La corrupción en la SAT, y la CICIG

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Una de las razones por las que desde el principio no me convencía el establecimiento de la Comisión Contra la Impunidad en Guatemala (desde que se perfilaba como la Comisión para la Investigación de Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad) era que, en una sociedad que necesita madurar, la delegación de la responsabilidad de investigar y combatir la impunidad en un tercero no era buena idea.  Yo suponía que lo que iba a ocurrir es que la sociedad guatemalteca iba a desentenderse de la imvestigación y el combate contra la impunidad, muy confiada en que eso era tarea de la CICIG convencida de que eso era lo correcto y suficiente.

¡Dicho y hecho! con el argumento de que no quieren entorpecer las investigaciones de la CICIG en Guatemala (¿O con ordenes de no meterse para no robarle el show a la Comisión?), tanto el partido Libertad Democrática Renovada (Lider) como la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) descartan iniciar el proceso de antejuicio contra Roxana Baldetti, vicepresidenta de la República, por el caso de la corrupción en la Superintendencia de Administración Tributaria.  ¡Qué cómodo es no involucrarse y dejar que el asunto lo resuelvan otros!  ¿A qué costo? ¿Al de hoy por tí y mañana por mí? ¿Que harán otras instancias? Sospecho que lo mismo.   ¡Tranquila tu mente!

El caso es que hay tranquilidad entre muchísimos sectores sociales porque la CICIG está a cargo y no hay que molestarse.  Es como cuando la gente no medita en qué banco invierte su dinero porque supone (mal) que la Superintendencia de bancos tiene todo bajo control.  A la gente le gusta abdicar a su responsabilidad, especialmente si cree que un tercero puede proteger sus intereses, o sus derechos.

Otra de las razones por la que no me convencía el establecimiento de la CICIG es que los chapines hemos construido una cultura en la que si algo no funciona, en vez de hacerlo funcionar, o eliminarlo, se crea una entidad supuerior, o paralela.  Como tradicionalmente en Guatemala no han funcionado los ministerios, entonces fueron creados los fondos sociales (¿Te acuerdas). Y como la cosa seguía sin funcionar, fueron creados los comisionados (¿Recuerdas?). Así pasó con el combate a la impunidad. No sólo con la de los cuerpos ilegales y clandestinos de seguridad, sino con la del crimen organizado, la de la corrupción de los funcionarios y en general con el incumplimiento de los contratos. Como el Ministerio Público no funciona y como las leyes no son respetables, pues fue engendrada la CICIG.  ¡Tranquila tu mente!

Por supuesto que ¡qué maravilla que se destapó el caso de La línea!; pero el mérito no es nuestro. Hay tranquilidad entre muchísimos sectores sociales porque la CICIG está a cargo y no hay que molestarse; y por eso es que esa Comisión es una solución aparente y falsa.  Mantiene a la sociedad guatemalteca como una sociedad inmadura y tutelada.  Incapaz de hacerse responsable; y acostumbrada a estar más contenta por las apariencias que por la realidad.

Al final de toda esta historia sospecho que sabremos sólo lo que la CICIG quiera mostrarnos en Powerpoint, porque la Comisión no es accountable frente a los electores y tributarios chapines.  ¿Nunca sabremos qué negociaron la CICIG y el Organismo Ejecutivo? Posiblemente nunca porque la comisión no tiene por qué rendirle cuentas a los electores y tributarios chapines…y el Ejecutivo está convencido de que tampoco.

…y pasará lo que las élites quieran.

La ilustración la tomé de Facebook.

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