21
May 14

“El ocaso de las dictaduras”

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El ocaso de las dictaduras es el título del libro que acaba de publicar el general y abogado José Domingo García; y en él relata sus vivencias -de cerca y desde adentro- con respecto a los golpes de estado de finales del siglo XX, el enfrentamiento armado con la guerrilla marxista-leninista, y el proceso de apaciguamiento en Guatemala.  Tiene, además, fascinantes raíces históricas en el atentado de los cadetes contra el presidente Manuel Estrada Cabrera.

El general García fue ministro de la Defensa Nacional durante el gobierno de Jorge Serrano y durante el serranazo; combatió a la guerrilla; y participó en la comisión de los países del Grupo Contadora.

El libro es rico en testimonios y vivencias; en perspectivas y en fotografías -algunas muy conmovedoras-.  No he leído La guayaba tiene dueño, de Serrano; pero sí he leído Imponiendo la democracia o Dictating Democracy por Rachel M. McCleary; y como director de la Oficina de Información del Sector Empresarial en 1993, viví muy de cerca el serranazo tal y como lo cuento en Mis recuerdos del serranazo.  El libro del general García ayuda a tener una mejor visión tridimensional de los hechos históricos que aborda.

En la página 287 de esta obra, García tuvo a bien citar un artículo mío que dice: Durante 36 años, grupos armados marxistas-leninistas y maoístas castigaron a los guatemaltecos con un enfrentamiento armado plagado de terrorismo, que costó miles de muertos.  Uno de los actos terroristas más inescrupulosos protagonizados por aquellas personas fue el de septiembre de 1980. Había partes humanas esparcidas por todos lados, los hermosos vitrales del Palacio Nacional fueron severamente dañados.  ¡Dos bombas fueron plantadas en el Parque Central!  El propósito de aquella gente era el de establecer “la dictadura del proletariado”.  El comunismo no asusta porque sea una palabra; sino porque es espantoso y sus muertos se cuentan por millones, 61 en la URSS, 76 en China…el comunismo no asusta porque sea una palabra; sino porque es violencia…Ninguna ideología ha producido tantos tiranos de sangre fría y tantas dictaduras totalitarias como el socialismo real.

Para los interesados en conocer y entender la historia reciente de Guatemala, El ocaso de las dictaduras es una fuente rica, informada y que abre nuevas ventanas.  El libro es una edición de Artemis Edinter.


18
May 14

Cadillac para el ejército de Guatemala

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Mira lo que encontró mi sobrino, Luis Andrés: Un cádillac diseñado para el ejército de Guatemala en 1915.  La foto es parte de la George Grantham Bain Collection, en la Library of Congress.

A un costado del vehículo se lee: Gobierno de Guatemala y el presidente de la República era, entonces, Manuel Estrada Cabrera.


18
Oct 13

Aduanas: una trampa para el Ejército

El Ejército de Guatemala no debe caer en la trampa de involucrarse en la intervención de las aduanas.

El presidente Otto Pérez anunció la posible intervención de la Superintendencia de Administración Tributaria y para ello involucraría a tropas del Ejército. No para que el Ministerio de la Defensa nombre a un oficial como interventor, sino para que los soldados sellen dos puertos, la aduana central y dos pasos fronterizos.

La disposición es una trampa, porque en ninguna parte del Artículo 244 de la Constitución dice que sea función de la institución armada algo así como garantizarles ingresos tributarios a los pipoldermos. Es trampa porque expondrá a las tropas a uno de los ambientes más corruptos del sector público. Es trampa porque los soldados no están entrenados para hacerla de vistas.

Además, es un mal síntoma que, como lo informó La Hora, algunos grupos del sector privado hayan manifestado un anticipado apoyo a la disposición; y hayan pedido que se establezcan más controles en el sistema de aduanas. Parafraseando a Adam Smith: Los “empresaurios” del mismo gremio rara vez se reúnen con los “pipoldermos”, siquiera para pasar un buen rato, sin que terminen conspirando contra el público.

Los pipoldermos están desesperados por tomar más de tu dinero sin que la corrupción haya sido siquiera disminuida sustancialmente; sin que se haya eliminado del presupuesto todos los privilegios para intereses específicos; y sin que haya mejorado la calidad de la administración del dinero que le expolian a la gente. Por otro lado, ¿qué es el contrabando sino el intercambio, criminalizado por la idea de que gobernar es gravar para gastar?

El Ejecutivo y los patrocinadores de la mala idea de involucrar al Ejército en las aduanas pierden de vista lo que ya sabía José Batres Montúfar: ¡Mientras más leyes hay, más contrabando!/ Y yo de sopetón, sin que se entienda/ que en materias que ignoro me entrometo,/ a la dificultad hallo la enmienda;/ y la quiero callar con el objeto/ de colocarme al frente de la hacienda:/ cuando la obtenga se sabrá el secreto,/ que, en reserva, sin tropas y sin balas/ consiste en suprimir las alcabalas.

Columna publicada por El periódico.


30
Sep 13

Llamado de atención al Ejército

Los que ahora andamos por los 50 años de edad le debemos al Ejército de Guatemala la oportunidad de no haber pasado nuestras adolecencias en una dictadura totalitaria marxista-leninista. Muchos oficiales, soldados y especialistas dieron sus vidas -total, o parcialmente- para que los guatemaltecos no vivieramos una pesadilla colectivista y criminal como las que vivieron los habitantes de otros países como Cuba, o la que se vive actualmente en Venezuela, o Corea del Norte.  Y uno no puede sino sentir respeto por aquellos que cumplieron con su compromiso con honor y dignidad.

Aquella contribución del Ejército fue empañada por dos tipos de actos:

-Los abusos y atrocidades que se cometieron en medio de la intensidad del conflicto; y

-La corrupción y los privilegios que se recetaron los que se aprovecharon de sus posiciones en la Institución armada.

Nunca hubo genocidio, eso es bien cierto; pero no por nada es que la guerra es el caballo rojo.  Aquellos actos todavía debilitan la estatura moral del Ejército, aunque hubieran sido actos cometidos por personas específicas en circunstancias específicas; y no políticas institucionales. Por ejemplo, muchos oficiales de alta gradación viven vidas modestas porque nunca se enriquecieron al amparo del poder en aquellos años aciagos.  Y muchos viven perseguidos y acosados injustamente.  La exguerrilla y la oligarquía de los derechos humanos se aprovechan de aquellos actos.

Hoy, y entre nosotros, las agresiones armadas que duraron 36 años y concluyeron en 1996 con los acuerdos de apaciguamiento, se han mudado al campo político y al campo del activismo (y a veces se expresan de forma violenta como antes).  Ahora se hace la revolución desde los movimientos sociales, desde los asesores, desde los Ministros y desde los Directores Generales.  Se hace desde adentro como un cáncer.  Se hace desde la desinformación y desde la manipulación.  Las pintas en las paredes con cristos armados y hoces y martillos no son buenos augurios.

En aquel contexto es peligroso que el Ejército se descuide y permita la más mínima impunidad en su seno institucional.  Es cierto que ningún grupo humano está libre de verse ensuciado por las malas acciones de algunos de sus miembros; pero también es cierto que si ello ocurre, el grupo humano perjudicado debería sentirse en la obligación moral de evitar la impunidad y limpiar su nombre.  Sobre todo si de su prestigio, de su respetabilidad y de su honrabilidad dependen la independencia, ls soberanía, el honor de Guatemala, la integridad del territorio, la paz y la seguridad initerna y exterior.

Estas meditaciones ocurren porque al menos 1,449 granadas de fragmentación de 40 milímetros para fusil M-79 fueron robadas del polvorín de la Primera Brigada de Infantería del Comando Aéreo del Norte, en Petén; y porque fue convenientemente enterrado el caso de la misteriosa desaparición de Q471.5 millones del Ministerio de la Defensa.

Ambos actos deben llamar la atención de la Institución armada y de los buenos oficiales de alta y de baja.  Deben llamar la atención de la ciudadanía responsable.  Si el Ejército ha de cumplir con su mandato constitucional cuando sea necesario, habrá de hacerlo con autoridad moral; y no con el lastre de abusos, corrupción y privilegios.

 


21
Jun 13

Guatemala bajo asedio

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En los años ochenta, en poblaciones como Joyabaj y Cotzal, la subversión se quedó sin el apoyo de las poblaciones a las que había obligado a unírsele. En Quiché la Iglesia católica, que había comprometido con la guerrilla a buena parte del campesinado rural, dejó a aquella gente abandonada a su suerte. Y quienes pudieron se acercaron al Ejército para involucrarse en tareas antisubversivas.

Para la guerrilla esto fue una calamidad. Miles de integrantes de las Fuerzas Irregulares Locales y del Ejercito Guerrillero de los Pobres se pasaron al bando contrario y en pocas semanas se desarrolló un movimiento en el que los campesinos le exigían al Ejército que los protegiera.

Muchas interpretaciones equivocadas de la historia son hechas de buena fe, pero otras no e igualmente tienen consecuencias; y como hay pocas cosas tan controversiales como la interpretación de los hechos históricos, le hacemos un bien al diálogo si conocemos la mayor cantidad posible de hechos. La información de arriba, y mucha información más, es el aporte valioso de Guatemala bajo asedio, publicación de la Asociación de Veteranos Militares de Guaetmala (editada por Karen Cancinos) que aporta actos, hechos y perspectivas que están ausentes de el discurso acerca del enfrentamiento armado interno en Guatemala.

¿Sabías que en 1984 se dio un rompimiento importante en la guerrilla cuando varios dirigentes se separaron de la Dirección Nacional, aduciendo rechazo por el culto a la violencia que sus dirigentes habían desarrollado en los últimos años? ¿Estabas enterado de que la guerrilla madre era terrateniente en Petén? ¿Te han contado en qué circunstancias es que la dirigencia guerrillera escapó a México dejando a sus combatientes sin dirección, ni aprovisionamiento, ni respaldo? ¿Te la crees cuando los exguerrilleros dicen que son antimilitaristas? Pues ahí está que sus documentos hablaban de acciones como: “Desarrollar un pensamiento militar”. ¿Esto te sorprende?

Si te interesa conocer lo que ocurrió, de verdad, durante el enfrentamiento, Guatemala bajo asedio es una invitación al pensamiento crítico y a la exploración de las partes de aquella historia dolorosa que nunca te han querido contar.

Columna publicada en El periódico.


07
Sep 12

Caminata cívica por la justicia

La Asociación Familiares y Amigos de Militares Accionando Solidariamente  invita a la Caminata Cívica por la Justicia en la que exigimos juicios justos.  La misma se realizará el domingo 9 de septiembre  de 2012, a partir de las 9:00 am. El recorrido empezará frente a la Antigua Escuela Politécnica y se dirigirá hacia el monumento a Los Próceres.

Hoy, Karen Cancinos escribió un buen artículo al respecto; y en él dice:  Es de bien nacidos ser agradecidos. Por eso no tengo reparos en afirmar que si este país es un lugar con futuro –lo es, aunque muchos gimoteen todo el tiempo– tal cosa se debe en gran medida a que esos militares a quienes se ha puesto de moda denostar mediáticamente y perseguir judicialmente, pelearon por mí una batalla de 36 años. Y la ganaron.    Dieron la batalla por mí, digo, porque para cuando la agresión subversiva recrudeció, a principios de los 80, era yo una chica de primaria a quien su maestra, una monja muy simpática pero con las ideas completamente trastocadas, hacía repetir como lorito aquello de “unos pocos tienen mucho y muchos tienen muy poco”. Lo que no decía la monjita, porque sencillamente lo ignoraba, es que las soluciones a la segunda parte de esa situación (que muchos tengan muy poco) son económicas, no politiqueras ni romanticonas. Porque si con lloriqueos hubiésemos salido de la pavorosa pobreza preindustrial, Guatemala sería hoy una potencia, que para quejarse buena parte de los guatemaltecos se pintan solitos.

Te lo recomiendo, y a ver si nos vemos el domingo.


14
Jun 12

El Ejército en San Juan Cotzal

La gente de San Juan Cotzal, en el triángulo ixil de Guatemala, estaba acosada por la delincuencia.  Como en otras partes del país los asaltos, secuestros, extorsiones y muertes violentas están a la orden del día; y qué se le ocurrió a la gente: pedir la presencia del ejército.

Esta es una de las áreas que más sufrió durante el enfrentamiento armado en el que la guerrilla marxista-leninista intentó tomar el poder por la fuerza (y fracasó); y la gente -cansada de la delincuencia- ahora recibe al ejército con confianza y sin temor.  Los vecinos podrán caminar más seguros por las calles, dijo un habitante del lugar.


23
Abr 12

El Ejército, la seguridad ciudadana y la ONU

He aquí un fenómeno interesante para meditar y discutir.  En la misma página 6, de El Periódico del sábado pasado encontramos estas dos noticias: Comité de la ONU critica estrategias de seguridad del estado; y Piden a la institución armada.

La primera reporta que el Comité de Derechos Civiles y Políticos de la ONU objeta el uso de elementos castrenses en operaciones civiles, y la creación de fuerzas de tarea, para garantizar la seguridad ciudadana.

La segunda, sin embargo, reporta que el alcalde de San Juan Cotzal, en la región Ixil de Quiché, el alcalde Balzatar Cruz Gómez hizo pública la solicitud de un destacamento militar en esa jurisdicción miunicipal, debido al alto índice de violencia. No puse enlace a la noticia porque no la encontré en el sitio Web de El Periódico.

Además, la Constitución de Guatemala dice que uno de los deberes de los guatemaltecos es cumplir y velar, porque se cumpla la Constitución de la República; y que una de las funciones del Presidente es cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes. Adicionalmente dice, y muy claro, que el Ejército de Guatemala, es una institución destinada a mantener la independencia, la soberanía y el honor de Guatemala, la integridad del territorio, la paz y la seguridad interior y exterior.

Yo no estoy muy seguro de ser un entusiasta de que el Ejército se encargue de la seruridad interior; pero siendo que la Constitución dice que al Ejército le corresponde mantener la paz y la seguridad interior y exterior; y que en las poblaciones la gente solicita que el Ejército se involucre contra la criminalidad…¿por qué no mandamos a los burócratas de la ONU, y a sus intereses, por un tubo? Digamos…¿por qué no los mandamos a freír espárragos?

Claro que el Ejército puede cometer abusos violentos…pero la Policía también. Y también, aunque en distinta escala, los cometen los maestros y los campesinos que bloquean calles y carreteras; los médicos que suspenden servicios y todo aquel que tiene algo de poder al amparo del estado.

En todo caso, lo que hay que hacer es hacer efectivo -para el Ejército, la Policía, los delincuentes potenciales, los maestros, los campesinos, los empresarios, los médicos y cualquier otro grupo de interés- el mandato constitucional que dice que el poder proviene del pueblo. Su ejercicio está sujeto a las limitaciones señaladas por esta Constitución y la ley; y aquel otro que indica que el imperio de la ley se extiende a todas las personas que se encuentren en el territorio de la República.


14
Nov 11

Libertad para los que lucharon por nuestra libertad

Ayer participé en la marcha organizada por las familias de los militares que están siendo perseguidos por haber cumplido con su deber constitucional durante el enfrentamiento armado que protagonizó la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca.

No llegué a tiempo para la salida; pero me uní al grupo sobre la Avenida de la Reforma, a la altura de la Décima calle.  Me impresionaron dos cosas:  Que había un montón de gente y la dignidad con la que se conducía la marcha.  La mayor parte de gente iba de blanco y en silencio.  Sin consignas, ni canciones, ni nada parecido.  Se me erizó la piel cuando vi las listas de los caídos durante el conflicto y cuando vi a amigos y parientes de las víctimas de la persecusión.

La marcha rompe el silencio que oficiales y tropa -así como veteranos- de la institución armada han guardado frente a la exguerrilla y a organizaciones nacionales e internacionales que han humillado al ejército.  Llegando, incluso, ainventar que durante aquel enfrentamiento hubo genocidio.

La foto, que me envió mi amigo, Quique, muestra al grupo cuando hacía su ingreso a la plaza que hay detrás del Monumento a los Próceres de la Independencia de Centroamérica, conocido como El Obelisco.  Ojalá que más personas se unieran a estas manifestaciones.  Sobre todo aquellos que, gracias al ejército, no tuvieron que crecer en un país como Cuba, Nicaragua, o Venezuela.  De aquellos que gozan de libertad gracias a los oficiales y los soldados que cumplieron con defender a los guatemaltecos del totalitarismo marxista-leninista.


09
Nov 11

Marcha para romper el silencio

Este domingo 13 de noviembre, a las 10:30 a.m., familiares y amigos de los veteranos del Ejército de Guatemala romperán el silencio.

Familias, conformadas en su mayoría por hijos de militares en situación de retiro, serán las voces para defenderse de las personas que han hecho de los ataques a los militares, su negocio.  La marcha, y una organización llamada Familias, es un proyecto  para defender a padres, abuelos y hermanos ante el accionar de aquellos que intentaron destruir el país y fueron derrotados en el campo de batalla, dicen los organizadores.

El movimiento cuenta con el apoyo de Ricardo Méndez-Ruiz, que el pasado 2 de noviembre presentó una denuncia contra 26 personas a quienes él vincula con la guerrilla y responsabiliza de su secuestro ocurrido en junio de1982.

La marcha se realizará este domingo 13 de noviembre a partir de las 10:30 horas; partirá de la Antigua Escuela Politécnica con rumbo al Monumento a los Próceres de la Independencia de Centroamérica, conocido como El Obelisco.

Creo que sería bueno que por el bien de este movimiento sería bueno recordar y garantizar que la marcha no obstaculizará el tránsito, ni dejará inmundo el recorrido.   También, los veteranos y las familias deberían comprometerse con evitar que ahora, y en el futuro, oficiales y tropa se involucren en negocios sucios y privilegios.  Aunque el pasado no puede ser cambiado, los verteranos y las familias deberían aislar socialmente y de la institución armada, a todos aquellos elementos que pudieran manchar las ejecutorias de aquellos oficiales y tropas que cumplieron con el mandato constuticional durante el enfrentamiento con la guerrilla y evitaron que Guatemala se convirtiera en alguna forma de Cuba, Nicaragua o Venezuela.

El Ejército cuenta con la simpatía de muchísimos guatemaltecos; pero francamente, en la medida en la que hay militares involucrados en actividades delincuenciales, o en repartición y aprovechamiento de privilegios, en esa medida le es muy difícil al ciudadano común comprometerse con la defensa de la institución armada, por mucho aprecio que le tenga.

La cúpula militar, los veteranos y las familias deberían proponerse rescatar al Ejército,  al mismo tiempo que buscan justicia para los militares que ahora son acosados y perseguidos.

Ojalá y haya civiles en la marcha; porque, muchá…si el Ejército no hubiera cumplido con su misión constitucional, otra distinta y muy triste, sería la vida en Guatemala.