16
Nov 09

La minifalda

Geisy Arruda, una estudiante brasileña fue expulsada de su universidad tras acudir a clases vestida con una minifalda. La joven, además, fue acosada por sus compañeros de clase, que protestaron por su vestuario. Su expulsión, ocurrida en la Universidad Bandeirantes comenzó como un episodio estudiantil que sólo había recibido la atención de los medios locales; pero se convirtió en una polémica nacional en un país famoso por los minibikinis y el culto a la belleza.


Si aquello hubiera ocurrido en la España de Franco, o durante algún régimen militar conservador en América Latina, no me hubiera extrañado; pero ¡¿en Brasil?! Sin duda, el mundo está loco, je je.

Cosas parecidas pasaban en Guatemala durante el gobierno de Carlos Arana. En aquellos tiempos la policía detenía a las chicas que iban con faldas cortas y les bajaban el ruedo; y a los chicos que iban con el cabello largo, se los cortaban. Y claro que la gente hallaba formas de burlar aquel conservadurismo absurdo. La mamá de mi amiga Carolina -cuya otra hija estudiaba en el Colegio Belga- , permitía que la hermana de mi amiga fuera con falda corta y a la misma no le dejaba ruedo suficiente para que las monjas del colegio le alargaran la prenda.

La gente siempre encuentra como eludir regulaciones como esta, plagadas de moralina y de un constructivismo rayano en tontera.

27
Jul 09

Casados aunque sea en el infierno

Lo que conocemos como matrimonio es un acuerdo privado entre dos personas que deciden compartir sus vidas -generalmente porque se aman en el momento de hacer el acuerdo-; y lo hacen en el marco de ciertas formalidades. Dichas formalidades subrayan el carácter de compromiso y de permanencia en la unión y buscan el apoyo del prójimo para la pareja contrayente.

Funtamentados en la creencia falsa de que la familia es el núcleo de la sociedad, los políticos han inmiscuido al estado en aquel acuerdo privado; y han convertido lo que es un contrato libre de voluntades soberanas en un asunto político, público y colectivo. Sabemos que es falso que la familia sea el núcleo de la sociedad porque la familia es un orden creado, o taxis en el sentido hayekiano; y la sociedad es un orden espontáneo o cosmos, en el mismo sentido. Dos tipos de orden distinto no tienen un mismo núcleo porque su naturaleza es distinta. En la sociedad, como cosmos, el núcleo se halla en las incontables relaciones libres, contractuales, voluntarias, pacíficas y de intercambio que se dan entre las personas individuales, y no en un orden creado particular. Ya lo dijo Louis Claude Destutt de Tracy, en su Treatise on Political Economy: Society is purely and solely a continual series of exchanges.
A muchos políticos, y especialmente a los conservadores, les gusta pensar que tienen el control sobre lo que ellos creen que es el núcleo de la sociedad; y por eso -muchas veces con fundamentos religiosos- fuerzan la permanencia de aquellos acuerdos que le dan origen a la unión de parejas y a las familias. Uno, aveces, hasta tiene la impresión de que para aquellos políticos y para aquellos religiosos, son preferibles las parejas y las familias infelices, y no los individuos felices.
A mí no me extraña, entonces, la oposición que hubo entre el conservadurismo chapín, contra una reforma a las leyes de divorsios que permita la disolución de los vínculos matrimoniales sin pasar por un largo proceso de desgaste y que respete la voluntad de los individuos involucrados.

Muchos conservadores creen que los individuos no deben tener la libertad de enmendar sus errores, ni la de enmendar el rumbo de sus vidas y que, por lo tanto, como el matrimonio es un asunto de interés público, las personas deben sacrificarse en beneficio de las apariencias y de una sociedad que demanda que su supuesto núcleo sea casi granítico.
La inmoralidad de estas creencias y de estas expectativas es evidente si nos damos cuenta de que esa posición anula la libertad y la responsabilidad individuales; y las sustituye por la sumisión, el sacrificio y la prevalencia de las apariencias sobre la de la realidad.

03
Ago 08

El conservadurismo demuestra su poder

“El puertoriqueño José Luis de Jesús Miranda, quien se autonobra Jesucristo, hecho hombre o Anticristo, pasó la noche en el aeropuerto La Aurora, debido a que las autoridades de Migracion no lo dejaron ingresar al país, la noche del viernes”, así lo informa Siglo Veintiuno.

En abril de 2007 ocurrió, también, que las autoridades chapinas -serviles con el conservadurismo- no dejaron entrar al presunto anticristo. Es impresionante que, en pleno Siglo XXI y en plena administración socialdemócrata, los cachurecos tengan tamaño poder. A mí, todo esto del anticristo me causa gracia; pero hay gente que se lo toma en serio y hasta ahora no he visto que Miranda sea convicto por delito alguno, o algo parecido, que justifique la prohibición que le impide ejercer su ministerio en tierra chapina, cuya Constitución, por cierto, dice proteger la libertad de cultos.

Claro que si fuera un ex cura que militó con alguna guerrilla sí sería bienvenido y hasta podría ser funcionario público. Pero cuando se trata de un sujeto que reta al poder establecido y a la industria del misal…ahí sí. Porque como decía el dictador: Para mis amigos, lo que quieran; y para mis enemigos…la ley.


06
Jul 08

La muerte de Jesse Helms

Jesse Helms fue senador por Carolina del Norte, en los Estados Unidos de América. Icono de la derecha religiosa, murió ayer a los 86 años, luego de haber pasado 56 de ellos en la política.

Helms jugó un papel triste en la comprensión de la naturaleza del Sida en los años 80 y no entendía la naturaleza de la planificación familiar, también era proteccionista y posaba como un hombre de principios. Sin embargo, a mi juicio lo redimen algunas cosas: entendía que la ayuda exterior era corruptora y dañina para el que la da y para el que la recibe; fue un azote para la dictadura marxista de Fidel Castro; entendía que el estado no debe subsidiar al arte; se oponía a la justicia criminal relajada; y fue una figura fundamental para la lucha de los Contras en Nicaragua.

En aquellos días oscuros, en los que Guatemala se veía amenazada por los regimenes cubano y sandinista, la influencia de Helms en la administración Reagan fue muy valiosa para resistir la influencia de aquellos en la guerra contra la URNG.


18
Oct 07

Chavas con…agallas

“Soy lesbiana porque me gusta y porque me da la gana”, decía el letrero que un grupo de lesbianas feministas en rebeldía colgó en la Avenida de la Reforma el domingo pasado.

Pasó inadvertido en los medios, peromi amiga María Dolores pasó por ahí y logró tomarle foto antes de que fuera descolgado.

Chavas con…agallas, ¿o no? Sobre todo en este país en el que el conservadurismo pretende, y consigue aveces, arrastrarnos al siglo XIX.


12
Oct 07

El conservadurismo ataca de nuevo

Mis felicitaciones a la Convergencia Cívico-Política de Mujeres, que rechazó el proyecto de ley de protección integral del matrimonio y de la familia, que el conservadurismo chapin ha conseguido que sea aprobada en segunda lectura, en el Congreso. Aquel proyecto reduce la figura familiar y discrimina a los hijos nacidos fuera del matrimonio.

El objetivo de ese proyecto es impedir que sean aprobados los matrimonios homosexuales, y por eso establece que sólo es matrimonio la unión exclusiva de hombre y mujer. Además, el texto legal es discriminatorio para hijos nacidos fuera del matrimonio, y para madres solteras y padres en la misma situación, separados o viudos.

La Convergencia Cívico-Política de Mujeres objetó varios aspectos de iniciativa de ley:
El proyecto solo reconoce a la familia constituida sobre la base del matrimonio. De aprobarse, quedarían fuera madres solteras, viudas/os y divorciados/as. Establece que son parte de la familia el hombre y la mujer casados o en unión, los hijos procreados por unión natural y, excepcionalmente, los adoptados. No están incluidos los hijos que nacieron mediante técnicas como inseminación artificial, fecundación in vitro u otros procedimientos. Discrimina a los hijos nacidos fuera del matrimonio, y limita los derechos de las personas que no optan por las figuras legales de matrimonio y unión de hecho.

Aveces parece que en Guatemala regresaramos a la ranciedad victoriana.


23
Ago 07

Los obispos y el conservadurismo miope

La Conferencia Episcopal de Guatemala criticó el programa de atención posaborto, del Ministerio de Salud, porque aseguró que sienta las bases para facilitar los abortos clandestinos. La Iglesia Católica instó a las autoridades a que ejerzan más control sobre este programa, porque impulsa la capacitación de personal paramédico y comadronas en técnicas de aspiración para retirar restos de abortos.

¿Y qué quieren sus excelencias? ¿Que no se atienda a las mujeres que abortan? ¿Que se las deje a la mano de Dios? ¿Que no puedan extraer con un mínimo de higiene y de seguridad los restos de los abortos?

La actitud de la dirigencia católica me recuerda a la del conservadurismo chapín decimonónico que, cuando el presidente Manuel Estrada Cabrera inauguró el Asilo Joaquina, para madres solteras, alegaba que aquel era un promotor del bastardismo.

La ilustración es de http://www.ctv.es/USERS/acabiedes/gasaje/obispo.jpg


25
Jul 07

De nuevo estoy de acuerdo con Rigoberta Menchú

Hace poco, la Premio Nóbel de la Paz, lideresa indigenista guatemalteca, y candidata presidencial, dijo que “nadie puede invertir en una tierra que no sabe quién es el dueño, esa certeza es necesaria”, y yo no podría estar más de acuerdo.

Ayer, en un foro sobre el aborto y el matrinomio gay –en medio de una nube espesa de conservadurismo decimonónico- Menchú hizo la luz y dijo que “hay temas como la homosexualidad, lesbianismo y uso del condón que están en agenda y que no se han discutido. Invitó a los presentes a escuchar las opiniones de la población, ya que hay que qutar algunos tabúes, miedos e ideas que no se aceptan”.

Es interesante como es que, si uno se va a los principios, y no se pierde en ideologías ni en el pragmatismo, uno encuentra puntos de coincidencia con aquellos que parecen estar diametralmente opuestos a las ideas que uno valora; y como es que encuentra diferencias abismales con aquellos que parecen afines.

Yo creo que el matrimonio gay es un acto de justicia, propio de una sociedad abierta en la que los derechos de los individuos prevalecen sobre los intereses colectivos.


14
May 07

El regreso del perfecto idiota, comentado

Del cuate peruano, Héctor Ñaupari, he recibido los siguientes comentarios acerca de El regreso del perfecto idiota latinoamericano, obra de Carlos Alberto Montaner, Alvaro Vargas Llosa y Plinio Apuleyo Mendoza.

Se ha publicado El regreso del idiota, de Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa (Random House/Mondadori, México, 2007, 343 páginas) tercera entrega de estos destacados defensores de la libertad, el progreso y bienestar, valores tan esquivos como urgentes en nuestros países, y que causara, como es lógico, ácidos e insultantes comentarios por parte de la divine gauche latinoamericana.

Lo novedoso es que todos estos presurosos pero desacertados “críticos” cometían el grave yerro –como hicimos notar en su oportunidad– de no haber leído el libro, que todavía no había salido a la venta, un rotundo y al mismo tiempo grave caso de deshonestidad intelectual, amparado en el siniestro silencio de sus compañeros de ruta y de otros ingenuos en la academia y la cultura, de un lado a otro del continente.

Como seguramente estos aviesos y poco serios comentarios continuarán, nos apresuramos a recomendar este magnífico libro e insistir en su inmediata lectura. En sus inquietantes páginas, nuestros autores pasan revista a la actualidad de América Latina y, en su análisis, sorteando las zigzagueantes coyunturas de nuestros países, rastrean, en primer término, la genealogía intelectual y política de los “nuevos” izquierdistas de esta parte del continente.

En el libro queda claro que el neosocialismo o “socialismo del siglo XXI” latinoamericano está viviendo un autoengaño: se considera a sí mismo pleno de vitalidad, cuando en realidad se ha fosilizado, exponiendo su oscura decrepitud a la realidad solar e inmisericorde de nuestros tiempos, y dilapidando inexorablemente el poco capital espiritual que todavía le queda. “Nietas de Marx, hijas de Lenin y sobrinas de Freud”, como sostienen los escritores, el último héroe de las izquierdas, Ernesto Che Guevara, lleva muerto más de cuarenta años, y casi nadie conoce su verdadero pensamiento –resumido en esa terrible frase suya: “ser… una fría máquina de matar”– ni sus crueldades y asesinatos a sangre fría, teniéndosele más como un fenómeno chic antes que como un verdugo a mansalva de adolescentes, lo que fue en realidad.

Sin correr la suerte de Guevara, –como puntualiza brillantemente el libro comentado– fuera de las costas de Cuba, el viejo y enfermo Comandante que la tiraniza no inspira los enfebrecidos entusiasmos de hace cuatro décadas, repetidos hasta el hartazgo en proclamas, poemas, odas y canciones de nueva trova. Más bien, queda patente que es, para todas las democracias en el mundo, una gran incomodidad, por sus sostenidas violaciones a todos los derechos humanos, su saudita riqueza, su olímpico desprecio a la libertad de pensamiento, prensa y expresión, y, sobre todo, por llevar el triste título de ser el dictador más antiguo de América Latina.

Del mismo modo, convienen los autores en que muy poco sensato ha de ser tener como adalides a líderes indigenistas, nacionalistas y tropicales bolivarianos –los “izquierdistas carnívoros”– que repiten los mismos clichés de hace cuando menos un siglo y medio; y, peor aún, cuando se sabe que comparten también los mismos apetitos de poder desaforado y supremo. En realidad –como comprueba el libro– en sus discursos y metodologías, nuestra izquierda se ha detenido en el tiempo. Un clarísimo ejemplo de ello es Silvio Rodríguez. Como señala con indudable acierto el destacado crítico literario peruano Gustavo Faverón –a quien nadie puede acusar, por cierto, de neoliberal– “Silvio Rodríguez canta la revolución y es un ejemplo estrepitoso de conservadurismo. Su música es la eterna repetición edulcorada y entristecida de las mismas tres notas; sus letras son tan nuevas como pueda ser nuevo a estas alturas alguien que parece no haber leído en su vida nada más que a Bécquer y al Che Guevara. Ni siquiera su guitarra parece haber sido afinada en los últimos treinta años. Uno tiene la impresión de que afinarla sería un acto demasiado experimental para Rodríguez: es imposible detectar ningún tipo de evolución en sus discos: su primera época y la última son lo mismo”[1].

Es por eso que, acorde con los nuevos tiempos, como destacan Mendoza, Montaner y Vargas Llosa, hay una izquierda renovada en América Latina, la cual ha abordado el tren de la historia, porque ha comprendido la realidad del mercado sin anteojeras ni corsés ideológicos, lo mismo que el respeto a los derechos esenciales de las personas y la democracia, sin perder por ello sus preocupaciones sociales.

Si algo podemos concluir de esta “izquierda vegetariana” –como se la denomina en el libro– es que resulta mejor y más práctico convencerles de la naturaleza bienhechora del mercado, que lograr que algunos liberales tengan en cuenta las evidentes desigualdades que padece nuestra región. No obstante, ése no es el caso de los autores de El regreso del idiota, pues, si una evidencia resalta en el libro, es el reconocimiento de la pobreza y las divergencias sociales de Latinoamérica, y su solución a través de la libertad y el emprendimiento empresarial sin cortapisas, propuestas que, a fuerza de insistir, y reforzadas por el peso de la realidad, vienen siendo acogidas en diversos países.

Asimismo, en el libro se explica al gran público el complejo de Fourier, mal psicológico descrito por un venerable economista austriaco, Ludwig von Mises, el cual aqueja a las izquierdas latinoamericanas y europeas por igual –configurando un rarísimo caso de igualitarismo psiquiátrico, donde el denominador común está representado por un “sueño [que] es… un escape a anhelos reprimidos…”– y que consiste en descargar en el otro –la burguesía, el imperialismo, el neoliberalismo hambreador y genocida– sus amargas frustraciones, bajo la coartada de “reivindicaciones sociales”, en una “providencial transferencia de la culpa”, como destacan los autores. Resolver este mal latinoamericano es una tarea pendiente si se quiere alcanzar realmente el desarrollo para la región, y que las reformas no queden simplemente en modernizaciones cosméticas, tragedia que ha ocurrido en el pasado, también analizada escrupulosamente en El regreso del idiota.

Finalmente, en su último capítulo, este libro quiebra uno de los mitos que más ha vendido la izquierda en ambos lados del Atlántico: el monopolio de la autoridad moral de sus intelectuales. Cuando leemos la conspiración del silencio urdida contra Hayek, y su posterior vindicación; la odisea de Popper, huyendo del totalitarismo nazi, lo mismo que Ayn Rand y su dramático escape del comunismo emergente en su Rusia natal; o, los insultos proferidos contra Carlos Rangel, tenemos la certeza que hay una historia paralela, de heroísmo y compromiso, de sacrificio y virtud, en los intelectuales liberales, que debe ser escrita. Estimo que el homenaje rendido a estos paladines en este libro sea el punto de partida para contarla. Ése es mi deseo y mi esperanza.

[1] Faverón, Gustavo. Dean Reed y los héroes quietos. Revolución conservadora (invitado especial: Silvio Rodríguez). Blog Puente Aéreo, del autor. Mayo, 2007.

En la foto estamos Alvaro Vargas Llosa, y su servidor.