14
Feb 08

Cambios en las monedas

Debido al alza en los precios de metales como el cobre, niquel y zinc, la Junta Monetaria de Guatemala aprobó una propuesta para cambiar las aleaciones de las monedas chapinas. Cuando sea ratificada será enviara el Legislativo para su eventual aprobación, o desaprobación. Esto lo leí hoy en la página 12 de Prensa Libre; y no pongo enlace porque no encontré la noticia en el sitio Web.

Como consecuencia de lo anterior, sale más caro acuñar fichas, que lo que valen como como moneda. Esto ha ocasionado, anteriormente, que las personas prefieran fundirlas y venderlas como metal, que conservarlas como unidad de cambio.

En 1962 y 1963, las monedas de Q0.50, en Guatemala, eran de plata de 0.720. En esos años la plata hizo crisis y se hizo demasiado cara por lo que aquellas monedas desaparecieron y fueron sustituidas por billetes. Más tarde, la inflación y la pérdida de valor del quetzal hicieron que hasta los billetes fueran demasiado caros y aparecieron las fichas duraderas de Q0.50 hechas de cobre, zinc y níquel. Mismas que, ahora, también resultan caras.

Las fichas tienen valor como moneda y valor como metal, y pueden tener valor como objetos de colección. Algo de eso podemos aprender en http://www.coinflation.com/, un sitio Web que mide el valor intrínseco del metal en las monedas. Coinflation, además, ha creado ese término; mismo que se refiere a el alza persistente en el valor del metal en las monedas de plata y de metal, al efecto inflacionario en las monedas, y a la diferencia entre el valor del metal y el valor nominal en las monedas.

Para entender esto mejor veamos un ejemplo: el de la moneda de médio dólar de los Estados Unidos de América, acuñada en plata, en 1964, para conmemorar al recién asesinado John F. Kennedy.

Dicha moneda tiene un valor nominal de $0.50. En eBay, estas monedas empiezan cotizándose a unos $5 cada una. En coinflation, nos explican que su valor, por la plata que tienen, es de $6.22 (al precio de la plata de hoy).

¿Se dió cuenta, usted? Algo tiene que ser muy perverso para que el valor como metal de una ficha, sea más alto que su valor como moneda.

Con respecto a la moneda de Kennedy, aquí va una anécdota que no tiene que ver con el tema anterior. En la base del cuello del Presidente se ve, a simple vista, la marca del grabador. Así, a la ligera, parece una hoz y un martillo, que era el símbolo de la extinta Unión Soviética. La moneda fue acuñada en plena Guerra Fría, por lo que este hecho le añadió interés a la ficha citada.


07
Sep 07

Más razones para decirle No al socialismo

“De acuerdo con desertores, el líder de Corea del Norte, Kim Jong Il, ha ordenado a sus soldados mantenerse alejados del alcohol, el sexo y el dinero, porque son veneno en contra del socialismo”. Así lo informa hoy, El Periódico en su página 33.

Por sí hacían falta más razones…

La foto es de No pasarán


06
Ago 07

El dinero de plástico

Tal y como lo comenté en diciembre pasado, los nuevos billetes plásticos de 1Q están listos para circular. “En medio de la escasez y el acaparamiento de monedas, ya entraron a las bóvedas del Banco de Guatemala (Banguat) Q15 millones en billetes de Q1, los cuales empezarán a circular progresivamente a finales de agosto. El nuevo billete está fabricado a base de polímero de polipropileno, que lo hace cuatro veces más duradero que la versión anterior”.

En la noticia se dice que las monedas de Q1 seguirán circulando; pero yo lo dudo porque ha habido momentos en los que el precio del metal de la ficha es más alto que le valor monetario que representa. De modo eso ha contribuido a su desparición del mercado.

Yo, por lo pronto guardé varias de las fichas como un recuerdo.


27
Ene 07

¿Banco, o colchón?

La gente cree que un banco y un colchón son intercambiables. A lo largo de la crisis bancaria que se vive en Guatemala, no son pocos los comentaristas que –en diarios y en bitácoras– dicen que es mejor tener el dinero en el colchón, que en una organización bancaria.

Pero yo digo que si usted tuviera su dinero en el colchón, hay alguna posibilidad de que se lo lleve su primo, el calavera; y que se fugue con plata, colchón y todo.

La gente también cree que la función principal de un banco es tener el dinero ahí, guardadito, bajo siete llaves. Por eso es que los de entendimiento más modesto se sienten cómodos con el concepto del colchón como forma aceptable para guardar el dinero; y de ahí que la dirigencia popular atice con entusiasmo toda esta mitología sencilla, que supone que los bancos son, cuanto menos, un mal necesario, si no un engendro del mismísimo Chamuco. O del capitalismo rapaz, que para ellos viene a ser lo mismo.

Pero, ¿qué pasaría si todos guardáramos nuestro dinero bajo el colchón? En primer lugar, como el emisor monopolista es incapaz de mantener el valor de la moneda, nuestro capital disminuiría más rápido que si está en el banco, porque nadie nos pagaría intereses. En el colchón, la inflación devoraría nuestros ahorros.

En segundo lugar, no habría dinero para que otras personas pusieran fábricas, comercios, fincas y demás. Y en consecuencia, habría desempleo y empobrecimiento general.

¿Qué hacen los bancos que no haga el colchón? Los bancos son organizaciones financieras cuya función más importante es tomar el dinero de las personas, de las empresas y de otras organizaciones para dárselo –por medio del crédito– a otras personas, otras empresas y otras organizaciones que lo necesitan. Captan plata y luego la colocan. Y por esas operaciones de crédito pagan y cobran intereses. Los intereses son el precio del crédito, no el precio del dinero. El precio del dinero es lo que usted compra con él.

Todas aquellas operaciones de intermediación, y la administración de dicha intermediación, implican riesgos. Y de esos riesgos debe estar conciente aquél que le da crédito a un banco, a cambio de los intereses que este está dispuesto a pagarle.

Como explica mi amigo Pedro, cuando usted compró su casita, ¿preguntó quién era el constructor? ¿Averiguó si este cumple con los proyectos y si no ha dejado a alguien bien clavado? ¿Indagó acerca del estudio de suelos? ¡Seguramente sí! No hizo falta que fuera ingeniero, ni experto en construcciones para informarse aceptablemente sobre la casa que iba a comprar. De igual forma no hace falta ser experto en dinero y banca para informarse si el banco en el que va a poner su plata es razonablemente seguro, o no.

Pero claro, en el caso de los bancos el estado niñera lo releva a usted de la responsabilidad y luego, cuando las cosas salen mal, la Super y el Super se hacen los suecos.

Es cierto que los bancos publican sus estados financieros a cada rato en los diarios; pero ¿quién entiende esa jerga y quién tiene la paciencia para descifrar tantos números? Allá por 1996, cuando yo dirigía una importante sección de economía en un diario guatemalteco, publicábamos una completa calificación de bancos con gráficas y todo. Entendibles para cualquiera porque, aunque uno no supiera de números, si veía que las gráficas de su banco iban para abajo, pues…al entendido, por señas.

No se analizaban tres, o cuatro aspectos de cada organización bancaria, sino varios. Y por eso es que a muchos no les gustaba, porque hacía transparente la información que, por razones políticas, ellos preferían manejar a su conveniencia.

Lo que hace falta para proteger a los ahorristas no son más leyes y más inspectores. Lo que hace falta es competencia, información y transparencia. Y muchísima menos irresponsabilidad de parte de la dirigencia popular que medra en el caos y en la confusión.

Publicada en Prensa Libre el sábado 27 de enero de 2007


23
Ene 07

Para tener el mejor sexo

Una encuesta publicada por Prince & Associates, en colaboración con Hannah Grove muestra que 7 de cada 10 multimillonarios dicen que la riqueza les trajo “mejor sexo” y “más exoticas” vidas sexuales. El fenómeno tiene mejores efectos entre las mujeres porque de los hombres consultados 63% dijo que la riqueza le trajo mejor sexo; en tanto que de las mujeres consultadas 88% dijo que el dinero les mejoró su vida sexual. La informacion completa está aquí.

Desde otra perspectiva, el reverendo Ted Haggard, expresidente de la National Association of Evangelicals opina que los evangélicos tienen mejor vida sexual que cualquier otro grupo.

¿Se podrá concluir en que las mujeres millonarias y evangélicas tienen la mejor vida sexual?

Gracias a Tyler Cowen y a Andrew Sullivan.


20
Ene 07

Lo que no se ve

Los que se robaron el dinero del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, ¿eran funcionarios? Los diputados que se fueron a París, ¿son funcionarios? Los que saquearon el Crédito Hipotecario Nacional, ¿fueron funcionarios?

El gobierno hace mal cuando le hace creer a la gente que sus funcionarios les garantizan la seguridad y la certeza que la gente misma es supuestamente incapaz de buscar para sí y sus bienes. La pobre gente “descansa” en el IGSS y cree que este le va a garantizar una vejez digna, del mismo modo en que se engaña creyendo que la Superintendencia de Bancos va a sustituir su responsabilidad individual y va a velar por sus ahorros.

En el contexto de los problemas de algunos bancos guatemaltecos, los villanos han resultado ser los bancos fuera de plaza y los banqueros que los promueven. Por supuesto que cabe probar, en los tribunales de justicia, si algún banquero ha cometido fraude en el manejo de su negocio. Sin embargo, como se necesitan dos para bailar un tango, el depositante también es responsable de la elección que hace cuando le entrega su dinero a una organización bancaria, o a otra; a menos que el gobierno le quite esa responsabilidad

Los bancos offshore existen por razones que le convienen al depositante; y cuando alguien decide colocar su dinero en un banco que se asienta en el extranjero y someterlo a las regulaciones de otros países, lo hace porque quiere beneficiarse de las ventajas que eso ofrece.

Los primeros offshore de bancos chapines surgieron porque el gobierno les prohibía a las personas conservar sus dólares y depositarlos en bancos de aquí. Antes de la Ley de Desconcentración de Divisas, la gente era obligada a cambiar sus dólares valiosos por quetzales que se devaluaban y a depositarlos en bancos locales. Pues bien, los offshore les ofrecieron a los tenedores de dólares la posibilidad legítima de conservar el valor de su dinero. Por eso es que mucha gente tiene su plata en bancos de los EUA, en las Bahamas, o en otras plazas.

Muchos depositan sus dólares afuera, en busca de mejores rendimientos. Si un banco local ofrece un interés de 2% y un banco en el exterior ofrece 4%, u 8%, pues hay gente que se ve atraída por ello y deposita su dinero en la organización offshore. No hay nada mal en eso; pero el ahorrante debe saber, y es raro que no lo sepa después de Autocasa y otras malas experiencias, que las tasas muy altas son indicación de riesgos muy altos.

En cuanto a ganancias, ¿a quién no le gusta recibir rendimientos altos? Pero los rendimientos que verdaderamente cuentan son aquellos que quedan después de pagar impuestos; de modo que uno de los incentivos para depositar en bancos fuera de plaza es el de pagar menos tributos. Como el impuesto a los rendimientos del capital en Guatemala es de carácter nacional, el ahorrante tiene incentivos fuertes para guardar el fruto de su trabajo en donde los impuestos le afecten menos. Mucha gente deposita en bancos offshore para pagar menos impuestos y obtener mejores rendimientos.

Y hablando de rendimientos e incentivos, los altos costos de operar en Guatemala, para los banqueros, también les motivan para establecer operaciones fuera de plaza. ¿Por qué no? Si usted tuviera una tienda, ¿la pondría en el lugar que le ofreciera más ganancias?

Lo que no se ve, es que el gobierno y sus regulaciones están en la raíz del problema. El estado niñera le quita la responsabilidad a la gente, y la gente deposita en bancos fuera de plaza porque busca mejores rendimientos, porque quiere pagar menos impuestos, y porque quiere proteger el valor de su dinero; y todo eso tiene un precio en términos de riesgo.

El dinero local pierde valor porque el emisor monopólico, o sea el gobierno, es incapaz de garantizar dicho valor. Los impuestos altos y los costos elevados de operación, también los impone el gobierno. Y, encima de todo el gobierno asegura que se privaticen las ganancias mientras que se socializan las pérdidas de las operaciones bancarias. Entonces, ¿qué nos extraña?

Publicada en Prensa Libre el 20 de enero de 2007.


19
Ene 07

Cada vez menos valor

El de la izquierda es un centavo de 1954; el del centro es uno de 1984; y el de la derecha es de 1999.

La historia de la ficha de a centavo es una historia de pérdida total de valor. Perdió tanto valor que en varios momentos de su vida el metal del que estaba hecha la moneda resultaba ser más valioso que el signo monetario que representaba.

Por eso es que el tamaño se redujo y por eso es que se cambió la aleación de la cual estaba hecho.

¿Sabe que? Lo mismo ha pasado con la moneda de 1Q. Ahora resulta que si usted vende los quetzales como si fueran chatarra, obtiene más valor que si los usa como moneda. ¡El quetzal es poco menos que calderilla!

Próximamente, aquellas fichas serán sustituidas por billetes “plásticos”; debido a que con el polímero del que están hechos no se corre el riesgo de que salga más caro el caldo que la gallina.

¿Notó usted que hace poco salieron anuncios del Banco de Guatemala (el emisor monopolista de dinero en Guatemala) solicitando la entrega de las fichas de 1Q? Eso es parte del proceso de retiro del metal que será sustido por coquetos (pero “valueless”) quetzales de plástico.


13
Ene 07

Derecho usurpado

1. ¿Qué ocurría cuando el gobierno tenía el monopolio de las telecomunicaciones? Las líneas telefónicas eran escasas, sólo había un modelo de aparatos telefónicos, había que dar mordidas para conseguir líneas, uno tenía que esperar cuatro años para que le diera una y las llamadas al exterior costaban lo que un asalto.

¿Qué ocurría cuando el gobierno tenía el monopolio de la energía eléctrica? Había apagones de seis horas. ¿Qué ocurría cuando el gobierno tenía el monopolio de las aerolíneas? Que la línea aérea de los mayas no tenía ni aviones propios, o tenía unos vejestorios. ¿Qué ocurre con el monopolio del gobierno en la seguridad social? Que los funcionarios se roban la plata y las pensiones son de miseria.

Si la historia de los monopolios del gobierno es una historia de escasez, de corrupción, de falta de transparencia y de mala administración, ¿por qué nos extraña que, teniendo el gobierno el monopolio de la emisión monetaria, hayamos pasado la Navidad sin billetes?

El ente encargado de la administración del monopolio del dinero, en Guatemala, es el Banco de Guatemala, cuya misión es promover la estabilidad en el nivel general de precios; pero yo digo, ¿de qué sirve tan ambicioso objetivo si como monopolista es incapaz de administrar bien su privilegio?

Voy a decir algo que parece una perogrullada; pero, el dinero es importante. Es tan importante como el abastecimiento de comida, el abastecimiento de ropa, o el abastecimiento de vivienda. Por eso es que, como el abastecimiento de comida, ¡no se lo podemos dejar, en calidad de monopolio y privilegio, al gobierno!

¿A dónde iríamos a parar si el gobierno tuviera el monopolio de los huevos, de la leche, y del pan? ¡Habría escasez de huevos, de leche y de pan, de la misma forma en que hubo escasez de teléfonos y hay escasez de dinero.

El propósito del dinero es facilitar los negocios en el mercado al actuar como un medio, comúnmente aceptado, de intercambio. La existencia de dinero presupone un orden complejo y de relaciones infinitas basadas en la división del trabajo y en la propiedad de los frutos del talento y del trabajo de las personas. Muchas cosas buenas dependen del dinero y por eso es que su existencia no debería dejársele al gobierno: el monopolista privilegiado más incapaz de todos los monopolistas privilegiados.

Como cualquier otro bien de intercambio, que goza de la confianza de sus usuarios, el dinero debería de competir por la preferencia de ellos. Para evitar que haya escasez y que su administración sea una cábala oscura, sería mejor la transparencia en su abastecimiento.

La idea puede parecerle extraña a algunos; pero hace años, antes de que los gobiernos se dieran cuenta de que podían aprovecharse del monopolio de la emisión monetaria, esta no era una facultad exclusiva de los políticos en el poder. Miles de años antes de que alguien tuviera la idea de banca privada, y muchos siglos antes de que a alguien se le ocurriera la idea de banca central, ya existía el dinero. El dinero monopólico es una usurpación ilegítima de la propiedad y de la libertad de los individuos que, como usted y como yo, nos vemos forzados a depender del Estado para el abastecimiento de algún medio de intercambio que sea comúnmente aceptado en el mercado. ¿Por qué?, entonces, nos extraña que hayamos pasado una Navidad sin dinero.

Pensémoslo bien, a lo mejor va llegando el día en que nos decidamos a recuperar el derecho que nos fue arrebatado.

2. Mojito previsor: “¿Cuál será el mejor lugar para enterrar a Fidel?”, pregunta la maestra. “En la Plaza Roja, junto a Lenin”, dice Robertico. “Junto a Mao”, dice María. “En el Santo Sepulcro, donde estuvo Cristo”, dice Juanito. “¡No, no, no!”, dice Tonino. “¡Ahí si que no! Porque no vaya a ser que se le ocurra resucitar al tercer día”.

Publicado en Prensa Libre el sábado 13 de enero de 2007.


28
Dic 06

El quetzal y sus cosas

Pronto habrá billetes de Q200 y Q500, según leí hoy. La necesidad de billetes de altas denominaciones es una confirmación inconfundible de que el quetzal , la unidad monetaria de Guatemala, sigue perdiendo valor o poder adquisitivo.

Cuando usted necesita más y más quetzales para comprar lo mismo, lo que está ocurriendo es que dicha unidad monetaria pierde valor frente a lo que usted quiere adquirir con ella.

Por eso es que los billetes de denominaciones bajas, como los de Q1, o Q0.50 fueron sido sustituidos por fichas. Llegó el punto en que el papel en que eran impresos los billetes era más valioso que el signo valor monetario que representaban y por eso se hizo necesario que duraran más, para que su valor de reposición no fuera tan oneroso para el emisor monopólico que es el Banco de Guatemala.

La foto, por cierto, fue publicada para ilustrar un artículo mío sobre salarios que publiqué el 26 de agosto de 1990 en el diario guatemalteco Siglo Veintiuno.