29
Ago 22

Hablemos de impunidad: hurto, robo y extorsión

 

¿Quieres hablar de impunidad? El Observatorio de Derechos de Propiedad informó que entre 2017 y 2020 se registró un promedio anual de 267 denuncias por hurto, robo o estafa de fluidos, entre los que destaca la electricidad. ¡El año pasado se reportó un incremento de 63% al totalizar 436 denuncias!

Haz clic en la imagen para saber más.

De acuerdo con registros de la entidad, los departamentos con más denuncias en los últimos cinco años son San Marcos, con 204; Guatemala, 183; Retalhuleu, 162; y Huehuetenango, 91. Les siguen Quetzaltenango, con 73; Petén, 69; Suchitepéquez, 62; Alta Verapaz, 52; Jalapa, 48; Santa Rosa, 46; Izabal y Quiché, 42 cada uno. El resto de departamentos registra entre 8 y 30 denuncias.

Luis Ortiz, presidente de la Comisión Nacional de Energía Eléctrica, explicó que el problema del hurto de energía puede clasificarse en dos: por un lado, el provocado por usuarios aislados que falsean contadores, pero por otro, el que proviene de organizaciones delictivas. Esas células delictivas de robo de energía surgieron en 2007 y prácticamente extorsionan a los usuarios en las áreas afectadas para cobrarles por el servicio, dijo Ortiz.

Hurto, robo y extorsión son dos delitos que si fueran cometidos por grupos que no tuvieran vinculaciones con las dirigencias indigenista y campesina, con raíces en la exguerrilla, serían perseguidos como cualquier otro delito.


26
Ago 22

La tarea de imponer la paz

 

Que el estado abandonara su misión para dedicarse a satisfacer necesidades fue una de las inquietudes que movió a Friedrich A. Hayek a advertir que la humanidad iba en un camino a la servidumbre.  ¿Cuándo? ¡Entre 1941 y 1943! En 78 años, imagínate cuánto hemos avanzado en esa ruta peligrosa.

Pero, ¿cuál es la misión del estado? Pues proteger los derechos individuales de todos sus habitantes por igual, sin distinción, ni privilegios.  Y si comprendes los alcances de las frases de todos sus habitantes por igual y sin distinción, ni privilegios es fácil que te des cuenta de porqué es que la satisfacción de necesidades particulares mina aquella misión y nos hace enfilarnos hacia la servidumbre.

En busca del cumplimiento de aquella misión es que el estado (en realidad los políticos y burócratas que controlan el poder político) están moralmente obligados a imponer la paz.  A dirimir controversias y a someter a los violentos.  Mientras que dedicarse a satisfacer necesidades es una opción, lo de proteger los derechos individuales e imponer la paz son las razones de ser del estado.

Para cumplir aquellos propósitos tan importantes y necesarios que no se puede prescindir de ellos es que existen el derecho y las leyes.  No la legislación como normas específicas y concretas destinadas a satisfacer necesidades; sino las leyes como normas generales y abstractas destinadas a mantener la paz, ambiente en el que florecen la cooperación social y la prosperidad.

Siguiendo a Hayek, por eso es que le damos a un grupo de personas que llamamos el estado, o el gobierno, el monopolio del uso legítimo de la fuerza, en sociedad…bajo la ley.  No para imponer el orden, nótese, sino para imponer la paz.  Uno y otro no deben ser confundidos.

De ahí que las autoridades, con autoridad, deban tener el apoyo legislativo, judicial y político necesario para proteger a las víctimas de los violentos, de los delincuentes, de los terroristas, de los violadores de los derechos individuales de los demás.

¿Qué opinas?

Columna publicada en elPeriódico.


25
Ago 22

¡Ya salí del Covid!

 

Se acabó mi calidad de invicto porque cogí covid y pase diez días fuera de combate.  Bueno…casi fuera de combate porque no me fue tan mal, digamos que en promedio fue de 7/10, siendo 10 lo más malo.

For the record: el virus chino me tuvo un día con fiebre, 37.5°C; muy poca tos; algo de dolor de cabeza; casi nada de moquera; sólo un día se me quitó completamente el hambre; nunca perdí el gusto, ni el olfato; un par de días tuve muchísimo dolor de piernas; a veces me daba comezón de garganta y sentía inflamada la parte de atrás de la nariz; y la mayor parte del tiempo estuve con batería baja…con la batería muuuuy baja. Nunca me bajó la oxigenación.

Me defendí con gárgaras de agua tibia con sal,  Neumonil, Ibuprofeno y Azitromicina, así como con Abrilar y Pedialyte, con naranjada y con Ginger Ale. También con te de jengibre, naranja y cúrcuma endulzado con miel de abejas (para cuando estaba en clase).  ¡Me defendí con el cariño de mi familia, amigos y compañeros de trabajo que estuvieron siempre pendientes!

En casa, dos de tres contagiados; Nora es talishte y sigue invicta.

¿Estaba vacunado? Sipi, con tres de Aztra Séneca.

¿Me quedaron secuelas? No se…tengo un poco de tos, pero nada raro.  Igual pedí cita con mi médico para que me eche un ojo.


22
Ago 22

Para proteger a las víctimas

 

Durante 18 viernes, en 2001, fui parte de un grupo de guatemaltecos que nos reuníamos en el Obelisco a las seis de la tarde para tratar de evitar que a los chapines se nos cargara con más impuestos.  Nos vestíamos de negro, llevábamos velas, cantábamos el Himno Nacional, a veces alguien decía unas palabras, y le dábamos la vuelta a la rotonda de aquel monumento.  Al concluir los encuentros dejábamos el lugar limpio y nos íbamos a casa.

Al principio recibíamos alguna atención de la prensa; pero luego, sospecho que los medios se aburrieron de nosotros; y, por supuesto que no conseguimos detener el alza en los tributos.

Ante la frustración, algunos participantes sugirieron: ¡Paremos el tráfico y vas a ver cómo sí salimos en los medios! ¡Bajemos la bandera del lugar y vas a ver cómo llamamos la atención!  Nunca se permitió que algo como aquello ocurriera y eso desanimó a los exaltados que acudían a aquellos Viernes de Luto.  Era criterio del grupo organizador la idea de que si violábamos los derechos de las personas al bloquear el Obelisco, o si tomábamos una bandera que no nos pertenecía, íbamos deslegitimar un movimiento sano y civilizado.  Para los organizadores estaba claro que si dañábamos a terceros, no íbamos a ser diferentes de los agresores que querían elevar los impuestos, ni del tipo de manifestantes que bloquea carreteras, o del que se comporta como simios.

No te cuento aquello para presumir…pero sí.  Hay diferencia ética entre quienes ejercen el derecho a manifestar de forma pacífica (sin amenazar, ni perjudicar a nadie); y los que usan el derecho a manifestar como un pretexto para incitar a la violencia, y crear terror y desorden.  ¡No existe tal cosa como el derecho a bloquear! Y si un puñado de personas bloquea (es decir, que amenaza con usar la fuerza contra quienes intenten pasar el bloqueo), la obligación moral de las autoridades, en defensa de los derechos de las víctimas del bloqueo, es remover el bloqueo.

Las autoridades, pues, deben contar con el apoyo legislativo, judicial y político necesario para proteger a las víctimas de los bloqueos, contra las imposiciones de los bloqueadores.

¿Qué opinas?


12
Ago 22

No a la ley antimemes

 

Hola, soy Victoria Mother, bienvenidos al Ministerio de Protección en Línea. Nuestra misión es crear un espacio en línea seguro para todos. Antes, la Internet era un lugar oscuro y peligroso, una tierra de nadie, sin ley, ahora podemos navegar la Internet sabiendo que estamos protegidos por el MPL. Así comienza el juego Escaping Totalitarianism que puedes bajar en la App Store y unirte a Ion.

El meme lo tomé de Facebook.

Un Ministerio de la Verdad como el que quería Joe Biden, uno como el de Victoria -o por lo menos legislación amplia y ambigua contra la ciberdelincuencia que les permita a los políticos y burócratas restringir peligrosa y arbitrariamente la libertad que debe tener toda persona para informar sobre actos y hechos de interés público (no sólo periodistas, ni medios de comunicación)- es el sueño húmedo de muchos pipoldermos*.

La tipificación como delitos, de acciones que pudieran ser realizadas en el legítimo ejercicio de la libertad de expresión, también es algo que podrían hacer Victoria, la Junta de Gobernanza de Desinformación, o un decreto legislativo como el 39-2022.

A la luz de la amplitud del delito de acoso por medios cibernéticos, no es casualidad que aquella normativa sea conocida como la Ley Antimemes.  Si bien es cierto que aquella legislación incluye una previsión que protege la libertad de expresión reconocida en tratados y convenios internacionales, lo cierto es que dada la inmadurez del sistema judicial chapín y la proclividad de los pipoldermos (y otros grupos) a imponer formas de pensamiento único, aquella tipificación es una puerta abierta para los abusos, para cuando se ofrezca.

Es cierto que existe el ciberacoso, y a lo mejor quieres ver la miniserie El hombre más odiado de Internet; pero el castigo para esa conducta criminal no debe contener el riesgo de fabricar condiciones propicias para restringir la libertad de expresión.  ¡De ninguna manera! Por eso lo que corresponde es que el Presidente de la República vete aquella normativa y que el Congreso produzca una ley técnica, que no ponga en riesgo la libertad de emisión del pensamiento, protegida por el artículo 35 de la Constitución.

Columna publicada en elPeriódico.

*Pipoldermos: pícaros políticos que por el momento detentan el poder, Manuel F. Ayau dixit.


09
Ago 22

Adiós, David McCullough

 

David McCullough fue un escritor e historiador prolífico y muy recomendable.  En 2011 leí The Path Between the Seas, su libro sobre esa fascinante, monumental e increíble obra del ingenio humano que es el Canal de Panamá.

De aquella historia me impresionaron la arrogancia y la corrupción de los franceses; los intríngulis de la política entre los Estados Unidos de América, Colombia, Panamá y Nicaragua; lo genial de la lucha contra la malaria; y lo titánico de la empresa en general.

Lo leí porque fui observador en un coloquio sobre ese tema, organizado por la Universidad Francisco Marroquín y el Liberty Fund.

De McCullough me han recomendado mucho su biografía de John Adams, y en lo que va del año, ese padre fundador de los Estados Unidos de América se me ha atravesado por lo menos unas cuatro veces así que seguramente debería leerla pronto.

David McCullough murió el 7 de agosto pasado.  Adiós, David McCullough.


08
Ago 22

“Dudie”, mi tío bisabuelo el “beachboy”

 

Hermano de mi bisabuela, Adela, Edward Kaleleihealani Hart Miller, Dudie, fue uno de los beachboys originales en la playa de Waikiki, Hawaii.

Edward Dudie Miller, primero de izquierda a derecha. Foto de Luis Andrés Schwartz.

Playero original de Waikiki, fue el primer capitán del Hui Nalu Club formado en 1908; fue propietario del puesto de comida en el Moana Hotel, el primer gran centro turístico de Waikiki. Además de ser surfista, pescador y canoero de primer nivel (fue idea suya llevar a los turistas a las olas en canoas con estabilizadores), Miller, parcialmente hawaiano, era uno de los mejores músicos de las islas; tocaba el piano, escribió un folleto popular sobre el ukelele, dirigió la Dudie Miller Band en el Moana y fue invitado en 1929 a actuar en Nueva York.

Fue Dudie quien le dio el nombre de Queens a uno de los mejores lugares para surfear en Waikiki, una elección fácil, dado que el lugar estaba ubicad frente a la casa de la playa de la reina Liliuokalani. [Isaac Hart, abuelo de Dudie y de mi bisabuela, Adela, fue el arquitecto que diseñó el Iolani Palace original].

Edward Dudie Miller, hermano de mi bisabuela, Adela.

Las funciones oficiales del sistema de beachboys en Waikiki -que les brindaban a los turistas una experiencia segura; pero emocionante del océano- mantenía limpias las playas y permitía que los beachboys actuaran como embajadores casuales frente al mar. Ese sistema fue, en gran parte, inventado por la Moana Bath House, dirigida por la pandilla de Dudie. Cuando Miller murió en 1935, a la edad de 49 años, sus amigos playeros hicieron una enorme tabla de surf con flores de jengibre blanco y la colocaron junto a su tumba.

Gracias a Luis Andrés Schwartz por el texto y las fotos.


05
Ago 22

En busca de la verdad y de la justicia

 

Por medio de un largo proceso de prueba y error, el derecho penal evolucionó desde el misticismo y las ordalías hacia formas de administración de justicia con bases morales y cívicas.

Justicia, por Maerten van Heemskerck, dominio público, via Wikimedia Commons.

Las garantías procesales son parte de aquel proceso. ¿Ejemplos? El principio de que nadie debe ser condenado sin haber sido escuchado y vencido en juicio de acuerdo con la ley. De acuerdo con la ley (como imperativo categórico) y no de acuerdo con la legislación, y menos con la política (como imperativo hipotético).  Y, claro, la presunción de inocencia.

La administración de justicia chapina nunca se ha distinguido por su apego a aquellos principios; pero durante el mandato de la CICIG la sumisión de aquellos a las necesidades políticas fue elevada a nivel macabro.  Una vez alguien era señalado en espectaculares conferencias de prensa, esa persona caía en manos de los fiscales de la Comisión, para luego caer en manos de los jueces de la Comisión (con coberturas mediáticas abundantes), y esa persona estaba perdida.  Hubo inocentes que pasaron años en “prisión provisional” (figura que no existe legalmente; pero que fue aplicada sin sonrojo), hubo quienes murieron prematuramente en medio de la persecución y hasta hubo suicidios en aquel contexto.

Hubo un tiempo vergonzoso, en Guatemala, en el que juristas, políticos, periodistas, religiosos, oenegeros y otros sostuvieron que las garantías procesales eran meros formalismos cuando se trataba con personas señaladas por la CICIG; porque los propósitos de la Comisión (luchar contra la corrupción…o cambiar Guatemala sin necesidad de ganar elecciones) eran objetivos más elevados que respetar la dignidad de las personas, como las de los doctores Oliva y Castañeda, por ejemplo.

La práctica de atacar oponentes mediante el uso indebido de procedimientos legales para dar apariencia de legalidad, conocida como lawfare; es decir, la práctica de no respetar las garantías procesales para los adversarios es una que tanto tirios y troyanos deberían entender como incivilizadas.  El lawfare es el viejo derecho penal del enemigo, que es un derecho penal sin garantías porque sirve a un bien mayor político. ¿Vamos en camino de dejar atrás ese legado de la CICIG y proceder a buscar la verdad y hacer justicia en todos los casos, todos?

Columna publicada en elPeriódico.


02
Ago 22

El subsidio: más caro el caldo que la gallina

 

La decisión gubernamental de usar el dinero que era  para vacunas y el Bono Familia para ampliar el subsidio al diésel y la energía, te va a salir carísima.  Algo así como cuando sale más caro el caldo que la gallina.

¿Por qué? Porque El origen de la inflación es el gasto público excesivo y desfinanciado.  Y aquellos dineros son gasto público desfinanciado.  Para cubrir el gasto público desfinanciado, el gobierno infla la cantidad de dinero que circula en el mercado y esa inflación eleva los precios de los productos.  Del arroz y de los frijoles, de las zanahorias, los huevos y la carne.  Del gas…y de la gasolina y del diesel.  Y se crea una espiral alcista.

¿Quién paga esa espiral alcista? Tú.

Luego el gobierno va a querer neutralizar la inflación que él mismo causó y va a elevar las tasas de interés por lo que las amortizaciones de tu casa y de tu carro se van a encarecer. También se va a poner caro el crédito para establecer nuevas empresas.

¿Quién va a pagar esa elevación de precios? Tú.  Directamente si estás pagando casa, o automóvil; e indirectamente si tu sueldo no sube porque hay más demanda de empleo, que oferta.

¡Qué rico era recibir el Bono Familia!, ¿verdad? Pues ahora lo estás pagando con creces cuando te cuesta llegar al fin de mes.  Porque aquel cheque alegre se convirtió en inflación y esta se tradujo en precios mas altos.

Si los pipoldermos quisieran ayudarte, de verdad, dejarían de gastar a tontas y a locas y, por lo menos congelarían el gasto público para que no siga creciendo el gasto desfinanciado.  ¡Eliminarían los impuestos que ellos mismos le han puesto a los combustibles!…y dejarían de darte atol con el dedo con el tema del subsidio.


29
Jul 22

Cuba y la lógica de los tuiteros

 

De cuando en cuando, para ponerle perspectiva a la devoción que algunos intelectuales chapines le tienen a la dictadura en Cuba, comparto (en Twitter) realidades sobre el día a día de quienes -sin ser turistas, invitados del régimen, ni miembros de la nomenklatura- deben hacer sus vidas en la isla prisión.

Por ejemplo, el hecho de que las misiones médicas cubanas presentan rasgos inequívocos de ser trabajo forzoso, como consecuencia de políticas deliberadas del régimen de La Habana.

El gobierno usa la narrativa falsificada de contrarrevolución para tratar de tapar su obra de miseria, falta de electricidad y crisis humanitaria. Las farmacias cubanas mantienen anaqueles vacíos; y en tres hospitales han muerto más de 64 bebés, por sépsis.  Hay cubanos escapados en casi en todas partes rumbo a los EE. UU.  Suelo acompañar esas observaciones con comentarios como: La vida en el paraíso socialista y revolucionario; La salud en el paraíso socialista y revolucionario; o La migración en el paraíso socialista y revolucionario.

De cuando en cuando saltan representantes de la progresía chapina y otros defensores de la tiranía cubana y comentan: ¡Trabajo forzado el que había en tiempos de Ubico! En Guatemala la salud es peor. Los guatemaltecos migran más.  En fin…¿Lo captas? Los comentaristas no suelen dar información que desmienta los hechos sobre la vida en Cuba; sólo dicen, con una caradura que sorprende: ¡Pero Guatemala es peor!

Aunque lo fuera, que no lo es, Guatemala no se vende como paraíso (como no sea por sus montañas y sus lagos). No se vende como paradigma socialista, ni como arquetipo revolucionario.  Guate no exporta (por la fuerza) su modelo de nada.  En el mundo no hubo jóvenes que dieron sus vidas por imponer un régimen como el de Guate. Ningún dictador chapín estuvo en el poder 49 años, ni designó a su sucesor. Los chapines migran, no escapan -¡y regresan!- cada vez que pueden. En Guate nos falta mucho y hay mucha pobreza; pero para salir de ahí el modelo no debe ser el infierno socialista y revolucionario que tiene a su pueblo en la miseria, la escasez, el trabajo forzado, y bajo la bota.

¿Qué opinas?

Columna publicada en elPeriódico.