Lula me dijo que los primeros cuatro años son para consolidar equipo; los segundos cuatro años, para hacer los grandes cambios; yo solo tengo cuatro, pero les garantizo que va a haber otros cuatro, realmente haciendo los cambios, con otra persona, aseguró el presidente chapín Alvaro San Nicolás Colom.
Organismo Judicial
21
Jun 09
¿Otros cuatro años de Los Colom?
19
Jun 09
Pingüe piñata para los magistrados
Mientras que miles y miles de guatemaltecos clamamos por justicia, con las próximas elecciones de magistrados de la Corte Suprema de Justicia y de la Corte de Apelaciones, el Organismo Judicial deberá pagar cerca de Q29 millones en indemnizaciones, si los 91 magistrados se retiran el próximo 13 de octubre; aquellos que sean reelectos acumularán un período más de beneficio.
03
May 09
Gobernar es gravar para gastar
El hecho de que para algunos gobernar es gravar para gastar, queda probado con la necedad del presidente socialdemócrata guatemalteco, Alvaro San Nicolás Colom, en el sentido de que antes de que el Congreso apruebe una ley que serviría para sanar y hacer más transparentes las comisiones de postulación para la elección de magistrados en el Organismo Judicial, San Nicolás demanda que sea aprobada su alza de impuestos.
15
May 07
Los delincuentes obedientes
Ayer, el presidente Oscar Berger participó en la destrucción de unas 1000 armas que estaban en custodia del Organismo Judicial desde hace 16 años. Berger dijo que “quisiéramos vivir sin las armas; precisamente hoy (ayer) hablé con el vicepresidente del Congreso sobre el tema de la inciativa de ley de armas y me dijo que está en agenda”.
Lo que necesitamos es una ley de armas y seguro que los delincuentes, obedientes, van a entregar las suyas, parecen creer algunos; y ¡sí, pues, ya vas!, digo yo.
Carmen Rosa De León, de la Comisión para la Destrucción de Armas, apoya la iniciativa y estimó que en Guatemala hay un millón de armas sin registro y que 250 mil tienen licencia.
Y yo apuesto una ceja a que los delincuentes no registran sus armas.
Si quiere ver algo inteligente sobre las armas por favor vea este reportaje, en inglés.
14
Oct 06
Consuetudinario, o jacobino
1. Un muerto, y 28 casas y cinco automóviles quemados, fue el saldo que dejó el enfrentamiento entre los residentes de varias poblaciones que invadieron la aldea Tzucubal con el objetivo de capturar a un grupo de personas acusadas de vender niños. Así decían las noticias el 2 de octubre.
Para el 3, las cosas se pintaban peor; ya que para entonces, con el apoyo del alcalde del lugar e impedido el ingreso de la policía, 18 mujeres y cinco hombres fueron azotados y rapados.
Entre la actitud de este jefe edil y la del munícipe de Acatán, más los 12 casos de este tipo que en lo que va del año tiene registrados el Organismo Judicial, incluido el espeluznante caso de Sumpango, uno puede concluir, ¡otra vez!, en que el estado de Guatemala ha colapsado y que se está disolviendo en la anarquía.
¿Por qué no ocurrían tantas cosas de estas hace diez, o quince años? La hipótesis de un cuate es que la presencia del Ejército impedía estos desmanes entre la población indígena. “Los que estamos desubicados somos nosotros; porque, ¿de dónde sacamos que Guatemala es Occidente?”, dice el citado.
Y talvez sea cierto. Por cierto que según un mito tzutujil los K´ulantun winaq eran hechiceros cuyas costumbres malignas no tenían límites e incluían el robo de niños para el sacrificio (Stanzione, 2000). Mitos como este dan pie para que entre los indígenas, el simple rumor de un posible robo de niños puede desencadenar linchamientos. (Si me escribe a luisfi@intelnet.net.gt le mando un articulín que publiqué al respecto). Y si no, ¿qué explica hechos como el de Tzucubal, el de Sumpango, el linchamiento de aquellos turistas japoneses en Todos Santos y el ataque espantoso que sufrió June Weinstock, en San Cristóbal Verapaz?
Sin embargo puede que haya más. Mi hipótesis es que a aquellos grupos que se oponen a las adopciones y que andan por ahí asustando a la gente sencilla con historias sobre el robo de niños, se les ha ido la mano. Esas historias han revivido los mitos primitivos más profundos y han despertado demonios que estaban dormidos. Y como consecuencia, el estado de Guatemala se disuelve en la anarquía; entre una mezcla de intereses políticos retorcidos, algo de mumbo jumbo y el activismo (y la abulia) de elites irresponsables.
En medio del caos, los desmanes de la plebe se confunden con un supuesto derecho consuetudinario; haciéndose a un lado el hecho de que este se deriva de los precedentes judiciales y de la costumbre, siempre y cuando esta última sea repetida a lo largo de muchos años y que, por lo tanto, goce de un uso repetido y generalizado, al mismo tiempo de que, en torno, a ella exista una conciencia de obligatoriedad.
La quema de personas y de propiedad, los azotes y otras penas infamantes, puede que sean un fenómeno nuevo entre las comunidades indígenas, atribuible a la ausencia del estado como gendarme y como juez.
Entonces, si el derecho consuetudinario ha de desarrollarse entre los indígenas como una alternativa para restituir la legitimidad del estado, la dirigencia política y social que apoya ese camino debe establecer una diferencia inconfundible entre aquel, y el jacobinismo de las plebes y el de los alcaldes con alcances modestos y pretensiones napoleónicas.
Si no lo hicieran, uno podría pensar que, en realidad, las dirigencias populares que vemos en foros, o en ONG y que medran en los organismos internacionales, tienen poca, o ninguna conexión con las verdaderas dirigencias locales con las que las poblaciones indígenas sí tienen conexiones informales, pero efectivas, talvez por consuetudinarias.
2. Mojito: Un turista chapín entra a una tienda de música, en La Habana, y le pregunta al empleado: “¿Tiene la canción Morir de amor, por las hermanas Fabrisa, en 45 revoluciones?” A lo que el empleado le responde: “No, ese no lo tengo; pero sí tengo Morir de hambre, por los hermanos Castro, en una sóla revolución”.