23
Feb 09

El Santo Tomás en llamas

El volcán Santo Tomás, conocido localmente como Cerro Pecul, se encuentra sometido a uno de los peores desastres ecológicos de los últimos años en nuestro país. Gracias a mi amiga, Renata, por llamar la atención sobre este incendio.

El Volcán Pecúl, fue declarado como área protegida en 1956 y se encuentra ubicado entre los departamentos de Quetzaltenango, Suchitepéquez y Sololá, abarcando varios municipios.

Su importancia ambiental radica en que contiene por lo menos tres diferentes ecosistemas que albergan diversidad de especies de flora y fauna cuya rareza en Guatemala y el mundo, les otorgan relevancia para su conservación. También es importante como zona donde se originan varios ríos de la región.

A pesar de ser área protegida (como la Laguna del Tigre, Punta de Manabique, y otras áreas iguales que están amenazadas por invasores y por narcos), el Volcán Pecúl se está quemando, desde hace 8 días, un incendio forestal consume los bosques del área y a pesar de que muchas personas particulares y representantes de entidades públicas y municipalidades del área, han intentado controlar el incendio, muchos extraordinarios especímenes de fauna han muerto debido al humo y al fuego emanado.

El área alberga especies únicas en el mundo, tales como el pinabetes, tillándsias, canacs, algunas de orquídeas muy raras, quetzales, auroraa, pavos de cacho, cerdos de monte, chipes cabeza rosada, pumas, coyotes, zorros, jaguarundi, pizotes, tángaras, y muchísimas más que en este momento ¡se están muriendo quemadas!

La capacidad de las entidades a nivel regional, ha sido rebasada por este siniestro, debido a su magnitud (hasta el día de hoy se han quemado 350 hectáreas de bosque, incluyendo uno de los pocos bosques naturales de pinabete que aún existía en el país y que se constituía en parte fundamental del futuro de esta especie única a nivel mundial); y a las dificultades que representa el terreno para realizar las labores de control (un rango de 40 a 100 % de pendiente). Existen áreas inaccesibles para los voluntarios y personal de las entidades, carencias de equipo para sofocar el incendio, y existe mucho agotamiento físico y mental de los involucrados (el camino más corto para llegar a la cima se recorre en no menos de 4.5 horas a pie, a partir de donde los vehículos se quedan parqueados, todo el camino es una pendiente pronunciada).

Se necesita más ayuda para controlar el desastre, principalmente el apoyo de vehículos aéreos que puedan lanzar agua y sofocar el incendio en los sitios donde el personal no puede realizar sus labores.


17
Nov 08

Casa Xara, un finde entre la lluvia horizontal

 

Acabo de estar en el túnel del tiempo; porque pasé un par de días en el Molino Helvetia, en Tecpán.

Helvetia tiene unos 100 años y era un molino de trigo. En sus inicios era movido por el agua del río adyacente y ahí se producía harina con el trigo que se cultivaba a inmediaciones. Con la modernidad, la fuerza hidráulica fue sustituida por energía eléctrica; y más recientemente, la actividad molinera fue trasladada a la ciudad capital.

Allá, en Tecpán, quedaron la casa patronal, la maquinaria, los silos, la presa, los talleres, la casa del molinero, la capilla y un bosque exuberante bañado por la lluvia horizontal, como se le conoce allá a la neblina.

Tuve la suerte de ser alojado en la casa Casa Xara; una edificación de madera de allá por los años 50, que está impregnada de ese aroma relajante que tienen las casas que son calentadas con leña, casi a diario. En ella se hallan revistas de los años 20 y 30, baúles para cruzar el Atlántico, docenas de detalles encantadores y un inconfundible ambiente de casa de campo, entre sereno, sobrio y ensoñador.

La Casa del Molino es diferente. Buena parte de ella es de los años 20, cruje en consecuencia y su aroma es dulzón porque queda justo al lado de las viejas instalaciones molineras. En ella se vive un ambiente rústico, familiar y misterioso.

En ambas casas, y en el molino, el tiempo se ha detenido.

El bosque que rodea el molino está lleno de encinos, pinos, cipreses y pinabetes, muchos de ellos majestuosos. Está habitado por helechos y una gran variedad de flores. Y claro, entre sus habitantes se encuentra, también, una pléyade de aves. De hecho, y sin ser experto, a mi me despertaron por lo menos 8 diferentes piares y graznidos. Por cierto que, ¿saben qué música me hubiera gustado escuchar allá? Fiesta de pájaros, de Jesús Castillo; y Las cuatro estaciones, de Antonio Vivaldi.

Los cantos de las aves, el rumor del río, el viento entre los árboles y el silencio son los ruidos que rodean Helvetia. Y en ese medio, tan propicio para intercambiar ideas y para pensar, tuve la dicha de pasar dos días, invitado por la Asociación Guatemalteca de Intérpretes y Traductores, con motivo de su Seminario 2008. Ahí presenté una conferencia titulada Del telégrafo al blog.

Allá estuve acompañado por Ana Herrerías, empresaria que hace posible Casa Xara; así como por la escritora Carol Zardetto; el dramaturgo Rubén Nájera; y un elenco extraordinario que incluía a Valentina, la astróloga; y a Judy, la actriz.

En esa compañía y en aquel ambiente, pasé un fin de semana en el cual aprendí mucho.


13
Nov 08

El mundo sin pinabetes

El mundo, sin pinabetes, sería algo triste. De hecho, la Navidad chapina, sin pinabetes, no olería a Navidad. Sería como Navidad sin manzanilla, sin tamales y sin ponche.

Por eso me llamó la atención que en el país sólo quedan unas 27 mil hectáreas de bosques de pinabetes y que en los últimos 10 años han sido destruidas aproximadamente 12 mil hectáreas de esos bosques. El hecho es que el Abies guatemalensis está siendo víctima de lo que se conoce como La tragedia de los comúnes. Este fenómeno se explica de forma sencilla con la frase que dice que lo que es de todos, no es de nadie y se termina acabando. Esto es porque se tiende a la sobreexplotación de un recurso cuando nadie tiene el incentivo, la responsabilidad, ni el interés de conservarlo. Tres condiciones que están directamente relacionadas con la existencia, o inexistencia de un dueño o propietario.

El destino de los pinabetes está sellado si su conservación sigue dependiendo de las políticas tradicionales encuanto a reservas estatales y prohibiciones de explotación. En cambio, los pinabetes tendrán futuro si se siguen tres principios:
Que las personas deben preocuparse y responsabilizarse de su entorno, procesando la información específica de tiempo y lugar de sus localidades para descubrir nichos ecológicos.

Que no existe incompatibilidad entre el crecimiento económico y la calidad del ambiente. Al contrario, mientras mayores son los ingresos de la personas, mayores son los recursos que se pueden poner a la disposición de la protección del ambiente; y menor es la necesidad de depredar.

Que la protección efectiva del ambiente depende del establecimiento de instituciones que protejan los derechos individuales. El reconocimiento de la propiedad privada constituye una condición esencial para mejorar la calidad del ambiente. Esto permite ampliar los procesos de mercado que generan los recursos necesarios para mejorar el nivel de vida de las personas y, además, crear espacios de alto valor ecológico.
El futuro del pinbete está en juego y tenemos dos opciones. Seguimos haciendo lo mismo de siempre, esperando resultados diferentes; o exploramos una posibilidad audaz: la misma que permite que no se extingan el maíz ni el frijol, a pesar de que son explotados sin misericordia.

31
May 08

La tortilla volteada

El socialismo salvaje degrada el ambiente, explota a los trabajadores, contribuye a la crisis alimentaria, acaba con las prácticas ancestrales en la tierra, sirve a las transnacionales y a los intereses del imperio. ¿Broma?, no. Es la realidad de siempre. ¿Sorpresa?, no. Sobre todo para aquellos que no tienen los ojos tapados por la venda de la adoración al colectivismo y por la de la ideologización.

Hoy leo que las 60 familias de Chaleunsouk, un pueblo de hombres demacrados y mujeres encorvadas se dedican ahora al cultivo del árbol de caucho, al igual que miles de personas en el nordeste de Laos, una pequeña nación asiática. Todos esperan beneficiarse de la enorme demanda de caucho en la vecina China.

En su afán por apuntalar su floreciente economía, China se ha aprovechado de concesiones mineras y del talado de árboles en distintos rincones del mundo.

Ahora busca cultivos para alimentar a su gente y sus industrias. Empresas chinas están acaparando vastas extensiones de tierra en el exterior y han firmado contratos para la producción de alimentos.

Hagamos un alto para meditar. Tanto el Celeste Imperio como la pequeña Laos tienen gobiernos declaradamente socialistas. De corte comunista, claro, o puesto en otras palabras, de corte socialista real. No son países capitalistas; ni siquiera son neoliberales. ¡Son la mera macoya!

Ahora sigamos leyendo: El gobierno de Laos sostiene que el caucho es un milagro que sacará al país de la pobreza. Se espera que China consuma una tercera parte del caucho producido en el mundo hacia el 2020. Por entonces tendrá, seguramente, el mercado automovilístico más grande del planeta, con unos 200 millones de vehículos en sus carreteras. Pero como parte de este proceso, algunos agricultores laosianos están perdiendo sus tierras ancestrales o se han visto obligados a trabajar como peones en campos que fueron suyos.

Leyó usted bien…eso está ocurriendo en Laos y China. ¿Es posible que regímenes inspirados en el igualitarismo, el colectivismo, y otros valores altruistas contribuyan tan intensamente a la crisis alimentaria, y a otros males que suelen atribuírsele al capitalismo? Talvez esos males no son del capitalismo, sino del estatismo. ¡Aaaaaaaaaaaaah!

Por curiosidad, ¿se muere de ganas de seguir leyendo? Las firmas chinas son acusadas de conseguir concesiones para la producción de caucho, sin compensar a los agricultores. También se les acusa de violar las leyes y los derechos humanos, y de destruir el medioambiente. “Las compañías chinas del norte son todas dirigidas por maleantes”, afirmó Charles Alton, quien asesora sobre agronomía a varias agencias internacionales en Laos. Pero agrega que el norte de Laos se presta para esas situaciones de explotación, en vista de que “no hay regulaciones ni policías”. Los chinos niegan esas afirmaciones, pero también se abstienen de comentar. “No estoy al tanto de que las compañías chinas cometan irregularidades en el exterior. Pero las firmas chinas que quieren expandirse al exterior deben saber que es importante tener buenas relaciones con la gente de allí”, explicó Ju Hongzhen, presidente de la Asociación de la Industria del Caucho China.

¡Lo que faltaba!, ¿empresaurios sinverguenzas y mafiosos al amparo de regímenes colectivistas y estatistas? ¿Cómo es eso posible?

Y finalmente, desde el sureste asiático hasta África, los chinos cultivan palmas para aceite, eucaliptos, maíz, árboles de teca, caña de azúcar y caucho. Como sucede en Laos, las haciendas industriales son vistas como una pesadilla ecológica por unos y como una forma de salir de la pobreza por otros.

La crisis alimentaria y los altos precios del petróleo se deben, en buena parte, a que una gran porción de la humanidad (en China y en la India, por ejemplo) está saliendo de la miseria y la elevación del consumo eleva los precios. También se debe a que muchos gobiernos (como el de los Estados Unidos de América) han subsidiado la producción de cultivos para generar combustibles y con ello han desviado la producción de cultivos que antes se usaba para comer. ¿Qué papel juegan el colectivismo y el estatismo en todo este asunto?

¿Puede, usted -sin acudir a consignas de barricada ni a lemas ideológicos- entender qué está pasando aquí?


09
Feb 08

Niguas en sartén de palo

“¡Andá a freír niguas en sartén de palo!”, decía, mi tía abuela, La Mamita, cuando uno se la estaba tratando de cuentear. La anécdota viene al caso por un correo electrónico que recibí de mi amiga B, sobre la supuesta destrucción de glaciares en Chile.

No voy a dar el nombre de B para no quemarla, porque cayó de inocente y porque la quiero mucho, pero es bueno estar alerta para no hacer el oso que hizo ella.

Para hacer la historia corta, el mensaje cuenta que por dos ríos, alimentados por dos glaciares, en el valle de San Félix, de Chile, corre el agua más pura. Advierte, el mensaje, que debajo de aquellas formaciones han sido hallados grandísimos depósitos de oro y plata, y que para llegar a ellos será necesario destruir los glaciares, ¡algo nunca visto en la historia del mundo!

Para estas alturas, la veta ecohistérica de la mayoría de personas que leen el mensaje está a flor de piel; y, para no dejar las cosas a medias, los autores del correo lanzan lo que para ellos es una de las peores infamias: afirman que George Bush padre es miembro de la empresa minera que destruirá los glaciares. Ecohisteria y sentimientos antiyanquis hacen del correo un éxito seguro. Pero para no dejar nada al azar, sus autores le añaden un toque étnico, así que, según el mensaje, los campesinos de la zona se oponen al proyecto. ¿Qué puede salir mal?

Antes de llegar a ese punto, comparto con ustedes que el mensaje que me llegó venía firmado por entusiastas de México, Suecia, Nicaragua, Honduras, Brasil, Colombia, República Dominicana, Argentina, Italia, España y Puerto Rico; además de dos chapinas y de una multitud de ticos. El e-mail dice que para detener la atrocidad citada, es necesaria la ayuda internacional.

Ahora volvamos a lo que salió mal: varios amigos de B respondieron el mensaje para advertirle que toda esa historia es una fabricación malintencionada. Por ejemplo: 95 por ciento de los metales preciosos no está debajo de los glaciares, y la empresa explotadora se ha comprometido a proteger el 5 por ciento que sí lo está.

El área en la que se encuentra el proyecto cuenta con 50 glaciares diferentes y los dos que están cerca del proyecto sólo aportan 0.3 por ciento de las potenciales fuentes de agua.

El desempleo en esa área es tan alto que la empresa recibió más de 50 mil solicitudes de trabajo; la gente, en realidad, apoya el proyecto, y según una carta enviada por presidentes democráticamente electos, de asociaciones comunitarias: “Estamos cansados de escuchar a nuestros compatriotas que no tienen conocimiento de nuestra realidad, y sobre todo, de extranjeros que hablan de nuestros problemas. Estamos cansados de ver cómo la Iglesia es usada para difundir sus mentiras”.

Para consuelo de los antiyanquis, Bush sí tuvo relación con la empresa, pero sólo fue consejero honorario, a mediados de la década de 1990, y nunca fue director, ni ejecutivo de la misma.
Los ecohistéricos son tan cuenteros que La Mamita los mandaría a freír niguas en sartén de palo varias veces al día. En 1914, la Oficina de Minas de los EE. UU. predijo que el petróleo duraría 10 años. En 1939, el Departamento del Interior informó que quedaban 13 años de producción petrolera en los EE. UU. En la década de 1970, Lester Brown, de Worldwatch Institute, vaticinó que el crecimiento de la población excedería la producción de alimentos. Y, en 1968, Paul Erlich advirtió que el hambre reduciría la población de Estados Unidos a 22 millones para 1999. Y ahí anda Al Gore neceando con el Protocolo de Kioto y con su visión antropocéntrica del calentamiento global.

Uno de los cuates de B escribió que antes de incluir su nombre y datos en este asunto, decidió informarse bien al respecto. Y creo que ese es el mejor consejo para estos casos de propaganda ecohistérica. Saben qué, muchá, con eso de los glaciares, el petróleo, el calentamiento y los alimentos, ¡váyanse ustedes a freír niguas en sartén de palo!

Publicada en el diario Prensa Libre el sábado 8 de febrero de 2008


04
Jul 07

Barres, o te quitas los zapatos

A mi me llama la atención la costumbre japonesa de quitarse los zapatos antes de entrar a la casa. En primer lugar porque es rico andar descalzo; y en segundo porque, contrario a lo que hacemos por aquí, que es barrer la casa, allá de lo que se trata es de no ensuciarla.

Esta meditación viene al caso por un ensayo, de Michael Munger, que “cayó” en mi bandeja de entrada. Munger se refiere a la sociedad estadounidense, pero sus ideas se aplican allá, aquí y donde sea

“…A generation of Americans has been indoctrinated into a “save resources, recycle at all costs” mindset. “Recycle!” is used as a moral bludgeon. This is different from “Don’t Litter!” Littering is a collective action problem, a genuine social dilemma: cheaper for me to throw that cup out the window. But I myself would prefer a world where no one throws cups out of windows over a world where everyone does. “Don’t litter” is an attempt to solve a real problem.

“Recycle, regardless of cost!” doesn’t solve a problem; it creates one. Laws requiring recycling harm me, the environment, and everyone else. We have to take prices into account, because prices are telling us that we can’t save resources by wasting resources.”


25
Jun 07

Funghi town

El domingo fui a San Juan Sacatepequez a comprar hongos. Al ritmo de Won´t you take me to funghi town, un grupo de amigos y compañeros de trabajo fuimos acompañados por la madre Ivonne Sommerkamp, micologa extraordinaire.

En el mercado encontramos delicias como los hongos de San Juan, las charas azules y rojas; y los magníficos pancitas, que son verdaderos bocatti di cardinali. También tuve el gusto de encontrarme con canastos de mamones, que son unas frutas deliciosas que tenía desde 1977 de no probar.

En el campo encontramos hongos medicinales, alucinógenos y venenosos. En la foto estoy con un grupo de recolectores que recién salían del bosque con su carga preciosa.

El paseo fue organizado por el equipo del Arboretum de la Universidad Francisco Marroquín en colaboración con el Hogar Rafael Ayau. La madre Ivonne nos explicó mucho acerca de los hongos y sobre su conservación.

Entre los objetivos del Arboretum de la UFM, en el que abundan los hongos, se cuentan conservar y exhibir plantas y árboles vivos, tanto nativos como exóticos; conformar un refugio ecológico para las especies animales y vegetales del área que se encuentren en peligro; recuperar el ecosistema del campus de la Universidad; y contar con un inventario de la biodiversidad del área.

El Arboretum UFM ofrece las lecciones perdurables para aquellos interesados en proteger el medio ambiente: 1. que son las personas en lo particular quienes deben preocuparse y responsabilizarse de su entorno, procesando la información específica de tiempo y lugar de sus localidades para descubrir nichos ecológicos; 2. que no existe incompatibilidad entre el crecimiento económico y la calidad del medio ambiente. y 3. que la efectiva protección del medio ambiente depende del establecimiento de instituciones que protejan los derechos individuales y que el reconocimiento de la propiedad privada constituye una condición esencial para mejorar la calidad del medio ambiente.


01
Mar 07

Los automóviles mejoraron la calidad del aire

De Cris Lingle recibí este artículo de Dwight Lee. Está en inglés, pero explica cómo es que los motores de combustión interna, tan denostados por algunos que proponen “hacer algo” para evitar que se ensucie el ambiente, en realidad han contribuido efectivamente a que el ambiente sea más limpio.

Cars improved the air … that’s no bull
By Dwight R. Lee

The motto of all environmentalists should be “Thank goodness for the internal combustion engine.”

The abuse heaped on the internal combustion engine by environmentalists was never justified. But a recent story on cow flatulence in the British newspaper, The Independent, makes the environmental benefits from gasoline-powered engines even more obvious. Based on a recent study by the Food and AgriculturalOrganization, The Independent reports that “livestock are responsible for 18 percent of the greenhouse gases that cause global warming, more than cars, planes and all other forms of transport put together.”

Long before global warming became an environmental concern, however, the move from the power provided by animals to that provided by gasoline had greatly improved the environment. The emissions that came out of the tailpipes of horses were much more lethal pollutants that those now coming out of the tailpipes of cars. Horse emissions did more than make our town and cities stink; they spread fly-borne diseases and polluted water supplies that killed people at a far greater rate than the pollution from cars and trucks ever have.

Photochemical smog is clearly a health risk, but not nearly the health risk of cholera, diphtheria and tetanus that have been largely eliminated with the help of gasoline powered transportation.

Before the internal combustion engine it wasn’t just cows, sheep and pigs emitting pollution down on the farm. Tractors and other types of gas-powered farm machinery eliminated the horses, mules and oxen that had provided most of the power necessary to grow and harvest our food and fiber. This not only reduced the problem that still exists from animal waste that environmentalists, with justification, still complain about. The internal combustion engine also eliminated the need to produce food to fuel millions upon millions of agricultural beasts of burden. It has been estimated that in 1900 it took about 93 million acres of land to grow the food for the farm animals that were replaced by current farm machinery. Most of that land has now gone back to woodlands, greatly increasing the number of trees that are reducing the problem of global warming by absorbing carbon dioxide.

The above consideration should have been enough to warrant an environmental shrine to the internal combustion engine. And now we find that by eliminating all those farm-yard animals, the internal combustion engine also eliminated vast amounts of methane-producing flatulence, which is a much more powerful greenhouse gas than the carbon dioxide produce by burning gasoline.

Even though the internal combustion engine is less polluting than what it replaced, it is obviously not pollution-free. Efforts should, and will be made to make it even less polluting than it is, and some day internal combustion will be replaced by an even less polluting technology. But history will look kindly on the internal combustion engine as a major contributor to the steady progress toward a healthier environment that has been made over the centuries.


31
Ene 07

Gaseosa, estirofoam y la Copredeh

Aparte de una botella de agua gaseosa o de un vaso de estirofoam, ¿cuál es la sustancia más dífícil de eliminar del ambiente una vez que aquella lo ha contaminado? ¡La burocrácia! Tal es el caso de la Copredeh, cuyo coordinador no sólo se resiste a que la Procuraduría General de la Nación se haga cargo del tema de los derechos humanos; sino que planea hacer crecer aquel ente burocrático.


22
Ene 07

Chiste para meditar en serio

Este es un tema de meditación importante gracias al Competitive Enterprise Institute, y a mi amigo Giancarlo.

Usted, ¿qué opina?