24
Sep 07

¿Cuál desbalance?

Si la izquierda revolucionaria guatemalteca termina de desaparecer, como debería de haber desaparecido hace ratos, ¿habrá un desbalance en el país? Esa inquietud ha sido manifestada por varios comentaristas políticos luego de la implosión que sufrió la exguerrilla en los comicios del 9 de septiembre pasado.

Mi hipótesis es que no; y que no hay que perder de vista las habilidades para las que si son buenos los exguerrilleros. Para comenzar, ni el 6% del electorado encuentra expresión en las opciones revolucionarias; y si a esas le descontamos a Rigoberta Menchú, que según Pablo Monsanto “dejo de ser revolucionaria hace muchos años”, sus cifras se ponen mucho más tristes. Adicionalmente, al verdadero revolucionario la democracia le sopla las verijas.

El revolucionario coherente percibe a la democracia burguesa como una falsedad que se presenta como defensora de la igualdad y de los derechos de las personas; pero que sólo sirve a los intereses de la clase dominante. El revolucionario consistente intuye que la democracia burguesa es un escenario muy limitado para la lucha del proletariado. El revolucionario de verdad siente que la democracia socialista (o dictadura del proletariado) es la única expresión política que sirve a la clase trabajadora.

Eso explica la arremetida que Monsanto le pegó a la dirigencia indígena en la célebre entrevista del 2 de septiembre pasado. Al final, la dirigencia mayense le falló a la revolución porque esa dirigencia es más indigenista que proletaria y porque la gente es menos cándida de lo que creía la vanguardia de la revolución. Todo el candongueo terminó en nada.

Lo que no ha colapsado es el ideal socialista según el cual los intereses colectivos tienen prioridad sobre los derechos individuales; una idea compleja, y poderosa en su sencillez aparente.

La incomprensión de sus alcances perversos hace posible, por ejemplo, que muchos integrantes de algunas élites del país crean, ¡de verdad!, que su responsabilidad social va más allá de servir a los consumidores, respetar los derechos ajenos y obtener ganancias. Y ahí andan, proclamando que ¡yo soy más santo que tú!, porque acceden a las demandas que impone la creencia de que los intereses colectivos tienen prioridad sobre los derechos individuales.

Lo que no ha colapsado es lo políticamente correcto y la complacencia con el relativismo. Los revolucionarios han tenido mucho éxito en desprestigiar la lealtad a los principios y la confianza en los valores. Por eso es que, en muchos ambientes, la flexibilidad en los principios es más apreciada que la verticalidad. Por eso es que se admira al acomodaticio y al inconsistente. Por eso es que para La Revolución, ahora son más importantes los progres y los que buscan el balance, que los mismísimos comandantes.

Ya desde 1848, los revolucionarios sabían que para el éxito de su causa era importante desarticular la propiedad, promover impuestos progresivos, gravar el derecho de herencia, controlar el crédito, controlar el transporte, controlar la producción, hacer del trabajo una obligación social y manipular la educación. Todas estas prácticas políticas son prácticas socialistas que materializan la consigna de que el interés colectivo debe privar sobre los derechos individuales. Son prácticas que muchos dan por incuestionables, y son prácticas que deberían llenar de orgullo a cualquier revolucionario que haya leído: “Un espectro se cierne sobre Europa…”

No hay, ni habrá desbalance alguno si desaparece la izquierda revolucionaria. Sus ideales todavía sobreviven entre nosotros porque el socialismo no necesita de la exguerrilla para hacer avanzar su agenda entre muchos chapines. Cada vez que alguien se olvida de que los intereses colectivos NO deben prevalecer sobre los derechos individuales, la libertad pierde sus alas, y los ideales de La Revolución hacen crecer las suyas.

Publicada en el diario Prensa Libre el sábado 22 de septiembre de 2007


18
Sep 07

Tigres, ovejas, Coca-Cola, el semáforo, el teléfono y los políticos chapines fracasados

Fredy Kofman, editor de La rebelión de Atlas, en español, cuenta que cuando un niño derrama su Coca-Cola y uno le pregunta ¿qué pasó?, el niño generalmente contesta que la gaseosa, “se cayó”. En esa misma línea pregunta: “¿Por qué contestas el teléfono?” y la gente generalmente responde: “Porque suena”. A la pregunta de “¿Por qué te detienes en el semáforo?”, la gente generalmente contesta: “Porque está en rojo”. Si le preguntas a un niño qué pasó con el juguete roto que tiene en sus manos, su respuesta generalmente será: “Se rompió”.

Kofman explica que en el mundo hay dos tipos de personas: las ovejas que no asumen las consecuencias de sus actos y que le echan la culpa de los que les pasa a otras personas, o a las circunstancias; y los tigres, que son protagonistas de sus propias vidas y asumen las consecuencias de sus decisiones y de sus actos.

Cuando le preguntas a una oveja que por qué es que viene mojada, la oveja responde: “Porque llovió”. Cuando le preguntas a un tigre que por qué es que viene mojado, el tigre resonde: “Porque olvidé el paraguas”. Los tigres reconocen que botaron la gaseosa, contestan el teléfono porque les interesa recibir la llamada, admiten que rompieron el juguete y paran en el semáforo porque saben que así es más seguro. Las ovejas y los niños actúan de forma diferente.

De eso me acordé hoy cuando leí las declaraciones de Marco Vinicio Cerezo, que en la página 6 de Siglo Veintiuno asegura que la Democracia Cristiana desapareció porque “estabamos compitiendo contra un sistema poderoso de campañas millonarias. Tuvimos recursos limitados”. De igual cosa me acuerdo cuando leo que Rigoberta Menchú le atribuye su fracaso a “las condiciones en que se dieron estas elecciones”, o sus allegados se lo atribuyen al recismo, al machismo, a la falta de recursos, o al colonialismo.

La Coca-Cola se cayó. Nada se dice de falta de liderazgo, ni de los discursos vacíos. Nada se dice de la falta de organización, ni de la irrelevancia de los planteamientos electorales, o del agotamiento de las consignas. El juguete se rompió.


15
Sep 07

Sin sorpresas

Pasó lo que tenía que pasar. Las elecciones fueron un éxito; y aunque hubo algunas quemas de urnas, esto no sería Guatemala si la gente no quemara algo.

La primera consecuencia electoral notable fue la extinción de aquel dinosaurio que era la Democracia Cristiana. El socialcristianismo fue enterrado “entre cuatro zopilotes y un hermoso gavilán”, como decía mi tía abuela, La Mamita, y con cerca de 0.5% de los sufragios.

El colapso de la izquierda revolucionaria chapina se merece un análisis más detenido. La exguerrilla, con auxilio de la Premio Nobel de la Paz y dirigente indigenista, Rigoberta Menchú y de Winak; así como de la intelectualidad de izquierda, la comunidad oenegera, amplios sectores de la comunidad internacional y los progres, a duras penas arañó 5.74 % de los votos válidos.

Uno de los partidos más rabiosamente socialistas, la ANN incluso va a desaparecer porque ni llegó al porcentaje mínimo, ni pudo meter un diputado siquiera.

Tanto Menchú, como Nineth Montenegro le atribuyen el fracaso de su participación al racismo; pero esa hipótesis carece de sustentación alguna desde el momento en que se observan los hechos. En Quiché, Menchú sólo ha obtenido 2.83% de los votos válidos. En Uspantán, el total que ha alcanzado asciende a 2.78% de los sufragios válidos. En Alta Verapaz, Sololá y Totonicapán, que como Quiché son indígenas en su mayoría, Menchú ha alcanzado 3.22%, 5.05% y 7.95% de los votos válidos, respectivamente. Si el racismo fuera un factor medianamente importante, ¿son racistas los indígenas que no votaron por Menchú? Otra duda que cabe plantear es: De aquel triste 2.83%, ¿cuántos votos son de Menchú y cuántos son de Montenegro?

Aparte del racismo, otra excusa presentada por las dirigencias de la izquierda es que su fracaso fue por falta de recursos económicos. Sin embargo, Eduardo Suger casi no hizo campaña; y con un partido pequeño ha llegado a 7.45% , o sea que él solito rebasó por 1.71 por ciento a toda la izquierda unida. Además, hay dos formas de obtener plata: que pocos den mucho, o que muchos den poco. ¿Dónde están los muchos de la URNG, del Maiz, de EG, de Winak y de la ANN?

El problema de la izquierda es que su dirigencia tiende a tomar decisiones basadas en lo que quisiera que fuera la realidad, o en consignas; en vez de tomarlas basándose en la realidad.
Ya desde 1990 una encuesta de la Cámara de la Libre Empresa mostraba que sólo 5% de los consultados opinaba que lo mejor sería un presidente de izquierda. La gente rechazó a la izquierda, durante la Consulta Popular de 1999. En La Encuesta, elecciones 2003, la URNG aparecía con 1.7% en las intenciones de voto, y la ANN ni siquiera estaba en el mapa. A no ser que empuñara un AK47, o que “los países amigos” presionaran para que se la tomara en serio, la izquierda revolucionaria chapina nunca ha sido una opción real para los chapines.

Eso no quiere decir que el socialismo y sus ideales no estén presentes entre nosotros. Están ahí cuando la propiedad privada es amenazada por el Plan de Ordenamiento Territorial; cuando se quiere colectivizar el agua; mientras el subsuelo no es propiedad de los dueños del suelo; cuando se impide la desaparición del monopolio del seguro social; cuando se presiona para que no sea eliminado el impuesto a los rendimientos del capital; cuando el relativismo mina las instituciones; y cuando en vez de promover la igualdad de todos ante la ley, lo que se propone es multiplicar los privilegios, para citar sólo unos ejemplos.

Las consignas, la mitología y la dirigencia de la izquierda son inútiles para conseguir votos entre los guatemaltecos; pero no lo son para medrar en el poder, para conseguir concesiones de parte de algunas élites incautas, ni para levantar barricadas. Es ahí donde la revolución anota sus éxitos. No en las urnas.

Publicada en el diario Prensa Libre el sábado 15 de septiembre de 2007; día en que se celebra la Independencia de Centroamérica.


13
Sep 07

¿Será el racismo?

Al momento en que han sido contados 99.5% de los votos válidos en las elecciones de Guatemala, Rigoberta Menchú ha recibido un total de 3.09% del total de sufragios. El argumento del racismo está siendo somatado para explicar esta derrota. Pero, ¿es válida esta consigna? ¿Cuál es la realidad del “racismo” en Guatemala?

Según un despacho de Associated Press, publicado el 12 de septiembre de 2007, “Menchú ha explicado los magros resultados que estaba previsto que obtuviera desde la perspectiva del racismo que divide a los guatemaltecos en indígenas y ladinos, como se conoce a los blancos y mestizos en este país donde el 42% de los 13 millones de habitantes pertenece a una etnia maya”. Por su parte, en el mismo despacho, el también dirigente indigenista, Alvaro Pop, advierte que tras la derrota “queda el movimiento de líderes indígenas Winaq, que servirá de germen para un partido político integrado por mayas que, en futuras elecciones, podría postularla con más éxito”.

Hoy, Nineth Montenegro, seretaria general de Encuentro por Guatemala (el partido que postuló a Menchú), dice que “el racismo en el país impidió que la candidatura de Rigoberta Menchú obtuviera el apoyo que esperaban”. Montenegro añade que “se demuestra que no hay movimiento indígena en el país. Más que por identidad étnica son intereses personales”.

Si los argumentos de Menchú y Montenegro tuvieran sustentación alguna, ¿cómo se explican los malos resultados de la candidatura de la Premio Nobel en la tierra de sus abuelos y de sus hermanos?

En el Departamento de Quiché, Menchú sólo ha obtenido 2.83% de los votos válidos.

En el municipio de Uspantán, el total que ha alcanzado asciende a 2.78% de los sufragios válidos.

En los Departamentos de Alta Verapaz, Sololá y Totonicapán, que como Quiché son mayoraitariamente indígenas, Menchú ha alcanzado 3.22%, 5.05% y 7.95% de los votos válidos, respectivametne.

¿Es el racismo, o algo más, lo que determinó la derrota de Menchú? ¿Son racistas los indígenas que no votaron por Menchú? ¿Es viable el indigenismo como una opción política?


12
Sep 07

Preguntas que hay que hacer

  • En Uspantán, Quiché, la tierra de Rigoberta Menchú, sólo 268 de 9655 votos válidos fueron para la Premio Nobel de a Paz y dirigente indigenista. ¿Será que allá son racistas?
  • Los acuerdos de pacificación, el logro más grande de la administración de Alvaro Arzú como presidente de la República, fueron firmados entre esa administración y la guerrilla. Yo supongo que en el supuesto de que la guerrilla representaba algo. Ahora que sabemos que entre la exguerrilla; la comunidad oenegera; la intelectualidad de izquierda; los progres; la comunidad internacional; y la Premio Nobel, Rigoberta Menchú, a duras penas alcanzan 5.82% de los votos; ¿qué dimensión real tienen esos acuerdos?
  • Si la exguerrilla y la izquierda revolucionaria no tienen importancia electoral alguna, y sólo pueden ser interlocutores a fuerza de los AK47, o de la presión de los noruegos y de la Organización de la Naciones Unidas, ¿qué clase de interlocutores son esos?
  • Encuentro por Guatemala, el partido que postuló a Rigoberta Menchú y a Nineth Montenegro anda por 3.09% de votos. ¿Cuántos de esos votos fueron por la señora Menchú y cuántos fueron por la señora Montenegro?

10
Sep 07

¡Se nos muere la izquierda!

En Guatemala, ¡se nos muere la izquierda! Me refiero a la izquierda revolucionaria que estuvo vinculada a la guerrilla. Veo los resultados que, hasta hoy y a esta hora, muestran los totales para el 97.06% de las Juntas Receptoras de Votos: la izquierda revolucionaria guatemalteca no llega ni a 6% de los votos válidos si se suman todas sus fuerzas.

  • La alianza entre la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca y el Movimiento Alternativo de Izquierda (que agrupa a la nueva izquierda intelectual, indigenista y oenegera) ha obtenido 2.16% de los votos válidos.
  • La Alianza Nueva Nación, que reune a los revolucionarios de línea dura (y de la cual se separó Nineth Montenegro), tiene 0.6% de los votos válidos.
  • Encuentro por Guatemala -el partido de Nineth Montenegro, que postuló a Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz y dirigente indigenista, que llegó acompañada de una organización llamada Winak- obtuvo 3.04% de los sufragios válidos.
  • Sumadas la Premio Nóbel, con los grupos indigenistas, la intelectualidad de izquierda, la colectividad oenegera y algunos sectores progres, entre todos alcanzan 5.8% de los votos válidos.
  • Llama la atención que la señora Menchú consiguió 3.04% de los votos, mientras que sus candidatos a diputados para la lista nacional casi duplican aquel total, habiendo alcanzado 6.1% de los sufragios.
  • He aquí otra comparación ilustradora: En Quiché, uno de los departamentos más golpeados por “la guerra”; y que además es la mera tierra de la Premio Nobel Rigoberta Menchú, ¿cuáles han sido los resultados en la elección presidencial? Toda la izquierda unida obtuvo 7.62% de los votos. El Partido Patriota, del General de la mano dura, consiguió 14.03% de los votos. ¿Y quiere sorprenderse más? El partido del General “genocida” alcanzó 21.9% de los sufragios.
  • Las dirigencias de la izquierda dirán que fue por falta de recursos económicos y que el gran capital fue lo que les dio ventaja a otras opciones; sin embargo Eduardo Suger, que casi no hizo campaña y con un partido pequeño, ha llegado a 7.29% , o sea que él solito rebasó por 1.19 por ciento a toda la izquierda unida. Por otro lado, hay dos formas de obtener mucha plata: que unos pocos den mucho, o que muchos den poco. ¿Dónde están los muchos de la URNG, del Maiz, de EG, de Winak y de la ANN?

28
Ago 07

Con cascaritas de huevo

-Andares, Andares.
-¿Qué querés Andares?
-Que me dejés pasar.
-Y, ¿con qué me vas a pagar?
-Con cascaritas de huevo.

Así decía un juego que yo jugaba cuando era pequeño.

Según La Encuesta, entre Rigoberta Menchú, Pablo Monsanto, Miguel Angel Sandoval, Nineth Montenegro, Encuentro por Guatemala, el Maiz, la URNG, la ANN, y todos esos, a duras penas alcanzan un 3.17% de las preferencias electorales.

Ellos dirán, y ya están diciendo, que eso es por falta de dinero; y talvez tengan algo de razón. Sin embargo, hay dos formas de conseguir mucha plata: Una es que pocas personas den mucho; y la otra es que muchas personas den poco. Lo cierto es que las opciones citadas han demostrado incapacidad total no sólo para levantar el entusiasmo de los electores, sino para levantar el de su clientela.

De la dirigencia exguerrillera, que siempre fue “pelusa en el ombligo”, no se podía esperar mucho; pero de la Premio Nobel de la Paz y dirigente indigenista, Rigoberta Menchú, más de uno anticipaba algún tipo de arrastre electoral. Más de uno creyó que en algún momento de la campaña se materializarían el apoyo de miles y miles de indígenas y campesinos, y el de miles de estudiantes y profesionales con conciencia de clase a lo largo y lo ancho del país. Pero niente.

Y por eso hacen campaña con cascaritas de huevo. No porque el gran capital se haya decandado por otras opciones; sino porque son incapaces de vender coronas en la puerta del cementerio.

La caricatura es de Jotace.


27
Ago 07

Discriminación, o no discriminación

“La premio Nobel de la Paz y actual candidata a la Presidencia de Guatemala Rigoberta Menchú Tum fue víctima de discriminación ayer, en un hotel del balneario Cancún, informó la radiodifusora oficial del sureño estado Quintana Roo. David Romero Vara, conductor del noticiero que transmite el Sistema Quintanarroense de Comunicación Social, relató que fue testigo de cuando personal de seguridad intentó sacar por la fuerza a Menchú de la sala de recepción del hotel de cinco estrellas. Afirmó que vio el hecho porque llegó al hotel para entrevistarse con Menchú, y que el acto contra la premio Nobel fue evitado por personas que la reconocieron. Menchú fue a Cancún invitada por el presidente de México, Felipe Calderón, para participar en la vigésima primera asamblea de la Asociación Nacional de Agua Potable y Saneamiento, que fue inaugurada ayer”, así lo leí en Prensa Libre el 15 de agosto pasado.

Al día siguiente, la Premio Nóbel y candidata presidencial negó la especie. “Rigoberta Menchú, candidata a la Presidencia, de Encuentro por Guatemala, negó haber sido víctima de discriminación en Cancún, México, tal como difundió un periodista mexicano. La premio Nobel de la Paz dijo que no tuvo ningún inconveniente con el personal del hotel donde estuvo alojada cuando asistió a la asamblea de la Asociación Nacional de Agua Potable y Saneamiento, invitada por el presidente de México, Felipe Calderón. Si hay un acto de discriminación, yo soy la primera en rechazarlo, en poner el grito en el cielo; pero en este caso no hay absolutamente nada, dijo Menchú.

Sin embargo, un día después y en alusión al incidente, el columnista y abogado Alvaro Castellanos Howell, escribió que “es bueno recordar que ella fue sujeta a un trato discriminatorio y denigrante, ni más ni menos que en la Sala de Vistas de la Corte de Constitucionalidad y que por ese hecho, por primera vez, fueron sentenciadas varias personas como culpables del delito de discriminación étnica. Guatemala tiene contemplado en su Código Penal el delito de discriminación, en general, y la discriminación por razones de etnia, en particular. Habrá que esperar ahora a ver qué ocurre en México. ¿Estará tipificado en la ley estatal de Quintana Roo, o en la federal Mexicana, el delito de discriminación étnica, o el racismo? ¿Podrá y querrá la señora Menchú constituirse en querellante adhesiva en un nuevo proceso penal? ¿O estará cansada de eso? Guatemala, aparte de contar con la tipificación penal de la discriminación, es Estado Parte de convenciones internacionales contra la discriminación étnica y de género”.

Hasta el sitio Web de Manu Chao, admirador de la señora Menchú, hace alusión al asunto, y dice que “según informa la cadena mexicana Unión Radio no es la primera vez que la Premio Nobel de la Paz de 1992 es expulsada de un hotel a causa de su atuendo al ser confundida con una vendedora ambulante, y expulsada por los empleados de seguridad de un hotel del balneario de Cancún, informó la prensa local”.

La pregunta es: ¿Ocurrió el incidente, o no?


25
Jul 07

De nuevo estoy de acuerdo con Rigoberta Menchú

Hace poco, la Premio Nóbel de la Paz, lideresa indigenista guatemalteca, y candidata presidencial, dijo que “nadie puede invertir en una tierra que no sabe quién es el dueño, esa certeza es necesaria”, y yo no podría estar más de acuerdo.

Ayer, en un foro sobre el aborto y el matrinomio gay –en medio de una nube espesa de conservadurismo decimonónico- Menchú hizo la luz y dijo que “hay temas como la homosexualidad, lesbianismo y uso del condón que están en agenda y que no se han discutido. Invitó a los presentes a escuchar las opiniones de la población, ya que hay que qutar algunos tabúes, miedos e ideas que no se aceptan”.

Es interesante como es que, si uno se va a los principios, y no se pierde en ideologías ni en el pragmatismo, uno encuentra puntos de coincidencia con aquellos que parecen estar diametralmente opuestos a las ideas que uno valora; y como es que encuentra diferencias abismales con aquellos que parecen afines.

Yo creo que el matrimonio gay es un acto de justicia, propio de una sociedad abierta en la que los derechos de los individuos prevalecen sobre los intereses colectivos.


19
Jul 07

La exguerrilla y la transparencia electoral

Leo que “Los partidos políticos en contienda fueron evaluados por Acción Ciudadana (AC), en un primer ranking de transparencia que incluyó el cumplimiento de requisitos e informes de gastos de campaña entregados al Tribunal Supremo Electoral (TSE). De 16 partidos examinados, 10 obtuvieron una calificación de mala a regular, entre éstos, Alianza Nueva Nación (ANN), Unión Democrática (UD), Democracia Cristiana (DC), Desarrollo Integral Auténtico (DIA) y Unión del Cambio Nacionalista (UCN)”.

Las excusas de la exguerrilla le van a sacar una sonrisa: La URNG dice que “no tiene financistas ni gastos excesivos de campaña. Son aportes de los candidatos y miembros del partido”; y con esa finta las sombras prevalecen sobre sus gastos de campaña. La ANN va por el mismo lado; y dice que “los aportes provienen de simpatizantes afiliados y candidatos, por lo que los gastos no se incluyen en las cuentas del partido. En resumen: la exguerrilla no rinde cuentas, y no hace transparentes sus cuentas.

De la noticia me llama la atención que Encuentro por Guatemala, el partido que respalda la candidatura de la lideresa indígena y Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, ni siquiera está mencionado; o sea que no se sabe si pasó la prueba, o no.

Si así son las vísperas, ¿cómo serían las fiestas? Menos mal que la exguerrilla no está en el radar de los electores porque si no rinden cuentas cuando hacen campaña, ¡¿qué van a rendirlas si llegaran al poder?!