19
Sep 17

Del paro a la marcha y al bloqueo

¡Si así son las vísperas, cómo serán las fiestas!  Lo que iba a ser un paro nacional ya pasó a marcha y hoy se convirtió en bloqueos.

Cuando hay paro, quienes deciden participar en él lo hacen voluntariamente (y yo he participado en dos, uno en tiempos de Vinicio Cerezo y otro en tiempos de Alfonso Portillo). Quienes participan en el paro toman la decisión personal de no trabajar, no intercambiar, no servir y/o no cumplir con sus responsabilidades frente a clientes y/o proveedores. La participación en el paro es personal y como toda acción humana tiene consecuencias que debe enfrentar, responsablemente, aquel que la emprende.  Uno puede estar de acuerdo, o en desacuerdo con los propósitos ulteriores de un paro en particular; pero en tanto acción voluntaria y en tanto que es ejercicio de la libertad, pues no hay más que decir.

Un animal diferente es la marcha.  La marcha afecta a terceros; pero quienes la organizan y participan en ella no enfrentan las consecuencias de sus decisiones y de sus acciones y no se hacen responsables de sus decisiones y de sus acciones. Las marchas impiden el tráfico fluido en una ciudad que ya sufre de tráfico pesado.  Las marchas obstaculizan las actividades de aquellos que no comparten los valores de los marchistas.  Las marchas causan daños económicos y emocionales.  Las marchas son imposiciones, e incluso pueden poner vidas en peligro.

Peores que las marchas, son los bloqueos; porque los bloqueos son acerca de obstuir e impedir, son acerca de detener, interrumpir, retener e incomunicar.  El bloqueo es imposición y agresión. El bloqueo causa daños y perjuicios económicos, y daños emocionales. Vaya uno a tratar de pasar por un bloqueo, aunque sea de forma gentil y educada, y lo que va a recibir es violencia.  Los bloqueos también pueden poner vidas en riesgo.

Cuando yo participaba activamente en los Viernes de luto, no faltaban quienes sugerían que -para obtener cobertura mediática, antes de que existieran las redes sociales virtuales- lo que había que hacer era parar el tráfico en el Obelisco (los viernes a las 6:00 p.m.).  Los responsables de aquellas jornadas, siempre, siempre nos rehusamos a cometer aquel abuso, aún cuando los medios masivos dejaron de darles cobertura a las actividades, que fueron dieciocho.  Recuerdo bien que, una vez, alguien sugirió bajar la bandera que había en la plaza del Monumento a los próceres, e igualmente nos rehusamos a permitir que eso ocurriera.

Puedo respetar la idea de un paro, aunque no esté de acuerdo con sus propósitos ulteriores.  Con lo que no puedo estar de acuerdo, para nada, es con acciones como marchas y bloqueos que dañan y perjudican a terceros y constituyen imposiciones agresivas.

No apoyo el paro del miércoles 20 (que ahora va a ser marcha y bloqueos). No quiero contribuir a que la lucha legítima de los guatemaltecos contra la corrupción, contra el sistema de privilegios, contrar la arbitrariedad, y contra la injusticia, le ocurra en 2017, lo que le ocurrió a Guatemala en 1944 cuando los socialistas secuestraron la gesta del 20 de octubre.

La foto es de Prensa Libre.


03
May 17

¡Que no haya otra Brenda…y no haya otro Jabes!

Con tanto caos alguien va a hacer algo estúpido, dice el inspector Finch en la película V for Vendetta; y acto seguido un señalador le dispara a una niña y esta cae muerta.   Cuando aquello ocurra, las cosas se van a poner muy mal, añade el policía y en la siguiente escena un grupo de personas acorrala al señalador asesino, que desenfunda su arma para luego recibir un golpe con una llave inglesa por parte de uno de los que lo tienen rodeado. Ese acto desata la cadena de sucesos que llevan el desenlace de la película.

Escucha el podcast aquí.

De esa escena me acordé cuando vi que el miércoles pasado una persona (entonces no identificada) atropelló a un grupo de jóvenes que bloqueaba la Calzada San Juan.  Luego se identificaría al hechor como Jabes Meda Maldonado.  La sucesión de actos en aquél día y lugares fatídicos resultó en la peor de las tragedias cuando Brenda Domínguez, una de las chicas que bloqueaban la vía perdió la vida a causa de las heridas recibidas bajo el automóvil que conducía Meda.

Desde hace ratos –en mayo de 2016 y en junio de 2015– para citar dos ejemplos, he advertido que los bloqueos de calles y carreteras no sólo afectan la libertad de locomoción (así en abstracto); sino que afectan las vidas y los negocios de miles de personas reales, individuales (en concreto). Por eso son situaciones muy volátiles y peligrosas y que lo peor que puede pasar durante un bloqueo, ¡y lo que no debería ocurrir!, es la violencia.

Por su naturaleza, los bloqueos son situaciones muy tensas, en las que la irracionalidad y la violencia pueden encontrar el campo fértil, como triste y desgraciadamente ocurrió en la San Juan.   Además de la muerte de Brenda Domínguez, por lo menos 10 chicos más resultaron embestidos y heridos.

Ahora bien, le corresponde a un tribunal de justicia establecer qué es lo que ocurrió ahí exactamente y quiénes (quiénes, no sólo quién) fueron los responsables de la cadena de sucesos que llevó al desenlace fatal. ¿Está claro que deberíamos tratar de que cosas así no vuelvan a ocurrir?

Parece evidente que hay un consenso con respecto a que quien conducía el automóvil que atropelló a Brenda Domínguez y a sus compañeros están la primera línea de responsabilidad. El piloto tomó la decisión de avanzar y acelerar y embestir a los bloqueadores.

Pero hay una segunda línea de responsables: ¿Quiénes organizaron el bloqueo? ¿Quiénes convencieron a otros de que salir a bloquear la San Juan era una buena idea? ¿Había maestros entre ellos? Brenda Martínez era menor de edad, ¿bajo la responsabilidad de quién, o de quiénes está un estudiante menor de edad cuando se halla en la escuela, o en el instituto cualquiera que este sea? ¿Había estudiantes mayores de edad entre los organizadores? Estos responsables no son los hechores, claro; pero sin su participación activa, o sin su negligencia, el bloqueo y el sucesivo atropellamiento no hubieran sido posibles.

La tercera línea de responsabilidad es la de las autoridades castradas encargadas de hacer cumplir la ley y las de mantener despejadas las vías de tránsito y circulación.  Los bloqueos son  delitos, y cuando las autoridades incumplen con sus obligaciones legales, y permiten que un delito continuado como el bloqueo ocurra y se extienda innecesariamente, su negligencia hace que se intensifique en clima de tensión y que el caldo de cultivo para la irracionalidad y la violencia se haga más nutritivo.

Finalmente hay una cuarta línea de responsabilidad, la de los formadores de opinión y la de las dirigencias que fomentan los bloqueos, las marchas y otras formas de violencia como instrumentos políticos.  Los que no dudan en usar jóvenes y gente modesta, desde lejos, para bloqueo tras bloqueo, marcha tras marcha, generalizar un ambiente de tirantez y estrés sociales que, se suman a los problemas que día a día tiene que enfrentar la gente.  Inocentemente, muchas personas dudan que los bloqueos sirvan para algo, y se preguntan, que, ¿qué ganan los bloqueadores y marchistas? Pues ganan angustia, incertidumbre, tensión y un sentimiento generalizado de estar al borde. En el Hogar seguro virgen de la asunción se llegó al borde; y aquel triste y fatídico miércoles en la San Juan se llegó al borde.

A veces, los chapines sentimos que estamos en una de esas semanas en las que se nos descompone el automóvil, nos abandona la pareja, se nos muere el gato y perdemos el examen parcial.  En esas condiciones, y recordando lo que dijo el inspector Finch: Alguien pude hacer algo estúpido, y las cosas se pueden poner verdaderamente mal. Tal y como ocurrió en la San Juan.

Esto es, en parte (pero no totalmente) a causa de que no distinguimos derechos, de necesidades; ni derechos, de caprichos.  Me explico:

Una característica esencial de un derecho es que su ejercicio no viola derechos ajenos.  Si en el ejercicio de una facultad que yo creo que es mi derecho, violo un derecho ajeno, uno de los dos no es derecho.

Me explico:

Tengo necesidad a trabajar, lo cual implica que otros tienen la obligación de  no impedir que yo busque y encuentre un empleo de forma pacífica y voluntaria. Lo que no puedo hacer, a pesar de tener necesidad de trabajar y el derecho a buscar trabajo libremente, es a forzar a otros a darme empleo.  Si fuerzo a otros a emplearme, violo sus derechos a la libertad y a la propiedad y lo que era mi derecho a trabajar se convierte en una forma de violencia.

¿Otro ejemplo?

Tengo derecho a la libertad de expresión y eso quiere decir que nadie debería impedir, o tratar de impedir que yo diga, o escriba lo que pienso, o creo.  Eso sí, no puedo, de manera alguna, forzar a otros a publicar, difundir, o patrocinar mis ideas, u opiniones, si no están de acuerdo con ellas.  Y ni siquiera si están de acuerdo; pero simplemente no tienen deseos de colaborar con ellas.

¿Un tercer ejemplo?

Tengo el derecho a congregarme y manifestar.  Tengo la facultad de ejercer el derecho de petición.  Incluso puedo manifestar y ejercer mi derecho de petición para solicitar privilegios y hasta disparates.  Pero si en el ejercicio de aquel derecho le ocasiono daños y perjuicios a otras personas, en sus vidas, o en su propiedad, el derecho de manifestar y el derecho de petición dejan de serlo para convertirse en formas de provocación, de agresión, de presión y de violencia.  ¡No existe tal cosa como el derecho a la amenaza del uso de la fuerza, o el derecho al uso de la fuerza para conseguir privilegios, o disparates!  Si existiera, los extorsionistas no serían delincuentes. ¿Verdad?

Voy a apostar a coincidimos en lo que ocurrió en la San Juan el miércoles pasado fue muy malo y muy triste, y que deberíamos evitar que vuelva a pasar.  Voy a apostar a que coincidimos en que los responsables deben enfrentar -con justicia- las consecuencias de sus acciones, u omisiones. ¿Coincidimos en que las autoridades deben proteger la vida, la libertad y la propiedad de todos por igual?  ¿Podemos coincidir en que no está bien usar jóvenes y personas modestas para fines alcanzar nuestros fines?

No se vale derivar, de estas meditaciones, que no se debe salir a manifestar.  ¡Contra la tiranía, contra la corrupción, contra los abusos de las autoridades, para evitar la injusticia, hay que manifestar!  Lo que no es aceptable es violar derechos ajenos durante las manifestaciones, ni dañar, ni perjudicar a otros durante las manifestaciones.

¿Cachas la idea?

¿Podemos coincidir, también, en que debemos evitar acciones violentas, incluidas las amenazas en el uso de la fuerza?  ¿Podemos coincidir en que no es un derecho aquello que causa daños y perjuicios a otros?

A mi me conmueve y me da tristeza cuando mueren jóvenes, especialmente si es en circunstancias evitables; y me conmueve y me da tristeza cuando jóvenes estropean sus vidas por no actuar con prudencia, o por actuar criminalmente. Por las Brendas y los Jabes potenciales que andan por ahí, ¡que no haya una víctima más!


28
Oct 16

Buenas noticias para variar

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Al mismo tiempo que en Venezuela la gente inundaba las calles para protestar contra la tiranía y los efectos del socialismo y del estatismo, en Guatemala el Codeca y otras organizaciones como Unidad Socialista y Podemosgt  (hazme el favor) organizaron un paro nacional movilizado para promover, ¿qué cosas? Políticas socialistas y colectivistas.

Con todo y todo algo distinto sucedió ayer aquí.  Las manifestaciones organizadas por Codeca y sus socios suelen ser bloqueos que causan enormes daños y perjuicios a miles y miles de personas a lo largo y lo ancho del país.   En esta ocasión anunciaron un paro movilizado y la gente –por medio de redes sociales y de los medios de comunicación tradicionales– les advirtió: #NoMasBloqueos.

En general no hubo bloqueos, y quiero creer que la dirigencia popular y sus patrocinadores –como los noruegos y otros– cacharon que las viejas prácticas violentas a lo mejor deberían ser abandonadas.  A lo mejor cacharon que lo que ganan al generar la percepción de ingobernabilidad y lo que ganan con demostraciones de fuerza, lo pierden en términos del respeto que pudieran tener de parte de la población y en términos de su legitimidad como interlocutores válidos en una sociedad civilizada.

En Guatemala se ha ido cultivando una tradición de manifestar sin violencia y sin perjudicar a otros.  En los Viernes de luto la plaza del Obelisco quedaba limpia; en las jornadas de mayo de 2009 la Plaza de la Constitución quedaba limpia; en las jornadas de 2015 la mayoría de la gente se juntaba en la plaza sin estorbar y sólo una minoría de organizaciones populares marchaba por las calles y perjudicaba el tráfico. Algunas de esas organizaciones todavía ensucian con pintas y hoces y martillos la zona 1 cuando marchan en 20 de octubre y el 1 de mayo.

Lo bueno sería que esa cultura de ensuciar y de violentar los derechos de otros esté cambiando.  Lo bueno es que la ciudadanía pacífica se plantó con #NoMasBloqueos y lo bueno es que la dirigencia popular responsable (y sus patrocinadores) parecieron escuchar el mensaje.  La libertad de expresión es preciosa y no debería ser confundida con violencia.

Columna publicada en elPeriódico.


24
Oct 16

Su revolución, ¿tiene que ser sucia?

img_7621Totalmente de acuerdo, ¡sin mujeres no hay revolución!…pero si la revolución como la entienden los autores de la pinta que ilustra esta entrada fuera algo que vale la pena…¿no sería genial que su revolución fuera posible sin ensuciar y sin manchar?

Haz clic en la foto para ver más fotos.

El jueves por la tarde fui a la Sexta avenida y me encontré con las pintas que hacen los revolucionarios en las paredes; y como siempre dan grima.  Hay una que dice: Casas de oligarcas reservadas para nuevos ricos puesta en la pared de una panadería y restaurante que ha quedado bellísimo en aquella avenida céntrica.  La envidia y el odio revolucionarios saltan a la vista.  ¿Qué quieren los revolucionarios? ¿Que no haya lugares hermosos y sabrosos para la gente? ¿Que todo sea feo y sucio?  ¿Qué no haya empleos para quienes trabajan en lugares como el señalado? Una revolución así no sólo es shuca, sino que es triste.

Pintas así me recuerdan que muchas personas odian lo bueno porque es bueno. Vivimos en la era de la envidia, escribió Ayn Rand. “La envidia” no es la emoción que tengo en mente; pero es la más clara manifestación de una emoción que se ha mantenido sin nombre; es el único elemento que los hombres han permitido a sí mismos de identificar, de una suma emocional compleja. La envidia es considerado por la mayoría de la gente como una emoción insignificante y superficial; y, por lo tanto, sirve como tapadera semi humana para una emoción inhumana que rara vez se atreven a admitir que sienten, incluso a sí mismos…Esa emoción es: el odio del bien por ser bueno. Ese odio no es resentimiento contra algún punto de vista prescrito acerca de lo que es bueno, con el que uno no está de acuerdo…El odio del bien por ser el bien significa el odio de lo que uno considera como bueno por juicio propio (consciente o inconsciente). Esto es el odio hacia una persona porque posee un valor, o virtud uno considera deseable. Si un niño quiere obtener buenas calificaciones en la escuela, pero no puede, o no quiere alcanzarlas y comienza a odiar a los niños que sí las alcanzan, ese es el odio del bien. Si un hombre se refiere a la inteligencia como un valor, pero está preocupado por dudas sobre sí mismo y comienza a odiar a los hombres que sabe que son inteligentes, ese es el odio del bien. La naturaleza de los valores particulares que un hombre elige para celebrar no es el factor principal en este asunto (aunque los valores irracionales pueden contribuir en gran medida a la formación de esa emoción). El factor principal y característica distintiva es un mecanismo emocional fijado a la inversa: una respuesta del odio, no hacia los vicios humanos, sino hacia las virtudes humanas. Para ser exactos, el mecanismo emocional no se ajusta a la inversa, pero se establece de una manera: sus exponentes no experimentan amor por los hombres malos; su rango emocional se limita al odio, o la indiferencia. Es imposible experimentar el amor, que es una respuesta a los valores, cuando la respuesta automatizada de uno, a los valores, es el odio.

Dice otra pinta: La iglesia mueve montañas, pero de pisto, un recordatorio de que esa organización -la iglesia católica- no paga impuestos, pero apoya las alzas tributarias y el terrorismo fiscal; se opone a la minería pero exhibe riquezas inmensas en oro, plata y piedras preciosas; habla de paz pero muchas veces apoya acciones violentas contra hidroeléctricas.  Una cucharada de su propia sopa es esta pinta en la pared de Santa Clara.

Da algo de risa (cuando no da pena) ver que los que hacen las pintas piden educación…y olvidan que el que pinta pared y mesa demuestra su bajeza.

La pinta más curiosa es la que dice: La revolución será campesina, o no será; esto es porque contradice todo el marxismo-leninismo representado por las hoces y martillos que acompañan las pintas.  El socialismo científico (el marxismo) sostiene que la revolución la harán los proletarios (que no son campesinos) y el leninismo sostiene que la revolución la hará la vanguardia del proletariado (que no son campesinos). La revolución que promueve esta gente, ¿es maoista, es como la del Khmer rouge?

Cuando veo pintas contra la llamada explotación pienso que según muchos revolucionarios, si alguien no tiene empleo y nadie lo contrara, el desempleado no es explotado.  Una vez el desempleado es contratado, su patrono y él pasan a ser enemigos de clase,  Uno es el explotador y el otro el explotado.  Contra esa lógica no se puede.

Ya cerca del Parque Centenario había dos carteles de la URNG (la exguerrilla guatemalteca) y Maíz otro partido político vinculado a la exguerrilla….y entonces uno se explica no sólo el hecho de las pintas y la suciedad, sino el espíritu violento y rencoroso de las mismas.

Lo que no saben los revolucionarios es lo que ocurre en las calles del Centro con sus pintas y sus ideas de odio y violencia:

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V en V for Vendetta dijo: Una revolución sin baile no es una revolución que merezca la pena; y claro que no baila reguetón, sino una canción de Antony and the Johnsons.  Ese es el tipo de revolución que uno podría considerar como valiosa; no la de los cafres que pintan y ensucian paredes con mensajes de envidia y de odio, ni con mensajes que anuncian miseria y muerte.

La ilustración de los gatos la tomé de Facebook.


13
Oct 16

¿HLSGFP en los bloqueos de ayer?

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En mi pueblo se les dice Hairy legged Swedish girls for peace y se las ve en manifestaciones, bloqueos y otras acciones similares organizadas por la dirigencia popular chapina; aunque no son un fenómeno exclusivamente guatemalteco.

No tienen que ser suecas, porque pueden ser europeas, o gringas; y no tienen que ser chicas. Sí tienden a ser visitantes extranjeras que -para tener una experiencia significativa de vida- deciden involucrarse activamente en acciones como la manifestación.  Sospecho que en su horizonte ni se les cruza la idea de que perjudican a la gente productiva con sus manifestaciones y bloqueos que hacen difícil el tráfico, cuando no lo hacen imposible, y si sospecharan que les causan daños y perjuicios económicos y personales a quienes no pueden movilizarse por las poblaciones, o por las carreteras, posiblemente piensan que su causa justifica aquella nimiedad.

Reclutadas por organizaciones en el exterior, me pregunto si cuando viajan tienen la ilusión de visitar La Antigua y Atitlán, así como la de marchar por la ciudad de Guatemala junto a grupos indígenas y populares.  Por cierto que, en respeto a la libertad de expresión, no comparto el criterio de que los extranjeros no deben opinar sobre la sociedad, la economía, la política y otros asuntos guatematlecos; y aunque opinar es diferente a involucrarse en actividades que abiertamente dañan y perjudican a terceros, violan derechos ajenos y crean caos, al final las HLSGFP no son del todo irrelevantes.  Con contadas excepciones, la mayoría sólo está aquí teniendo la experiencia más maravillosa de su vida, y mañana se une a una secta que espera que los extaterrestres las recojan.

El fenómeno tampoco es nuevo; cuando yo era editor de Economía, en Siglo Veintiuno,  visité un par de veces la sede de la Unidad de Acción Sindical y Popular; que era una de las organizaciones más vociferantes de aquel entonces. Y me llamaba la atención que en las dos visitas había un extranjero joven sentado en una silla justo en la entrada de aquella oficina.

En esos días, en La Antigua, en el bar donde me hallaba tomando un aperitivo pasaron repartiendo unos volantes en los que se invitaba a jóvenes extranjeros a acompañar a las organizaciones populares en sus actividades. El documento estaba escrito en inglés, pero iba dirigido a los extranjeros de todas las nacionalidades. Entonces, y preguntando, entendí cuál era el papel de los chicos que había visto en la UASP. Lamentablemente, perdí el volante.

La foto la tomé de Facebook.


22
Ago 16

En la Plaza, no más impuestos

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Escucha el podcast aquí.

Para rechazar la nueva puñalada tributaria que pretenden los pipoldermos, un grupo de mandantes salió a manifestar el sábado en la Plaza de la Constitución al grito de ¡No más impuestos, no más corrupción!

Por medio del hashtag #NoMasImpuestos, distintos grupos y personas individuales convocaron a este primer encuentro en la Plaza con aquel propósito.

¿Quiénes estábamos ahí?  Los de siempre, gente como tu y yo.  Muchos entendemos que los impuestos son una forma de robo para distribuir el dinero ajeno entre la clientela de los que están en el poder.  La mayoría entiende que es inaceptable que los pipoldermos demanden más dinero de los tributarios si antes no han eliminado todos los privilegios del Presupuesto del estado, y si antes no han demostrado que han erradicado las plazas fantasmas, los pactos colectivos leoninos, la corrupción, los abusos y otros vicios en los que se desperdicia el dinero que ya reciben de quienes trabajan para ganarlo.

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¿Quiénes faltaron?  Los que se fueron a sus casas en Río Dulce, o en San Marino.  Los que en vez de defender principios, negocian tasas.  Aquellos para quienes Q500,000 más, o menos , ni les quitan, ni les ponen; aquellos para quienes Q1 millón, o Q2 millones en impuestos adicionales no significan que van a ver afectados sus niveles de vida. No estaban las que sólo se quejan en los cuchubales y los que sólo se quejan, chela en mano, frente a la tele viendo un clásico.  Faltaron los que, con cara de desesperados se te acercan y te preguntan: ¿Qué podemos hacer?

¿Quiénes más faltaron?  La dirigencia popular y los grupos como la Universidad de San Carlos, o los sindicatos que llenaban la Plaza el año pasado.  En realidad muchos de ellos viven de los impuestos y aunque posiblemente intuyan que en el largo plazo son pan para hoy y hambre para mañana, sus prejuicios ideológicos les impiden ver más allá del presente inmediato. No llegaron los que creen que los impuestos son sólo para los ricos.

¿Quiénes no estaban?  No estaban muchos de los lectores de este espacio y muchas de las personas que ponen Like en Facebook, o comparten memes en redes sociales, o retuitean.  No estaban los miles y miles de personas que llegaron a la Plaza cuando se trataba de defenestrar a Otto Pérez y Roxana Baldetti.

Tengo una hipótesis de por qué es eso.  En parte porque la mayoría de personas apacigua su conciencia ciudadana en el teclado y con el dedo índice; pero en parte porque -como ocurría en la Revolución Francesa- la mayoría de la gente se siente motivada a llegar a la plaza cuando se trata de ir a pedir que rueden cabezas y a ver cómo ruedan las cabezas.  El resto del tiempo, es más cómodo quedarse en la poltrona y no salir a defender la vida, la libertad y la propiedad.  Total…siempre hay otros que estarán ahí para hacer ese trabajo bajo el sol, o bajo la lluvia (me imagino que piensan).  Además, la mayoría de la gente no se da cuenta de que paga impuestos porque en realidad no los paga.  Los impuestos se los quitan y cuando reciben sus cheques ya está hecho el descuento por lo que la gente no hace un desembolso.

Con todo y todo, pareciera ser que el odio es un motivador más efectivo que la lucha contra la corrupción, o la lucha contra la expoliación.  Y tal vez porque es más ¿emocionante? ir a pedir ¡Otro toro! a la plaza (como ocurrió a la caída de don Manuel Estrada Cabrera en es misma plaza para pedir linchamientos en 1920), que oponerse al saqueo del propio bolsillo.

¿Quiénes sí estaban frente al Palacio Nacional el sábado? Una señora que estuvo bajo el sol como dos horas con dos tapaderas de ollas y una mirada digna.  Un joven de mirada clara que mantuvo alzado un cartel durante ese mismo tiempo.  Una pareja de esposos admirables que da la cara y exige respeto.  Los chicos de Anonymous. Familias, ancianos, patojos, una señora que arrastraba la pierna para caminar y otra en silla de ruedas.  Es la gente que sabe que más impuestos son menos, o ningún ahorro para emergencias (o para cumplir sueños); más dificultad para pagar el colegio y la mensualidad de la casa, o la del carro; menos ropa para los niños y así.  Es la gente que sabe que más impuestos son más oportunidades para la corrupción y los privilegios.

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Yo fui por mí…y estaré ahí para la próxima; no por odio, sino para defenderme.


26
Jul 16

Estos no son sólo manifestantes

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Acabo de leer un artículo titulado La libertad de expresión asesinada por lo políticamente correcto; que arguye que El sol se pone, lánguido, sobre el horizonte de la libertad de expresión y el derecho de cada uno de nosotros a decir lo que pensamos….La ridícula pirueta intelectual, el funanbulismo mental… es el precio a pagar tras haberse arrojado en caída libre por el abismo de la autocensura…el miedo está ahí, el deseo de participar en una discusión abierta, que siempre debe ser la base para la toma de cualquier decisión que afecte a la mayoría, se desvanece. Como en los mejores tiempos de todas las notorias dictaduras, el debate se retira al sector privado y en los espacios seguros de personas afines.

Lo ves en esta noticia de El país:

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Un cura muere…y la policía mata.  La primera es una forma de expresar sin sujeto, sin actor y sin responable; en cambio, la segunda tiene sujeto, tiene actor y tiene responsable. El cura murió, como la lluvia cayó.  Just sayin´.

Entre nosotros vemos cosas parecidas.  Los bloqueos de hoy, por ejemplo, son tratados como si fueran manifestaciones pacíficas.  Los acarreados, que vienen engañados y mediante pago, son tratados como si fueran legítimos mandantes, tributriaos o ciudadanos en ejercicio de sus derechos y sus facultades.  Se hace caso omiso del hecho de que usan la fuerza para imponerse en las calles y en muchos casos incluso acuden a amenazas de violencia.

En la foto de Soy 502…

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…puedes ver que no falta la imágen del Che Guevara ícono de uno de los totalitarismos y colectivismos más criminales de la historia de la humanidad y un asesino que decía cosas como:

  • Para enviar hombres al pelotón de fusilamiento, la prueba judicial es innecesaria. Estos procedimientos son un detalle burgués arcaico. ¡Esta es una revolución! Y un revolucionario debe convertirse en una fría máquina de matar motivado por odio puro.
  • Los jóvenes deben abstenerse de cuestionamientos ingratos de los mandatos gubernamentales. En su lugar, tienen que dedicarse a estudiar, trabajar y al servicio militar.
  • ¡El odio es el elemento central de nuestra lucha! El odio tan violento que impulsa al ser humano más allá de sus limitaciones naturales, convirtiéndolo en una máquina de matar violenta y de sangre fría. Nuestros soldados tienen que ser así.

Un cuate de Twitter notó que es un chiste que los organizadores de esta serie de bloqueos digan ¡No a la corrupción!, cuando es de sobra conocido que roban energía eléctrica y luego la venden sin haberla producido.

En esta foto de RepúblicaGt

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…hay un reclamo para que paguen impuesto los ricos; pero, ¿no te parecería fascinante ver las declaraciones de impuestos de los dirigentes de los bloqueos?

Mira esta otra foto de Soy 502

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…el reclamo dice: …apoya a la SISIG en precionar a los corruptos por lavado de dinero del pueblo.  Lo que es políticamente incorrecto mencionar es que los corruptos ni se roban, ni se llevan, ni lavan el dinero del pueblo.  Los corruputos se roban, se llevan, malgastan, maladministran y lavan el dinero de los tributarios.  El dinero de ese pequeño porcentaje de habitantes de la república que pagamos impuestos porque nos los quitan antes de que recibamos nuestros cheques mensuales.  El dinero que se roban los corruptos no es de los que están en la informalidad, de los que no trabajan, ni de los que no producen.

Los organizadores de los bloqueos les dicen a sus acarreados que exijan energía eléctrica barata; pero también les dicen que se opongan a las hidroeléctricas. ¿Quién no se da cuenta de que en eso hay muy mala intención y muy poco respeto por la condición de los más pobres y vulnerables? Mira esta foto de Canal Antigua:

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¿Quién de los organizadores de los bloqueos responde por los daños que causan?

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Lo políticamente correcto se impone porque el miedo está ahí, el deseo de participar en una discusión abierta se desvanece; pero  como dice Onkar Ghate en la ilustración principal de esta entrada: Debemos proclamar–sin disculpas, ni matices- el pilar indispensable de una sociedad libre : la libertad de pensamiento y de expresión.


10
Jun 16

#EsElSistema

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Uno de los avances cívicos más notables entre nosotros es el reconocimiento de que  nuestros problemas –como sociedad– se deben al sistema.  Esta idea se contrapone a la percepción primitiva de que lo que hay que hacer es elegir personas buenas.  Sólo en el corto plazo esto es cierto, parece evidente que se necesitan personas buenas para desmantelar el sistema malo y establecer uno bueno; pero, en el largo plazo, si queremos paz y prosperidad, necesitamos un sistema apropiado para cultivar las virtudes que hacen posibles la paz y la prosperidad.

El paso que sigue a ese hito tan importante que es el reconocimiento de que le problema es el sistema, es un salto: reconocer que no sirve de mucho cambiar un mal sistema, por otro parecido, o peor.  Por ejemplo: ¿por qué querríamos cambiar un sistema en el que la politización de la economía, la sobrerregulación y la proliferación de la arbitrariedad generan niveles escandalosos de corrupción por un sistema más politizador, más regulador y más arbitrario?  ¿Por qué querríamos cambiar un sistema en el que los intereses colectivos prevalecen sobre los derechos individuales, por uno más corporativista, más colectivista y menos respetuoso de los derechos de la minoría más pequeña que es la minoría de uno?   ¿Por qué querríamos cambiar un sistema que castiga el ahorro, la formación de capital, el emprendimiento y la competitividad por uno que de una vez los asfixie?

¿Por qué no probámos –para variar un sistema que elimine totalmente los privilegios y proteja la igualdad de todos ante la ley? ¿Qué tal si ensayáramos un sistema que respeta los derechos individuales de todos, sin excepción?

No acudiré a la plaza por dos razones importantes: 1. El año pasado el llamado lo hacían individuos con la mayoría de los cuales comparto valores; y ahora lo hacen algunas organizaciones que, como diría mi abuela, a saber qué pata puso ese huevo: y 2. Muchas de esas organizaciones explícitamente quieren un sistema más colectivista, autoritario y arbitrario. Y no quiero ser parte de eso.  Cuando esa perspectiva cambie iré a la plaza o a donde sea, y mientras tanto estoy aquí y en luisfi61.com

Esta columna fue publicada en elPeriódico y la ilustración la tomé de Facebook.


11
May 16

Bloqueos afectan vidas de personas

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Escucha el podcast aquí.

Los bloqueos en carreteras no sólo afectan la libertad de locomoción (así en abstracto); en realidad, afectan las vidas y los negocios de miles de personas reales, individuales. En este momento, por capricho de las dirigencias populares, a miles de personas se las está forzando a desperdiciar tiempo y recursos porque están varadas en las carreteras por la fuerza.

Los bloqueos son típicos casos de cuando los intereses particulares prevalecen sobre los derechos de los demás; pero lo que es peor, es que nadie tiene autoridad alguna para proteger las vidas y los derechos de aquellos que son afectados por los violadores. Por cierto, es un error llamar a este tipo de actividades delictivas paro nacional; porque no es lo mismo un paro voluntario a nivel nacional-que es una forma legítima de manifestación- que una paralización forzada.  Es un error referirse a los participantes en los bloqueos simplemente como campesinos, haciendo caso omiso de la naturaleza de sus dirigencias: el Comité de Unidad Campesina, el Comité de Desarrollo Campesino y el Frente Nacional de Lucha.

¿Y cuáles son aquellos intereses particulares? Entre otros la estatización de la energía eléctrica.  Es decir, la entrega del control de la generación, transporte y distribución de la energía eléctrica a políticos y funcionarios.

¿Qué hacer en caso de encontrarse frente a un bloqueo? Lo peor que puede pasar, y lo que no debe ocurrir, es una escalada de violencia.  No sólo por lo que eso implicaría en términos de vidas y propiedad; sino porque a aquellos grupos los mártires les son muy útiles.

He preguntado, pero no existe una teoría general del bloqueo; empero pareciera que se hacen by the book y es evidente que persiguen objetivos políticos por medio de el descontento, la inestabilidad, el miedo, violencia psicológica y la amenaza de violencia física.

¿Cómo pueden, las víctimas de los bloqueos, enfrentarlos de forma creativa y que ponga en evidencia a los agresores?  De los años 60 recuerdo la foto de una manifestación de hippies en los que los manifestantes ponían flores en los cañones de los fusiles de la policía; y eso es ingenioso, ¿o no?  De V for Vendetta veo miles de personas con máscaras de Guy Fawkes, ¿genial, o no?

Si quedas atrapado en un bloqueo la prioridad debe ser evitar la violencia.  Y luego evidenciar a los agresores.  A mí se me ocurre que quienes se hallan atrapados en bloqueos podrían agitar pañuelos blancos, o lo que sea y plantarse frente a los agresores a lo largo y lo ancho de todo el bloqueo. Podrían cantarles el himno nacional (que dura 5 minutos) cada 15, o 20 minutos.

La cosa es no quedarse cruzados de brazos y entretenerse.  También puedes tuitear cada 10, o 15 minutos describiendo la situación.  Quizás con un hashtag como #NoApoyoElBloqueo .

Son ideas y seguramente hay mejores.  La cosa es no quedarse cruzado de brazos, de malas pulgas y, sobre todo, evitar la violencia para no caer en la provocación de los agresores.

La foto del bloqueo en Santa Cruz Muluá, Retalhuleu, es por Rolando Miranda, de Prensa Libre.


27
Ago 15

El legado patético de Otto Pérez

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Me tocó vivir la jornada de hoy en La Antigua.  Aquí hubo una concentración razonable en el Parque Central.  No la mayoría; pero sí muchos negocios tenían carteles de rechazo a Otto Pérez Molina y muchos negocios incluso cerraron.  Mientras tanto, en la ciudad de Guatemala, la Plaza de la Constitución y calles aledañas (a pesar de la lluvia) están topadas de gente.  Topadas.

Así se va a recordar a Otto Pérez Molina en los libros de Historia.  El primer Presidente que los chapines sacaron a sombrerazos en el siglo XXI. ¿También se lo recordará como el Presidente que le abrió la puerta al un regímen como el de Nicaragua, el de Venezuela, el de Bolivia, o el de Ecuador?  Eso está por verse.

Otto Pérez Molina tiene una larga historia de servirles a los simpatizantes de aquellos regímenes: les  firmó los acuerdos de paz que le tendieron un puente de plata a la exguerrilla y le permitieron una salida elegante de un enfrentamiento que ellos habían perdido militarmente.  Aquellos pactos de apaciguamiento le safaron la alfombra al Ejército para que luego, Oscar Berger terminara de debilitarlo y desarticularlo.  OPM estuvo rodeado de importantes asesores que fueron miembros de la guerrilla, o que tuvieron contactos estrechos con ella.  Subió impuestos como lo haría cualquier socialista, promovió una reforma constitucional a la medida de sus asesores socialistas, cuando pudo promovió una reforma agraria como lo harían los socialistas.  A mí no me extraña que su salida ominosa tenga consecuencias no intencionadas (¿No intencionadas?) que sigan en la senda descrita anteriormente.

Otto Pérez Molina es una vergüenza; y esa vergüenza, ¿cuánto nos va a costar a los chapines?