Luego de la develación de la estructura criminal que operaba en la SAT me encontré con una foto de la captura de Simón Tax; pero su nombre no está entre los seis sindicados que fueron beneficiados con caución económica, ni fue llevado a Corea a tiempo para no ser capturado.
¿Por qué está preso? Tax es un personaje de caricatura; es un chapín creado por el programa de cultura tributaria, de la SAT. Es protagonista de historietas destinadas a convencer a los guatemaltecos de que deben entregarle su dinero a los pipoldermos rápido y sin mal modo. El crimen de Tax es mayor porque su grupo objetivo son jóvenes y gente muy modesta.
Tax no es cabecilla de La línea; pero es el instrumento ideológico sin el cual aquella mafia no puede funcionar. La suya es una tarea ingrata: convencer a los guatemaltecos de que están moralmente obligados a alimentar las fuentes de las cuales salen fincas, casas en la playa, yates, viajes y quién sabe qué más para los publicanos que recaudan y reparten los impuestos.
La tarea de Tax es ocultarles a los guatemaltecos –a los más jóvenes y vulnerables– que los impuestos son robo. Son tomar dinero ajeno por la fuerza para luego repartirlo políticamente entre intereses específicos con los que el legítimo propietario de los fondos podría no estar de acuerdo, así como entre socios, amigos, parientes, amantes, y clientes. Recuerda que tu no pagas impuestos, sino que te los quitan antes de que veas ese dinero; y que no eres contribuyente, sino tributario. Tax es responsable de que la gente no se dé cuenta de aquello.
Las campañas que protagoniza Tax convencen a la gente de que está obligada a tributar; aunque los políticos y funcionarios se roben un elevado porcentaje de lo que toman de los tributarios, los extorsionen, y desperdicien y maladministren buena parte del dinero que toman de aquellos. Tax es responsable de que mucha gente crea que hace mal cuando protege su dinero contra la expoliación y la corrupción.
Tax es moralmente repugnante porque manipula las mentes para garantizar que no se sequen las fuentes de enriquecimiento ilícito para quienes administran y reparten los impuestos.
Columna publicada en El periódico; y la ilustración la tomé de Facebook.