Hace poco 66.4% de los votantes irlandeses votó a favor de acabar con una de las leyes sobre el aborto más restrictivas de Europa, que únicamente permitía aquella práctica en caso de riesgo para la vida de la madre, pero no en casos de violación, incesto, o anomalías fetales fatales. En Argentina, en cambio, la mayoría del senado votó contra legalizar el aborto, aunque la mayoría del congreso ya había aprobado aquella legalización.
Esto me recordó algunas ideas:
Comparto con mi cuate, Freddy -que es médico- la idea de que el aborto seguro debe ser legislado por razón de justicia; y Freddy me lo puso de este modo: En Guatemala, las niñas de clase media para arriba abordan un avión hacia Miami en la mañana, abortan ese día y al día siguiente están de vuelta en sus casas; pero, ¿cuál es la opción para las niñas pobres? A ellas no les queda más que la clínica clandestina, con suerte; porque a aquellas que ni eso pueden costear, no les queda más que las tristemente proverbiales varilla de paraguas y sercha metálica. En condiciones de insalubridad, y a manos de quién sabe quién.
En marzo pasado leí que que el obispo de San Sebastián, en España, dijo que lo que más dignifica a la mujer es el don de la maternidad; pero, la verdad es que como leí quién sabe dónde, escrito con sabiduría inmensa y profuda: Lo que más dignifica a una mujer es su condición humana.
De cualquier manera, aunque fuera cierta la pretensión del prelado donostiarra, no toda chica que necesita abortar lo hace porque no quiere ser madre nunca, sino porque no quiere ser madre aquí y ahora. De ahí que en justicia, me parece una canallada arriesgar los organos reproductores de una chica que no quiere ser madre ahora -y en circunstancias posiblemente muy negativas- y privarla de la posibilidad de ser madre cuando haya madurado y cuando la condición de madre (con todas las inmensas responsabilidades que implica) esté incluida en su proyecto de vida.Y me parece una canallada forzar la maternidad en una mujer,o en una niña. ¿A tí no?
Por cierto que, en Irlanda, también ocurría lo que en Guatemala, las chicas irlandesas con posibilidades de hacerlo podían ir a abortar a otros países de Europa, en tanto que las pobres tenían que hacerlo de forma clandestina e ilegal, y posiblemente peligrosa.
En todo caso, la decision de abortar, o no, no es un tema para políticos y burócratas; no es un tema para el estado. ¿A quién le concierne? A las partes involucradas. A la madre, sin duda alguna y quizás al padre. Puede que incluso a los abuelos y tíos. Es un asunto que debería discutirse en familia porque, en el caso de las adolescentes embarazadas, lo más seguro es que los abuelos, los hermanos, los tíos u otros familiares tengan que echarse el trompo a la uña, y lo mismo sucede con mujeres embarazadas que son incapaces física, o mentalmente de criar un hijo (especialmente si es un hijo no deseado). En una sociedad de personas libres y responsables, es inaceptable que la procreación sea un asunto de estado.
De paso…subrayo que este artículo es a favor de una opción de aborto más segura que la opción clandestina, en el entendido de que el aborto es un procedimiento delicado y de que está claro que no hay tal cosa como un aborto 100% seguro. Debería estar claro, también, que -con todo y todo- un aborto en condiciones médicas estándar es más seguro que uno en quién sabe qué condiciones.
Este artículo no sostiene que los embarazos no deseados y las violaciones cesarán con la existencia de un aborto seguro y legal; porque no hay relación causal entre este y aquellos.
Este artículo no sostiene que no habrá repercusiones emocionales, ni físicas en quienes opten por un aborto legal y seguro. Es un hecho que el producto de la concepción (la mórula, o el embrión) lleva el ADN de la mujer que ha decidido abortar, lleva algo de ella y es natural que la mujer que tiene la necesidad de abortar pueda lamentar la pérdida de algo que es suyo. Sin embargo, la afectación que sufra puede ser mayor, o menor, dependiendo de el contexto y el tipo de orden en el que ocurra el aborto y de las ideas prevalecientes en aquel contexto y orden. Entonces, no es lo mismo tomar la decisión de abortar clandestinamente en un contexto en el que se condena a la mujer que tiene necesidad de hacerlo, que en uno en el que se le reconoce prioridad a la vida actual de la mujer, frente a la potencialidad que tienen la mórula y el embrión.
Este no es un artículo a favor del aborto financiado por los tributarios. Eso sí, si alguna organización, o individuo recibe fondos de los tributarios (porque cree que tiene la facultad de recibirlos) debe entender que, entre los tributarios, habemos gentes con todo tipo de valoraciones y opiniones; y cómo no es posible separar de quién son los impuestos que se reciben, y de quien no, quienes reciben dinero de los tributarios deben servir a los intereses de todos los tributarios. En una clínica, u hospital que recibe dinero de los tributarios no se vale rehusarse a proceder con un aborto seguro y legal; porque parte del financiamiento que recibe, sin duda viene de tributarios que están a favor de la despenalización del aborto.
Nota importante: en mis entradas sobre este tema, no se trata de matar bebés como equivocadamente suele señalar la propaganda de quienes creen que las mórulas, o los embriones, o los fetos tienen vida, en el mismo sentido en que las mujeres embarazadas tienen vida.
Un embrión [o un feto de hasta 12 semanas] depende 100% de su madre para desarrollarse, y eventualmente nacer. Es un hecho que un embrión de tres meses no podría vivir independientemente de la mujer que lo está gestando. En ese sentido tiene vida potencial porque vida, para los seres humanos, no es la mera existencia biológica que también tienen las amebas, los árboles y las tortugas. La vida real (“actual life”) es la manera de vivir propia de cada individuo, el estilo que le es propio, sus valores, sus deseos, sus proyectos, su propósito, sus logros y más. Un embrión carece de todo aquello y es en ese sentido que el embrión es vida potencial, y no real (o “actual life”); es en ese sentido en el que la mujer sí tiene vida real (o “actual life”).
Si te interesa el tema te recomiendo este artículo: Abortion Defenders Are Losing the Moral High Ground.