09
Abr 09

Guate en Semana Mayor, ciudad vacía

Ya se ha instalado la Semana Mayor en la ciudad de Guatemala, y una prueba de ello es que está engañosamente vacía desde esta tarde. Estas son tomas del Boulevar Liberación, cerca del área de El Trebol.

Las tomas son a las 4:30 p.m. hora en que, usualmente, esa arteria está colmada de tráfico. Pero a esas alturas, ya muchísima gente a abandonado la ciudad. Lo vacío es engañoso, claro; porque luego, si uno sale a ver procesiones, especialmente en el Centro Histórico, se encontrará con multitudes que yo creo que cada año son más numerosas.

En fin…a mí me gusta quedarme en la ciudad durante esta temporada; en parte para evitar los gentíos y la inmundicia que hay en los principales lugares turísticos, y en parte porque disfruto mucho de las costumbre y tradiciones que se celebran aquí. También disfruto mucho de la comida propia de estas fechas: el bacalao, el curtido de remolachas, el pan de la Costa Sur, los garbanzos en dulce, las empanadas de leche y de salmón, y otras delicias.


06
Abr 09

Agua, temblores y costumbres chapinas

No te bañes con agua que ha sido agitada por un temblor porque te van a doler los huesos, decían las viejitas; y seguramente se referían al agua que estaba en aquellas enormes pilas que había en las casas chapinas de antaño, y que la gente usaba para bañarse cuando el agua corriente no era lo común. Y seguramente se aplica ahora para quienes tienen que bañarse con agua de tonel, porque el agua corriente no llega a sus casas.

Los chapines tenemos otros mitos con respecto al baño, ahora que celebramos la Semana Mayor, es oportuno recorar que si te bañas en Viernes Santo, te salen escamas, como a los peces. Esta creencia, sin duda, no sólo afectaba la higiene diaria, sino la posibilidad de disfrutar del mar, de los lagos, de los ríos, de las pilas y de las piscinas, precisamente en los momentos en los que el goce del agua fresca era más anhelado.
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La foto es de la finca El Zapote, a la sombra del volcán de Agua.


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31
Mar 09

Pelotas de tripa de coche

Tradicionales y coloridas pelotas de tripa de coche es lo que lleva este vendedor que me encontré, el domingo, atrás del monumento a José de San Martín, en la Avenida de las Américas.

Lo divertido es que, en realidad, no son hechas con tripa de cerdo o marrano; sino con el hule que se extrae de ciertos árboles propios de Retalhuleu, en la Costa Sur de Guatemala.  ¿Quién sabe de dónde sacó la gente que son hechos de tripa de cerdo? ¿Es posible que antes sí fueran hechos con ese material?
Cándido especula y me dice que es posible que antes se usaran vejigas de cerdo infladas y luego cubiertas de hule criollo; pero sería bueno saber si esto es cierto.  
En Guatemala, estas pelotas se las ve con frecuencia y son muy populares.  Yo creía que para jugar partidos improvisados de fútbol; pero el lector S@kis, observa atinadamente que, como rebotan mucho, no son buenas para el balompié, pero si para otros juegos que requieren pelota.

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29
Mar 09

La ignominia de los perros vestidos


Los que visitan este espacio saben que algo que me indigna y me enoja mucho es que la gente arrastre a su perro mientras sale a montar bicicleta. Eso es una canallada porque es someter al animalito a un esfuerzo innecesario, y al cual, el de la bicicleta no está dispuesto a someterse. Francamente creo que es un abuso.

Hoy, que fui a Pasos y Pedales, no faltó la escena del perro arrastrado en bicicleta; pero noté algo que no había notado antes. Muchas personas llevan a sus perros vestidos. Deje usted que no sea natural que un perro vaya vestido. Deje usted que bajo el calor de marzo, el vestido sobre la pelambre de un animalito debe ser extremadamente molesto. Deje usted lo kitsch de la situación. ¡Pobres perros!, imagínese usted la ignominia por la que pasan.

Yo digo que los canes sí se dan cuenta. En casa de mis padres, durante mucho tiempo, tuvimos un perro extraordinario de nombre Simón. A Simón, Tino le hacía su corte de pelo correspondiente cada tanto porque era de raza Poodle; y como resulta que hay estilos Poodle para machos y para hembras, un día de aquellos mi padre, que era sicalíptico, le pidió a Tino que pelara a Simón como hembra. Y, ¿va usted a creer que el animalito se dio cuenta? Al bajar de la mesa donde lo pelaban, en el garage de la casa, Simón pegó la carrera y se fue a esconder a la sala. Y no salía de debajo de un sillón. Yo digo que Simón estaba conciente de su apariencia y el pobre estaba avergonzado.

Pasos y Pedales, por cierto, es una forma de paseo en la ciudad de Guatemala. Es fruto del ingenio abusivo del ex alcalde Fritz García-Gallont y consiste en el cierre de dos arterias importantes de la urbe. Ahí, muchos llegamos a caminar y a montar bicicleta, y algunos llevan a sus perros, se hace un bullicio y en el área abundan las deposiciones caninas, y nunca faltan otras formas de basura. Un típico caso en el que lo supuestos intereses colectivos prevalece sobre los derechos individuales.


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21
Mar 09

Recuerdos de helados de carretilla

A estos heladeros los vi desde mi balcón. Antes me gustaban mucho los helados de carretilla. Me gustaban los sandwichs, los olímpicos y los de crema forrados de chocolate. Los olímpicos, por cierto, eran de naranja, rellenos de crema y esos eran mis favoritos. Cuando mis padres nos mandaban a las matinales, en el cine, nos daban 15 centavos y con eso comprábamos un helado a la entrada, uno en el intermedio (porque había dos pelis) y uno a la salida.

Cuando era muy niño, mi abuelita Juanita y La Mamita, a mi hermano y a mí no nos dejaban comprar más que helados Sharp. Yo resentía eso porque unos compañeros de colegio eran hijos de los propietarios de los helados Super Ricos.

Más tarde en mi vida, al principio de la Secundaria, el heladero de mi barrio era Nelson. A él le comprábamos helados Foremost con frecuencia, y nos conocía de nombre. Uno conocía el sonido de las campanas de su carretilla, y la forma de su sombrero.

Si me preguntan ahora, que cuánto tengo de no comer helados de carretilla, diría que por lo menos unos 25 años. Cuando hace unas semanas estuve en Comalapa estuve a punto de comprar uno; pero los de pueblo son distintos. Generalmente son de crema y se ponen en cono de galleta; y se adornan con jalea de fresa.


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18
Mar 09

El meón antigüeño

De todas las fotos de meones que publico; esta serie es la que mejor ha salido. El meón estaba sobre la calle de Chipilapa en La Antigua; y como se armó una pequeña atorazón de tráfico, dió tiempo para que pasara una patrulla y lo amonestara y, además, dio tiempo para que otro sujeto saliera a cubrirlo.

La de orinar en la calle es una de las costumbres chapinas más despreciables, juntamente con la de la impuntualidad, la de no confirmar asistencia a las invitaciones, y la de no responder directamente a preguntas directas.


08
Mar 09

Cosas que ni se ven, ni se hacen

Andaba con mi amiga Bobbi, por el Museo Ixchel, cuando vimos varios instrumentos como el que ilustran esta entrada. ¿Sabe usted lo que son y para qué sirven? Esas piezas eran usadas para zurcir calcetines. Sí. Antes la gente no tiraba los calcetines cuando tenían hoyos; y lo que hacía era remendarlos. El instrumento se introducía en el calcetin y facilitaba pasar la aguja y el hilo para darle forma al zurcido.

Esas cosas ya ni se ven, ni se hacen; pero aquella era una práctica común y en casa de mi abuela, Frances, había uno al que mi hermano y yo le decíamos La pata de pollo. Eso le conté a Bobbi, y mientras nos reíamos ella comentó que en su casa, cuando se gastaban los cuellos de las camisas, su madre los volteaba para darles una segunda vida. Y ahí nos agarró la risa otra vez porque igual cosa se hacía en mi casa. Hasta pasadito el terremoto de 1976 uno todavía le llevaba a mi abuela los calcetines para que los zurciera, y las camisas para que les diera vuelta a los cuellos.

Ella nos contaba que así se hacía durante la Gran Depresión y durante la II Guerra Mundial cuando las cosas eran caras y escasas. Por supuesto que cuando la segunda mitad del Siglo XX vino cargada de prosperidad sin precedentes, muchísima gente pudo abandonar aquellas prácticas, que quien sabe si tengamos que retomar ahora que se profundiza una crisis de grandes magnitudes.

La pata de pollo, por si acaso, ahora está en casa de mi madre. Y no está de más comentar que, si uno no tiene una, puede usar una bombilla…si es que todavía no ha cambiado las suyas por los nuevos focos ahorradores, que no le servirán para zurcir sus calcetines.

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01
Mar 09

El anís y una tradición chapina perdida

La botella de la foto es de un licor de anís libanés; y es muy diferente a cualquiera otro que haya probado antes.

Estoy acostumbrado a los anices dulces como el Anís del Mono, y como el Pastis, e incluso como el Pernod (que no es anís propiamente); pero este no lo era, así que fue interesante probarlo. Intersante como cuando, hace ratos, probé el Kümmel que es un licor de cominos. Lo probé, por cierto, en casa de mi amiga Queti el día en que me regaló su The Fountainhead, ¡de 1944!

Los anises eran parte de la tradición chapina. Contaba mi abuelita Juanita que en casa de sus abuelos, cuando llegaban las visitas, lo que se ofrecía para beber era anís y talvez Jeréz; de acuerdo con las costumbres españolas que prevalecían en la sociedad chapina. Luego ocurrió el afrancesamiento y con él lo que se ofrecía era Cognac, o Brandy. Y así pasó un buen tiempo hasta que la II Guerra Mundial trajo a los estadounidenses y lo que empezó a prevalecer fue el Whisky. Yo nací en esa etapa que duró hasta que, a mediados de los años 80, el vino empezó a desplazar a la bebida escocesa y es lo que prevalece ahora.

Sobre todo en las noches de calor, me gusta mucho disfrutar de un Pastis bien frío; y de cuando en cuando preparo una pasta deliciosa con eneldo, Pastis y camarones.

Gracias a mis amigos Sylvia y Moi, por haberme dado a probar el licor libanés.


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28
Feb 09

Panes franceses con jamón y queso

Seguro que la foto pudo haber sido mejor; pero intenté transmitir todo el concepto: panes franceses con jamón y queso, aderezados con mayonesa y ketchup, envueltos en servilleta y papel encerado, y comprados en tienda de barrio, mejor si es del Centro Histórico. Yo no puedo resistirlos. Es que los veo y se me antojan. Acompañados por Coca Cola, Nesbitt´s, u Orange Crush. ¡Como me recuerdan lo bueno de mis días de colegio!

Si ahorita mismo me ofrecieran unos…ahorita mismo me los comería.

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24
Feb 09

Mi buey

Como es el año del buey -y como nací en un año del mismo animal- mis amigas Carmen y Violeta me regalaron esta divertida linterna con forma de mi nahual, o mi Dæmon.

Yo lo tuve que armar y eso explica que se ve un poco desgarbado; pero se ilumina con luces de colores y se ve muy alegre en la oscuridad.