10
Nov 23

Etnias y disidencias, brechas en el espectro indígenista

 

Vayan a mandar a su casa, a su territorio les dijo una miembro de la alcaldía indígena de Palín a dirigentes de los 48 cantones de Totonicapán que participaban en las manifestaciones del 3 y 4 de noviembre pasados.  Esta bendita tierra, y mírenla bien, esta tierra es pocomam, ustedes quieren mandar, vayan a mandar a su casa, a su territorio, añadió.

Nos van a cortar [el micrófono] porque no estamos políticamente correctas, denunció aquella dirigente, cuando miembros de otras organizaciones que se hallaban en el lugar intentaron persuadirla de que dejara de hablar.   

¿Quién puede enarbolar esta bandera con propiedad?

Lo que ocurrió en aquella tarima, en la Plaza de la Constitución no es novedad; pero es muy ilustrador.  Hizo evidentes las diferencias profundas y anchas que hay entre las distinta etnias, dirigencias y movimientos indigenistas a pesar de todos los esfuerzos -que van desde la propaganda, hasta la academia- para construir lo maya, como si fuera una unidad con comunidad de intereses y visiones colectivas.

Cuando tomé la clase de Partidos Políticos de Guatemala, en el en ICPS de la URL, recuerdo una lectura acerca de los intentos por formar un partido indígena nacional, posiblemente en los años 60, o 70, esfuerzos que resultaron infructuosos debido a rivalidades enraizadas profundamente en la historia, a diferencias ideológicas y políticas, e incluso por disputas personales por posiciones de poder. 

Para quienes estamos familiarizados con el individualismo metodológico y con la praxeología, así como con el análisis económico de las decisiones públicas, aquello no sorprende.  Es la visión colectivista del mundo la que hace creer a algunas personas que los individuos que forman parte de los grupos sociales como el de los indígenas, por ejemplo, deben pensar como indígenas y sólo como indígenas de acuerdo -y esta es la clave- de acuerdo con los cánones fijados por las dirigencias piramidales de aquellos grupos.  Quien se aparte de aquella ortodoxia -bien estalinista- es un vendido.  Y el vendido siempre es el otro.   En aquel contexto, las disidencias son muy mal vistas.

¿Por qué cabe el termino estalinista?  Porque para cuando murieron Marx y Engels era evidente que los proletarios no se estaban depuperizando como la teoría marxista científicamente aseguraba que iba a ocurrir. También era evidente que los proletarios  no estaban interesados en hacer la revolución como aquella teoría científicamente había afirmado que iba a ocurrir.

Eduard Bernstein heredero intelectual y sucesor de aquellos dos pensadores se dio cuenta de que la teoría científica del socialismo real estaba haciendo aguas por todas partes y se planteó la disyuntiva: ¿Qué es más importante, hacer la revolución para acabar con el capitalismo, o mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la gente?  El opto por la segunda y fue tachado de revisionista y de traidor.  Lenin también se dio cuenta de aquel fenómeno y para resolver la complicación decidió que, a falta del interés revolucionario de los proletarios, la revolución iba a ser llevada a cabo por la vanguardia del proletariado que eran él y sus amigos revolucionarios de tiempo completo.

Stalin, implantó una dictadura hecha de acero para desanimar y aplastar todo pensamiento que cuestionara los cánones bocheviques; y de ahí los gulags y otras formas de represión espantosas.  Política que hizo que el cráneo de Trotski se encontrara violentamente con un piolet.

Para ir haciendo la historia corta, no se terminaban de resolver las fallas fundamentales en la teoría marxista; porque en China, Mao no tenía proletarios e hizo su revolución con campesinos, una falla en la matrix con la que el marxismo también se encontró en otras partes de Asía, en África y en Hispanoamérica. 

Para resolver el apuro la Escuela de Fráncfort se puso creativa y enriqueció la teoría marxista mediante el truco de que, si bien la lucha de clases entre proletarios y burgueses nunca iba a ocurrir como la habían vaticinado Marx y Engels, lo cierto es que en las sociedades siempre había colectivos de oprimidos y de opresores.  ¡Y ya no hacían falta los proletarios!…la revolución la iban a hacer los oprimidos.  Los indígenas, por ejemplo.

Pero, claro, para eso se necesitaba que los indígenas tuvieran conciencia de oprimidos, así como los proletarios deberían haber tenido sus conciencias de clase.  Y de aquí la necesidad de que enfrentamientos como el de la doctora Arana y los 48 cantones sean acallados, o que por lo menos no reciban atención mediática.  Aquellas grietas y tensiones ponen en evidencia que la posición de los distintos grupos y millones de individuos indígenas no son un bloque como hecho de hierro estalinista.

Para la próxima administración todo aquello es un camote; porque estando su origen en un movimiento -y no en un partido propiamente dicho- tiene dentro de sí la más variopinta cantidad de intereses específicos y visiones particulares de los colectivos que conforman el movimiento, muchas veces irreconciliables y muchas veces demasiado acostumbradas a la oposición, a la barricada y al graffiti, más que a buscar puntos de encuentro desde el poder.

Finalmente, está sobre el tapete la cuestión de si las dirigencias cakchiqueles, quichés, pocomoames y otras tienen, o no la representación de los tzutujiles, ixiles, y queqchies por mencionar tres.  ¿Las representaciones colectivistas, representan a los individuos de aquellas etnias? ¿Quiénes tienen el carné vigente de revolucionarios?

Columna publicada en República.


18
Jun 19

Guatemala en la estación de Atocha

La ofensiva contra Guatemala se materializa en la estación de Atocha, Madrid. ¿Dónde más?

El cartel dice Nuestra cultura es nuestra resistencia. Represión, refugio y recuperación en Guatemala. Una exposición de Johnatan Moller y el Museo Nacional de Antropología.

La estación ferroviaria de Atocha es uno de los lugares de mayor circulación de españoles y turistas en la capital de España.

Como dice mi cuate, Ricardo, que me envió la foto, ¿no me digas que no preparan una ofensiva contra Guatemala, desde la izquierda más radical?

Es como viajar en el tiempo.  Mi abuela, Frances, andaba en Londres -a principios de los 80- cuando en una iglesia vio una exhibición de fotografías de Guatemala y en ellas se mostraban acercamientos de indígenas detrás de alambre espigado, como si fuera en campos de concentración.  Y para el observador no familiarizado con Guatemala e influido por el contexto de la exhibición (en apoyo a la guerrilla), aquello es lo que debe haber parecido.  Sin embargo, cualquiera familiarizado con Guatemala sabe que el alambre espigado es ubicuo y que personas detrás de él no quiere decir nada más que eso, personas en lo suyo, en lo de todos los días, en un lugar común.

Cuento esto porque los europeos son caldo de cultivo para las iniciativas socialistas, no sólo de comunicación, sino de abierta ofensiva contra Guatemala.


19
Oct 14

Chicotazos en San Antonio Ilotenango

Imagen de previsualización de YouTube

El vídeo habla por sí mismo.  Fue publicado el 16 de octubre de 2014 en el Facebook de San Antonio Ilotenango, población de Quiché, en Guatemala.  Lo que más me llamó la atención es que en el minuto 1:36 alguien menciona la palabra gasolina.  La chica que recibió la azotaina es acusada de formar parte de una banda que roba ropa.

El delito y la falta, como acciones humanas, son jurídicamente trascendentes porque implican daños contra la vida, la libertad y/o la propiedad de las víctimas; porque deberían tener consecuencias de orden jurídico. Esas consecuencias son las penas y hay dos grandes tipos de penas: las de expiación o retribución que implican sufrimiento y castigo como consecuencia del delito o de la falta cometidos; y las de prevención que buscan evitar la comisión de nuevos delitos. Un tercer tipo es de naturaleza distinta y es el de la pena como supuesto tratamiento con el propósito de reformar a los delincuentes reformables.

Entre la dirigencia indigenista, el discurso apunta a que prevalezcan las penas del segundo y del tercer tipo; pero la realidad -entre vapuleos, azotinas y linchamientos- apunta hacia la abundancia de penas del primer tipo y las penas infamantes. De ahí las zurras de azotes, las exhibiciones en calzoncillos, los vapuleos y los linchamientos espantosos. La dirigencia indigenista insiste en que la justicia maya se basa en consejos, diálogos y orientaciones; pero la realidad es otra. El jacobinismo y la irresponsabilidad de la acción colectiva pueden degenerar en escenas dantescas de cuerpos quemados y retorcidos.  ¿Qué hubiera pasado si alguien hubiera respondido al llamado que se escucha en el minuto 1:36?  En el siglo XXI, ¿son aceptables las penas infamantes?

El vídeo fue publicado el 16 de octubre de 2014 en Facebook; traté de bajarlo y no pude, por eso decidí grabarlo para compartirlo aquí.


27
Jun 14

El cólera, la viruela y las hidroeléctricas

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En 1837 el cólera entró a Guatemala y al rato se había extendido por toda la república. Igual que había sucedido antes, durante la epidemia de viruela, las dirigencias conservadora e indigenista se opusieron a las cuarentenas, a la asistencia médica y a otras medidas. La discusión sobre las casusas de aquella enfermedad no sólo fue científica, sino política.

Animada por la Iglesia y por los conservadores, la gente no sólo no atendía las recomendaciones sanitarias, sino que no solicitaba ayuda médica.  Para mayo circularon rumores de que la enfermedad era causada por aguas envenenadas y de que la medicina era infecciosa. Las dirigencias en pueblos como San Miguel Totonicapán, Momostenango, Quiché, San Martín Jilotepeque y San Pedro Chipilapa se opusieron a políticas como la de enterrar a los muertos en cementerios fuera de los pueblos.

No es que no hubiera razones para incomodarse con disposiciones como aquella y con la prohibición de desfilar con el difunto en procesión por las calles, por ejemplo; pero las disposiciones, en sí, no eran disparates.

En 1826, una multitud azuzada por la dirigencia indigenista persiguió al médico y vicepresidente de Guatemala, Cirilo Flores, hasta el interior de la catedral de Quetzaltenango donde fue despedazado.  ¿Por qué? Entre otras cosas porque, en 1814, aquel médico había dirigido la campaña de vacunación contra la viruela, a la que se opusieron las dirigencias conservadora e indigenista.  La gente escondía a sus hijos e insultaba a los vacunadores, y los indígenas huían a las montañas para escapar de la enfermedad y de los médicos. El cura de Tejutla ordenó la suspensión de las vacunas.

Todo aquello me recuerda la actitud de los dirigentes indigenistas y de los conservadores (conservadores del conflicto, del enfrentamiento, del odio y de la violencia), en asuntos como las hidroeléctricas y otros proyectos industriales.  Como el No a las vacunas en el siglo XIX, el No anti-industrial, del siglo XXI, es ideológico y perjudicial para los más pobres y para los que necesitan empleo.

Gracias a La sangre de Guatemala, por Greg Grandin, por la info para esta columna.

Columna publicada en El periódico.

La foto es de la cartilla para vacunar impresa en 1814.


22
May 12

¿Quiénes pueden usar güipiles y quiénes no?


Hoy, Julissa Carrillo, nos cuenta una historia que motiva a la meditación:

Ricky López fue el director de un anuncio patrocinado por la Cervecería Centroamericana para la nueva campaña  turística de Guatemala, una muy buena idea ya que la última vez que el nombre de nuestro país sonó en el extranjero fue en la noticia de la masacre en Petén. Este video iba a reproducirse en el Times Square en Nueva York, pero la comisión de Cultura Indígena lo censuró. El turismo es indispensable para la economía de muchos guatemaltecos. El anuncio muestra bellas imágenes que dan a conocer nuestros lugares, gente, tradiciones y diversidad cultural; esto último está representado al final del video que muestra a cuatro bellas mujeres, con güipil en una balsa de madera, cada una de ellas tiene delante un canasto con los distintos tipos de maíz; lo que molestó a dicha comisión fue que estas mujeres eran “turistas”, sin rasgos indígenas y vestían güipil. Así que mi percepción es que al final del video se muestra simbólicamente nuestra diversidad cultural y que la Comisión Indígena debería de pensar en el daño que le ocasionó a la economía del país al censurar tan bello anuncio.

¿De verdad existe una comisión política que pude decir quiénes y en qué condiciones pueden utilizar ciertas ropas? ¿Por qué es admisible esta forma de censura?

Mi bisabuela, Adela; mi abuela, Frances y mi tía abuela Adelita usaban textiles indígenas adaptados a sus trajes occidentales cuando eso no era fashionable. Mi tía Adelita normalmente usaba güipiles bellísimos. ¿Ofendería, eso, la sensibilidad de la comisión citada? Mis amigas Heti, Erika, Lissa, y María Eugenia se ven guapísimas cuando usan güipiles, o chachales. ¿Ofendería, eso la sensibilidad de la comisión?


12
Mar 11

Y…¿para qué quieren bombillas?

Pobladores de Santa Catarina Ixtahuacán, Sololá, ahora cuentan con electricidad después de seis años de utilizar candelas mientras les instalaban el servicio eléctrico.   La pregunta, luego, es ¿para qué? y ¿cuánto les va a durar?  Tomando en cuenta de que la dirigencia indigenista se opone a la construcción de hidroeléctricas y -cada vez que puede- organiza manifestaciones para pedir que la generación de electricidad sea estatizada como lo estaba en los años 90 cuando había apagones que duraban hasta 6 u 8 horas.


08
Feb 11

La irresponsable dirigencia indígena

Los guatemaltecos ya tuvimos la experiencia de que el servicio de energía eléctrico fuera estatal.  Como consecuencia de aquella experiencia hubo momentos en los que no se podían abrir nuevas fábricas, restaurantes, ni centros comerciales porque no había energía; hubo momentos en los que vivimos apagones de 6 horas y mucha gente tuvo que comprar plantas de generación caseras que consumían combustibles caros y contaminantes; hubo que comprar energía carísima a generadores que se presentaron para resolver la emergencia que había creado la generación eléctrica estatal; los políticos que controlan el gobierno hicieron inversiones costosísimas en proyectos que, unos por defectuosos y otros por megalómanos, resultaron excesivamente onerosos y -por lo menos en un caso- hasta violatorios de los derechos de centenares de habitantes de áreas que fueron inundadas.

De todo esto, ¿se acuerda usted?  Usted sí, pero, ¿y la dirigencia indigena?  Esta parece que no se acuerda de nada porque ahí los tiene usted exigiéndole al Congreso que vuelva a estatizar el servicio de energía eléctrica.  Los socialistas no escarmientan y aprovechan el indigenismo para sembrar las semillas del estatismo.

¿De verdad queremos volver a los tiempos del monopolio forzado de la energía eléctrica y del abuso político en el servicio eléctrico? ¿De verdad queremos volver a  la corrupción política y a la ineptitud burocrática que había cuando los políticos socialistas y sus funcionarios controlaban la generación de energía?

Esta entrada está ilustrada con una planta de generación porque, apagones, son lo que ocurría cuando se hacía lo que los dirigentes indígenas quieren que se vuelva a hacer.  El post fue publicado por el diario Siglo Veintiuno; también fue publicado en El Periódico, el 12 de febrero.


07
Ene 10

El arte de robarse una esposa

Ahora los muchachos primero enamoran a las patojas para que lleguen a algún acuerdo antes de robarlas, sin embargo hay chicas que no quieren aceptar el compromiso, por lo que se tiene que actuar a la fuerza porque esa es la costumbre del pueblo. Antonio Chay, poblador de Zunil, Quetzaltenango, al comentar la práctica de robarse una esposa, entre los indígenas de aquella región del Occidente guatemalteco.

A mí me llama mucho la atención esta barbaridad; y es particularmente interesante que se ve como cosa natural que, si la patoja no cede al enamoramiento, y si por lo menos no se llega a algún acuerdo pacífico y voluntario, se tiene que actuar por la fuerza….porque esa es la costumbre.
El reportaje que da pie para estas meditaciones arroja información perturbadora: Cuando un hombre quiere contraer matrimonio, basta que le guste la muchacha para luego robarla; las desposadas suelen tener entre 12 y 15 años de edad; ni los sentimientos, ni la voluntad de las chicas tienen importancia; las muchachas son llevadas a la municipalidad y ahí, las autoridades civiles las casan; un antropólogo dice que el asunto este de los robos de esposas no es delito porque es una visión de cultura desde otro punto de vista; si hay desacuerdo familiar, el asunto se arregla mediante el pago de entre Q2900 y miles de quetzales por las muchachas, dea cuerdo con la posición económica del contrayente.

17
Ago 09

Magnífica idea de la dirigencia indígena

Un grupo de líderes indigenas guatemaltecos solicitó el derecho a decidir acerca de su independencia y régimen político, sin presión alguna; y le pidiò a la comunidad internacional que los deje decidir sobre sus prioridades. Esto ocurrió durante una reunión entre embajadores y dirigentes indigenas.

Yo creo que los representantes diplomáticos y las autoridades chapinas deberían ponerle atención a esta idea de la dirigencia indígena. Sería genial que, en vez de que se impusiera un sistema en todo el país, los habitantes de las ciudades, municipios, o departamentos tuvieran la opción de elegir bajo qué tipo de normas quieren. Habría ciudades con impuestos elevados, y ciudades con impuestos inexistentes; habría poblaciones con políticas bien redistributivas, y poblaciones carentes de aquel tipo de políticas; habría comunidades en las que las decisiones serían tomadas de forma centralizada, y otras en las que no. Habría poblados en los que el gobierno se ocuparía de la cultura, la vivienda, la energía eléctrica, la telefonía, las carreteras, los mercados, el transporte público,la educación y la salud; y los habría en los que el gobierno sólo se limitaría a proveer seguridad y justicia. Habría regiones en las que los privilegios serían tolerados y quizás hasta promovidos; y las habría en las que la igualdad de todos ante la ley sería uno de los pilares de la sociedad. Habría ciudades en las que se viviría por permiso y de acuerdo con reglamentos, y habría ciudades en las que se viviría por derecho y de acuerdo con principios.
Si se le pusiera la atenición debida a la propuesta de la dirigencia indígena, nos encaminaríamos hacia un sistema en el que la conflictividad social sería sustituida por la competencia sana. La gente viviría, trabajaría y, como dice el sacerdote maya Narciso Cojtí, construiría y no sólo recibiría, en donde mejor le conviniera. Pocos, o ninguno, sentirían que no hay un lugar en el que no se llenaran sus expectativas; pero eso sí, la gente debería tener la libertad de elegir en dónde vivir. Así, los que quisieran vivir en una comunidad con ciertas características, no tendrían más que irse a vivir a ella y ya.
No sólo los mayas, sino todos los que anhelamos la libertad deberíamos meditar sobre la propuesta de la dirigencia indígena. Sobre todo ahora que se acerca la celebración de la Independencia, a lo mejor es el momento para empezar a discutir sobre una verdadera independencia.

09
Ene 09

Vapuleos, linchamientos y vida tribal

Este vapuleo llegó a ustedes por cortesía de Tigo, parece decir esta foto en la que una mujer golpea a un personaje, mientras que otra, atrás, lleva una toalla con aquella marca de telefonía.

Bromas aparte, hoy leo que entre la dirigencia indigenista”se discute si es necesario chicotear a quienes no quieren entender que hacer daño a los otros no es correcto”, y que el castigo físico es una opción, aunque sea la última. En ese sentido, es oportuno hacer unas meditaciones sobre la naturaleza de los delitos y de las faltas; y sobre la naturaleza de las penas en una sociedad, y en una tribu.

Todo delito, o falta es una acción humana; y como tal, se entiende que es voluntaria y dirigida a conseguir un resultado. Para que una acción humana sea delito, o falta debe estar tipificada como tal en la ley atendiendo el aforismo que dice nullo crimen, nulla poena, sine lege.

De Ludwig von Mises, aprendemos que la acción humana es una conducta conciente, voluntad movilizada y convertida en actuación, que busca alcanzar objetivos y fines precisos. Cuando el hombre actúa, opta, determina y procura alcanzar fines. Y toda acción humana -aquí y en China, hoy y en todos los tiempos- pasa por tres requisitos previos: 1. Cuando una persona actúa, aspira a sustituir un estado menos satisfactorio por otro mejor, es el malestar el incentivo que induce a las personas a actuar. 2. La mente identifica una, o más situaciones más gratas. 3. La mente advierte la existencia de una conducta que sea capaz de suprimir, o reducir la incomodidad sentida. Haga usted la prueba…con cualquier acción que haya hecho, y se dará cuenta de que la hizo porque quería pasar de un estado de menor, a uno de mayor satisfacción. Independientemente del fin que aspire, ninguna acción humana es posible sin la concurrencia de los tres requisitos.

Todos los delitos, o faltas dolosos son cometidos en cumplimiento de aquellos requisitos; y los delitos, o faltas culposos resultan de acciones que cumplieron los requisitos citados. El delito es doloso cuando el resultado ha sido previsto, o cuando el autor lo ve como posible y aún así ejecuta el acto, y es culposo cuando con ocasión de acciones u omisiones lícitas, se causa un mal por imprudencia, negligencia o impericia.

A estas alturas es necesario reflexionar, también, sobre el hecho de que hay acciones libres, y acciones no libres. Ambas están sometidas a la necesidad de los tres requisitos de arriba; pero son distintas en cuanto al rol que tiene la responsabilidad. Libertad y responsabilidad son dos caras de la misma moneda, inseparables, y no hay una, sin la otra. Es inadmisible pensar que puedan existir una sin la otra; y cuando la gente cree que ha habido libertad sin responsabilidad, a lo que se refiere es al libertinaje, que no es lo mismo que la libertad.

El delito y la falta, como acciones, tienen otra característica: son jurídicamente trascendentes. Lo son porque implican daños contra la vida, la libertad y/o la propiedad de las víctimas; y lo son porque tienen consecuencias de orden jurídico. Esas consecuencias son las penas y hay dos grandes tipos de penas: las de expiación o retribución que implican sufrimiento y castigo como consecuencia del delito o de la falta cometidos; y las de prevención que buscan evitar la comisión de nuevos delitos. Un tercer tipo es de naturaleza distinta y es el de la pena como tratamiento con el propósito de reformar a los delincuentes reformables.

Entre la dirigencia indigenista, el discurso apunta hacia la prevalencia de penas del segundo y del tercer tipo; pero la realidad -entre vapuleos y linchamientos- apunta hacia la abundancia de penas del primer tipo y las penas infamantes. De ahí las chicoteadas, las exhibiciones en calzoncillos, los vapuleos y los linchamientos espantosos. Reportaje tras reportaje, la dirigencia indigenista insiste en que la justicia maya se basa en consejos, diálogos y orientaciones; pero la realidad es otra. El jacobinismo y la irresponsabilidad de la acción colectiva generalmente degeneran en escenas dantescas de cuerpos quemados y retorcidos.

Los ancianos, los abuelos y los sabios dirán que sí; pero lo cierto es que los tirones de orejas que funcionan en la familia, en el clan y en la tribu -tan personales y tan cerradas-, no funcionan en la sociedad -tan contractual y tan abierta-. La eliminación de las penas infamantes, la sistematización del debido proceso, la responsabilidad individual, y otros, son conceptos que Occidente le ha aportado a la humanidad. Y la dirigencia indigenista hace mal en deshecharlos, a cambio de prácticas tribales que tanto se han prestado para la barbarie.

La foto es de Prensa Libre.