16
Dic 21

La farsa de los termómetros

 

Hoy, al entrar a un lugar, la temperatura de mi mamá fue de 33 grados.  ¡Treinta y tres grados es alarmante! Casi a donde quiera que vayas encuentras termómetros cuya función, supuestamente, es evitar que personas con fiebre ingresen a los lugares donde se hallan esos artilugios. ¡Pero todo es una farsa! ¿Alguien pone atención si esas vainas no funcionan?

Entre una y dos veces a  la semana, llego a lugares donde los termómetros marcan temperaturas tan bajas que…estoy muerto…o soy una rana.  En realidad esto es porque los termómetros no sirven más que para enviar señales de virtud.  Si tienes termómetro, ya sea que funcione, o no, eres virtuoso y cumples con las expectativas formales que se esperan de ti…sin importar si los aparatos funcionan, o no.

El señalamiento de virtud es forma de grandilocuencia moral, en la que un punto de vista o una acción se calcula para verse bien, haciendo que el hablante, o la acción parezca virtuosa para los demás, en lugar de ser elegido porque es estrictamente honesto, u honesta. La honestidad, por cierto, es la virtud de no falsear la realidad.

Me divierte que en algunos lugares, como uno que visité el domingo, cuando el termómetro marcó 34 grados (dos menos que lo normal en un ser humano) y tomé la foto, el encargado se rió.  El sabe que es una farsa, pero sigue la corriente porque…¿qué otra?

Me divierten, también los defensores de la medida.  En Twitter me preguntan: ¿Pusiste la frente, o la mano?  Me comentan: Es que no están bien calibrados, siempre; o que el haz de luz se degrada.  ¡Muchá…no importa!  El caso es que los termómetros están ahí porque los grupos de interés que exigen que estén ahí son muy vociferantes e irracionales.  ¿Quién se va a atrever a prescindir de los termómetros inservibles si se expone al linchamiento de los del Quédate en casa y al del batallón comprometido con el temor? El caso es que los termómetros están ahí porque tienen que estar ahí, sin importar si sirven, o no.

¿Sabes qué es peor? Cuando hay un chatío, o una chatía supuestamente midiendo la temperatura. No sólo porque ese tipo de plazas generan costos innecesarios en una economía muy vulnerable; sino porque que frustrante ha de ser un trabajo tan sin valor alguno y que tan evidentemente falsea la realidad.

Por cierto, ¿qué son más ridículos, los termómetros que no sirven, o los pediluvios secos y los inmundos?


14
Dic 21

¡Arbolito que alegra las fiestas!

 

Ya está en casa el arbolito que alegra las fiestas de fin de año.  Con su aroma espectacular, su forma encantadora, su color profundo lleno de luces alegres y de elementos decorativos que son recuerdos y nos divierten.

Es un Abies guatemalensis, Jade, de modo que su color verde intenso y distintivo no pasa inadvertido.

En casa celebramos el solsticio de invierno y otras fiestas de fin de año con arbolito y decoraciones tradicionales de Guatemala.  El arbolito tiene que ser pinabete; y no pueden faltar la manzanilla, los chinchines, la tortuga y otros objetos que nos conectan con nuestra historia propia, nuestras infancias y con las generaciones que nos han precedido.

El niño que incluimos entre aquellas decoraciones representa nuestra confianza en un universo benevolente, nuestra esperanza por un futuro mejor y la alegría que traen a casa las nuevas generaciones.

El lunes fuimos a traer el arbolito a El encanto, de Tecpán;  y, este año, el espíritu de la querida doña MIreya nos acompañará cada vez que lo encendamos.

Para los que vienen por primera vez:

En las casas de mis abuelas y de mis padres no siempre hubo pinabetes. De cuando yo era niño recuerdo varios árboles inolvidables. En casa de mi abuelita Juanita me es imposible olvidar unos chiribiscos hermosamente adornados con cabello de ángel (aquel cabello de ángel, de verdad, que era de fibra de vidrio) y con luces en tonos pastel. También recuerdo los pequeños árboles que ella, y mi tía abuela La Mamita, solían montar -con primor extraordinario- para mi hermano y para mí, junto a nuestro propio nacimiento en miniatura.

En la casa de mi abuela, Frances, recuerdo que los árboles eran generalmente pinabetes, o cipreses. A veces eran adornados con nieve elaborada en la casa con un jabón que venía en escamas; árboles siempre llenos de figuras variadísimas y algunas muy antiguas, así como con luces de colores. Allá los árboles eran tan altos que mi padre y mi tío Freddy tenían que usar escalera para llegar hasta arriba y distribuir bien las luces y las figuras.

En la casa de mis padres tuvimos gran variedad de arbolitos. Aunque los favoritos eran los pinabetes, también tuvimos cipreses y creo que algún pino. Los pinos no me gustaban porque, a pesar de que olían rico, se ponían tristes rápidamente y también tuvimos algún chiribisco plateado. En algún momento de principios de los años 70 se pusieron de moda unos árboles que ya venían nevados y tuvimos uno de esos. Y en los malos tiempos tuvimos un árbol prestado, y un árbol simbólico, hecho con chorizo de pino, en la pared.

En casa es tradición que cada año compramos un adorno nuevo y lo incorporamos a los que ya tenemos. Hay adornos variados: dos hawaiianas, uno que muestra a Odin, otro de La rebelión de Atlas, uno del barco Estrella de la India, varios con motivos propios de la temporada, unos con mapas, y así.


14
Dic 21

Adiós a Carmen Salinas y a Vicente Fernández

 

Carmen Salinas y Vicente Fernández fallecieron en este mes.

Carmen Salinas fue productora de la obra Aventurera y cuando esa pieza vino a Guatemala…no lo vas a creer…subí a bailar al escenario; ¡Yo!, que bailo tan bien como un horno de microhondas.

Esa es mi relación con Carmen Salinas, actriz y productora que falleció el 9 de diciembre pasado.  La foto es de Wikimedia Commons.

Más distante, aún, es mi relación con Vicente Fernández con quien he cantado a duo (pero nunca en persona) en numerosas fiestas y otros encuentros sociales.  Nunca fui a uno de sus conciertos; pero mi madre no se los perdía.

Supongo que para mi generación y para la que sigue y la que sigue Chente es el referente de la música ranchera.  Quizás lo que fueron Pedro Infante y Pedro Vargas para las generaciones de mis abuelos, de mis padres, y también para mí.

Fernández murió el 12 de diciembre pasado; y la foto es de Wikimedia Commons.


11
Dic 21

No me quedé sin toritos

 

Mi barrio es la Villa de Guadalupe donde hoy es fiesta; y hubo toritos, gigantes, bailes como es tradición.

Debido a los encierros y las prohibiciones del año pasado, la celebración fue bastante sencilla; y en 2019 había sido peor.  Me alegro de que la tradición de estas fiestas sea rescatada y que la gente del barrio esté dispuesta a echar la casa por la ventana como se dice en buen chapín.

Ya sabes, en Guatemala las fiestas se adornan con pólvora y la de Guadalupe no es la excepción.

Estoy seguro de que el año entrante será muy bueno en términos de fiestas populares y tradicionales.  Esto es importante porque las tradiciones no sólo nos dan un sentimiento y una sensación de comunidad; sino que cumplen una función sanadora frente a la desesperanza y a la inestabilidad. Aromas, alimentos y sonidos, texturas y colores, así como rituales nos traer recuerdos y nos invitan a reflexionar.  Fuegos artificiales, costumbres,  disfraces y más son parte de aquel acervo rico y enriquecedor.

Si visitas con frecuencia Carpe diem, sin duda sabes que mi elemento favorito de las fiestas populares son los toritos.  ¡Amo los toritos!

Cuando yo era niño, las historias de mi tía abuela, La Mamita, acerca de toritos durante las fiestas tradicionales disparaban mi imaginación. Yo tenía muchas ganas de ver toritos y no fue hasta hace relativamente pocos años que vi el primero en San Juan del Obispo. Desde entonces pocas cosas me emocionan y divierten tanto y me ponen tan contento como salir a buscar toritos y verlos desplegando sus luces y sus colores entre la gente que se les acerca y les huye.


10
Dic 21

El poder sanador de las tradiciones

 

Salí al balcón de mi casa y el niño que hay en mí se emocionó cuando vi fuegos artificiales en la ciudad. A las luces y a los colores se les sumaron los aromas; especialmente el de pólvora que en Guatemala grita ¡Fiesta!, añadido al de los fogarones con los que los chapines celebramos la Quema del diablo.  El martes sólo faltó la fragancia de los buñuelos con miel de anís.

La Luna y Venus sobre la ciudad el 7 de diciembre de 2021 durante la Quema del diablo.

Tradiciones como aquellas son muy valiosas para la recuperación emocional de las personas luego de los encierros del año pasado y frente a la inestabilidad de 2021.  Aquellas circunstancias han generado crisis emocionales en el contexto de la incertidumbre.  Cuestiones cómo: ¿Cuánto más va a durar esto? ¿Cuántos más de la familia van a perder sus trabajos? y ¿Cuándo retomamos el control de nuestras vidas? son temas que generan desesperanza en muchas personas, en ambientes distintos.  Las tradiciones y su capacidad de conectarnos les abren las puertas, a aquellas personas, para que ganen fuerzas y esas fuerzas son clave para proteger su salud.

Aquella función sanadora de las tradiciones -luego de lo que nos hicieron el año pasado y siguen haciéndonos- se suma a otras funciones reconocidas.  Desde un punto de vista hayekiano, ciertas tradiciones son valiosas por su contenido específico y por su contenido intrínseco.  La quema del diablo, desde aquella perspectiva, es el rechazo al mal en el espíritu del eslogan misiano: Tu ne cede malis (No cedas ante el mal); pero también se vincula a Prometeo que les dio el fuego a los hombres y a Lucifer, el traedor de luz; y nos recuerda que Venus precede al Sol cuando aquel planeta es el lucero de la mañana; y Venus es Ishtar, la diosa de la belleza y de la fertilidad.

Las tradiciones también crean comunidad, nos dan sentido de estabilidad y de pertenencia; y sentido de propósito común…cuando ese hace falta.  De ahí que el valor sanador y constructor de las tradiciones sea consecuencia de un largo proceso evolutivo, y no pueda ser el resultado de imposiciones, ni de prohibiciones

El segundo semestre del año está lleno de tradiciones, aprovechémoslas y disfrutémoslas con alegría.  ¿Qué opinas?

Columna publicada en elPeriódico.


08
Dic 21

Equipar una cocina en 1994

 

En octubre de 1994 volví de La Antigua a la ciudad de Guatemala para armar mi primer apartamento: y la lista que ves abajo es la de algunas de las compras que hice para equipar la cocina, principalmente.

Mi mamá contribuyó muchísimo para ese equipamiento; con una vajilla completa, un par de ollas y algunos instrumentos y cubiertos. Pero el 19 de octubre fui a Cemaco a comprar elementos que me hacían falta.  Veintisiete años después, algunas de aquellas compras como el cucharón, el tenedor, la cuchara y la cuchara calada, de acero todavía están en uso y en perfecto estado.  El rallador está nítido. La sartén cuadrada todavía la usamos para panqueques, o tostadas a la francesa. ¡Que calidad de productos!

La lista tiene gracia, pero más los precios.  La sartén, que es lo más caro de los objetos recién mencionados me costó Q70.08 y en aquel tiempo el dólar estaba a Q5.77 por $1, de modo que el cucharón costó $12.14.  Descontando otros factores y sólo por hacer un ejercicio, si hoy comprara aquella sartén a $12.14, tendría que pagar Q95.05.

Descontando otros factores y en esa dirección, si en 1994 el total de la factura fue Q1708.40, ó $296.08; hoy tendría que pagar Q2318.30. ¡El IVA estaba a 7% y no a 12% como ahora!

Otro detalle divertido es que pagué con cheque, algo que tengo añales de ya no hacer.

Aquella pérdida de poder adquisitivo del quetzal se debe, en elevado porcentaje, a un fenómeno monetario llamado inflación.  La inflación le roba valor a tu sueldo y a tus ahorros, es un impuesto oculto y es muy inmoral.

Guardé esa factura, junto con la de abarrotes y otras que compartiré en otra ocasión, dentro de mi Guía de las ruinas de Quiriguá, por Sylvanus G. Morley y apareció ahora que moví mis libros sobre los mayas de la casa a la oficina.


06
Dic 21

“Delitos de odio” contra la libertad de expresión

 

El concepto de delitos de odio es inherentemente subjetivo es un concepto que aún los mejores juristas han fracasado en definir objetivamente.  Adicionalmente a ello, las leyes acerca de los llamados delitos de odio son amenazas contra la libertad de expresión porque les dan a quienes ejercen el poder -y tienen influencia en él- el poder arbitrario necesario para silenciar ideas y expresiones disidentes, o impopulares.

Esas son las razones por las que la iniciativa 5494 que se halla en el Congreso de la República, acerca delos supuestos delitos de odio, debe ser rechazada.

Lee concienzudamente el artículo 455 y dime si es posible una tipificación del delito, tomando en cuenta que el tipo penal es la descripción precisa de las acciones, u omisiones delictivas; si una acción humana no se ajusta exactamente al tipo penal, dicha acción no puede ser considerada como delito por un juez.  Eugenio Cuello Calón, en Derecho Penal, explica que el acto cometido tiene que encajar en la figura delictiva y que para el jurista Ernest von Beling la figura del delito incluye todos los elementos objetivos y subjetivos contenidos en la conducta antijurídica.  No es posible una descripción precisa, con con tan elevado subjetivismo en la pretendida tipificación. ¿Cuándo termina la broma y empiezan la humillación, el racismo, o el clasismo? ¿Dónde terminan la analogía y empiezan la hostilidad, el machismo, o la intolerancia?

En los sistemas donde existen aquel tipo de delitos al tipificación depende del criterio arbitrario, cuando no caprichoso, del juez y de por dónde soplan los vientos de quienes manejan la opinión pública que, en nuestros tiempos, quiere decir de quienes tienen la capacidad de organizar linchamientos en redes sociales y en medios de comunicación tradicionales.

Lee concienzudamente el artículo 456 y es tres cuartos de lo mismo, agravado con el hecho de que desde hace ratales la exguerrilla ha hecho intentos por imponer la historia única y prohibir que sea explorada la verdad sobre el supuesto genocidio.  Es imposible hablar del pensamiento único, sin hablar de poder, dice la escritora Chimamanda Adichie.  Como los roles económicos y políticos, las historias también están definidas por el principio de poder cómo son contadas, quién las cuenta, cuándo son contadas, cuántas historias son contadas, depende realmente del poder.  El poder no es sólo la capacidad de contar la historia de otra persona, sino el de convertirla en la historia definitiva de esa personas, añade.

Una de las principales funciones de la libertad de expresión es que sirve para la búsqueda de la verdad; y si por intereses de poder es prohibido y penalizada la expresión de otras versiones y perspectivas sobre ciertos actos y hechos, no sólo se obstaculiza aquella búsqueda, sino que se viola la dignidad de las personas que cuestionan la pretendida historia única.  ¿Cómo se viola esa dignidad? Al negárseles el carácter de individuos pensantes y racionales que tienen algo que aportar y cuyas experiencias de vida son consideradas como delictivas sólo porque no se ajustan a la narrativa de quienes tienen el poder de penalizar, castigar y erradicar perspectivas que no sean las suyas.

En todo caso, en Guatemala la libertad de expresión existe al amparo del artículo 35 de la Constitución de la República; y la del 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.


04
Dic 21

Dos pelis que te recomiendo

 

En esta semana he visto dos pelis que te recomiendo: Green Book: amistad sin fronteras; y El poder del perro.

Ambas son buenas historias y bien contadas.  De la primera -que es la historia  de un italiano prejuicioso y un pianista negro que viajan en auto por el sur profundo de los Estados Unidos de América en 1962- te dejo mis tres frases favoritas de Green Book.

No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tu por ti mismo.  Un giro que convierte la célebre frase colectivista y estatista de J. F. Kennedy en una idea valiosa.

Ser un genio no es suficiente, hace falta valor para cambiar el corazón de la gente.  Frase que nos invita a la acción si queremos cambiar las ideas prevalecientes.

La única victoria es mantener tu dignidad porque la dignidad siempre prevalece. Algo que se nos olvida cuando creemos que el éxito depende de alcanzar nuestras metas y perdemos de vista que es más importante actuar de acuerdo con nuestros valores y virtudes, aunque no alcancemos nuestros objetivos.

Me shockleo, pero no debería sorprenderme la existencia del Green Book; y voy a decir que es un peliculón que aborda los prejuicios y el racismo desde una perspectiva ajena a las tendencias woke y colectivistas que prevalecen entre mucha gente.  Prepárate para algo refrescante e inspirador.

El poder del perro es inquietante.  Todo el tiempo tuve la impresión de que algo estaba por pasar.  La peli consigue tenerte a la expectativa de que algo muy malo está por ocurrir.  Algo violento y desagradable.  Entre la música, la tensión constante, la fotografía magnífica, las actuaciones impecables y personajes bien logrados, esta historia te va a sorprender.

Que no te desanime la lentitud inicial de la peli…y ponle atención a los detalles. Es una peli emocionalmente compleja y demandante; y como en Green Book, es una en la que la dignidad tiene mucho que ver.

¿Mis citas favoritas?

– Bronco Henry told me that a man was made by patience in the odds against him.

What kind of man would I be If I don´t save my mother.


03
Dic 21

Peligrosamente insuficiente

 

Hay una desconexión profunda y perniciosa entre los electores y tributarios, y los diputados que supuestamente los representan.  ¿Sabes quién es tu diputado? ¿Recuerdas por qué candidatos votaste?  Hazle esas preguntas a tres personas y a ver qué te contestan.

Como consecuencia de esa desconexión los diputados no sienten responsabilidad con sus electores.  Se cree que los diputados representan los intereses de sus distritos; pero en realidad lo que llegan a representar son los de sus financistas y los de los caciques locales, cuando no los suyos.  El Congreso, entonces, es un bazar en el que se negocian privilegios, legislación, y clientelismo al margen de los electores y tributarios; y muchas veces en perjuicio suyo.  En el Congreso hasta se negocian derechos individuales porque los diputados no son accoutable, ni tienen por qué serte leales.

Antes de la Constitución de 1985 la teoría política apuntaba hacia dos formas de elegir candidatos a diputados: 1) De entre personalidades locales, con la idea de que los partidos se fortalecerían con su liderazgo; pero lo que resultó fue que la candidatura se le daba a quien pudiera pagarla, o a quien ofreciera compartir los principios del partido, aunque fuera del diente al labio. 2) Los listados nacionales para meter por ahí a las dirigencias partidarias por las que pocos votarían de otra forma.  El resultado fue el deterioro de la calidad de los diputados y cada vez se raspa más el fondo de la olla.

Hay una forma de salir de ese problema y es mediante la elección de diputados por nombre y de forma individual.  Esa es la reforma más importante y urgente.  Claro que hay que desestatizar el financiamiento de los partidos; y hay que reforzar a los partidos como intermediarios entre mandantes y mandatarios por medio de plataformas ideológicas y programáticas; y hay que crear distritos electorales pequeños y hasta descartelizar la presentación de candidatos; y hay que fortalecer al TSE; pero cualquier reforma que no incluya la elección individual de diputados será una modificación coja y peligrosamente insuficiente.

Columna publicada en elPeriódico.


30
Nov 21

En el Día del periodista

 

En otra vida, una noche en la que hacía turno en la redacción del diario Siglo Veintiuno mis compañeros y yo escuchamos un ruido fuerte en la calle, frente al edificio Galerías España, y dejamos lo que estábamos haciendo para salir corriendo y ver qué había pasando.  El asunto ni siquiera hubiera sido anécdota, si no fuera porque ocurría en el contexto de algunas bombas que habían sido puestas en la ciudad y porque alguien observó: ¿Ya vieron que salimos corriendo hacia el peligro, y no para alejarnos de él?  Y a todos los causó gracia; pero, ¿da que pensar, o no?

La ilustración la tomé de https://www.debatesiesa.com/

En muchos niveles es raro el oficio de periodista y siempre te da que pensar.  Mi parte favorita tiene que ver con el ejercicio constante de la libertad de expresión que, aunque no es una facultad exclusiva de los periodistas, si es parte esencial de su quehacer.

Desde hace años y en todo el mundo una de las libertades más amenazadas es la de expresión. La corrección política, la penetración cultural y la de ideas alla Gramsci, la multiplicación de espacios seguros contra ideas controversiales, y el totalitarismo islámico, así como formas de conservadurismo, son las principales fuentes de aquellas amenazas.

En enero de 2017, en Guatemala, Flemming Rose explicó que la libertad de expresión se basa en el concepto del individuo como un ser moralmente autónomo que tiene capacidad de entender y decidir qué decir y de cómo reaccionar a lo que otras personas dicen y piensan.  Pienso, dijo, que ningún político, ningún individuo, ningún grupo, debería tener el poder de ocultarnos opiniones, ni formas de expresión.  En ese sentido la libertad de expresión también se trata de la dignidad humana; debemos tratarnos, unos a otros, como adultos, como individuos independientes y autónomos, y no como criaturas inmaduras, robots, o niños.

No sólo para quienes ejercen el poder directamente, sino para grupos de interés que buscan influir en políticos y burócratas, o grupos que anhelan controlar el poder, es tentadora la posibilidad de hacer callar las opiniones que los ofenden, que los incomodan, las que no les parecen verdaderas, y las que van contra sus intereses entre otras; pero así de a poquito, haciendo callar aquí y haciendo callar allá, linchando mediáticamente aquí y linchando mediáticamente allá terminaremos en silencio y con la vista hacia el suelo.  Repito: sobre todo en tiempos de calamidades e incertidumbre, como en el contexto del virus chino.

En la medida en que renunciamos a la libertad de expresión, en esa medida nos acercamos más a la esclavitud, perdemos un valioso instrumento para la búsqueda de la verdad, y para la conservación de la dignidad humana como seres racionales.

El ejercicio de la libertad de expresión, es decir, el de la facultad de decir con enunciados, o mediante otros signos lo que se piensa, siente o desea, hace posible la exploración de ideas, posibilidades y hechos que pueden ser verdaderos -o sea que sean producto de la identificación de hechos de la realidad-, o no.

La libertad de expresión, además, es un contralor de la actividad social y estatal; así como una forma de verificación del respeto a los derechos individuales.

La verdad,¿sabes?, se busca por un largo proceso de prueba y error.  De ahí la labor valiosa del periodista, no porque ande en busca del peligro por el peligro en sí mismo, sino porque muchas veces -quizás demasiadas- la búsqueda de la verdad es peligrosa.  De ahí mis respetos para los periodistas que han dejado sus vidas en aquella pesquisa.

Por cierto que, como explica el filósofo Warren Orbaugh, verdad es una cualidad del juicio y por lo tanto de la proposición. Es la calificación de la relación del predicado con el sujeto, que simboliza su referente, dentro de un contexto, rango y precisión específicos y delimitados. El juicio es ‘verdadero’, si lo que se predica del sujeto, dentro de determinado contexto específico, coincide con el estado de cosas del referente del sujeto. Dicho de otra manera, verdad es la concordancia, correspondencia o adecuación del juicio con los hechos de la realidad.

De ahí que la objetividad sea uña y carne con el periodismo: la objetividad es una adherencia voluntaria a la realidad por el método de la lógica. En esencia, la lógica es un método de observar hechos (las premisas), entonces consultar las leyes de contradicción, y entonces inferir las conclusiones que estas leyes garantizan.Es importante notar que el proceso debe anclarse en hechos observados.Derivar conclusiones de premisas arbitrarias, que representan caprichos arbitrarios, no es un proceso de lógica. Si la lógica es el medio de la objetividad, una conclusión lógica debe derivarse de la realidad, debe estar garantizada por conocimiento antecedente, el que a la vez se apoya en conocimiento anterior, y así hasta lo evidente, hasta los datos sensoriales, dice Orbaugh.