15
Mar 13

Seguimos condenados

Los chapines seguimos condenados. Guatemala ocupa el lugar 133 entre 187 países del mundo, ¡y es el último de Centroamérica! en el índice de desarrollo humano.

Así parece un asunto de estadística; pero lo que aquello significa es que los habitantes del país seguimos sufriendo los efectos de la pobreza –cuando no de la miseria. Quiere decir que la salud, la educación y el empleo, entre otros indicadores de bienestar y desarrollo, son precarios. Quiere decir que los fabricantes de miseria y el establishment han tenido éxito en mantener, ¡vivito y coleando!, el Estado benefactor mercantilista del que viven.

Aquel estado de cosas no debería sorpendernos, aunque sí indignarnos. No debería sorprendernos porque ¿cómo no habría de deteriorarse el índice de desarrollo humano si insistimos necios en políticas económicas y sociales empobrecedoras? ¿Cómo va a mejorar la calidad de vida chapina si se castiga el ahorro, si se persiguen los emprendimientos, si la expoliación no es inmoral entre nosotros y si se incrementan los privilegios?

¿Queremos más bienestar y desarrollo? Sugiero que abandonemos las viejas prácticas que multiplican la miseria y que atendamos la advertencia de Ludwig von Mises: “El saber acumulado por la ciencia económica forma parte fundamental de la civilización: es el basamento sobre el que se han edificado el moderno industrialismo y todos los triunfos morales, intelectuales, técnicos y terapéuticos alcanzados por el hombre a lo largo de las últimas centurias. El género humano decidirá si quiere hacer uso adecuado del inapreciado tesoro de conocimientos que este acervo supone o si, por el contrario, prefiere no utilizarlo. Si los hombres deciden prescindir de tan espléndidos hallazgos y menospreciar sus enseñanzas, no por ello ciertamente desvirtuarán la ciencia económica; se limitarán a destruir la sociedad y el género humano”.

Las necesidades humanas que elevan los niveles de bienestar y desarrollo –salud y educación, por ejemplo– se resuelven multiplicando la riqueza. Y si hemos dedicado años a minarla y obstaculizarla, ¿por qué no habríamos de estar en el lugar 133 de 187?

Columna publicada en El periódico.


20
Jul 12

¿Es posible un sistema de educación sin violencia?

Tengo una foto de esclavos negros que han estado recogiendo algodón, acompañados por un hombre blanco que pesa el producto; y la leyenda de la foto dice: No tienes que saber cómo va a ser recogido el algodón para saber que los esclavos deben ser liberados. ¿Sabio, o no?

Ese es el caso de la educación. No tienes que saber cómo se van a educar los más pobres para saber que tienen que ser liberados de la educación estatal. Es un asunto de principios, como el de los esclavos.  Los defensores del sistema coercitivo, clientelar y monopólico creen que los pobres siempre van a ser pobres y que los políticos –con dinero de los tributarios– deben darles escuelas y nombrarles maestros ¡hasta por la fuerza!

Pero hay otra opción. ¿Qué tal si hay esperanza para los pobres? ¿Qué tal si cada vez hubiera menos pobres? ¿Qué tal si solo los muy pobres tuvieran que depender de la benevolencia para su educación? ¿Qué tal si el sistema forzado y vicioso fuera sustituido por uno voluntario y virtuoso?

Esta opción parte del supuesto de que lo más digno para las personas es que puedan pagarse sus servicios de educación (y otros) con sus salarios, o con el fruto de sus emprendimientos. Parte de que la productividad y la capitalización enriquecen a las personas. Parte de que la mejor política social es un buen salario. Y aquí es donde es importante un marco institucional que permita la capitalización, la productividad y los emprendimientos.

Como la educación es una necesidad y las necesidades se satisfacen con recursos económicos, para que haya menos pobres, y para que más gente pueda pagarles la educación a sus hijos, se necesitan políticas económicas sanas, basadas en la ciencia económica. ¿Y los muy pobres?  ¿Cómo se van a educar? Aquellos que no tuvieran oportunidad alguna podrían ser atendidos (como ha sido siempre) por personas y organizaciones benevolentes que sostienen escuelas, patronatos y otras obras similares.

Puede que esta solución no te guste, pero dame una mejor, que no implique el uso de violencia. ¿Cómo se mejoran las condiciones de vida de las personas? He aquí una propuesta: http://tinyurl.com/7a2l2l2. ¿Por dónde empezamos? Aquí hay otra propuesta: http://tinyurl.com/6wjov4d. ¿Discutimos las ideas sin ad hominem?

Columna publicada en El Periódico.


11
Jun 12

La tecnología en tu bolsillo te hace millonario

Si tienes un iPhone, u otro teléfono inteligente, la tecnología que ahora llevas en tu bolsillo -como la llevan muchísimos guatemaltecos- sólo la podían tener los presidentes de grandes corporaciones, los obispos, así como los políticos y los militares de muy alto rango en los años 80.

Como lo muestra la gráfica, en aquella década una vídeoreproductora costaba $1,245, equivalentes a más de $3,000 de ahora; una enciclopedia digital costaba $750, equivalentes a más de $1,370 de ahora; una cámara de vídeo costaba $1,050, equivalentes a más de $2,600 de ahora; un GPS costaba $119,900, equivalentes a más de $279,000 de ahora; la posibilidad de una videoconferencia te podía costar unos $250,000, que es casi $6,000,00 de ahora.  En aquel tiempo, una grabadora digital de voz costaba $2,500; lo que equivale a casi $9000 de ahora; y una cámara fotografica de 5 megapixeles, que en los 80 hubiera costado $3,000, ahora costaría $6,201.  ¡Pero no!, tu tienes toda esa tecnología millonaria de unos $900,000, ó  Q7,065,000 a un costo que es sólo una fracción de todo aquel tanatal de plata.

Toda esa tecnología que era propia de millonarios y de personas poderosas ahora está al alcance tuyo y mío.  Esa tecnología mejora la calidad de vida de millones de personas.  A pesar de lo que dicen los corifeos del miedo y de la destrucción, ¡vivimos en una magnífica era de abundancia! que puedes comprobar no sólo en esta oportuna serie de gráficas, sino mediante el hecho de que cada vez hay más alimentos y más baratos.

Gracias a mi amigo, Mario, por la pista.


31
May 12

La Guatemala que no existe

La invisibilización de todo aquello que cuestiona el sistema, político, económico, social y cultural en nuestro país es una práctica cuyo telón de fondo es colocar en el imaginario nacional una Guatemala que no existe, o aquella que existe en el imaginario de unos grupos cuya hegemonía después de la conquista y la colonización la ejercen desde el Estado y desde todo el aparato ideológico dispuesto en favor de construir esas realidades falsas que han permeado la vida, el pensamiento, y el ser social, político y cultural de guatemaltecos y guatemaltecas.  Eso escribió la columnista, empresaria y Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú; y estoy de acuerdo.

¿Quiénes tienen visibilidad en Guatemala?  Las multitudes que bloquean carreteras y calles.  Los políticos y funcionarios venales que toman el dinero de los tributarios y lo gastan en medicinas, fertilizantes, puentes, y otros bienes y servicios sobrevaluados y de dudosa calidad.  Los exguerrilleros que integran comisiones para reformar la Constitución con quién sabe qué intensiones, comisiones para perpetuar la conflictividad en temas de desarrollo como el de la construcción de hidroeléctricas.  Los grupos de presión que exigen más y más dinero de los tributarios para satisfacer sus demandas.  Los grupos que exigen privilegios.  La oligarquía de los derechos humanos, la de los impuestos y la del miedo-ambiente, entre otras.   La dirigencia popular que perdería su razón de ser si los pobres ya no fueran pobres.  Este es el  sistema, político, económico, social y cultural incuestionable que acapara escenario y hace invisible cualquier intento por cambiar las cosas.  Este es el establishment cuya hegemonía es políticamente incorrecto cuestionar.

¿Y cuál es la Guatemala invisibilizada?  La que pide igualdad de todos ante la ley; esa no consigue primeras planas, ni reportajes extensos en la tele.  La que pide respeto a la vida, la libertad y la propiedad de todos; a esa ni una gacetilla.  La que pide acabar con los privilegios; a esa se la oye, como oír llover.  La que pide leyes generales, en vez de legislación específica y particular; a esa solo se la sienta a la mesa para legitimar las pretensiones de las oligarquías citadas arriba.  La Guatemala que no existe es la que pide una oportunidad para crear más riqueza.

 


28
May 12

Desde Disneylandia para Carol Zardetto

Estimada Carol: gracias por dedicarme tu columna del viernes pasado.

Es muy apropiado que hayas usado el tema de Disneylandia para tus comentarios porque aquella es la tierra de las ilusiones; y sí…yo escribo con la ilusión –en el sentido de entusiasmo y alegría– de acabar con el sistema de abusos de poder que los fabricantes de miseria ejercen sobre la mayoría de nosotros en este país.  Sospecho, Carol, que perseguimos lo mismo, por distintos medios.

Veo que entrecomillaste la frase dirigencia popular en la columna que me dedicaste; eso es bien importante porque más adelante, en tus comentarios, dices que podríamos haber evolucionado para crear una economía diferente. Pero no podemos culpar a los campesinos si esto no sucedió.  Menos aún a los liderazgos sociales que surgen tan débilmente debido a la represión.

Coincidimos en que debemos evolucionar hacia una economía diferente y en que no podemos culpar a los campesinos de que esto no haya sucedido.  Pero difiero contigo en lo de que no podemos culpar a la dirigencia.  ¡Al contrario!, esa dirigencia, precisamente por ser la élite, porque dirige y porque liderea tiene responsabilidad (o al menos, corresponsabilidad) con eso de que en Guatemala continúe vigente el sistema de privilegios, de mercantilismo, de reglamentos y de expoliación que tú y yo rechazamos.  No espero que todavía estés de acuerdo con que aquella dirigencia tiene responsabilidad; pero, ¿estamos de acuerdo en que rechazamos el sistema que acabo de describir?

No es justo que me acuses de no conocer la historia; porque conozco muy bien todo eso de la Revolución del 71 y de los despojos de los que fueron víctimas muchísimas personas en favor de los amigos y la clientela del dictador Justo Rufino Barrios. Conozco el origen de la economía de plantación; pero si así fue, y así es…¿tiene que seguir siendo?   La historia estudia la acción humana y nos puede ensañar mucho del pasado para entender el presente y mejorar nuestro futuro; pero no determina nuestro futuro.  ¡Podemos cambiar ¡ y de eso se trata Los compas y la miseria; mi columna que motivó tus comentarios.

¡Evolucionemos a una economía diferente!  Una que cree riqueza, en vez de una que la destruya, o que evite su crecimiento.  Una en la que la gente no tenga que depender de la caridad para sobrevivir; y una en la que la gente no tenga que depender de la expoliación legal para sobrevivir.  ¿Qué tal una economía en la que la gente pueda tener un buen empleo y un buen salario para pagar su casa, el supermercado, la educación de sus hijos, sus servicios de salud y su vestimenta, sólo para mencionar unas cuantas necesidades básicas?  ¿Qué tal un sistema en el que la gente emprendedora como miles y miles de chapines que se dedican al comercio, a la agricultura, a hacer pasteles y jaleas, coser vestidos, arreglar computadoras, o a diseñar software pudieran hacer crecer sus negocios, mejorar sus niveles de vidas y ofrecer oportunidades de empleo? Tu hablas de sobrevivencia; pero, ¿qué tal una economía para vivir, en vez de una para sobrevivir?

Ta vez no estemos de acuerdo en esto; pero…de verdad, creo que la dirigencia popular (porque es élite y porque es dirigencia) está moralmente obligada a averiguar qué clase de economía puede alejar a la gente de la caridad y de los favores políticos, y acercarla a un sistema en el que pueda mejorar su nivel de vida sin necesidad de violencia y sin necesidad de acudir a la expoliación legal.  Y si esa dirigencia no lo hace, creo que es moralmente responsable de los resultados de su decisión de no hacerlo, así como de las consecuencias que tienen sus ideas.

Las ideas, Carol, tienen consecuencias; por eso es que a mí me interesan las causas de la riqueza; no las de la pobreza.  De hecho la pobreza es la condición natural de los seres humanos.  La pobreza no tiene causas.  Por favor, toma nota de que esto no significa que no existan los fabricantes de miseria a los que me referí arriba y que tanto a ti como a mí nos ofenden.  Lo que digo es que todos nacemos desnuditos, para parafrasear a Alvaro de Laiglesia.   Los países ricos, las sociedades ricas, las personas ricas lo son porque dejaron de ser pobres.  Lo deseable es que esa riqueza sea creada (en vez de que sea saqueada).  ¿Qué tal si trabajamos por una economía que castigue el saqueo y premie la creación de riqueza?

Dices que Guatemala no es un país pobre; pero sospecho que lo que quieres decir es que Guatemala es un país con mucho potencial para la riqueza de su gente.  Guatemala es un país de pobres porque la mayoría de su gente no puede satisfacer sus necesidades económicas (salud, educación, vivienda, vestido, y demás) por sí misma.  Tu dices que nunca has alucinado con las sociedades ricas; pero yo sí.  Yo si alucino, sueño, fantaseo y me ilusiono con que la gente, en Guatemala, pueda vivir como vive la gente en las sociedades ricas.  Digamos, que sólo para que miles de niños no se mueran de enfermedades gastrointestinales y de enfermedades bronconeumonales evitables, antes de los tres años de edad.  Digamos, que para que la mayoría de la gente pueda vivir con la dignidad que da el saber que el trabajo de uno le permite satisfacer sus necesidades básicas y hasta darse lujos y placeres (cada quién de acuerdo con sus valoraciones personales, claro).

¿Te has preguntado por qué es que Hong Kong es más rico que Guatemala?  Sin duda no es por su tamaño, ni por sus recursos naturales, ni por su localización geográfica, ni por su composición social.  ¿Por qué es que China, para sacar a millones y millones de chinos de la pobreza se está alejando del socialismo, en vez de profundizar en él?  ¿Por qué es que Corea del Norte es distinta a Corea del Sur?  Esas son las preguntas que la dirigencia popular está obligada a hacerse y a responderse con honradez intelectual.  El sistema que impide la creación de más riqueza, no es culpa de los campesinos, sino de su dirigencia.

Dices que te cuesta entender por qué es que ser minero de datos o desarrollador de Apps es mejor que ser campesino y poseedor de una valiosa cultura agrícola;  pero es sólo porque el dilema está mal planteado.  Es como cuando los economistas clásicos no le hallaban solución a aquello de que por qué es que los diamantes son más valiosos que los panes, siendo que los panes sirven para aliviar el hambre y los diamantes son sólo piedras.  Los clásicos no se daban cuenta de que el dilema no es entre todos los diamantes y todos los panes, en todos los tiempos y lugares y para todas las personas.  El dilema real es estos diamantes y estos panes, en este momento, aquí y para esta persona (o estas personas).  Un pan es más valioso en el desierto, para una persona que no ha comido nada en cinco días, que para ti y para mí, aquí y ahora.  Si yo te ofreciera un pan a cambio de tus mejores aretes, ¿qué posibilidades hay de que aceptaras el trato que te ofrezco?  Pero si anduvieras perdida en Petén, con hambre y sed, ¿qué posibilidades hay de que me dieras tus aretes a cambio de una botella de agua, o de una tortilla con sal?

La cultura agrícola es muy valiosa; pero también lo es la cultura tecnológica.  Ni un campesino, ni un desarrollador de Apps son más, o menos valiosos qua personas humanas; pero sus conocimientos, habilidades y talentos sí son más, o menos valiosos en determinados contextos de tiempo y espacio. ¿Has visto cómo viven un campesino (sin privilegios) y un desarrollador de software (sin privilegios)?  En la mayoría de los casos, el primero tiene un mejor nivel de vida que el segundo.  A menos que el campesino se convierta en un latifundista, o en alguna forma de empresario, la vida de campesino es muy dura.  Dura en un sentido objetivo, tan sólo porque la actividad campesina depende muchísimo de la naturaleza y de factores externos.  Las sociedades campesinas, Carol, son más pobres que las que no lo son (a menos que los campesinos gocen de subsidios, y otros privilegios).  La gente emigra de sociedades campesinas como América Latina y Africa, a sociedades que no son campesinas.  Los países en los que la gente tiene niveles de vida dignos ¡han dejado de ser campesinos!  De eso se trata el llamado que hice en Los compas y la miseria.

Llámame como quieras y acúsame de vivir de ilusiones; pero honradamente, sí estoy convencido de que podemos tener un mejor futuro, si abandonamos la mala economía.

Saludos.


04
May 12

Algo que dar

Las personas regresaron impresionadas por lo que vieron; pero también con entusiasmo para dar ayuda. Mi compromiso, es ayudar aunque sea a la familia que conocí. Nunca imaginé que la gente no tuviera cama. Estas son frases relacionadas con la actividad Tengo algo que dar, ocurrida el domingo pasado.

Me sorprende que haya quienes llegaron a la edad adulta en la ignorancia de que millones de personas duermen en el suelo y no tienen para alimentarse bien. Me sorprende que haya gente que no haya sabido que millones de personas viven entre las moscas y que sus hijos mueren tiernos a causa de enfermedades evitables. Talvez me sorprende solo porque tuve la oportunidad de pasar muchas de mis vacaciones en Panajachel, donde algunos de mis cuates vivían en condiciones similares a las que experimentaron los excursionistas del fin de semana pasado. Talvez me sorprende porque en mi adolescencia no fui ajeno al drama de que lo único que haya para comer sean unos fideos cocinados en una lata de leche en polvo.

Me indigna y me da rabia que haya gente que tenga que vivir así; sobre todo porque no tiene por qué haber sido así. Como dice mi cuate Peter Boettke, las buenas ideas económicas conducen a buenas políticas públicas, que producen buenos resultados; y las malas ideas económicas conducen a malas políticas públicas, que producen malos resultados.

Celebro que la mara haya ido a sensibilizarse y que tenga ganas de hacer algo para que haya más riqueza con qué solucionar, de fondo, necesidades de orden económico que se solucionan solo con buenas ideas económicas. Las malas ideas (las que nos tienen donde estamos) solo van a perpetuar los malos resultados.

Mi invitación para quienes regresaron motivados por su experiencia entre los pobres, es que den un paso más allá y que abandonen y rechacen las malas ideas económicas. Que exploren ideas que produzcan buenos resultados; porque, como explicó Carl Menger, aspirar a descubrir los fundamentos de la ciencia económica significa consagrar nuestro talento a solucionar un problema relacionado con el bienestar del hombre, servir a un interés público de máxima importancia. Y a quienes ejercen el poder, ¿qué les toca? Les toca lo que dijo mi cuate Manfredo Marroquín, de Acción Ciudadana: Dar el ejemplo.

Columna publicada en El Periódico.

Y…¿por dónde puede, uno, empezar a buscar buenas ideas para mejorar el nivel de vida propio y de los demás?

Cómo mejorar el nivel de vida.

El proceso económico.

Vida, libertad y conciencia.


29
Nov 11

A don Efraín Pérez Xicará

Hoy, don Efraín Pérez Xicará me honra al comentar mi columna titulada Socialismo y pobreza, y él se expresa en los siguientes términos: Cuando Luis Figueroa refiere que hay que trabajar y generar riqueza, es fácil para alguien como él que posiblemente ha logrado escalar hasta el peldaño en el que se encuentra. Es obvio que cuando uno tiene las posibilidades para educarse, formarse y especializarse, pues no tiene muchos problemas para ahorrar y generar riqueza. Yo no sé si estos cuatro años a él lo han dejado “más pobre”, considero que a elPeriódico no le trabaja de gratis, o sea este medio le paga por lo que escribe. Esto quiere decir que él sí tiene esa posibilidad de ahorrar y, posiblemente, generar riqueza, porque se supone que no es el único empleo que tiene. Por otro lado, hasta acá, y desde el inicio del presente gobierno, nunca lo consideré socialdemócrata. Y digo que no vive el momento, puesto que desconoce que una buena parte de los Estados, a nivel mundial, se rigen por el pensamiento económico neoliberal, corriente de pensamiento que puesta en práctica crea grandes contingentes de pobres y extremadamente pobres. Para salir dudas, le recomiendo que lea a Edelberto Torres Rivas sobre la estratificación de la sociedad guatemalteca.

No me voy a referir a la primera parte porque don Efraín lo que hace es especular sobre mi vida, lo cual es inatingente.  Empero, la segunda parte es una estupenda oportunidad para abundar en una explicación de cómo es que mejora el nivel de vida de las personas.  Lo más importante de esta valiosa conversación es ¿por qué son importantes el ahorro y la creación de riqueza?

Lo contrario a la pobreza, don Efraín, es la creación de riqueza.  La educación, la salud, la vivienda, la cultura, el entretenimiento, el vestuario, los alimentos y todas esas cosas se compran con riqueza.  Por eso es importante producir riqueza.  Por eso es importante multiplicarla y que haya más.  A más riqueza, menos pobreza.  Ojalá pudiéramos estar de acuerdo en esto.

Verá usted…en mis sueños más locos, me imagino a millones de guatemaltecos con buenos empleos y buenos salarios que pueden pagarse su educación, su salud, su vivienda y demás. ¡Con dignidad!, sin vivir de otros. Pero, ¿sábe de dónde salen los buenos empleos y los buenos salarios?  Salen de las fábricas, los comercios, las fincas y de los servicios.  Mientras más fábricas, por ejemplo, más oportunidades de empleo.  ¿Y sabe qué ocurre cuando hay más plazas de trabajo que gente buscando empleo? ¡Suben los salarios!  En cambio, cuando hay más gente buscando trabajo, que oportunidades de empleo, lo que ocurre es que bajan los salarios.

¿Sabe de dónde salen las fábricas, las fincas, los comercios y los servicios?  Salen de algo que se llama capital; y este sólo es posible gracias al ahorro.  Por ahora no importa si el ahorro es suyo, mío, o de otros.  Lo cierto es que si no hay quien ahorre, no hay como comprar maquinaria, por ejemplo.  Y sin maquinaria, no hay fábrica.  Y sin fábrica no hay empleos.  Y sin empleos la gente no puede satisfacer sus necesidades (a menos que viva de limosnas, o del robo).  Y no mejoran los salarios.  Y no hay ahorro.

Los bancos y el mercado de capitales (cuando lo hay) toman el dinero de los ahorrantes (quienes quiera que sean, ¡y mientras más, mejor!) y se lo prestan a aquellos que lo necesitan para establecer las fábricas, los comercios, las fincas y los servicios que le dan trabajo a la gente que necesita trabajo.

Por eso es que los ahorros y la riqueza son importantes, don Efraín.  Para que haya más.  Para que haya menos pobreza y para que haya más gente que pueda ahorrar.  Lo que yo deseo es que todos pudiéramos disfrutar de la riqueza…en vez de lo contrario que es sufrir la pobreza.  Ojalá pudiéramos estar de acuerdo en esto también.  Y aprovecho para recomendarle una ingeniosa explicación acerca de este tema que nos tiene platicando: http://www.comomejorarelniveldevida.org/peli01.htm

Con respecto a que la administración de Los Colom.-Torres/Espada no es socialdemócrata porque usted, o yo la consideremos así, o no, lo atingente es su partido así se definió, como miembro de la Internacional Socialista; y que en la mayoría de sus políticas actuó conforme a: el principio de que el interés colectivo debe prevalecer sobre los derechos individuales; y conforme a las 10 políticas recomendadas por el Manifiesto Comunista (o del socialismo real).  Si quiere leer más acerca de esto, lo invito a hacer clic en http://luisfi61.com/2011/11/23/socialismo/.  Esto no es cuestión de gustos y consideraciones personales; sino de la realidad.

Por último le cuento, don Efraín, que ¡estamos de acuerdo con que el neoliberalismo ha hecho daño!  No comparto esas políticas tibias promovidas por los organismos supranacionales de orden neoliberal.  Por ejemplo: frente a los neoliberales tratados de libre comercio, apoyo la libertaria apertura unilateral de fronteras; frente a la dolarización neoliberal, apoyo la libre elección de monedas; en América Latina, el neoliberalismo privatizó monopolios, y yo apoyo la liberalización de mercados. Los neoliberales siguen las recomendaciones del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, en tanto que los libertarios preferimos que cierren esas dos organizaciones.

Gracias, por escribir, don Efraín.


28
Oct 10

Velásquez y la riqueza

En su columna de hoy, el estimado Alvaro Velásquez dice que la afirmación de que la pobreza es el estado natural de las personas, es de carácter ideológico, propia de la escuela austríaca de economía.

Empero, lo cierto es que, parafraseando a Alvaro de Laiglesia: todos nacemos desnuditos; y la riqueza hay que hacerla.  Un terreno no es riqueza hasta que alguien siembra caña en ella, la cultiva, la corta y la convierte en azúcar que vende a quien la necesita.  Una montaña llena de oro no es riqueza hasta que alguien lo descubre, lo explota, lo procesa y lo vende.  Contrario a lo que mucha gente cree, la riqueza no está ahí, sino que la riqueza se hace.  De ahí la frase hacer dinero, en la que por dinero se entiende valor.  Hacer riqueza no es transferir dinero, sin hacerlo.  Los saqueadores se pueden enriquecer, pero no hacen riqueza.  Los emprendedores y los trabajadores, en cambio, hacen riqueza.

Aquello no es ideológico porque, no importa qué ideología sostenga uno, es un hecho que el oro que nadie sabe que está ahí, o el oro que nadie puede explotar, no enriquece a nadie.  Los potenciales café, los zapatos y pasteles que sólo son semillas, cuero y harina-pero todavía no son pasteles- no enriquecen a nadie.

Velásquez dice que la riqueza no está bien distribuida; lo que quiere decir que la riqueza no está distribuida a su gusto.  Lo cierto es que producción de riqueza y distribución de riqueza no son dos procesos separados abismalmente.  Ocurre que cuando a Velásquez le pagan por su trabajo, si su trabajo es valorado con dinero, entonces su trabajo ha creado valor o riqueza, y esa riqueza le ha sido distribuida a él.  El recibe valor, a cambio del valor que dio, y el valor que recibe es superior al valor que dio, porque si no, él no hubiera hecho el intercambio.

Cuando alguien produce café, zapatos o pasteles, crea riqueza donde antes sólo habían semillas, cuero y harina; y esa riqueza -que creó- le es distribuida.

A Velásquez aquello no le parece; y sospecho que ha de tener un plan -o conoce quien tiene uno- acerca de como redistribuir la riqueza de una forma menos natural y más de acuerdo con sus designios.

Eso no estaría mal si para ello no se requiriera el uso de la fuerza.  Porque una cosa es producir e intercambiar riqueza de forma pacífica y voluntaria de acuerdo con relaciones contractuales; y otra es renegar de aquellos procesos y tratar de modificarlos para que se ajusten a lo que uno cree que debería ser.  Y para ello es necesario tomar la riqueza producida por unos, aunque no quieran entregarla, para repartirla después de acuerdo con criterios ajenos a los legítimos propietarios de la riqueza.  Y eso, claro, sólo se puede hacer como se hace: por la fuerza.


28
Jul 10

El mal negocio del petróleo

Extraer crudo en Guatemala es un gran negocio para las empresas; pero es lesivo para los guatemaltecos porque los propietarios del suelo no son propietarios del subsuelo.

Encontrar oro, petróleo y cualquiera otra fuente potencial de riqueza no significa riqueza para los guatemaltecos porque -en cumplimiento del ideario socialista- son los políticos y sus funcionarios los que controlan aquellas fuentes potenciales de riqueza.
En los países en los que el propietario del suelo es el dueño de lo que hay abajo, encontrar petróleo y minerales es fuente de riqueza; en cambio, entre nosotros, es fuente de conflictos y sólo beneficia a quienes tienen acceso al poder.
En el enlace vea usted cómo y por qué es que ocurre esta ignominia.

01
Mar 10

Carlos Fajardo, la prosperidad y la benevolencia

Don Carlos Fajardo no cree que el individualismo mejore la calidad de vida de las personas porque no ha podido establecer la relación que hay entre un ambiente propicio para la creación de riqueza, la riqueza, y el bienestar. Y quizás estas evidencias nos ayuden en ese asunto.

Hola don Carlos. Si usted chequea cuáles son los países en los que hay más libertad económica (y en general mejor respeto a los derechos individuales) y luego chequea en qué países hay un mejor índice de desarrollo humano, va a encontrar con que la gente vive mejor en los países donde hay más libertad. La gente goza de mayor bienestar, de más desarrollo y de mejor nivel de vida, en aquellos países donde hay una tradición de respeto a la libertad y a los otros derechos individuales.

Se va a encontrar con que la gente vive mal, o peor, en aquellos países donde la libertad, la vida y la propiedad, así como el derecho a la búsqueda de la felicidad, no son, ni han sido respetados.

No me crea; véalo en: el Indice de Libertad Económica y véalo en el Indice de Desarrollo Humano.

De verdad creo que si aspiramos a ayudar a los pobres, lo mejor que podríamos hacer es fundar un sistema que no los haga depender de la caridad y menos, aún, de los favores políticos. Yo digo que sería mejor fundar un sistema en el que hubiera oportunidades. Oportunidades para tener mejores empleos, mejores salarios y hasta para fundar y multiplicar sus propias empresas. La idea sería crear riqueza, en vez de sólo repartir lo que hay. Honestamente, creo que es mejor ayudar a los pobres con oportunidades, que con limosnas y con caridades. Lo cual no excluye la benevolencia, ¡para nada!, especialmente en casos de emergencias, desastres naturales y otras calamidades. La gente del corredor seco, en Guatemala, por ejemplo, necesita desesperadamente que les echemos una mano.

Usted pone en duda que la gente sea más generosa cuando le sobran más recursos. Y si bien es cierto que la benevolencia no es exclusiva de ningún grupo social, o es cierto que aún en la miseria más desesperante la gente comparte y es generosa con los más necesitados, también es cierto que más tiene la gente, más puede dar. Eso es sólo cuestión de aritmética.

No conozco rico alguno que no tenga por lo menos una obra de benevolencia favorita. Los ricos apoyan fundaciones para combatir enfermedades, para combatir el analfabetismo, el hambre, la mendicidad, el abandono, y muchas otras cosas indeseables.

Por cierto, ¿sabía usted que las mujeres ricas dan más que los hombres ricos? Ricos como Bill Gates y Warren Buffett – además de crear riqueza y hacer nuestras vidas más cómodas– dan millones y millones para todo tipo de causas artísticas, científicas, y de lucha contra la pobreza. Lo mismo hicieron Rockefeller, Mellon, Carnegie, Vanderbilt y otros Y aquí en Guatemala es lo mismo. Busque una obra de benevolencia significativa y en su junta directiva encontrará a los ricos locales.

A nivel de países, los países pobres reciben millones y millones de dólares en ayuda de los ricos en los países ricos. Esa ayuda llega directamente por medio de individuos, fundaciones y clubes de servicio; e indirectamente por medio de la cooperación internacional. Las víctimas de tsunamis en Asia, sequías en Africa, huracanes en Honduras, Guatemala y Nueva Orleans, terremotos en Turquía y en Haití y otros desastres naturales reciben generosas ayudas monetarias, tecnológicas y científicas de parte de los ricos en los países ricos. Y aunque los terremotos sean más fuertes en los países prósperos (y libres) como Chile; hacen menos daño que en países pobres (y no libres) como Haití. Y en muchos países ricos existe una cultura de benevolencia. No me crea a mí; por favor, vea las cifras.