Hacer negocios con China, no es moralmente neutro. El régimen que gobierna China es una dictadura totalitaria y los brios de Shangai, y de otras ciudades del este, hacen que muchas personas olviden aquella realidad.
En aquello me puse a pensar cuando leí que Panamá le dio la espada a Taiwán y decidió apoyar al régimen de Beiging.
Pocos saben, por ejemplo, que Liu Xiaobo, Premio nobel de la paz, crítico literario, profesor y activista de los derechos humanos se halla preso por el régimen desde 2008 y ha estado confinado en solitario. ¿Cuál fue su delito? Pedir reformas políticas y el fin del régimen uniparditista del partido comunista.
Muchos libertarios y algunos despistados se engañan cuando -en casos como el de China, Cuba y de otros regímenes similares- creen que el principio de laissez-faire, laissez-passer se aplica, sin más, a regímenes totalitarios. Cuando se dice que el comercio entre Guatemala y México, o Guatemala y los Estados Unidos de América, o el comercio entre dos países no totalitarios debería ser libre, de lo que se habla es que individuos de uno y otro país deberían poder intercambiar sin coerción, ni privilegios. Pero cuando se trata del comercio entre individuos de un país no totalitario e individuos de países totalitarios, se ignora (¿Convenientemente?) que en los países totalitarios casi todo negocio (unos más, otros menos) involucra a la nomenklatura y al poder político. Muchas veces, evidentemente basado en privilegios, cuando no en coerción. Y con un agravante: China exige que los países que quieran tener relaciones con ella, deben abandorar, o darle la espalda a Taiwán, actitud que tiene un olorón a chantaje.
Cuando un país como Panamá (cuando políticos y empresarios de panameños) le da la espalda a un país republicano, pro occidente y pacífico como Taiwán, para buscar negocios con un régimen totalitario, irrespetuoso de los derechos humanos y pendenciero como el de China popular, esa decisión no es moralmente neutral. No puedes decir que estás contra la dictadura asentada en Caracas, si apoyas a la que está asentada en Beiging.¡Hasta Rigoberta Menchú, amiga de Maduro, firmó una petición para la liberación de Liu!…así es de evidente que su detención es criminal.
Dicho lo anterior, el comercio no es entre países, X país no comercia con China. Son individuos de un país X los que comercian con individuos de China. Y la decisión de comerciar con individuos de China (que es un país con un régimen totalitario) tiene una dimensión de orden ético más allá de la meramente comercial. Esto es porque la ética es la parte de la filosofía que tiene que ver con lo que es bueno, y lo que es malo; y esa decisión les corresponde a los individuos que actúan y que en este caso, comercian. No creo que los gobiernos deberían tener facultades para decidir con quién pueden comerciar, o no los individuos; pero los individuos están moralmente obligados a decidir con quién comercian y con quién no. Especialmente cuando se trata de negocios que involucran a regímenes totalitarios como el de Pekín.
El caso de Liu Xiaobo, sin embargo, es uno de miles. Gobernado por el partido comunista, China sigue siendo un estado totalitario, que sistemáticamente pisotea los derechos humanos, incluyendo la libertad de expresión, la de asociación, la de asamblea y otras.
Quizás, para entender las dimensiones del régimen de Beinging, quieras ver y escuchar el testimonio de lucha por la justicia y la libertad en China por Chen guangcheng.
O el testimonio de Anastasia Lin
Actualización: Liu Xiaobo falleció el 13 de julio de 2017; el 29 de junio anterior la dictadura lo había liberado por razones médicas al habérsele diagnosticado cáncer en el hígado.
La foto es de la Human Rights Foundation.