Los tiranos democráticos están In; y el más espeluznante es Nicolás Maduro. Lo que han visto es poco para lo que voy a hacer, dijo, al asegurar que recibió mano de hierro de parte del Congreso democrático que le ha dado facultades especiales que anulan la división del poder en su país.
Pero… ¿qué ha hecho Maduro? Les echó a la milicia nacional a quienes él ha acusado de perjudicar su administración y envió a los soldados a vaciar negocios. Al grito de ¡Que no quede nada en los anaqueles!, el tirano democrático azuzó a la población para que saqueara tiendas.
Como Maduro es socialista puede pavonearse porque le han dado mano de hierro, y puede organizar saqueos y ofrecer más de eso con impunidad. Ninguna Iglesia, ninguna ONG y ninguna Embajada se le va a echar encima. Una asamblea títere, en medio de una atmósfera tumultuaria y piquetes de militantes revolucionarios le dio el poder absoluto y con eso es suficiente, aunque Caracas haya quedado oliendo a pólvora.
Daniel Ortega es el tirano democrático consentido de Centroamérica. Con la inspiración de valores cristianos, ideales socialistas y prácticas solidarias está promoviendo una reforma constitucional a su medida. En Nicaragua, Ortega empuja una reforma constitucional que anula la prohibición de reelección. Ortega podría presentarse como candidato para su cuarto período y de ahí… ¡Hacia el infinito y más allá! Hasta algunos empresaurios chapines están contentos con el dirigente sandinista: No he visto el respeto a la institucionalidad en otros países centroamericanos y atribuyo esto a la búsqueda de consenso a la comunicación y seguridad efectiva en Nicaragua, dijo uno de ellos en septiembre pasado. ¿Qué Iglesia, que ONG y qué Embajada le va a llevar la contra a Ortega?
Kirchner, Correa y Morales están haciendo lo suyo en países donde la prensa independiente y la oposición han sido neutralizadas mediante maniobras legislativas –o mediante el chantaje–. ¿Qué rumbo tomará Honduras luego de las elecciones que se aproximan? ¿Qué podemos aprender, los chapines, de los desmanes de Maduro y de las maniobras populistas de Ortega?
Columna publicada en El periódico.