Semilla y la Internacional Progresista: ¿Izquierda más allá de la izquierda?

 

El Movimiento Semilla se unió a la Internacional Progresista, organización que es una escisión de la Internacional Socialista; y se deriva de los movimientos socialistas de Yanis Varufakis y de Bernie Sanders; y cobija a grupos que se sitúan a la izquierda de la izquierda, según explica Enrique Gomáriz, de latinomerica21.com.

En Hispanoamérica la Internacional Progresista integra organizaciones sociales y de comunicación, pero a pocos partidos políticos y uno de ellos es Convergencia Social, de Gabriel Boric. Acoge regímenes como los de Daniel Ortega y Nicolás Maduro y a personajes como Rafael Correa.

Para los que leen Carpe Diem no es sorpresa; pero nunca faltan los inocentes; y, claro, todo esto hay que documentarlo. Así que ¡Estás advertido, otra vez!, y hay más. ¿En qué creen los grupos que integran la Internacional Progresista?

Nuestra misión es construir poder popular a escala planetaria. Las elecciones son oportunidades para transformar la política y convertir las demandas populares en políticas gubernamentales. Pero sabemos que ganar elecciones no es suficiente para cumplir nuestra misión.  Las elecciones son solo un medio para llegar al poder, y como el poder no se suelta, después cambiar la Constitución -y la institucionalidad- para servir a los objetivos 1 y 7 de abajo.

Nuestro objetivo es la acción colectiva. No nos conformamos con montar una red social. Nuestras actividades nos preparan para la movilización planetaria, haciendo coincidir la escala de nuestras crisis con la escala de las acciones que emprendemos contra ellas.  No es casualidad que La Internacional sea el himno en este lado del espectro político. Leon Trotsky se opuso al internacionalismo de Lenin y mira cómo le fue. 

Y se pone mejor, te comparto una selección de perspectivas; pero te recomiendo que las leas todas para entenderlas bien. 

  • Aspiramos a erradicar el capitalismo en todas partes. Ese era el objetivo de Marx, Engels y Lenin.
  • Nuestro objetivo es trascender las barreras lingüísticas para encontrar nuestro propio lenguaje común de resistencia. De ahí la neolengua.
  • Reconocemos que la supremacía blanca es un principio organizador del sistema mundial. De ahí el racismo.
  • Nuestra demanda es una reparación integral por los crímenes pasados y la restauración inmediata de la tierra, los recursos y la soberanía para todos los pueblos desposeídos del mundo. Una visión colectivista de la historia.
  • Nuestro objetivo es romper con el patriarcado y al mismo tiempo alterar la estructura binaria de género en la que se basa. No es la lucha legítima por la igualdad de todos ante la ley; sino la sustitución de la lucha de clases por la lucha de identidades.
  • La paz sólo puede durar en la seguridad de la justicia social. Y la justicia social es la negación de la justicia.
  • Revolución, no cambio de régimen. Vuelve a leer la primera.

El presidente electo, Bernardo Arévalo, por cierto, recién participó en el encuentro del Grupo de Puebla, entre cuyos fundadores se cuentan: Cuauhtemoc Cardenas, Rafael Correa, Ignazio Lula da Silva, Alvaro Garcia Linera, Alberto Fernández, José Mujica, Evo Morales, Irene Montero, Ana Isabel Prera, José Luis Rodríguez Zapatero, Dilma Rousseff, Ernesto Samper, y Manuel Zelaya. 

Asociado en sociedad con tales socios, te puedes imaginar…como escribió Joaquín Sabina.

Por cierto que no me gusta usar términos como izquierda, ni derecha sin explicar el contexto específico: En un espectro filosófico de individualismo frente a colectivismo la derecha es individualista y la izquierda es colectivista.  El individualismo sostiene que los individuos tenemos derechos que el colectivo no debe violar y que los intereses colectivos no deben prevalecer sobre aquellos derechos de las personas individuales; y el colectivismo sostiene que los individuos no tenemos derechos porque los intereses colectivos deben prevalecer sobre los derechos de las personas.

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