¿Y si mejor se acaba la ayuda internacional ya?

 

El Comité de Asignaciones del Senado de Estados Unidos de América  recomendó que el  50% de financiamiento para los gobiernos de El Salvador, Guatemala y Honduras esté condicionado sobre los avances en materia de derechos humanos y la reducción de la corrupción. ¡Por supuesto que los derechos individuales deben ser respetados absolutamente y la corrupción debe ser eliminada de raíz!…pero….¿Por qué esperar? ¿Por qué mejor no se acaba con el financiamiento de una vez?

La propiedad de uno mismo quiere decir que uno es dueño de su vida; y negar eso, implica que otros tienen más derechos sobre la vida de uno, que uno mismo. Nadie más que uno es dueño de su propia vida, y uno no es dueño de la vida de otros. Ese es el principio generador de los derechos individuales y de ahí la importancia del respeto absoluto para ellos.

Para acabar de raíz con la corrupción mediante hay que eliminar toda posibilidad de decisiones arbitrarias y otros incentivos perversos en el gobierno; reducir el sector coercitivo de la economía y la esfera de acción estatal, y ampliar el sector voluntario de la economía y las esferas de acción privada de las personas; facilitar un sistema en el que los derechos individuales prevalezcan sobre los intereses colectivos; eliminar privilegios y/o facilitar que los tributarios y mandantes asuman la responsabilidad de velar por la probidad.

¿Y la ayuda exterior?

¿Sabías que la ayuda exterior es trasferencia de los recursos de los pobres de los países ricos hacia los ricos de los países pobres?  Seguro que no lo habías visto así.  Yo digo que los países amigos harían muy bien harían muy bien en dejar de financiar el fracaso del mercantilismo y del estatismo -al menos en Guatemala- y sería genial que dejaran de financiar ONG que quieren cambiar el país al margen de la voluntad de los electores y de los tributarios, incluso mediante la violencia. Hay suficiente evidencia de que la ayuda exterior es muy perjudicial para el bienestar y el desarrollo de las personas.  Si te interesa el tema, te sugiero estos libros que me hay ayudado a entender de que se trata la ayuda, en realidad.

Hancok explica cómo es que sólo una pequeña porción del  [dinero de la ayuda]  se traduce siempre en ayuda directa. Gracias a la ineficiencia burocrática, a las políticas equivocadas, a los altos salarios de los ejecutivos, a la corrupción política y a la auto-perpetuación de los “gastos generales” de las agencias administrativas, gran parte de aquella tremenda riqueza se desperdicia.

Raich analiza el comportamiento de la “industria sin ánimo de lucro” y explica cómo es que, a pesar de las apariencias, la “ayuda humanitaria” también mata, es corrupta, competitiva y mezquina, financia guerras, empeora la situación de las víctimas a las que socorre y culpa a los demás de sus propios defectos.

Frattini expone sesenta años de fraude, corrupción, amiguismo, derroche, estafas, acosos sexuales, despilfarros, violaciones, torturas, perderastia, sobornos, mala gestión y catastrófica administración.

Bill Easterly es experto en el tema, así que si quieres profundizar, no temas.

No dejes de ver el trailer de Samaritans, que ilustra esta entrada.  A los buenos argumentos nunca les va mal un toque de buen humor británico.

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