El Arzobispado de Guatemala -que le echa leña al fuego al tema de la minería cada tanto- debería recordar que
the wealth generated by the mining economies of the two viceroyalities [of New Spain (Mexico) and Peru] made it possible to sustain a continuing programme of church building and refurbishing, según
nos lo recuerda John H. Elliot en
Empires of the Atlantic World: Britain and Spain in America, 1492-1830.
Elliot cita al dominico
Thomas Gage, que nos cuenta que en México, en 1620,
there are not above fifty churches, and chapels, cloisters and nunneries, and parish churches in that city, but those that are there are the fairest that ever my eyes behold. The roofs and beams in many of them all daubed with gold.
El asunto viene porque Joseph Goebbels se le atribuye aquella frase que dice que una mentira repetida mil veces, se convierte en verdad; y ve pues: ahí está que no había tales de que un estudio de la Universidad de Michigan demostraba que había contaminación de metales pesados en la sangre de personas relacionadas con la mina Marlin, en Huehuetenango. Resultó que el estudio en cuestión era de una ONG llamada Physicians for Human Rights, y que se basaba en denuncias ¡del Arzobispado de Guatemala!
Este es un caso más en el que un grupo de interés usa de referencia a otro grupo de interés con el que comparte intereses, y este último, a su vez, usa de referencia a otro grupo similar; y luego se repite el ciclo de referencias incestuosas que, con su efecto multiplicador da la apariencia de que ahí hay algo.
La meditación viene al caso porque, cuando leí la noticia de que había metales tóxicos que contaminaban a vecinos de la mina, comenté con un colega acerca de que si aquello era cierto, constituía una gran irresponsabilidad de parte de los de la mina. Debe ser cierto, me dijo él, porque es un estudio de una universidad. Recordate, añadió, que allá si alguien saca un estudio manipulado, podría ser demandado y no creo que una universidad se arriesgara a eso. Dicho aquello, que para mí tenía sentido, di por hecho lo de los metales pesados, con base en la confianza que inspira una universidad como a la que se le atribuía el estudio.
Y ahí está que no. Ahí está que los grupos de interés, que incestuosamente generaron el circulo vicioso de esta información, la manipularon para que pareciera lo que no es. Y para crear tensiones y enfrentamientos donde no los hay, y no debería haberlos.
En la foto estamos Sir John H. Elliot y yours truly.