12
Abr 08

El derecho individual vrs. el colectivo

En esta semana recibí una valiosa carta de un lector. La suya ilustra un problema particular que enfrentan muchos guatemaltecos; pero a la vez es un problema general del cual no nos hemos dado cuenta.

Para hacer la historia corta, el lector vive en un sector de la zona 15 el cual algunos vecinos han decidido cerrar por seguridad y para ello han instalado una garita con sus costos y sus reglas correspondientes.

La carta se titula El derecho individual vrs. el colectivo; y a mi modo de ver hay dos formas de leerlo: la primera es como el derecho individual contra el derecho colectivo y en ese sentido me queda claro que los derechos son individuales y que no hay tal cosa como derechos colectivos.

De hecho, y eso nos lleva ala segunda forma de leerlo, los derechos individuales nos protegen contra el colectivo o la comunidad.

Los derechos, a saber, son tres: vida, libertad y propiedad; y si como individuos no tenemos la facultad de quitárselos, arrebatárselos, o impedirles su ejercicio a los demás, como individuos tampoco tenemos la facultad de delegarle a la comunidad, o a sus representantes, la facultad de quitárselos, arrebatárselos o impedirles su ejercicio a los demás. No podemos darles a otros facultades que no tenemos como personas individuales.

Un derecho es una facultad de las personas individuales que se ejerce sin necesidad de pedir permiso a nadie, ni a costas de nadie. Como los derechos son inherentes a los seres humanos, eso quiere decir todas las personas individuales gozan de los mismos derechos, siempre. Luego, la única obligación implícita en el ejercicio de un derecho es el respeto de los derechos ajenos.Los seres humanos, como personas individuales, tenemos derechos. Los grupos no. Los derechos los gozan los individuos no porque el grupo se los conceda, ni los goza para bien del grupo, sino que los goza para defenderse de la colectividad y de los otros. Cualquier cosa, parecida a un derecho, de la cual gocen sólo unos, y no todos los miembros de una sociedad; cualquier imitación de derecho de la que las personas gocen de cuando en cuando; cualquier pseudoderecho que para disfrutarlo haya que pasar sobre los derechos ajenos; y cualquier otra gracia que concedan la colectividad, o el tirano de turno, no son derechos, sino privilegios.

Lo que creemos conocer como derechos colectivos, en realidad son intereses colectivos. Una de las razones por las que la sociedad guatemalteca es una sociedad enferma es porque demasiadas personas creen que los intereses colectivos deben prevalecer sobre los derechos individuales. Nótese, por favor, que no he dicho –como malintencionadamente se da a entender en algunos círculos- que los intereses individuales deben prevalecer sobre los intereses colectivos. Este es otro asunto que no voy a discutir ahora para no distraer del tema principal.

En una comunidad, o en una sociedad sana, los derechos individuales deben prevalecer sobre los intereses colectivos.

Dicho lo anterior, si yo viviera en un área que puede ser cerrada y protegida con garitas, estaría de acuerdo con que así se hiciera. Empero, es mi opinión que todos los propietarios y los que alquilan en el área deben estar de acuerdo con el alcance de las garitas y con el pago de su costo. Es decir, que debe ser una decisión de consenso, y no por mayoría.

La razón de aquello es que la instalación de la garita y sus costos son circunstancias que alteran las condiciones de vida, posteriormente al momento en el que los propietarios y arrendatarios decidieron mudarse al lugar. Y la situación es diferente cuando alguien llega a vivir a un lugar donde ya hay garita y se conocen los costos de la seguridad, pues no le queda más que aceptar las condiciones preexistentes.

Visto desde otro punto de vista, ni una mayoría, ni una minoría, tienen facultades para exigir que otros contribuyan a satisfacer sus necesidades de seguridad; ni siquiera en defensa de su derecho de propiedad, o su derecho ala vida.

Así como un individuo no puede exigirle a otro, u otros, que le de dinero para satisfacer sus intereses, necesidades y aficiones; así es como un grupo de individuos (sin importar su tamaño) no puede exigirle a otro grupo que le entregue su dinero para satisfacer sus intereses, necesidades y aficiones.

La única forma de cambiar legítimamente las condiciones que afecten los derechos individuales en un lugar como el descrito (o en una sociedad) es por consenso. Por mayoría, es absolutamente inaceptable.

Claro que nos han educado a respetar las decisiones democráticas (tomadas por mayoría); pero lo que no nos han dicho es que las decisiones mayoritarias deben estar limitadas por el respeto irrestricto a los derechos individuales de la minoría; y la minoría más pequeña es la minoría de uno.

El respeto a la vida, la libertad y la propiedad de unos, no debe estar sujeto a decisiones mayoritarias (y menos minoritarias). Sólo así podemos tener comunidades sanas, y una sociedad sana.


18
Jun 07

Señales ominosas para la democracia chapina

Hoy leo que “Durante los discursos políticos, son pocas las personas que prestan atención a las disertaciones que hacen sus candidatos o a sus propuestas de gobierno. Las personas hablan, los niños corren, juegan o hablan entre ellos. Al final, los aplausos que empiezan en la tarima despiertan al resto que, aunque dicen llegar porque quieren un cambio en el país, poco parece interesarles lo que dicen sus candidatos. Los organizadores, que suelen ser los aspirantes a alcaldes o a diputados, llevan a los mítines canastos con decenas de panes, bicicletas o relojes para rifar. Todo esto con el fin de incentivar a la población a que asista”.

Hay señales ominosas para la democracia chapina: la gente, de verdad es indiferente al “mensaje” de los políticos. Hay poblaciones en las que la gente no quiere ni saber de la propaganda de los partidos y de los candidatos. Es imposible saber quién financia a los partidos. Las dirigencias partidistas y los candidatos ensucian carreteras, postes, paredes, y todo cuanto pueden. Las candidaturas se venden descaradamente. En verdad os digo que hay señales ominosas para la democracia chapina.


02
Abr 07

El devorador

1. Cuando Francisco de Goya pintó a Saturno, pintó a la deidad con los ojos desorbitados mientras devoraba a uno de sus hijos. Saturno, el padre de Júpiter, se comía a sus hijos.

Yo iba a decir que así es la administración Berger, una administración que termina devorando a sus “hijos”. Iba decir que siendo Marco Tulio Sosa un ministro de primera, terminó siendo devorado. Iba a decir que María del Carmen Aceña está siendo devorada porque su jefe ha pactado con la dirigencia magisterial, incluso al margen de la legalidad. Iba a decir que ha devorado a Carlos Vielmann, ex ministro de Gobernación.

Sin embargo, aunque algo hay de aquello, el problema es más de fondo. Debería ser obvio que no es un problema de personas, sino que es uno de sistema. No es sólo Berger, como no lo fueron sólo Portillo, Arzú, De León, Serrano, ni Cerezo. No era Vielmann, como no será Torrebiarte.

Muchos de los mencionados eran personas capaces y tenían las mejores intenciones; pero fracasaron horriblemente. Construimos un sistema democrático; pero, ¿podemos garantizar con él que haya paz y prosperidad?

Mi hipótesis es que tenemos una administración cuyo principal cometido es, por medio de el presupuesto del estado, trasladar los recursos que toma de una parte de la población a los intereses de otra parte de la población. Esa administración de privilegios es una tarea innoble que consume enormes energía y recursos.

En consecuencia la verdadera misión del gobierno, que es “salvaguardar la propiedad, la libertad y la convivencia pacífica”, ha caído en la incuria. La administración de privilegios ha debilitado la capacidad del estado para cumplir su objetivo, y es urgente reformar el estado de modo que tenga la fuerza y la autoridad suficientes para cumplir aquella misión.

En ese contexto la reforma no debe tener más propósito que el de proteger los derechos de las personas, para que todos vivan y se dediquen a las actividades que escojan libremente, siempre que no violen derechos ajenos, en la convicción de que solamente así se puede lograr la prosperidad anhelada y la acción comunitaria sana.

El gobierno, cuando lo hay, debe atender con prioridad el orden público, y debe reforzar y hacer cumplir prontamente la justicia. Debe velar porque se cumplan los contratos y porque se respete la propiedad. No debe pretender, ¡nunca!, ser el protagonista en las actividades económicas de las personas particulares, y menos aún establecer medidas para garantizarles beneficios a sectores particulares a expensas de los demás.

Un estado con aquellas características, y cuyos funcionarios estén sometidos a la Constitución y a las leyes, es la solución al “endémico desastre nacional” del que no nos libraron ni la coalición de cuatreros y exguerrilleros de Portillo, ni la alianza de empresaurios y exguerrilleros de Berger. ¿Por qué? Porque el problema no son las personas, sino el sistema. ¿Es posible cambiar el sistema? Sí, pero usted debe involucrarse directamente. ¿Y es posible involucrarse sin se devorado? Sí. Por favor visite www.proreforma.org.gt; ahí hay una buena sugerencia para hacerlo. ¡Animo!

2. La Encuesta de Prensa Libre, muestra que los chapines no le dan importancia a la elección de diputados y que, en cambio, le dan una relevancia desmedida a la de Presidente. Este es un error, y es un atavismo.

El elector chapín todavía piensa en el Presidente como en El Patrón, El Reformador, o el Benemérito de la Patria; y espera de él que sea la salvación nacional. Se olvida que, desde el Congreso, también se puede rescatar el sistema…o terminar de hundirlo. Por favor, vote cruzado y piense bien por qué diputados va a votar.

3. Mañana empiezan los festejos de la Semana Mayor; que es mi temporada favorita en Guatemala. Tiempo de bacalao, de miel de garbanzos, de jocotes marañones, de empanadas, de curtido con queso de Zacapa, de pan de yemas, de pescado seco envuelto en huevo y de moyetes.

Publicada en Prensa Libre el sábado 21 de marzo de 2007


17
Feb 07

¡La experiencia de Evo!

Leo que “Evo Morales, presidente boliviano, y el partido que lo llevó al poder, ofrecieron a Rigoberta Menchú, premio Nobel de la Paz de 1992, su experiencia, para que pueda ganar la Presidencia en los próximos comicios generales”. La dirigencia del Movimiento Al Socialismo (PDF) le entregó ayer una carta a Menchú, en la que se solidariza con sus intenciones de buscar la silla presidencial en Guatemala.

A mi me deja perplejo, porque el rol model de Morales es Castro -un dictador perverso que ya lleva como 50 años en el poder- y la gente del MAS vino a Guatemala para participar en el Encuentro de Pueblos Indígenas por la Democracia. ¡Hagame el favor!

El montaje es de trabajadores.cubaweb.cu


02
Ene 07

Amable comentario de don César

De don César Elí Rivera, amable y frecuente lector, recibí el siguiente comentario:

En relación a la número dos de las uvas por usted propuestas, también he leído el Proyecto de ProReforma. Personalmente, creo que estamos justo en camino de consolidar una democracia más pareja, y sin embargo, el proyecto en mención parece proponer más una aristocracia. La pregunta entonces es: democracia o aristocracia. FELIZ AÑO 2007.

Definitivamente democracia; pero entendida como una forma pacífica para cambiar gobierno y para elegir autoridades, así como para tomar ciertas decisiones en común siempre que ellas no violen los derechos de las personas. Definitivamente estoy contra aquel concepto de democracia que supone, peligrosamente, que la mayoría debe tener poder ilimitado.

Yo creo que no es bueno que alguien tenga poder ilimitado: ni un rey, ni un dictador, ni una aristocracia, ni una plutocracia, ni una democracia. El poder siempre debe ser limitado. Por eso sostengo que es importante preservar el sistema republicano de gobierno; y entiendo que ProReforma es sobre eso: sobre preservar los derechos individuales de todos por igual, sobre tener un gobierno con poderes limitados y subre preservar un sistema republicano de gobierno.

Gracias don César, sus comentarios siempre dan en que pensar.