23
Mar 11

¿Fraude de ley y prevaricato?

Si un acto político llegara a constituir fraude de ley,  un juez que refrendara aquel acto político, ¿cometería prevaricato?

De acuerdo con el artículo 4 de la Ley del Organismo Judicial los actos realizados al amparo del texto de una norma, que persigan un resultado prohibido por el ordenamiento jurídico, o contrario a él, se considerarán ejecutados en fraude de ley y no impedirán la debida aplicación de la norma que se hubiere tratado de eludir.  El fraude de ley no es un delito; pero sí es la violación a una norma de orden público cuyo propósito es -precisamente- que se respete y que se cumpla la ley.

Por otro lado, el artículo 462 del Código Penal, dice que el juez que, a sabiendas, dictare resoluciones contrarias a la ley o las fundare en hechos falsos, será sancionado con prisión de dos a seis años.  Este delito es conocido como prevaricato.

Si un juez resuelve para refrendar, autorizar, o consumar un acto que constituye fraude de ley, ¿comete prevaricato?


03
Dic 09

¿Y la separación entre las iglesias y el estado?

En Berlín, el Tribunal Constitucional alemán emitió una resolución que impedirá que los comercios minoristas le abran sus puertas al público durante los cuatro domingos de Adviento. Tanto las iglesias católica y evangélica, de Alemania, consiguieron este fallo porque, según ellos, los domingos son fundamentalmente jornadas de descanso y de recogimiento espiritual.

Esto me recordó una historia que contaban mis padres. Cuando ellos vivieron en Costa Rica, a principios de los años 60, en algunas poblaciones la gente apedreaba a los vehículos que circulaban durante el Viernes Santo. Y me recordó que, en tiempos de La Revolución chapina, el estado multaba a las barberías que abrieran en domingo.
Ahora bien, lo malo, malo, malo de la legislación berlinesa es que los talibanes del cristianismo están utilizando el poder coercitivo de la ley para imponerse groseramente. Vea usted, que prohibir que los comercios abran porque un grupo específico de la sociedad considera que no deben abrir, es un abuso de dimensiones bíblicas.
Lo preocupante es que, luego de Caritas in veritate, cuando ya sabemos que el papado quiere una autoridad política mundial, lo que se ve venir es una iglesia más agresiva en cuanto a controlar la legislación e imponer sus valoraciones y sus prácticas medievales.
Aquí las iglesias tienen sus éxitos en esa vía, de cuando en cuando. Por ejemplo, hace poco se volvió a prohibir la entrada de José Luis de Jesús Miranda, quien se dice El Anticristo, porque supuestamente pone en riesgo la vida de los guatemaltecos. Lo cierto es que el argumento es irrisorio y que al final lo que fue determinante para esa prohibición fue que al establishment religioso lo incomoda Miranda.
Aquí, las iglesias quieren imponer sus criterios sobre el sexo, sobre la minería y sobre cualquier tema que a sus dirigentes se les antoje. Y para ello, como sus colegas alemanes, no dudarían en usar el poder coercitivo de la ley. Y esto es peligroso porque, en un descuido, nos regresan al oscurantismo, a la Inquisición y a la moralina.

15
Abr 09

Las motos y una población de ovejas

¿A usted le extrañó que 48% de los participantes en una consulta de Prensa Libre esté de acuerdo con la prohibición de que dos personas se conduzcan en una moto? ¿Le extrañó que 49% de los participantes esté de acuerdo con que se limite el número de pasajeros que viajan en esos vehículos?  A mí no me extrañó, pero me decepcionó.
Cada vez me convenzo más de que la sociedad guatemalteca es una de ovejas; y que cada vez los chapines son más súbditos, que ciudadanos. 
A mí me resulta obvio que este es un caso más en el que las personas prefieren perder su libertad, a cambio de percibir más orden y seguridad; y me parece un caso más en el que las personas, confían ciegamente en las decisiones de los mismos políticos a los que constantemetne critican por ineptos y por venales.
La libertad, claro, no se pierde de zopetón; sino que se va perdiendo poco a poco y por eso es que su precio es la eterna vigilancia.  Se pierde de a poquitos cuando permitimos que quienes ejercen el poder regulen lo que comemos y lo que tomamos, cuando permitimos que regulen cómo viajamos y los contratos en los que nos comprometemos.  La perdemos cuando permitímos que se nos robe para reasignar el fruto de nuestro trabajo a intereses que no compartimos.  La perdemos cuando nos acostmbramos a vivir por permisos, y no por derechos.  
Y como la libertad se pierde pulgada a pulgada, la mayor parte de la gente no se da cuenta de dicha pérdida; o piensa que no vale la pena defender cada una de aquellas pulgadas.  
Cual ovejas temerosas, muchos chapines acceden no sólo a perder su libertad; sino que -peor aún- no ven nada malo en que otras personas sean sacrificadas.   Yo diría que no falta quien piense que no importa que se frieguen los que necesitan y tienen derecho a andar en moto, total, lo que importa es que parezca que algo se está haciendo para detener la criminalidad.
Y digo que parezca, porque eso de las prohibiciones para las motos es humo y espejos.  De hecho, hoy leemos que ¡en plena vigencia de la prohibición abusiva! el industrial Khalil Musa y su hija Marjorie, fueron asesinados…adivine usted: por dos, o más personas que se conducían en una motocicleta.  De hecho, también Kevin Castellanos, un jóven de 18 años, fueabatido de 2 balazos en la zona 1, por dos hombres que lo seguían en moto.  Esta nota está en la página 7 de Siglo Veintiuno de hoy, pero no la encontré en su sitio Web.
¡Si el problema no son las motos!, ni que vayan dos, o tres en cada uno de esos vehículos.  ¡El problema es la impunidad. ¿Cuántos policías nacionales y municipales dejaron pasar ayer a los asesinos de los Musa y de Castellanos?  ¿Cuántos policías nacionales y municipales dispusieron arbitrariamente que no valía la pena aplicar la normativa vigente? ¿Serían policías los de las motos? Yo sólo pregunto…por si acaso.
Ya lo dijeron los colombianos que tanto alaban la prohibición: para que funcione, se debe acompañar de más presencia policial y de controles de tránsito.  Leo que el Congreso tipificó el delito de plagio rápido y que elevó la pena para el delito de extorsión.  Y ya me imagino a los delincuentes medio muertos de risa.  ¿De qué sirve tipificar delito tras delito, y subir las penas hasta el infinito si no hay quién persiga a los delincuentes, ni quién aplique las penas, ni dónde purgarlas.  ¡It´s the impunity, stupid!  Ya ve usted que hay pena de muerte para los secuestradores…y ¿adivine cuántos de esos delincuentes han enfrentado la responsabilidad de sus acciones y las consecuencias penales de las mismas? Niente.
La abusiva y fascistoide decisión de la administración socialdemócrata perjudica a miles de guatemaltecos; pero muchos chapines la apoyan.  Esta regulación de las motos es un ejemplo de cuando los intereses colectivos prevalecen sobre los derechos individuales; y un ejemplo de cuando las ovejas y los súbditos reuncian a la libertad.  
Y en este ambiente, la administración de Los Colom puede hacer micos y pericos para hacer que parezca que está haciendo algo para detener la delincuencia; pero si sólo sacrifican a la gente y no van a tener las agallas de aplicar ni siquiera este tipo de normativas abusivas, está jugando con fuego.  Porque ¡hasta las ovejas y los súbditos!, de vez en cuando, se dan cuenta de que le están dando atol con el dedo.  Sobre todo en las urnas electorales y cuando llenan sus declaraciones de impuestos.

Digg!


26
Sep 08

La ley de la gorronería

Federico Bastiat, ¡El genial Bastiat!, definió al estado como una ficción por medio de la cual unos intentan vivir a costillas de otros. Explicó que la ley es pervertida cuando es convertida en instrumento de codicias, en hacedora de iniquidad y en herramienta para la expoliación.

Aaaaah, Bastiat debe haber estado pensando en la Ley de Fomento a la Industria Cinematográfica y Visual, que es proyecto de los diputados guatemaltecos Rubén Darío Morales, Jorge Mario Vásquez, y Héctor Julio Pérez, en connivencia con…adivinen quiénes. En connivencia con un grupo de personas que viven del cine (o que pretenden vivir del cine).

La normativa en cuestión “declara de utilidad colectiva e interés nacional la promoción y el desarrollo de la actividad audiovisual y cinematográfica en Guatemala”. O sea que declara de utilidad colectiva e interés nacional una actividad específica, ejercida por pequeños grupos de interés y que puede ser muy lucrativa para quienes viven de ella. Es el equivalente a declarar de utilidad colectiva e interés nacional la crianza y venta de pollos, la producción de azúcar, o la comercialización de fertilizantes, de gas, o de aguas gaseosas.

Olvidan, además, que en una sociedad de personas libres, el interés colectivo no debe privar sobre los derechos individuales. En el análisis que sigue veremos cómo es que se hace evidente este olvido.

Los fines de la pretendida normativa son: fomentar el desarrollo y crecimiento sostenible y dinámico de una industria específica, que es la del cine; y propiciar su rentabilidad, o sea, procurar que quienes se dedican a esa industria específica tengan ganancias aseguradas.

La legislación esta, crea un ente burocrático, el Instituto del Audiovisual y la Cinematografía Guatemalteca para asegurar un clientelismo que defienda la normativa y sus consecuencias; y para garantizar el control político de los recursos destinados a proteger los intereses de quienes promueven esta aberración. Esto último es evidente porque una de sus funciones es formular y elaborar una política nacional para el cine.

La legislación crea una piñata privada para los cineastas: el Fondo del Audiovisual y de la Cinematografía. Dicha piñata es constituida con un drenaje mínimo de Q15,0000 que no serán usados para seguridad y justicia, sino para satisfacer la codicia de los promotores de la normativa en cuestión.

Pero FACINE no se limita a aquella desviación de fondos escasos. Aquí es donde la gorronería se hace más evidente, porque el Fondo sería alimentado con:

Un 5% de la tarifa cobrada a los usuarios por cable. Un 3% de la boletería cobrada en las salas de cine. Un 1% del precio cobrado por la venta de televisores, cañoneras, proyectores de vídeo y de discos compactos, computadoras y otros equipos conocidos, ¡o por conocerse en el futuro! Un 3% de lo cobrado por alquiler de audiovisuales. Un 1% de lo cobrado por cualquier sistema de almacenamiento o cualquier otro formato que sirva para grabar imágenes. Todo esto, ¡por supuesto!, será pagado por los consumidores (por ustedes y por mí), en beneficio directo de los promotores de esta ley inicua.

La normativa también establece privilegios fiscales para quienes inviertan y tengan la expectativa de obtener ganancias en la industria del cine.

“¡Ley Pervertida! ¡Ley –y con ella todas las fuerzas colectivas de la Nación– desviada de su objetivo legítimo y dirigida a un objetivo totalmente contrario! Ley convertida en instrumento de todas las codicias, en lugar de frenar las codicias! ¡Ley hacedora de iniquidad, cuando su misión era castigar la iniquidad! Ciertamente se trata de una situación grave y de su existencia se me debe permitir alertar a mis conciudadanos!”. Así fue como Bastiat puso la cuestión. ¡Y qué razón tenía!


23
Sep 08

No hizo falta una ley

La gente es más lista de lo que los legisladores creen; y gracias a Wicho, he aquí un ejemplo: “Los guatemaltecos ven con otros ojos la factura de consumo de energía eléctrica y optan por sustituir los tradicionales focos incandescentes, o lámparas, por bulbos ahorradores, con lo cual propician un mercado que apenas empieza a ver la luz”.

No hicieron falta Consejos Nacionales para el Ahorro de Energía, ni hizo falta una Ley de Racionalización del Consumo Energético. No hicieron falta reglamentos, ni cuotas, ni nada. Como la gente sabe, el mercado sabe. ¿Qué hacemos los chapines cuando suben los costos de las cosas? Priorizamos, elegimos, cambiamos.

No sólo ocurre el ahorro que aprovechan los que ahorran; sino que, con el cambio en los hábitos de los ahorradores, nuevas personas “ven la luz”. ¡Así es el mercado!


23
Sep 08

La obligación de leer y la de disfrutar de la lectura

La hemorragia es el flujo de sangre incontrolado, fuera de su continente normal que es el sistema cardiovascular. Así, la legislorragia es el flujo incontrolado de normativas y reglamentaciones, más allá de las leyes propiamente dichas. La palabra viene de legis o leyes; y ragia o flujo violento.

Las leyes, propiamente dichas, son generales y abstractas, contrario a las normativas y reglamentaciones, que son particulares y específicas, aveces hasta con nombre y apellido, y generalmente excluyentes. Las leyes no fijan fines u objetivos, las normativas y las reglamentaciones sí.

Un ejemplo de legislorragia es la Ley de fomento para la lectura y la comprensión lectora, opus del diputado Roberto Villate y compañeros.

La exposición de motivos está plagada de una erudición pomposa, arrogante, decimonónica y pretenciosa en la que se hace alusión a la Biblioteca de Alejandría, y en la que se hace uso de frases como que “el libro acompañará al hombre hasta el último día de su vida sobre la tierra. Sencillamente porque ha sido la más alta representación de la presencia del hombre en el universo”; o como que “una lectura disfrutada con riqueza y plenitud es la conquista más plena que puede hacer un hombre en su vida”; o como esta otra: “la lectura debe causarnos placer”.

Reconozco que la lectura es un placer, al menos para mí; pero nunca me atrevería a legislar basado en que la lectura debe ser un placer. La riqueza y plenitud de una buena lectura son maravillosas, al menos para mí y para mucha gente que conozco; pero…¿se atrevería usted a legislar basado en que esa es la conquista más plena que puede hacer un hombre en su vida? ¿No es eso como imponer los valores de uno, en otros? ¿No eso, arrogancia pura?

A mí me place mucho leer, y de alguna manera puedo decir que me gano la vida gracias a lo que leo (y a lo que escribo) y ciertamente que la mejor herencia que me dejó mi abuela fue aquel amor por la lectura; pero, ¿tengo derecho a exigir que sea igual para los demás? Creo que no. Creo que es tan arrogante, como alguien que se quejara de que “la gente prefiere comprar teléfonos móviles, en vez de libros”, como si la gente fuera menos, porque tiene otras necesidades, o porque goza de otros placeres.

Es snob pretender que la gente es menos porque su conquista más plena es algo que nosotros no apreciamos, o porque encuentra placer en gozos que nosotros despreciamos.

La norma parece buena; pero en el fondo es perversa porque pretende cambiar a la gente a fuerza de legislación. Eso es maligno y propio de las mentalidades totalitarias. Ya lo dijo Hannah Arendt: “A lo que aspiran las ideas totalitarias no es a transformar el mundo exterior o a transmutar revolucionariamente la sociedad, sino a transformar la propia naturaleza humana”.

La norma en cuestión pretende crear Consejos para el Fomento de la Lectura, que “establecerán los tipos de lectura que convengan” a los estudiantes. O sea que se leerá lo que manden los sabios de los consejos. Y todo lo que interese a los chicos, será excluido. ¡Ah, chispas! Si así hubiera sido conmigo, yo nunca hubiera conocido muchos de los autores que influyeron y enriquecieron mi vida.

La norma manda a establecer una hora de lectura que deberá ser coordinada a lo largo y lo ancho de todo el sistema educativo. Pretende que en cada aula (de esas que no tienen escritorios, ni pizarrones, ni nada) haya un rincón revistas, obras literarias, periódicos, libros de lectura, bibliotecas de la paz y demás. Esto último da un poco de risa (en medio de lo absurdo) porque, eso de los periódicos, ¿habrá una suscripción a cada diario nacional por aula, o una por escuela? Los chicos, ¿leerán diarios del día, o diarios viejos? ¿Serán diarios nacionales, o extranjeros, o ambos?

La norma pretende que los estudiantes del Ciclo Básico lean por lo menos cinco libros durante el ciclo escolar. Y la pregunta aquí es que esos cinco libros, son adicionales a los que ya hay que leer de acuerdo con los curricula existentes? Y si no lo son, ¿de qué sirve esta disposición en particular?

Repito que no me opongo a la lectura (lo cual es necesario aclarar para anticiparme a los chillarán que sí); repito que considero que la lectura enriquece y da placer (lo cual es necesario aclarar para anticiparme a los que no saben que soy un eudaimonista, un hedonista y un epicureo). Lo que no se vale es usar la ley para imponer valores, ni placeres, ni nada. No se vale usar la ley para imponer que la lectura sea comprendida. No se vale usar la curul para contribuir a la legislorragia. No se vale usar la facultad legislativa para normar y reglamentar hasta si uno debe disfrutar de los libros, o no.


03
Jul 08

Metabo y el nuevo fascismo japonés

Cuando uno cree que ya lo vio todo suceden cosas como la siguiente: de acuerdo con una ley de hace sólo dos meses las empresas y los gobiernos locales japoneses deben medir las cinturas de las personas de entre 40 y 74 años de edad. Los hombres que se pasen de 33.5 pulgadas, así como las mujeres que rebasen las 35.4 pulgadas, tendrán que someterse a una dieta si luego de tres meses no han bajado de medidas. Y si fuera necesario, esas personas serán re-educadas luego de seis meses.

Metabo, es la palabra con que los japoneses etiquetan a quienes tienen sobrepeso, de acuerdo con la regulación.

Es cierto que el exceso de peso puede ser un problema para la salud (lo sabré yo, que tengo que bajar de peso para quitarle trabajo a mi corazón); pero el exceso de peso no es un problema de salud pública, ni justifica que el estado se meta a fijar metas de medidas. ¡Coño!, el estado benefactor no se mide; y los fascistas de la anorexia han encontrado quien les siga la corriente hasta extemos como el citado. ¿Cuánto tardarán los legisladores en Occidente, en querer imitar una estupidez como esta?


10
Abr 08

Empresaurios en acción

“La industria azucarera nacional puede abastecer la demanda local, pero la falta de legislación para el uso del etanol no garantiza la comercialización”, dijo el presidente de uno de los grupos azucareros guatemaltecos más importantes, mismo que invertirá unos $40 millones en una nueva planta destiladora de alcohol carburante.

Traducción: Como todavía no podemos usar la ley para obligar a los guatemaltecos a comprar nuestro producto, no podemos garantizarles mayores ganancias a nuestros accionistas. Sin embargo, invertiremos $40 millones con la seguridad de que, con ayuda de los pipoldermos, conseguiremos hacer uso de la fuerza de la ley, en nuestro particular beneficio. Las ganancias de este negocio, por supusto, no serán repartidas entre tributarios y electores; sólo entre los citados accionistas.


24
Oct 07

Los diputados deberían de derramar su sangre

Este es el glifo maya correspondiente al sacrificio de derramamiento de sangre.

Los reyes y sacerdotes mayas solían perforarse el pene, la lengua, o las orejas para extraerse la sangre que, ofrecida a los dioses, permitía que el universo continuara funcionando.

Este glifo lo encontré en una estela ubicada en uno de los museos de Tikal; y cuando mi amigo Andy la vió opinó que los legisladores -igual que los gobernantes mayas- deberían derramar su sangre como parte de sus obligaciones y especialmente antes de legislar.

Hoy, los guatemaltecos nos enteramos de que las diputadas “Anabella de León y Conchita Mazariegos, de la Comisión de Probidad, gastaron Q14 mil para hospedarse en Casa Santo Domingo y dictaminar dos anteproyectos”; y de que pretenden que el Congreso de la República (o sea: Nosotros los tributarios) pague la cuenta. ¡En suites de lujo y con jacuzz!, hágame usted el favor. Dígame si esto no es una infamia.

Estoy de acuerdo con Andy. En vez de pagarles lujos y jacuzzis a los diputados para que produzcan diarrea legislativa, los representantes deberían estar dispuestos a probar, con el derramamiento ritual de su sangre, que las leyes que van a discutir y a aprobar son lo suficientemente generales, abstractas e impersonales como para que valga la pena.