africa (sxc.hu), CC-BY-SA-3.0  via Wikimedia Commons

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