01
Ene 09

Tamales mañaneros del Año Nuevo

Tanto en la mañana del Año Nuevo, como en la de la Navidad, me ilusiona mucho desayunar un tamal colorado y uno negro; y para mí, la mañana del 1 de enero siempre tiene algo especial. Me gusta sentir el aire frío y fresco. Un aire que siempre imagino limpio, en el entendido de que la mayor parte de gente está dormida -recuperándose de la parranda- y que, por lo tanto, no hay mayor contaminación en el aire. Para mí, es el aire nuevo, del año nuevo.

Como no hay diarios en este día, y como a mí me gusta desayunar leyendo algo, hoy me he topado con los consejos del Año Nuevo, por Benjamin Franklin. Los comparto ahora porque desde que los leí por primera vez, siempre me han gustado mucho. Por supuesto que no estoy seguro de si yo podría practicarlas todas; porque si bien es cierto que ya hace añales que no bebo hasta la ebriedad, muchas veces como más de lo necesario. Y lo de la castidad, vamos, eso ¡ni siquiera debería estar incluido! Y en cuanto a la humildad, me inclino por la de carácter socrático-hayekiano; y no por la cristiana-altruista.

Si tuviera que elegir tres que necesito practicar urgentemente, esas serían: resolución, frugalidad y serenidad.

Las 13 virtudes de Franklin, son:

Templanza: No comas hasta sentirte harto. No bebas hasta la ebriedad.

Silencio. No hables más que aquello que pudiera beneficiar a otros o a ti mismo. Evita las conversaciones triviales.

Orden: Ten un lugar para cada una de tus cosas. Ten un momento para cada parte de tu trabajo.

Resolución: Comprométete a llevar a cabo lo que debes hacer. Haz sin falta lo que te comprometes a llevar a cabo.

Frugalidad: No gastes más que en lo que pueda hacer el bien a otros o a ti mismo. No desperdicies nada.

Trabajo: No pierdas el tiempo. Ocúpate siempre en algo útil. Elimina todo acto innecesario.

Sinceridad: No lastimes a nadie con engaños. Piensa con inocencia y con justicia. Si hablas, hazlo de acuerdo con esto.

Justicia: No perjudiques a nadie, ni haciéndole daño ni omitiendo lo que es tu deber.

Moderación: Evita los extremos. No guardes resentimientos tanto tiempo como puedas creer que lo merecen.

Limpieza: No toleres la falta de limpieza, ni en el cuerpo ni en la ropa ni en la vivienda.

Serenidad: No te dejes alterar por nimiedades, ni por accidentes comunes o inevitables.

Castidad: Recurre al acto sexual rara vez, y esto por motivos de salud o descendencia, pero nunca hasta sentirte harto o débil, y sin que llegues a afectar tu propia paz o reputación o la de otra persona.

Humildad: Imita a Jesús y a Sócrates.

Los tamales, por cierto, son de doña Estela de Alburéz, allá por la entrada a Kaminaljuyú. Su teléfono, es 24740260 y la receta es originaria de San Martín Jilotepeque.


30
Dic 08

La ropa interior del hermano Pedro

La impresionante ropa interior -de lazo- de Pedro José de Betancur se halla en un museo localizado en las ruinas del convento de San Francisco, en la Antigua Guatemala.

El lugar es encantador y guarda muchos recuerdos de este personaje. Lo que a mí me impresionó mas, sin embargo, no fue la caja en la que estuvieron enterrados sus restos, ni el polvo del lugar donde estuvo sepultado, ¡ni siquiera la calavera con la que meditaba al modo de Hamlet, o el de Jerónimo de Estridón!; lo que más impresiona es la sección en la que están sus ropas.

Ahí está el forro del colchón en el que falleció, ahí están otras piezas de ropa, y ahí están su calzoncillo y su camiseta hechos con fibra de henequén.

El museo, por cierto, fue montado gracias a la colaboración de G&T Continental que, tiene un programa muy importante de conservación del patrimonio cultural chapín.

Lo hostil de la ropa interior de Pedro de Betancur, se explica dentro del marco religioso. Muchas religiones promueven el uso de interiores con características especiales ya sea para inducir al pudor y a la castidad, o bien como una forma de mortificación. En casos menos dramáticos, los interiores religiosos sirven para recordar el compromiso que tiene el usuario.

Muchos mormones, por ejemplo, usan unas especies de interiores largos denominados prendas del templo, cuya función es la de servir como recordatorio de las alianzas hechas durante las ceremonias de ordenación que se llevan a cabo en el templo y como protección simbólica contra los males del mundo.

Los sikh usan una prenda llamada kaccha, que junto con el turbante y el pelo sin recortar, es uno de los cinco símbolos externos que demuestran el compromiso y la dedicación del usuario, con la Orden. Se supone que el kaccha le recuerda al usuario que piense en los miembros del sexo opuesto como pensarían en miembros de su propia familia; y no como en objetos de deseo.

Las prendas del templo y los kaccha son usados tanto por hombres como por mujeres.

Un ejemplo más de ropa interior de carácter religioso es el tallit katan, de los judíos ortodoxos. Esta es una pieza interior que se usa en el tórax. Aunque supuestamente debería usarse en contacto con la piel, muchos lo usan sobre la playera, o sobre la camisa, pero debajo de un chaleco.


28
Dic 08

El ponche, otra delicia de la temporada

El ponche navideño es otra de las delicias propias de la temporada, en Guatemala. En casa de mis padres se preparaba con cáscara de piña y frutas secas como manzanas, peras, piña y melocotones, así como con ciruelas y pasas.

Pero igual que como ocurre con otras comidas típicas chapinas, en cada región del país y en cada familia, se le pone lo suyo. Hay lugares en el que se le pone papaya; y el de la foto, que es el que generosamente me obsequieron mis amigas doña Lucy y Elsa, lleva coco. A mí me gusta mucho el toque de coco, como me gusta tomarlo frío y con un toque de ron.

En casa de mis padres y en las de mis abuelas, el ponche no se hacía para la Navidad, ni para el Año Nuevo propiamente, sino para el acabo de novena; o sea, para el fin de los rezos que se le hacían al Niño Jesús, cosa que generalmente ocurría hacia mediados de enero. En esa ocasión también se hacían buñuelos (como para La quema del diablo) y se juntaba toda la familia.

El ponche tiene un subproducto porque aveces sucede que el líquido se acaba antes que las frutas, de modo que estas sobran. En casa, lo que hacemos es remover los huesos de las ciruelas y licuar las frutas que quedan. Luego eso se pasa por un colador y con un poco de agua y quizás azúcar extra queda un refresco muy sabroso.


26
Dic 08

Recuerdos de "pies"

La parte más difícil de hacer un buen pie es la pasta. Esto es porque debe salir dorada, crocante y suelta. La mayor parte de la gente (incluido yo) amasa demasiado la pasta y por eso le sale aplastada. Eso aprendí, ¡por fin!, el miércoles termprano mientras veía a mi madre hacer el San Isidro Pecan Pie para la cena de la Nochebuena.

Mi madre hace los mejores pies del mundo (sin chauvinismo), no sólo porque sus rellenos son magníficos, sino porque domina perfectamente el arte de la masa. Este arte se lo aprendió a mi abuela, Frances, cuyos pies eran memorables. Muchos de los pies que hacemos en casa son con recetas de cuatro generaciones atrás. El hula pie, y el pie de ruibarbo, por ejemplo, son recetas de la abuela de mi abuela.

Entre los pies dulces que se hacen en casa, mis favoritos son los siguientes: mincemeat pie, de manzanas, de limón, Barbara Fritchie, San Isidro y de ruibarbo. También el de queso, pero este no lleva la pasta normal y es receta de mi tía Rita. Entre los salados, mis favoritos son: el de pollo con tomate, el de pollo con hongos y el de cebolla. Otros pies van y vienen, pero estos son mis favoritos.

El pie de pecanas y el Barbara Fritchie me gustan fríos; pero si hay helado, son mejores calientes. El pie de manzana es delicioso si se le añade queso; y mi abuela decía que apple pie withouth cheese is like a hug without a kiss.

Los pies de mi madre y de mi abuela tienen otras características clásicas: el modo en que le dan forma al borde del pie; y la decoración de hojas que le ponen a la pasta que cubre los pies tapados como el mincemeat y los de pollo. Cuando era niño, recuerdo que siempre le pedía a mi abuela que cambiara la decoración; y ella se rehusaba por que esa era la que le había enseñado a ella, su abuela, cuando ella era niña.

Cuando eramos niños mi madre y mi abuela solían dejarnos los recortes de masa para que hiciéramos palitos de queso. A la masa le añadíamos quesos parmesano, o cheddar y un poco de sal. Los amasabamos debidamente y los cortábamos en forma de palitos para luego hornearlos y comerlos.


25
Dic 08

¿Cohetes sin cigarrillos?

A las 0 horas del 25 de diciembre, para celebrar la Navidad, los chapines quemamos cohetes. Y a la ensordecedora y luminosa quemazón de las 12 de la noche, le sigue el ritual de despenicar una ametralladora y de quemar uno por uno cada cohetillo.

Debido a que en Prensa Libre leí que “El Congreso aprobó ayer una ley que prohíbe fumar en lugares públicos —sean abiertos o cerrados—, y fija sanciones para las personas y establecimientos que incumplan esa disposición”, pensé que aquella práctica tan chapina iba a ser muy difícil cuando entrara en vigor la fascista ley antitabaco que nos recetó el Congreso. Esto es porque quemar cohetes con cigarrillos es muy práctico. En cambio, hacerlo con una candela, un encendedor, una brasa, o con un ocote, por ejemplo, resulta muy impráctico. Ya sea porque el viento apaga las llamas, o porque es más complicado conseguir y hacer brasas, que encender un chancoaco.

Yo no fumo, ni me gusta. Fumé, y no me gustó. Pero hice mis primeros tanes…para aprender que no me iba a gustar fumar, cuando mis padres me daban cigarrillos para quemar cohetillos. Y más tarde traté de fumar en serio…pero igual no le agarré el gusto.

Y bueno, sip. Confieso que yo era de esos chicos desesperantes que quemaban cohetillos uno por uno. Por eso es que anoche disfruté mucho viendo a mi sobrino cómo quemaba los suyos…y pensé mucho en cómo vamos a solucionar lo del cigarrillo sin correr el riesgo de ser multados. Claro que anoche no pasó ni un policía por la calle mientras quemabamos cohetes; ya me imaginaba yo que, si la ley hubiera sido como decía el reportaje, ¿habría patrulleros en busca de patojos delincuentes que, cigarro en mano, quemen petardos y violen la ley? Y si un chico es inimputable porque es menor de edad, ¿se lo llevarían a un tribunal de menores, o multarían a los padres…o a los tíos?

Si no se aplican la ley anticapuchas, ni la pena de muerte, ¿el estado niñera aplicaría las multas contra los niños que quemen cohetes y los encendieran con cigarrillos? ¿Cuánto costaría perseguir fumadores de Nochebuena? Una vez más, ¿quedaría en ridículo el estado niñera?

Menos mal que la prohibición no es tan absurda como decía el reportaje en cuestión; pero…¿cuánto falta para que fumar sea absoluta y totalmente prohibido? Quizás hasta dentro de la propiedad de uno. La realidad, siempre puede superar a la ficción.


24
Dic 08

La Misa del gallo y la cuenteada que te meten

La misa del gallo es la que los católicos celebran a las 0 horas del día 25 de diciembre (o 12 de la noche) para conmemorar el nacimiento de Jesús. Su nombre se debe a la leyenda que cuenta que un gallo fue el primero en presenciar el nacimiento de El Mesías y que esa ave se encargó de anunciarlo; es posible, sin embargo, que el rito esté relacionado con la vigilia del solsticio de invierno, propia de festividades paganas anteriores al cristianismo. De hecho, la celebración de la Navidad en el 25 de diciembre está estrechamente ralacionada con las fiestas saturnalias de los romanos, propias del dios Saturno. A la misa del gallo, el chapin le dice misa de gallo.

En Guatemala, corre la especie de que la misa del gallo se celebra temprano, el día 24, debido a la inseguridad; así lo aseguró el cardenal Rodolfo Quezada y así lo afirmó el historiador Miguel Alvarez. Sin embargo, y sin negar que es un hecho que estamos a merced de la delincuencia, la misa del gallo se celebra temprano y el 24 por otras razones.

Primero: recuerdo que en los años 80, cuando yo todavía iba a misa, la del gallo se celebraba a las 7:00 p.m. o sea que el fenómeno no es nuevo. Ya tiene, por lo menos, 20 años.

Segundo: el chapín promedio cree, de verdad, que la Navidad es el 24 de diciembre, de la misma forma en que cree que la Semana Santa es acerca de la muerte de Jesús. El chapín promedio cree que Nochebuena es sinónimo de Navidad.

Tercero: al chapín promedio le gusta pasar “las 12” en donde importa. La pregunta entre los chapines es: “¿Dónde vas a pasar las 12?” De hecho, al chapín promedio le gusta servir la cena a las 12. Mucha gente pasa las 12 con su familia y luego sale a parrandear; o anda por ahí haciendo visitas y luego sale despepitado para llegar a su casa a las 12. A las 12 se abren los regalos (donde no se abren incluso al medio día, en el día 24). A las 12 “se da el abrazo” y se queman los cohetes. ¿Qué sería la Navidad chapina sin cohetes, y quién quemaría los cohetes si mucha mara está en misa?

El hecho es que si las misas del gallo fueran a las 12, habría muy poca o ninguna concurrencia. La delincuencia es un hecho, pero la misa del gallo tempranera es una fabricación para condecender con las costumbres propias de los guatemaltecos.


23
Dic 08

¡Ya vinieron los tamales!

Hoy, por la mañana, fuimos a traer los tamales navideños. No recuerdo cuándo fue la primera vez que comí tamal; pero no olvido una ocasión en la que era muy niño y, en el comedor de la casa de mi abuela, me siervieron un tamal hermoso. “Son los que hizo Mami”, me dijo mi madre, refiriéndose a que los había hecho mi bisabuela.

Tuve, pues, la dicha de comer tamales hechos por la abuela de mi padre que era una reconocida cocinera extraordinaria. “A hungry traveler in Spanish-speaking Guatemala can refresh himself by partaking of Hawaiian curry, hula hula pie and Austrian pig`s knuckles. It`s not hard to find the place that serves these delicacies for the Casa Contenta resort of doña Adela on Lake Atitlan, some 40 miles west of Guatemala City, is famed throughout the land“, escribió de ella el Omaha World Herald, c. 1945.

A mí me gustan más los tamales de maíz que los de arroz. Si tengo que elegir, me cuesta mucho, mucho, optar por colorado, o negro. En realidad prefiero comer uno de cada uno. Los colorados son salados; y en ellos dominan el tomate, los chiles y las semillas. Los negros son dulces; y en ellos se combina armoniosamente lo anterior, con chocolate, pasas, almendras y ciruelas. Los tamales se cuecen al vapor en hojas de maxán, amarrados con fibras de cibaque.

Me gusta que sean grandes, galanes. Por mucho, prefiero los de cerdo; pero también me gustan de pato, de pollo y de pavo, en ese orden. Aveces me gusta ponerle gotas de limón al tamal colorado y de plano que lo mejor para acompañarlo es un pan francés horneado con leña y una taza de chocolate espeso, o una de leche con café.

Yo les tengo mucho respeto a los tamales; así que, cuando los como en casa, les rindo homenaje.

Me gozo mucho desayunar un tamal colorado y uno negro en el día de Navidad (o cualquier domingo); y mis favoritos son los de doña Estela de Alburéz, allá por la entrada a Kaminaljuyú. Su teléfono, es 24740260.

A lo largo del año, en Guatemala, se venden tamales los sábados por la tarde; y los lugares en donde se expenden estas delicias se anuncian con un farol rojo junto a la puerta. Y en Navidad, la gente que hace tamales los hace especiales. Y son los mejores del año.

En mi vida ha habido tamales muy especiales. El de mi bisabuela, los de mi tía Baby, los de una señora cuyo nombre no recuerdo y que los vendía allá por el barrio de Gerona, los de la hermana de mi amiga María Antonia, los de doña Lucy, y los de doña Estela. Estos últimos son herederos de la mamá de doña Estela (que eran un alucine) y venían de San Martín Jilotepeque.


21
Dic 08

Mincemeat pie y otras delicias navideñas

Algo de lo que más me emociona de esta temporada son los postres. En casa de mis padres -y en la mía- en la Navidad se sirven una pequeña variedad de postres, elegidos de acuerdo con lo que plazca en ese año.

El de más raigambre es el Mincemeat pie, que era el favorito de mi padre (y es mi favorito). Este es un pie inusual en estas latitudes; y se hace con manzanas, almendras, nueces de Corinto, jerez y una variedad de especias. En la casa, y no se por qué, se sustituía el sherry por whisky.

Las más populares, sin embargo, son las galletas. Entre los niños las más buscadas son los árbolitos de almendras; pero mis favoritas son las de mantequilla de maní con chocolate chip, los gusanitos de almendras y las de Corn Flakes y Mosh, así como las de chocolate (de verdad). Esas eran (y son) las de ley; pero hubo, en distintos años, algunas que entraron y salieron del menú: las de cardamomo, las de nueces, las barras de dátiles y las de molasses aparecían de cuando en cuando. Las recetas de mincemeat pie y de galletas eran de mi abuela, Frances, y de mi madre.

A finales de los 70 apareció en el menú un pastel de frutas que descubrí en uno de los libros de cocina de mi abuela -y que fue mi aportación para las opciones navideñas-. Este no es un pastel de frutas de esos que se bañan en brandy durante meses, y tiene la ventaja de que puede ser hecho en el mismo día. Su sabor es bien intenso gracias a las nueces, las frutas, las especias y el sherry.

El stollen hizo su ingreso a finales de los 90 gracias a que lo probé en casa de mi tía Rita. Y lo que me gusta de este es su sabor delicioso a mantequilla y ron. El stollen forma parte de una triada de postres que nunca hemos preparado en casa; y que a mí me gustan mucho. Los otros dos son el pandoro, y el panettone. El stollen es originario de Dresde; en tanto que el Pandoro es de Verona, la ciudad de Romeo y Julieta y el panettone es de Milán. No recuerdo cuándo ni donde comí el primer pandoro; pero sí recuerdo que el primer panettone lo comí en la casa de Paco, un amigo de mis padres.

Este año romperemos la costumbre y haremos un postre que no está en el menú navideño tradicional: San Isidro Pecan Pie, de acuerdo con la receta de Aggie, una amiga de mi madre.

La ilustración es de la revista The Nortwestern Miller and American Baker, c. 1930.


18
Dic 08

Pirulís y chayes

Los pirulís son dulces o caramelos duros, de forma cónica, que se venden en las procesiones y en las fiestas populares. Vienen envueltos en un papel muy delgado que, aveces, se les pega; y quienes los venden los llevan en tablas con agujeros, que sostienen sobre un palo que pueden apoyar en el piso. Los pirulís son coloridos y se toman por el palito, como en la foto.

Los pirulís son abundantes; pero los que han desaparecido y eran sus compañeros de aventuras son los chayes. ¿Recuerda, usted, los chayes? Estos también eran dulces de miel de azúcar pero creo que eran preparados en planchas y luego eran quebrados. De ahí su nombre de chayes, porque así se les llama, en Guatemala, a los pedazos de vidrio roto y los chayes tenían ese aspecto. Para que no se pegaran entre sí eran cubiertos con algún tipo de mezcla de azúcar y harina. Para más señas, los chayes venían en conos de papel de china y estaban decorados con banderas de países.


17
Dic 08

Posada mañanera bajo mi ventana

Esto no había visto nunca: una posada mañanera. No se por qué es que las posadas suelen ser celebradas de noche; pero ayer, cerca de las 9 de la mañana, esta posada pasó bajo mi ventana.