Varias farmacéuticas le venden medicinas al gobierno mediante el abuso del procedimiento para compras de baja cuantía y así evaden procesos transparentes de adquisición, y ese abuso impide que los tributarios interesados conozcan qué se compró, a quién, quién compitió y por cuánto.
El gobierno semillero/raicero hizo un convenio con la United Nations Office for Project Services que recibe comisiónes por administrar proyectos, al gobierno de Bernardo Arévalo le cobró 12.25% de gastos administrativos, en tanto que para el IGSS el cobro fue de 4.36%. Un hermano del Presidente es funcionario de la UNOPS; y esa agencia es parte de la ONU. Porcentajes más, porcentajes menos eso suena a la corrupción de siempre; pero el caso tiene implicaciones más graves lo que motivó la intervención del Ministerio Público: El artículo 171 de la Constitución dispone que el Congreso de la República debe aprobar cualquier convenio internacional que comprometa montos mayores a un 1% del presupuesto del Gobierno. El acuerdo entre la administración semillera/raicera y la UNOPS ascendió a poco más, o menos, Q7 mil 274 millones que es más de cinco veces el límite establecido por la Carta Magna. La firma de ese convenio desde el Ejecutivo sin cumplir con el mandato constitucional es usurpación de competencias y rompe los controles institucionales. ¿Verdad que es evidente por qué debe existir la norma del 171? ¿Verdad que no puede ser que el dinero que te quitan de impuestos sea una piñata? ¿Verdad que no se vale jugarle la vuelta a la Constitucíón para no cumplir con las normas de control presupuestarias?
La UNOPS les compra medicinas a las mismas empresas señaladas de toda la vida, a las mismas empresas señaladas de inflar los precios y de otros actos de corrupción; sólo que compra con privilegios tipo ONU y por ello cobra le cobra comisiones millonarias al gobierno de Guatemala…que es lo mismo que decir a los tributarios chapines. Uno de los privilegiso es que esas compras no son fiscalizables y la ONU oculta toda información clave sobre esas compras como cantidades, precios y otras especificaciónes. De cuando en cuando la agencia filtra datos descontextualizados a medios pancistas con propósitos de desinformación y a modo de manipulación. Otros privilegios son pagos adelantados sin y precios que no cumplen las promesas de ahorro.
La UNOPS -como parte de la ONU- no está excenta de casos escandalosos de corrupción:
El Escándalo de S3i y la Renuncia de la Directora Ejecutiva:
En 2019, un denunciante alertó irregularidades en la Iniciativa S3i con préstamos dudosos de 58,8 millones de dólares en siete proyectos, como a Sustainable Housing Solutions Holdings, lo que resultó en pérdidas de US$22 millones y fraude en selección, ignorando controles.
El escándalo explotó en 2022 por denuncias de Mukesh Kapila que expuso contratos opacos de Grete Faremo, como un acuerdo de US$6.000 millones para medicamentos en México (con comisiones de US%109 millones para la UNOPS), con 50% de fallos en auditorías, y reservas excesivas de 286 millones en 2020 contra un mandato de cero ganancias. Presión de donantes como Finlandia y medios como The New York Times forzaron la renuncia de Faremo y la suspensión de Vanshelboim.
Fallas en el Sistema de Denuncias y Cultura de Represalias:
La represión a denunciantes es clásica en la corrupción; y en la UNOPS se materializó como un ambiente de miedo que ignoró alertas sobre fraudes por años. El detonante fue la denuncia citada arriba, investigada solo en 2022 tras pérdidas de US$22 millones de un fondo de US$58.8 millones. Dos revisiones de KPMG confirmaron mecanismos no funcionales y amenazas de represalias a whistleblowers, lo que creó un silencio que permite la evasión de controles.
Las revisiones destacaron actos deliberados y fallas en gobernanza, con auditores que le reportaban a Faremo, y minaban la independencia.El caso hizo evidente que la falta de canales seguros disuade los reportes de anomaías, y perpetúa corrupción.
Irregularidades en Reclutamiento y Fraudes en Seguros Médicos:
Operativamente, la corrupción en la UNOPS socava la meritocracia y drena fondos vía prácticas cotidianas. Un Informe de 2022 documentó 13 casos: cinco de reclutamiento, tres de fraudes médicos y dos de robo. En materia de fraudes médicos tres empleados con reclamos falsos. En materia de robo malversación combustibles.
Estos casos no solo costaron le costaron millones y reputación a la UNOPS —con donantes como EE.UU. exigiendo investigaciones adicionales—, sino que subrayan la necesidad de reformas urgentes: auditorías independientes, protección real a denunciantes y transparencia. Sin ellas, la ONU arriesga el dinero de los donantes (que es dinero de los tributarios), sino que mina más su legitimidad, que ya está bastante puesta en duda.
Por supuesto que la corrupción y la mala administración en el gobierno semillero/raicero, así como en la ONU no son novedad, ni sorpenden. Para más información sobre el caso que originó estas meditaciones y sobre la ONU te invito a leer:
- Resúmen del caso UNOPS, por Olav Dirkmaat
- El atajo que menospreció la Constitucíón, por Jorge Jabobs
- The Lords of Poverty, por Graham Hancock
- The White Man´s Burden: Why the West´s Efforts to Aid the Rest Have Done So Much Ill and So Little Good, por William Esterly
- El espejismo humanitario, por Jordi Raich
- ONU historia de la corrupción, por Eric Frattini
- Blanco bueno necesita negro pobre, por Gustau Nerín.
- Ayuda externa, por Ramón Parellada
- ¿Y si mejor se acaba la ayuda internacional?, por Luis Figueroa.












