04
Jun 24

Impuestos y coacción

En X circula la idea de que las distorsiones en las preferencias de los usuarios -motivadas por alzas en los precios, a causa de impuestos- no son coacción per se.  ¡Y claro que si son coacción! 

Para comenzar fácil los impuestos o tributos son impuestos; e imponer quiere decir obligar; y obligar es sinónimo de forzar. Los impuestos no los pagas voluntariamente; y tributos como el que pesa sobre los rendimientos del capital (o Impuesto Sobre la Renta) no los pagas, sino que te los quitan (te los retienen) antes de que recibas tu transferencia.  Ni siquiera puedes rehusarte a pagarlos porque nunca pasan por tus manos.  Cuando vas al supermercado no hay forma de decir: Por favor no me cobre IVA.  Los recaudadores usan drones para mantener controladas tus propiedades y forzarte a pagar el IUSI que ellos demandan. 

¿Cómo te fuerzan -los recaudadores- para hacer efectiva la imposición y el pago de impuestos? Te amenazan con que si no entregas tu propiedad (la parte que ellos reclaman), te causarán un daño.  ¿Qué daño? Te meterán preso.  Si no cumples con sus exigencias irás preso…enchachadopie con jeta porque no les pagaste.

Es como cuando un grupo delincuencial amenaza al tendero con que si no le paga le hará daño al negocio, a su familia, o al tendero. En esencia, la extorsión consiste en amenazar a una persona para obligarla a actuar de determinada manera y, así, obtener dinero . Si ves las similitudes, ¿verdad? 

La coacción puede ser legal, o arbitraria y consiste en usar la fuerza, o la amenaza del uso de la fuerza para conseguir que alguien haga algo, o deje de hacer algo.  En este caso la amenaza de cárcel es lo que consigue que las personas paguen los impuestos que -sin la amenaza- podrían elegir no pagar. La coacción puede ser legal si se hace conforme a la legislación aunque viole derechos individuales (que son la vida, la libertad y la propiedad de las personas); pero, ¿es legítima? No.  Si una norma viola derechos individuales no es legítima; aunque sea consecuencia de la voluntad de la mayoría (o de quienes alegan representar a la mayoría y aunque haya sido promulgada de acuerdo con el proceso de formación de legislación. De ninguna manera es aceptable la creencia de que la voluntad de la mayoría puede legitimar una norma que viola los derechos de una minoría. ¿Y cuál es la minoría más pequeña? La minoría de uno.  No hay minoría más pequeña que la de un individuo.  Existe una división importante entre lo que es legal y lo que es legítimo.  Lo legítimo lleva una carga moral de fondo; en tanto que a la legalidad sólo le concierne la formalidad superficial.

Entonces, ¿por qué podemos meter presos a asesinos, ladrones, secuestradores, y otros criminales de forma legítima? Porque, parafraseando a John Locke, cuando un criminal decide violar los derechos a la vida, la propiedad y a libertad de otras personas se pone en guerra contra los integrantes del orden social y renuncia a la plenitud del goce de sus propios derechos. No en su totalidad, claro (porque el orden social depende del respeto a los derechos individuales), pero ya no es igual a las personas que respetan la cooperación social pacífica. 

La ilustración de Hagar, The Horrible, Dik Browne la tomé de Facebook.

El tributario, a quien el gobierno decide quitarle su libertad y su propiedad, no se ha puesto en guerra con nadie. Tu…no te has puesto en guerra con nadie.  Sólo eres víctima de quienes pueden amenazarte con causarte el daño de la cárcel y otros daños colaterales, sólo porque alegan representar la voluntad de la mayoría y han cumplido con ciertas formalidades hechas a a medida.

Para estas alturas debería verse claro que si involucras impuestos en una relación eso es coacción. 

La distorsión de las preferencias

Hay grupos de personas a las que no les gusta tu forma de vida.  Por ejemplo: no les gusta lo que comes, o lo que bebes.

Como no se atreven a forzarte directamente para que no comas y no bebas lo que ellos consideran que no debes comer, ni beber; pues te lo pueden encarecer artificialmente mediante la imposición de un tributo. Entonces por ejemplo, a los productos que tienen grasas, azúcares, u otros componentes que aquellas personas estiman que tu no debes ingerir le ponen un impuesto con la idea de que, por caro, no lo puedas consumir por lo menos con la frecuencia que sueles consumirlo.

La ilustración de Hagar, The Horrible, por Dik Browne, la tomé de Facebook.

Como la mayoría de nosotros vivimos con un presupuesto limitado, la decisión de encarecer -mediante impuestos- algunos productos que consumimos nos hace  actuar de una forma en la que no actuaríamos en ausencia de tributos (de ahí la distorsión).  Parece una decisión voluntaria eso de que renuncies a comer,o beber productos que han sido encarecidos; pero no lo es. ¿Por qué? Porque la opción no responde a una decisión de mercado (como cuando no compras lorocos porque están caros). Sino que responde a una decisión política y ya sabes, la política es la ciencia del poder, es decir, de la capacidad de hacer que otras personas actúen como quieren los que ejercen el poder, ya sea mediante persuasión para influir, o mediante la fuerza, para obligar. ¿Qué instrumentos usan los grupos que quieren dirigir tu vida? La legislación que impone tributos. Descartada la persuasión, el instrumento es el castigo económico (la expoliación) si consumes lo que el grupo con poder no quiere que consumas. De ahí que es bueno que el impuesto fuera eliminado de aquella iniciativa. 

A los pipoldermos que controlan el estado niñera les gustan aquellos impuestos porque, ¿a qué político colectivista no le gusta gravar para gastar? Pero hay un efecto más perverso que la expoliación; y ese es el de la infantilización de los individuos. La coacción -disfrazada de información- destinada a modificar las preferencias de las personas, para que no consuman ciertos alimentos (y consuman otros) irrespeta la dignidad de las víctimas y las convierte en niños que llegan a creer, de verdad, que no deberían tener la responsabilidad las decisiones que toman en sus vidas porque esa responsabilidad ya la asumieron los políticos y burócratas…que luego te informarán que tienes que alimentarte con insectos.


13
May 17

¿Quién paga a los que no trabajan?

No es cierto que Salud pague a dos mil empleados que no trabajan.  Somos los tributarios, y entre ellos, tu, quienes pagamos a todos los empleados que no trabajan a lo largo y lo ancho del sector público.

No es por otra cosa que el sector público es el sector coercitivo de la economía.  Cuando tu pagas los salarios de gente que no trabaja, los pagas a costa de tus necesidades y de las necesidades de tu familia.  En el sector público les pagas salarios a gente que no trabaja porque eres forzado a hacerlo.

La foto es de Prensa Libre y muestra a sindicalistas del Ministerio de Salud en una audiencia judicial.


23
May 14

¿Qué limita al gobierno?

Imagen de previsualización de YouTube

Otto Pérez, presidente de la República afirmó que su administración continuará haciendo propaganda, a pesar de que el Tribunal Supremo Electoral está tratando de evitar las campañas anticipadas por parte de los grupos políticos.  El clavo es que –en Guatemala– es muy difícil desvincular al gobierno del partido oficial, porque las figuras cesáreas del Presidente y de la Vicepresidenta están íntimamente relacionadas con la imagen del oficialismo partidista.  El Presidente dice que la prohibición del TSE no limita al gobierno.

La teoría liberal dice que las leyes y la Constitución limitan al gobierno.  Dice que los votantes limitan al gobierno.  Pero cada vez más, creo que “eso son papas y panes pintados”. El maestro Miguel Anxo Bastos y el ensayo If Men Were Angels: The Basic Analytics of the State versus Self-Government, por Robert Higgs, me han ayudado a poner en mejor perspectiva la pregunta inquietante: ¿Qué limita al gobierno?

El gobierno es una expresión de poder y el poder es la fuerza. Mediante la violencia o mediante la amenaza del uso de la violencia, quienes tienen el poder puede obligarte a hacer algo que no quieres hacer. Para ello el gobierno tiene el  monopolio de la coerción legal y busca desesperadamente tener el monopolio del uso de las armas.

El gobierno no sólo controla el uso de la fuerza, también controla el dinero.  Mediante sus facultades monopólicas con respecto al dinero, el gobierno puede generar inflación y empobrecerte sin que te des cuenta.  El gobierno puede endeudarte a ti, a tus hijos y a los hijos de los hijos de tus hijos.  Y tú ni te das cuenta.

El gobierno no sólo controla la fuerza y el dinero, también controla la educación.  El sistema estatal de educación produce ciudadanos ejemplares. ¿Y cuáles son los ciudadanos ejemplares? ¿Tal vez tú que pagas tus impuestos sin chistar, que votas para poner en el poder a políticos que continuarán la piñata, y que cumples con todo tipo de legislación sin protestar?  Los ciudadanos obedientes son ejemplares.

Sospecho que ninguna prohibición limita al gobierno. ¿Qué limita a quienes controlan la coerción, el dinero y las ideas?

Columna publicada en El periódico.

La entrevista que ilustrra esta columna es una conversación que sostuve con Robert Higgs acerca de la guerra perdida contra las drogas, un tema íntimamente ligado al que ocupa las reflexiones de arriba.


10
Jul 12

Estudiantes quieren más privilegios a costa de los tributarios

Lo que la dirigencia popular estudiantil quiere, no son asuntos de fondo que mejoren la calidad educativa, o que reduzcan el carácter coercitivo de la educación estatal; lo que quieren es más dinero de los tributarios.  Quieren usar el poder coercitivo de la ley para extraer dinero de los tributarios y obtener asistencia económica para sus estudios.  Más asistencia económica para sus estudios, querrán decir; ya que gozan del privilegio de estudiar (¿estudiar?) en escuelas normales pagadas por los tributarios; y está a su disposición la universidad estatal, también pagada por los tributarios.

Eso es lo que se ve luego de las audiencias que la dirigencia de los estudiantes de magisterio (para integrarse a la burocracia educativa estatal) asistierona  audiencias en el Congreso de la República.

 


07
Ene 11

Inadmisibles pretensiones de ex empleados de Renap

Es inadmisible la pretensión de los diputados que quieren forzar la recontratación de los empleados del Registro Nacional de Personas, suyos contratos vencieron en diciembre.  Es inadmisible que aquellos diputados citen al directorio del Renap; y que traten de obligar al director ejecutivo del Registro a echar marcha atrás en una disposición propiamente administrativa.  Es inadmisible que los no recontratados traten de forzar una relación contractual ya que la naturaleza misma de las relaciones contractuales se basa en su carácter voluntario y pacífico, carácter que quedaría desvirtuado si se concretan sus pretensiones y las de los diputados demagogos que los apoyan.

Por algo se dice, con toda razón, que mientras que el sector privado de la economía es el sector voluntario de la misma; en tanto que el sector público de la economía es el sector coercitivo de aquella.  El sector público está acostumbrado a basarse en la fuerza y en la coacción para actuar y, cuando dentro de él se dan relaciones contractuales que deberían ser pacíficas y voluntarias, rápidamente trata de imponerse la cultura de la fuerza.

Llama la atención, también,  el hecho de que el ex director del Renap, Mauricio Radford, logró que muchos de los empleados del Renap se hicieron miembros del proceso de inscripción del comité pro formación de un partido político que estaba organizando el citado director destituido.  ¿Cuántos firmantes serían coaccionados, o chanteajeados para que firmaran? ¿Sería inusual que aquello ocurriera? ¿Cuántos trabajadores del sector coercitivo de la economía se ven obligados a hacer cosas parecidas para obtener, o conservar sus contratos?


04
Jun 10

¿Son confiables los bonos de deuda chapines?

El miércoles pasado nos enteramos de que Moody´s Investors Service les elevó la calificación a los títulos de deuda de Guatemala, en moneda extranjera; y que estos pasaron de Ba3 a Ba1; en tanto que los papeles en moneda nacional siguieron en Ba1.
Lástima que no encontré el enlace; pero El Periódico nos cuenta, hoy, que tres analistas de Moody´s confesaron, ante una comisión del Senado de los Estados Unidos, que sintieron presión e intimidación de parte de sus jefes, obsesionados por incrementar su participación de mercado, para asignar altas calificaciones a títulos riesgosos que no lo merecían.
Es bueno saber esto porque, si hay presiones para sobrevaluar títulos en el sector privado (que es el sector pacífico y voluntario de la economía), uno puede suponer que esas presiones son proporcionalmente más fuertes cuando se trata de papeles emitidos por gobiernos, que son parte del sector público, o sea del sector coercitivo y forzado de la economía por su propia naturaleza.
Si usted pone en duda eso del sector pacífico y el sector forzado de la economía, piénselo de esta forma: Cuando un productor privado de fresas quiere dinero de usted, ¿qué tiene que hacer? Pues le tiene que ofrecer un bien que usted desee, y se las tiene que dar buenas, bonitas y baratas, por decir algo, para que usted -voluntaria y pacíficamente- acceda a darle su dinero a cambio de las fresas que el productor le está ofreciendo.
Empero, ¿qué pasa cuando el gobierno quiere dinero de usted? Pues hace una ley para intimidarlo, y si no consigue asustarlo, lo amenaza con llevarlo a prisión…arrastrado si es necesario. Usted tiene que aceptar lo que le ofrece el gobierno a cambio de su dinero (aunque no sea bueno, ni bonito, ni barato).
Y claro, no faltará quien diga que hay productores privados que pueden forzar a otros a aceptar los bienes (o servicios) que ofrecen; pero, si se detiene con cuidado, va a notar que, para que ello sea posible de forma sostenida, necesariamente tienen que acudir a alguna forma de connivencia, de apoyo o protección del sector público.