21
Ago 07

La hormiga y la cigarra en versión chapina

La de la hormiga y la cigarra es una fábula de tradición clásica; pero gracias al cuate Gustavo, he aquí una versión chapina. A ver si no…

La versión clásica:
La hormiga trabaja a brazo partido todo el verano bajo un calor aplastante.Construye su casa y se aprovisiona de víveres para el invierno. La cigarra piensa que la hormiga es tonta y se pasa el verano riendo, bailando y jugando.

Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casita donde tiene todo lo que le hace falta hasta la primavera.

La cigarra tiritando, sin comida y sin cobijo, pasa frío y penurias.

La versión chapina:
La hormiga trabaja a brazo partido todo el verano bajo un calor aplastante.

Construye su casa y se aprovisiona de víveres para el invierno.

La cigarra piensa que la hormiga es tonta y se pasa el verano riendo, bailando y jugando.

Cuando llega el invierno, la hormiga se refugia en su casita dondetiene todo lo que le hace falta hasta la primavera.

La cigarra tiritando organiza una rueda de prensa en la que se pregunta por qué la hormiga tiene derecho a vivienda y comida cuando quiere,cuando hay otros, con menos suerte que ella, que tienen frío y hambre.

En la televisión se transmite un programa en vivo en el que la cigarra sale pasando frío y calamidades y a la vez muestran extractos del video dela hormiga bien calentita en su casa y con la mesa llena de comida.

Los chapines se sorprenden de que en un país tan próspero como el suyo se deje sufrir a la pobre cigarra mientras que hay otros que viven en la abundancia.Una multitud de ONG; observadores del las embajadas de Noruega, Holanda, Suecia, Cuba, Venezuela y de otros “países amigos”; el Procurador de los Derechos Humanos; el diputado Baldizón; y otros se manifiestan delante de la casa de la hormiga.

Varios periodistas publican una serie de reportajes en los que cuestionan como la hormiga se ha enriquecido a espaldas de la cigarra, e instan al gobierno a que leaumente los impuestos de la hormiga de forma que la cigarra pueda vivir mejor.

Respondiendo a las encuestas de opinión y a los reportajes, el gobierno elabora una ley la igualdad económica y una ley con carácter retroactivo, anti-discriminación.

Los impuestos de la hormiga han aumentado y además le llega una multaporque no contrató a la cigarra como ayudante en el verano. Las autoridades embargan la casa de la hormiga, ya que esta no tiene suficiente dinero para pagar la multa y los impuestos.

La hormiga se va de Guatemala y se instala con éxito en otro lado.

La televisión transmite un reportaje en el que sale la cigarra con sobrepeso; pero pasando hambre ya que se ha comido casi todo lo que había, mucho antes de que lleguela primavera.

La antigua casa de la hormiga se convierte en albergue social para cigarras y se deteriora al no hacer su inquilino nada para mantenerla en buen estado.

Al gobierno se le reprocha porque no aporta los recursos necesarios.

Una comisión de investigación que costará 100 millones de quetzales se pone en marcha; y algunos se preguntan si este no es un caso para que lo investigue también la CICIG.

Entretanto la cigarra muere de una sobredosis . Los medios de comunicación comentan el fracaso del gobierno para corregir el problema de las desigualdades sociales.La casa es ocupada por una banda de arañas inmigrantes. El gobierno se felicita por la diversidad cultural de Guatemala.


09
Ago 07

Globalización, no es gobierno mundial

Hoy leo que una persona opina que “he visto con interés cómo los articulistas de la Universidad Francisco Marroquín, que abogan por la globalización, despotrican contra la CICIG. Por lo visto en Guatemala, según esa postura, solo es permitida la globalización de lo siguiente: negocios, venta de niños, narcotráfico, crimen organizado, contrabando y otros similares; pero la globalización de la justicia y la seguridad atenta contra nuestra soberanía”. Y pues…como soy “articulista”, soy de La Marro y he “despotricado” contra la CICIG, me animo a comentar dicha opinión.

Para más fregar, estoy seguro de que las nuevas regulaciones sobre la adopción perjudicarán a cientos de niños que ya no podrán encontrar un hogar, se que la guerra contra las drogas ha sido un fracaso y estoy a favor de la despenalización del uso de aquellas, y favorezco totalmente la apertura unilarteral de fronteras. Seguramente soy Satanás encarnado…y no me he dado cuenta.

Veo, aquí, dos puntos muy importantes: Uno, es que la globalización no es un movimiento hacia el gobierno mundial por medio de tratados, o de organizaciones como el Banco Mundial. Dos, que la globalizacion no es algo que se permite ni es algo que se establece o se construye; sino que la globalización resulta como consecuencia de la libertad y de la tecnología, a modo de orden espontáneo.

De ahí que la globalización como la posibilidad que uno tiene de acceder a los productos culturales y tecnológicos de todo el Globo, o de ponerlos mios en todo el Planeta, de ninguna manera puede compararse a la intención de regular centralizadamente aquellas posibilidades.

Mucha gente confunde los tratados de comercio, las organizaciones supranacionales, los organismos financieros internacionales, y otros ordenes creados, con la globalización. Sin embargo, la globalización no “se hace” por medio de tratados, sino por medio de contratos. La globalización no “se hace” en las oficinas de la Organizacion de las Naciones Unidas, o del Fondo Monetario Internacional. La globalización se hace cuando usted compra en eBay, en Amazon, cada vez que hace una consulta en la Internet y cada vez que va a Paiz. La globalización ocurre a pesar de la ONU, a pesar del FMI y a pesar de los tratados de comercio, mal llamados Tratados de Libre Comercio.

Estoy seguro de que un huérfano guatemalteco vive mejor en una buena familia en el extranjero, que en un buen orfanato chapín, o en una calle chapina. Se que los narcotraficantes se hacen más ricos y más influyentes porque existe la prohibición del consumo pacífico de drogas. Y se -como el poeta guatemalteco José Batres Montufar- que el contrabando existe, porque existen las aduanas. Estoy convencido de que en lugar de CICIG hubiera sido mejor fortalecer política y presupuestariamente al Organismo Judicial, al Ministerio Público y a la Policía. Y no hay nada inconsistente en todo ello.

La globalización no es un movimiento hacia el control centralizado de todas las actividades humanas. Al contrario, la globalización es posible gracias a que nadie está en control


02
Ago 07

La CICIG fue aprobada

Bajo intensas presiones de la comunidad internacional y de “los países amigos” de Guatemala; con ayuda del vicepresidente Eduardo Stein; del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales, y Financieras; y de la fauna oenegera; el Congreso de la República aprobó la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala.

En favor de la Organización de las Naciones Unidas, la administración chapina abdicó a su responsabilidad de controlar y someter a las mafias que dejó crecer y prosperar. ¿No se siente, usted, más aliviado?


28
Jul 07

Gusanos, cangrejos y momios

“El rechazo de la CICIG oculta gusaneras”, dijo el el vicepresidente Eduardo Stein, cuando se enteró del dictamen desfavorable que recibió la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, por parte de la sala de Relaciones Exteriores en el Congreso de la República.

La frase escogida por el funcionario es emblemática, porque “¡Denle duro a los gusanos!” fue la orden que les dio Fidel Castro a los atletas cubanos que se aprestaban a viajar a Jamaica, para participar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, a principios de los años 60. A partir de ahí, “romperles las cabezas y los huesos a los cubanos exiliados sería el leitmotiv más allá de competir y de ganar”.

Desde entonces, el de gusanos ha sido el calificativo con el que los esbirros de aquella dictadura se refieren a los exiliados cubanos en el exterior.

Luego del fracaso de la inconstitucional Comisión de Investigación de los Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad; e incapaz de convencer sobre las bondades de su sustituta, la CICIG, esta administración se ha dado a la tarea de desprestigiar a quienes nos oponemos a la citada Comisión.

Lo cierto es que la Comisión es inconstitucional y que esta administración desperdició sus cuatro años de fama negociándola y empujándola, en vez de haber hecho lo que correspondía.

En vez de abdicar a su obligación de garantizarnos a los habitantes de la República, la vida, la libertad, la justicia y la seguridad, esta administración se dedicó a gerentear privilegios por medio del presupuesto del Estado.

Nunca atendió la sugerencia de proporcionarles suficientes apoyo presupuestario y político, al Ministerio Público, a la Policía Nacional Civil y al Organismo Judicial. Se le fueron cuatro años con la necedad de la CICIG, y las mafias sembradas durante la administración de Alfonso Portillo y del FRG crecieron lozanas durante la de Berger.

La respuesta para una lucha efectiva contra la impunidad y contra las mafias, no estaba en doblar la cerviz frente a la ONU, la Unión Europea y los EUA; sino en fortalecer el estado de derecho. No estaba en forzar una comisión de características proconsulares, sino en cumplir y en hacer que se cumplieran las leyes. No estaba en limosnear y alegar incapacidad; sino en apoyar con capacitación, presupuesto y respaldo político a los jueces, a los fiscales y a los policías honrados.

Ahora que es tarde y que se les fueron sus cuatro años, no es raro que el comandante Frank La Rue ande afligido porque algunos políticos gringos se vaya enojar porque los chapines no aceptamos la CICIG, y no es extraño que Stein ande en iguales circunstancias. ¡¿Qué podría espantar más a estos personajes que no volver a ser invitados a la celebración del 4 de julio?!

Esta administración no sólo perdió la oportunidad que tuvo para ponerles un alto a las mafias; sino que les ha servido el país en bandeja de plata. Y ahora que corre contra el tiempo, al Comandante no se le ocurrió más salir con lo de las gusaneras.

El truco, claro, es más viejo que la maña de pedir fiado. Allá por los años 40, y sobre todo durante la presidencia de Juan José Arévalo, a aquellos que se oponían a los designios de la revolución chapina se les llamaba cangrejos, con desprecio y para desprestigiarlos. Y más recientemente, en tiempos del chileno Salvador Allende, los partidarios de la revolución llamaban momios a quienes se oponían a los planes de la alianza Allende-Castro. Con humor siniestro decían: “Los momios al paredón, y las momias al colchón”.

A lo largo de la historia, gusanos, cangrejos y momios han sido las víctimas de aquellos que con arrogancia fatal, o con descaro total, han pretendido imponer sus criterios, no por la razón y la persuasión, sino por la vía de la falacia ad hominem y del paredón. Y eso debería parecernos inaceptable.

Publicada en Prensa Libre el sábado 28 de julio de 2007


02
Jun 07

Secreto y prisa

El Congreso de la República fijó un plazo para que su Comisión de Relaciones Exteriores dictaminara para la creación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala; pero con buen tino, la Comisión se lo ha tomado con calma.

La prisa es sospechosa porque en un Congreso en el que se entretiene la nigua, aún en el caso de piezas de legislación de alguna importancia, ahora resulta que hay que acelerar la aprobación de la CICIG. Es sospechosa, pero no extraña porque detrás de las exigencias en torno a la citada comisión están la Organización de las Naciones Unidas y toda la fuerza extorsionista de los “países amigos de Guatemala”. Ya los oigo decir: “Si no aprueban la CICIG, ya no les damos ayuda”.

En aquella dirección hay dos características que han marcado a esta comisión desde su engendro: la primera, fue el secreto absoluto en el que se mantuvo el acuerdo entre la ONU y el gobierno. El sigilo era para evitar que el texto fuera conocido, y por lo tanto, discutido por los guatemaltecos. Los promotores habían aprendido, después del fracaso de la Comisión Internacional de Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad, que airear los defectos del acuerdo y de la comisión, iba en contra de sus intereses.

Aunque el acuerdo ya había sido depurado de las inconstitucionalidades que habían hecho inviable a la CICIACS, los promotores no consideraron que la transparencia fuera prudente hasta no estar seguros en la Corte de Constitucionalidad.

La segunda, ha sido esta prisa por conseguir que el acuerdo sea aprobado por medio de la ley correspondiente. En parte esto es para evitar que continúen las discusiones sobre la comisión; pero en parte, también, es porque las cosas hay que hacerlas en caliente. No vaya a ser que alguien empiece a hacer preguntas incomodas.

Una de esas preguntas es que, si el objetivo de la CICIG es “determinar la existencia de cuerpos ilegales de seguridad y aparatos clandestinos, su estructura, formas de operar, fuentes de financiamiento y posible vinculación con entidades o agentes del estado y otros sectores que atenten contra los derechos civiles y políticos en Guatemala”, ¿qué, exactamente, son un cuerpo ilegal de seguridad y un aparato clandestino de seguridad?

“La existencia de estructuras como las que investigará la CICIG significa un serio obstáculo para el respeto por los derechos humanos y el estado de derecho en Guatemala”, dijo Nicholas Howen, Secretario general de la Comisión Internacional de Juristas, en un documento que repite y repite la frase, sin especificar, nunca, a qué es lo que se refiere exactamente. Y el acuerdo firmado por la ONU y el gobierno chapín, hace lo mismo. Nadie aclara qué son un cuerpo ilegal de seguridad, o un aparato clandestino de seguridad.

Con una puerta así de ancha, ¡¿qué no cabe ahí?! Este es el tipo de cosas que la ONU, el gobierno, y los “amigos”, deben definir y transparentar antes de que el acuerdo sea aprobado para su discusión en el Congreso.

Otra ventana abierta peligrosamente, es la de los privilegios que crea el acuerdo, y los que pudiera crear la ley de la comisión. En su anterior versión el acuerdo exoneraba de impuestos a los ejecutivos chapines que trabajaran en la comisión. Ese abuso no está incluido en el nuevo acuerdo y se limita sólo para el personal extranjero, según las prácticas internacionales; ¡pero tampoco está expresamente excluido! De modo que, ¿qué les impediría a algunos diputados serviles “quedar bien” y restaurar aquel privilegio de no pagar impuestos?

Casi no hay día de Dios en el que no salga algo sobre la CICIG en alguno de los diarios del país; y la presión, para los diputados, ha de ser grande. Pero también es grande su compromiso con el estado de derecho, con los electores y los tributarios. En vez de crear un nuevo elefante blanco; ¿no sería mejor hacer que funcionen las instancias que ya existen tales como la policía, los tribunales de justicia y el Ministerio Público?

Publicada en Prensa Libre el sábado 2 de junio de 2007.


19
May 07

Cicig, no plis

En esta semana me llamó mucho la atención que el Vicepresidente de la República y el Procurador de los Derechos Humanos “¡urgieran a la creación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala!”; y se me hizo evidente que ambos temen que el Congreso no apruebe aquella instancia.

En días recientes la Corte de Constitucionalidad opinó que el proyecto de creación de la Cicig no es ilegal y esto abrió paso para que aquella propuesta sea discutida en el Parlamento.

Para los que llegaron tarde, como se decía en las tiras cómicas de El fantasma, la Cicig es una comisión que la Organización de las Naciones Unidas y “los países amigos” de Guatemala están tratando de forzarnos a aceptar. Su objetivo principal es “determinar la existencia de cuerpos ilegales de seguridad y aparatos clandestinos, su estructura, formas de operar, fuentes de financiamiento y posible vinculación con entidades o agentes del estado y otros sectores que atenten contra los derechos civiles y políticos en Guatemala”.

Como era de suponerse, los promotores de la Cicig han acusado a aquellos que nos oponemos a ella de ser miembros, o ser financiados por aquellos cuerpos ilegales y clandestinos. La falacia es absurda, pero no es nueva. Es común, entre los chapines, que si uno escribe contra el monopolio de la educación pública, a uno lo tachen de defensor del analfabetismo; y que si uno advierte contra las imprecisiones de las ideas prevalecientes sobre el calentamiento global, a uno lo tilden de enemigo de Bambi.

La Cicig es sucesora de la difunta Comisión de Investigación de los Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad. Este engendro venía de la ONU plagado de inconstitucionalidades y de privilegios para sus ejecutivos y por eso fue rechazado. La Cicig superó aquellos obstáculos, pero su texto fue mantenido en secreto por sus promotores para que no pudiera ser conocido por los guatemaltecos antes de que aquellos estuvieran listos para “hacerla pasar” sin discusiones ni contratiempos.

Sin embargo, la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, que no desconocía los vericuetos por los que había pasado el proyecto, se curó en salud y sometió el texto al análisis de la Corte de Constitucionalidad y resultó que este ya había sido saneado. De esa cuenta es que el tema regresó al Legislativo y ahora ese organismo tiene en sus manos preguntarse, en serio, si en realidad necesitamos la Cicig.

Mi hipótesis es que no la necesitamos. La primera vez que entré en contacto con la Ciciacs/Cicig pensé que, como tradicionalmente en Guatemala no han funcionado los ministerios, entonces creamos fondos sociales. Y como la cosa sigue sin funcionar, creamos los comisionados; y cuando estos fracasan también, entonces pasamos a hacer otra cosa.Así nos está pasando con el combate a la impunidad. No sólo con la de los cuerpos ilegales y clandestinos de seguridad, sino con la del crimen organizado, la de la corrupción de los funcionarios y en general con el incumplimiento de los contratos. Como el Ministerio Público no funciona y como las leyes no son respetables, pues engendramos la Cicig, o la Ciciacs, o lo que sea.Sostengo que hay un patrón en esta forma de conducta; y lo ilustro con algo que escribió Thoreau: “por cada mil personas atacando las ramas de un problema, hay una sola atacando sus raíces.”

En Guatemala necesitamos fortalecer las instituciones que hay, hacer que se cumplan las leyes que hay. No es cuestión de hacer más oficinas y de hacer más comisiones, o de hacer leyes comos si fueran salchichas.

Talvez es hora de decirles a la Organización de Vacaciones Unidas y a “los países amigos” que gracias, pero no gracias. Y que para cambiar vamos a hacer las cosas bien. Y si no las vamos a hacer bien, de todos modos, ¿para qué queremos una nueva versión de aquella Minugua que tantos malos recuerdos nos dejó?

Publicada en Prensa Libre el sábado 19 de mayo de 2007


30
Mar 07

¡Vinieron los Reyes Magos!

Sus Majestades don Juan Carlos y doña Sofía vinieron cuales Reyes Magos. Trajeron 54 millones de Euros y la habitual variedad de ofrecimientos de intercambios, capacitaciones, controles y condecoraciones. En la vieja tradición de que “el que no llora no mama”, la administración Berger les pidió a los monarcas asesoría para una pre-CICIG.

Aunque los reyes españoles no vieron los volcanes al aterrizar, me imagino que se van contentos. Pero el que ha de estar “feliz, como una lombriz”, es el dios del Palacio de la Loba siendo que uno de sus pares lo llegó a visitar, le dio un abrazo y le dijo: Querido amigo.


09
Mar 07

Dirigencia popular al servicio de los yanquis

Uno de los objetivos de la visita de George W. Bush, a Guatemala, es empujar la aprobación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), iniciativa que respalda su gobierno. Esto es, en parte por el interés que tiene por los derechos humanos, y en buena parte, también, porque es un componente importante de su guerra contra las drogas.

Así que la dirigencia popular que apoya la citada Comisión, termina sirviendo a los intereses de los yanquis que tanto dice despreciar. Por eso es que se dice que nadie sabe para quién trabaja.

Ahora bien, desde el punto de vista de defensa del estado de derecho (que es el mejor garante de los derechos individuales), es muy malo que el presidente del país más poderoso del mundo y su gobierno vengan a presionar para la aprobación de algo como la CICIG (sucesora de la inconstitucional CICIACS); sobre todo en el preciso momento en que el texto legal para la aprobación de la misma se halla en la Corte de Constitucionalidad con el objetivo de que aquel alto tribunal emita su opinión en cuanto a la viabilidad constitucional del mismo.

La Corte, por supuesto, no debería ser sometida a presión alguna para dictaminar; y en ese sentido se ha manifestado muy acertadamente el columnista Eduardo Mayora: “En las actuales circunstancias estimo particularmente importante que tanto el Ejecutivo, como también los amigos y los detractores de esta iniciativa, dejen la resolución del problema en manos del Tribunal Constitucional sin pretender ejercer presiones de ningún tipo. Ese sería, me parece, el mejor tributo que podría rendirse a lo que queda de institucionalidad en la República, como también la aceptación respetuosa del dictamen que tendrá que emitirse (mejor meditadamente que con prisas). Es conveniente recordar que de los responsables de la administración de justicia no se espera que sean infalibles, sino imparciales, prudentes y justos en cuanto a los problemas que analizan y resuelven”.


14
Feb 07

Cicig, la KGB chapina

Con mucha esperanza leo que “pese al cabildeo intenso que realizan los funcionarios del Ejecutivo sobre dos proyectos de ley, la aprobación parece ir cuesta arriba. Propuestas como el proyecto que crea la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig); y el Estatuto de Roma sobre la adhesión del país a la Corte Penal Internacional son proyectos que generan desacuerdos entre las bancadas”. No pongo enlace porque no lo encontré en el sitio Web de El Periódico.

Para los que llegaron tarde, la Cicig es la sucesora de la Ciciacs; entidad que se pinta no sólo como la Stasi, la KGB, o la Gestapo chapina; sino que es un ejemplo clarísimo de cómo es que otros países intervienen para imponer sus agendas.

Como este es un tema que puede acarrear malentendidos, de buena y de mala fe, aquí va lo último que he escrito al respecto:

En la clandestinidad, a oscuras y por temor a un saludable y transparente debate público sobre su naturaleza y sobre su legitimidad, fue negociada la creación de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, por la Organización de las Naciones Unidas y la Administración de Oscar Berger.

La Cicig, es la sucesora de la nonata Comisión de Investigación de Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos. Por eso se entiende que la ONU y la Administración, hayan llevado a cabo aquellas negociaciones al amparo del secreto y de las sombras.En 2004 los guatemaltecos repudiamos la formación de la Ciciacs porque era inconstitucional. Por ejemplo: usurpaba del Ministerio Público la facultad de ejercer la persecución penal; y violaba el principio de igualdad de todos ante la ley, al crear privilegios tributarios y procesales para sus funcionarios.La inconstitucionalidad, la usurpación y la multiplicación de privilegios fue lo que motivó a muchos a oponerse a la creación de la Ciciacs.

Nadie, en su sano juicio, se va a oponer a la eliminación de los cuerpos ilegales y a los aparatos clandestinos; y nadie, con dos dedos de frente, se va a oponer al combate contra la impunidad. Pero esas batallas deben ser libradas dentro del marco del estado de derecho y no a su costa. Este principio era válido para rechazar la Ciciacs y es válido para evaluar la Cicig. ¡A los cuerpos clandestinos y a la impunidad que pudren el estado hay que acabarlos; pero no con una Stasi, una KGB, o una Gestapo!

Ahora que la negociación entre la ONU y la Administración chapina es un hecho, nos vamos enterando de que la Cicig podrá recabar, evaluar y sistematizar información oficial y privada; de que podrá publicar informes y de que podrá exigir la aprobación de leyes especializadas, entre otras facultades. Está por verse si los guatemaltecos nos sentimos cómodos con un procunsulado de esa naturaleza; y si así fuera, habría que asegurarse de que sus funciones sean hechas, ¡por lo menos!, con respeto a las garantías constitucionales y de forma proba.Digo esto último porque una de las cosas que más llaman la atención es la candidez de aquellos que, haciendo caso omiso de los escándalos de corrupción que involucran al hijo de Koffy Annan y los que envuelven a la Organización Internacional de Migraciones, ven en la ONU y en los organismos internacionales a ángeles puros, radicalmente diferentes a los burócratas venales criollos. Suponen, los inocentes, que en nuestra incapacidad de cuidarnos a nosotros mismos, los chapines necesitamos de niñeras y capataces extranjeros para salir adelante. ¿Usted que cree?

Por lo pronto, y de acuerdo con dos exconstituyentes (Molina y Linares), y un exmagistrado de la Corte de Constitucional (Rohrmoser), la Cicig no viene exenta de peligros. Algunos son de procedimiento como el traslape de funciones con el Ministerio de Relaciones Exteriores y con el Ministerio Público; pero otras son de fondo como la posible violación de la confidencialidad y la privacidad de las personas y la inmunidad frente a daños a terceros que pudieran cometer los funcionarios de la Comisión, entre otras.El futuro de la Cicig pasa ahora a manos del Congreso de la República donde su discusión debe ser serena. No sólo evaluando las ventajas de doblar la cerviz frente a la ONU y las embajadas “amigas”; sino sopesando los costos en el largo plazo, principalmente para la constitucionalidad y el estado de derecho.


30
Dic 06

12 uvas

1. Estos son mis 12 deseos para Guatemala y los guatemaltecos en este Año Nuevo. ¿Qué tal si nos atreviéramos a romper paradigmas y nos decidiéramos no sólo tener un año mejor, sino un siglo mejor?

Primera uva: Acabemos con el Impuesto Sobre la Renta. Los guatemaltecos necesitamos más y mejores empleos, y más oportunidades para salir de la pobreza. La existencia de un impuesto a los rendimientos del capital es uno de los obstáculos para que haya más y mejores inversiones.

Segunda uva: Dejemos de preocuparnos por a quién darle nuestro voto en los próximos comicios. Enfoquémonos en cambiar el sistema porque si no lo hacemos cambiar, no importa quién llegue, su gestión será un fracaso más. Por favor, lea la propuesta de www.proreforma.org.gt

Tercera uva: Digámosle No a los privilegios. Optemos -de una vez por todas- por la igualdad de todos ante la ley sin distinción de posición económica, etnia, sexo, religión o lo que sea.

Cuarta uva: Abandonemos la arbitrariedad. Impidamos el aprovechamiento de la majestad de la ley por parte de grupos de interés para su propio beneficio. Decidámonos por apoyar la fundación de un estado de derecho, en vez de continuar con uno en el que los intereses de unos prevalecen sobre los derechos de todos.

Quinta uva: Aprendamos de José Batre s Montúfar: “¡Mientras más leyes hay, más contrabando!”. Cerremos de una vez las aduanas. Que se reconozca la libertad de las personas para intercambiar con cualquiera sin tener que sufrir coerción y sin tener que hacer pagos innecesarios.

Sexta uva: Para obtener su parte del presupuesto del Estado, grupos de ecohistéricos, de etnicistas, de proteccionistas, de sexistas y muchos otros, distraen nuestra atención con gritos de “¡Ahí viene el lobo, ahí viene el lobo!” ¿Qué tal si les decimos ¡hasta aquí!, y nos negamos a financiar sus aficiones y sus intereses?

Séptima uva: Dejemos de vivir en el pasado. Que Alvaro Arzú, Oscar Berger, los exguerrilleros, los burócratas y las ONG que viven de ellos se peleen por celebrar los acuerdos de pacificación. Los demás veamos al futuro, celebremos que ya no hay más guerra para defendernos del marxismo-leninismo y demandemos un gobierno que proteja nuestra vida, nuestra libertad y nuestra propiedad.

Octava uva: Sepultemos al pragmatismo, al posmodernismo y al relativismo. Probemos qué se siente vivir conforme a principios. Si decimos que defendemos la libertad, por ejemplo, defendámosla para todos y siempre, aunque nos perjudique personalmente en algún caso específico.

Novena uva: Pongamos en su lugar a los entrometidos organismos internacionales y a las embajadas de otros países Ni Cicig, ni guerra contra las drogas, ni contratos millonarios, ni leyes racistas, ni médicos activistas deberían ser aplaudidos. Comportémonos con dignidad para que “los amigos” dejen de tratarnos como si fuéramos subciudadanos de sus colonias.

Décima uva: ¿Qué tal si pudiéramos salir a caminar sin temor a que nos quitaran el celular, la billetera, el reloj…o hasta la vida? ¿Qué tal si hubiera seguridad para que recuperemos la confianza en Guatemala?

Undécima uva: Pasemos más tiempo con la familia y los amigos. Leamos más libros y veamos menos televisión. Tomemos mejor café y comamos mejor chocolate. Conozcamos Guatemala; y si no los ha probado, pruebe los refrescos de chan y de tiste.

Duodécima uva: Compartamos algo con alguien que no tiene; y como dicen por ahí: “trabajemos como si no necesitáramos el dinero, amemos como si nunca nos hubieran lastimado y bailemos como si no nos estuvieran viendo”.

En esta noche de Año Nuevo, mientras come sus 12 uvas, por favor piense en ¿qué tal si en vez de hacer siempre lo mismo, optáramos por tener un país mejor?

2. Mojito de año nuevo: Entra el médico y le dice a Raúl Castro: “Comandante, Fidel ha muerto”. Y Raúl le contesta: “¡Coño!, y ahora, ¿cómo se lo vamos a decir?”.

Publicada en Prensa Libre el sábado 30 de diciembre de 2006.