20
Feb 24

Suenan los recuerdos en el Día de la Marimba

 

¡Hoy es el Día de la Marimba!; y a mí la música de las teclas de hormigo me enchina la piel.  Como lo he hecho en otros años les comparto una de mis piezas favoritas para ese instrumento: Río Polochic.

El autor de esta hermosa pieza es Rodolfo Narciso Chavarría; y a mí me trae a la memoria fiestas alegres en la casa de mis padres con ocasión de sus cumpleaños y en la de mi abuela, Frances.  También me recuerda a mi bisabuela, Adela, cuyas manos llevaban el ritmo de la música de marimba, aún cuando sus piernas ya no podían llevarla a lo ancho y lo largo del salón.

Mami tenía una marimba extraordinaria. Aún recuerdo que mi pecho temblaba cuando sonaban sus teclas y me paraba frente a ella para sentir la vibración y sus notas.

Ese instrumento fue fabricado por Rosendo Barrios, propietario de la famosa Fábrica Internacional de Marimbas; y uno de los orgullos de Mami era su marimba.

Adela, mi bisabuela, baila con su segundo esposo, Victor Morales. Atrás baila Chi-Yun Fei, esposa del escritor Karl Eskelund, ca. 1947 Foto por Helen Williams.

En un reportaje titulado Una voz de madera, Mario Barrios (hijo de don Rosendo) contó que la última marimba fabricada por su padre fue la del Hotel Casa Contenta, en Panajachel. En aquella época la propietaria de aquél establecimiento legendario era mi bisabuela, Adela Schuman de Morales, y ella le dijo a don Rosendo: Quiero una marimba que suene. Dicho y hecho. De la fábrica salió una marimba tallada al gusto; pero, sobre todo, potente. Tanto que el sonido rompió los vidrios del lugar, cuenta el reportaje por Christa Bollman que fue publicado en la Magazine 21, el domingo 24 de enero de 2002.


08
Feb 24

Ruedas y relatos, la presencia de Emilio Schuman en Quetzaltenango

Parece que un agente de Mr. [Emilio] Schuman, de Guatemala ha llegado a esta ciudad con el objeto de vender por cuenta de aquel, carruajes y caballos, dice el Diario de Occidente, de Quetzaltenango en su edición del 27 de enero de 1897.

Emilio Schuman es mi tatarabuelo y era propietario del Establo de Schuman, una empresa dedicada a la producción y alquiler de carruajes, diligencias y otros vehículos similares e incluía talleres de herrería, carpintería, tapicería y pintura. También crianza de caballos para el transporte y para carreras.

Tiene sentido que una empresa capitalina, del giro de la de don Emilio quisiera hacer negocios en Quetzaltenango que no sólo es la segunda ciudad guatemalteca en importancia; sino donde siempre ha habido prosperidad relacionada con la agricultura, el comercio e incluso la industria. 

Por otro lado me encantó el concepto de Crónica menuda en el Diario de Occidente, con noticias como que hay montones de basura en el mercado, en la casa de un vecino se abrió una tienda, la cornisa de una casa será de zinc y que un joven abrió una carpintería. En la nota de mi tatarabuelo es chistoso el uso de la palabra Parece, porque se publica, pero no hay certeza. De cualquier manera, es evidente que la sección en cuestión es una de rumores.

Es del tiempo en que los periódicos daban información útil y de interés para sus lectores, y alguien podrá decir que es demasiado parroquial; pero ¿qué más puede ser de interés para una clientela que lo que le concierne directa e inmediatamente? 

Emilio era el padre de mi bisabuela, Adela

Gracias a Luis Andrés Schwartz, por la pista.


06
Feb 24

Saqueado el mausoleo de Manuel Estrada Cabrera

 

El mausoleo de don Manuel Estrada Cabrera, en el Cementerio General de Quetzaltenango, ha sido saqueado poco a poco. Ya se llevaron casi todas las barandas de hierro que rodeaban el hermoso edificio.

Mausoleo de Manuel Estrada Cabrera actualmente. Foto por German Álvarez.

En ese panteón también están enterrados la madre del expresidente, doña Joaquina; la esposa del exmandatario, Desideria; y sus hijos, Diego y Francisco.

El despojo comentó hace años. La última vez que estuve ahí fue en octubre de 2019 y todavía quedaba buena parte de aquella estructura férrea. Me acuerdo muy bien de la primera vez que fui, ca. 1980 cuando ese lugar todavía conservaba todos sus elementos y su señorío clásico.

El mausoleo del presidente Estrada Cabrera en 2019.

Los chatarreros y los vándalos siguen depredando la memoria histórica en todos los cementerios; y también en bulevares, avenidas y dondequiera que puedan conseguir metales para vender. Bajo las narices de las autoridades, ¡Por supuesto!

El mausoleo de Estrada Cabrera es uno de los más hermosos que hay y -con todo y que fue un dictador- es innegable que los 22 años de gobierno de don Manuel han marcado profundamente a sucesivas generaciones de chapines. Estrada Cabrera fue presidente del 8 de febrero de 1898 al 15 de abril de 1920.  Durante su presidencia ocurrieron el estallido del volcán Santa María en 1902; los terremotos de 1917 y 1918; y la gripe española.

Claro que no solo su tumba merece respeto; sino todas las que están a resguardo del Ministerio de Salud y las municipalidades.  A la tumba de mi bisabuela, Gilberta, le robaron la lápida en el Cementerio General de la ciudad de Guatemala; y en ese mismo lugar, a la de mi bisabuela, Adela, le rapiñaron todo el bronce y el hierro que tenía. Así fue desnudado el sepulcro monumental de Justo Rufino Barrios, me recordó mi cuate, Rodrigo.

Y eso pasa con los sepulcros de miles de familias.

@luisficarpediem

♬ Noche de Luna entre Ruinas – Marimba Maria Concepcion

¿Quién le pone un alto a esto? 

Gracias a Luis Andrés Schwartz por la pista.


05
Ene 24

Guate, turismo y retos: ¿Cómo conquistar al viajero del siglo XXI?

 

Durante la primera mitad del siglo XX mi abuelo, Luis, tuvo una agencia de viajes llamada Maya Trails.  En los años 40, 50 y 60 mi bisabuela, Adela, fue propietaria de un hotel en Panajachel llamado Casa Contenta; ese fue un lugar legendario en el que se alojaron artistas como Karl Eskelund y su familia, James Michener, Gore Vidal, Anya Seton, Helen Williams y Albert y Marguerite Idell, por mencionar algunos. De los años 70 al siglo XXI tía abuela, Adelita, fue propietaria del no menos célebre Cacique Inn, también en Panajachel.

Cuando yo era niño y adolescente disfrutaba muchísimo de conversar e interactuar con turistas en aquella población del lago de Atitlán. Cuando me capeaba del colegio –ca. 1974- solía ir al Parque Central a buscar turistas para mostrarles el Palacio Nacional y la Catedral.  Actualmente tengo la dicha de mostrarles la ciudad de Guatemala y otros sitios turísticos a personajes que visitan el país.

El mapa fue hecho por Delfino Sánchez Latour e impreso por la Litografía Byron Zadik. Haz clic en la imagen para leer algo sobre este mapa.

¿Por qué te cuento esto? Porque me encanta el tema del turismo y porque leí que el número de turistas que se recibe en Guatemala recuperó los niveles de antes de los encierros forzados del 2020, y que el año pasado vinieron 2.5 millones de turistas. Para que tengas una perspectiva, en el mismo período Costa Rica recibió 2.4 millones de visitantes. ¡Me encanta ver, en redes sociales, que en el país se ha multiplicado la oferta de destinos y posibilidades turísticas no tradicionales!  ¡Hay mucha gente haciendo maravillas para ofrecer destinos y experiencias novedosas!

Aquella comparación llama la atención porque a Guatemala le falta mucho para desarrollar su potencial turístico enriquecido por sus paisajes naturales variadísimos, por su historia virreinal y precolombina fascinante; y por lo querendones que somos los chapines.  Pero claro, aquello no basta si no es desarrollado conscientemente.  

He leído que uno puede tardarse tres horas en llegar a La Antigua.  ¡Sólo salir de la ciudad de Guatemala puede consumir 60 minutos!  ¿Sabes que a principios de este siglo uno tardaba 45 minutos en llegar a La Antigua incluida la salida de la capital?  Uno podía ir a cenar a La Antigua y volver sin despeinarse, cualquier día.

Hace unas semanas fui a visitar Takalik Abaj, un sitio maya/olmeca precioso. Recién nombrado Patrimonio de la Humanidad.  Donde nos atendieron como saben atender los chapines. Pero…aunque la distancia es de solo 200 kilómetros desde la ciudad de Guatemala, ¿sabes cuánto tardamos en llegar, y en volver? ¡Siete horas para llegar y ocho para regresar!  ¡Así no se puede!  Estamos hablando de un promedio de 25 kilómetros por hora.  ¿Qué turista aguanta eso sin quejarse?

Es cierto que los chapines somos querendones y que los visitantes valoran nuestra hospitalidad natural; pero, la verdad sea dicha, falta mucha profesionalización en el sector turismo.  Hay mucho Sí, pero… y muy poco Sí, y… En general no hay un enfoque en soluciones, aún en poblaciones bastante acostumbradas a recibir visitantes. Una de mis anécdotas favoritas, que es un poco irrelevante, pero muy ilustrativa, es que un día almorzaba con una extranjera en un restaurante de una población importante del occidente del país.  Ella le pidió pimienta al mesero y, ¿qué contestó el muchacho? “¿Cómo para qué?”  En serio…¿no bastaba con traer el pimentero?

Si se habla de turismo hay que mencionar el tema de seguridad ciudadana y la mala fama que tiene Guatemala en ese aspecto. 

A mí y a un visitante nos asaltaron una vez en el atrio de la Catedral a las 8:30 de la mañana.  A mi cuate lo tiraron al suelo y no pudieron quitarle más que el estuche de sus anteojos; y a mí no lograron quitarme el teléfono, ni la cámara; pero…¿qué necesidad? A otro cuate, en otra ocasión, le robaron su teléfono durante una feria patronal.  Esto no es nada raro en cualquier destino turístico del mundo; pero la mala reputación de Guatemala en cuanto a seguridad para los turistas es consecuencia de la inseguridad que vivimos todos, todo el tiempo.  Es la realidad de miles y miles de chapines.

¡Que maravilla que ha subido el número de turistas que visitan Guatemala! Guate y los chapines de verdad son una experiencia intensa en múltiples niveles y para todos los gustos y necesidades. Las riquezas natural, histórica y cultural de este país son ventajas competitivas casi ilimitadas.  ¿Qué hace falta para que el turismo desarrolle todo su potencial? Ciertamente que la Administración cumpla con sus funciones mínimas; ciertamente que la Administración no estorbe; y ciertamente un empresariado que siga innovando.

Columna publicada en República.


21
Nov 23

Feliz año nuevo, de mi tatarabuelo a Manuel Estrada Cabrera

 

En enero de 1899, a casi 12 meses de ser Presidente de la República, Manuel Estrada Cabrera recibió una nota de Feliz año nuevo enviada por mí tatarabuelo, Federico Chacón Valenzuela.

La nota dice: Federico Chacón y familia desean al Sr. Dn. Manuel Estrada Cabrera muy feliz año nuevo. 

Guatemala, enero de 1899.

¿Sabes qué me encanta? El monograma del papel para correspondencia de mi tatarabuelo, una F y una C muy chulas.  Federico, por cierto, era comerciante, es posible que en 1895 fuera diputado y estaba casado con Jesús Ubico González.

Gracias a Luis Andrés Schwartz por la pista.


07
Nov 23

Mi tatarabuelo y Estrada Cabrera, cobro de cuentas

 

El 12 de diciembre de 1898, mi tatarabuelo, Emilio Schuman le escribió al presidente Manuel Estrada Cabrera.

La carta, en cuestión, dice: Señor Ldo. Manuel Estrada Cabrera Presidente de la República. Pte. Muy señor mío: He tenido el gusto y la honra de servirle con todo lo que tengo a mi alcance y desde la bien llegada al poder de Ud. yo jamás me he acercado ante Ud. molestándole con alguna cuenta mía.  Esto porque sabía las muchas y importantes  cuestiones de que Ud. tenía y tiene de que ocuparse para su arreglo. 

Ahora sí me permito de suplicarle tenga a bien de considerar mis cuentas y dar sus ordenes al efecto de un pago. 

No dude Ud. que su servidor quedaría más que agradecido por este servicio y por el cual me permito de darle de antemano mis más sinceras gracias.

Concluyendo esta mi carta también me permito desear a usted un gobierno lleno de paz y de prosperidad y me suscribo con todo respeto De Ud. atto y S. S. Emilio Schuman.

La carta tiene un resumen de la misiva, elaborado por un secretario, para que lo lea el Presidente y dice:

Que no lo ha molestado pero que ahora le suplica se sirva considerar sus cuentas y ordenar el pago.

…y el don Manuel anotó una instrucción:

Que mande su cuenta al mayordomo del palacio

Manuel Estrada Cabrera fue el ganador de las elecciones celebradas en agosto de 1898. Las cuentas a las que se refiere mi tatarabuelo deben haberse referido a servicios de transporte ya que ese era el giro del negocio del Establo de Schuman; o bien de herrería, carpintería, tapicería y pintura relacionados con carruajes. 

Quién sabe a cuánto ascendían aquellas cuentas porque no acompañan ala carta que se halla en el Archivo General de Centroamérica. De cualquier manera, Emilio Schuman prestaba servicios de carruajes y otros desde tiempos de José María Reyna Barrios.

Gracias a Luis Andrés Schwartz por la pista.


23
Oct 23

Ronny, más que un tío, un regalo

 

Ronny era un misterio.  Estoy convencido de que cuando falleció, hace un año, se llevó consigo muchas historias sin contar.  ¿Sería por eso que si uno le hacía preguntas contestaba con una sonrisa como la de un gato que se comió un ratón? 

Era el dios viviente de los garbanzos en dulce, plato que aprendió a preparar de la mano de mi tía abuela, La Mamita, que era su madrina.  Él era el último juez de si los que yo había preparado estaban bien…o no.  Y era un juez sincero e implacable.

Rony, mi tio, acompañado por mi abuelito, Jorge Jurado en algún parque de la ciudad de Guatemala. Foto de la familia Jurado Menéndez.

Desde niño…y hasta la última vez que lo vi me impresionaba su parsimonia.  Ronny era como la calma andando. Además, tenía un sentido del humor muy particular y sabía cómo hacer que mi mamá, su hermana, le perdiera la paciencia. 

Cuando era niño lo recuerdo alto y serio.  Mi hermano y yo pasábamos temporadas en su casa porque con él vivían mi abuelita, Juanita y La Mamita, que nos cuidaban cuando mis padres andaban paseando, o de parranda.

En la Primaria temprana, y en aquel ambiente, no había poder que nos hiciera hacer los deberes del colegio antes de que apareciera Ronny.  Su llegada a la casa era el momento en el que no había forma de resistirse a hacer las tareas. Cuando él no estaba en la casa todo era jolgorio y aventura; pero cuando él llegaba había que aplicarse.

Durante la Secundaria y parte de la Universidad -para nuestros cumpleaños- Ronny nos regalaba telas para pantalones a mis hermanos y a mí.  ¡Y esas telas eran tan bienvenidas!  

En los 70 y 80 caminaba por la zona 1 con mucha propiedad -siempre de traje- y a mí siempre me daba gusto encontrarlo y darle un abrazo. Por esos años pensé que yo nunca había visto a Rony en mangas de camisa.  Seguramente era una exageración mía…o no, pero él daba esa impresión. 

Desde que yo era niño, Ronny ponía huerto en su casa durante la Semana Santa.  Él y La Mamita colocaban la cebada germinada, los jocotes marañones y los corozos junto a la iconografía propia de la temporada.  También fue cucurucho importante en Santo Domingo.  Era devoto, pero no era rematado.  No se llevaba bien con las jerarquías, ni con los cachurecos, así que terminó alejado de aquello.

Durante varios Sábados de Gloria en el siglo XXI, Raúl, Nora, Andrés, Alejandro y yo tuvimos muchas oportunidades de ir a almorzar a su casa y a disfrutar de su compañía, de la de su familia y de las cosas ricas que allá preparaban: los garbanzos, por supuesto; bacalao, salporitas, encurtido, moyetes y más. 

Por hacerme puyas se ponía una Tshirt del 20 de octubre y me enviaba fotos en esta época.  Me gusta sospechar que tuvo algo que ver con esa efeméride y que fue uno de los secretos que se llevó. 

Digno heredero de mi abuelita Juanita, Ronny era un estoico.  Su espalda le dio la lata en los últimos años de su vida; pero aparte de contar la anécdota, nunca lo oí quejarse con amargura a pesar de los dolores profundos que sufría. Cuando uno lo visitaba no cesaban las bromas a veces a costa de sí mismo, pero con frecuencia a costa de su esposa, Veraly, y de cuando en cuando a costa de mi mamá.

Gracias, Ronny, por tanto.


17
Sep 23

Hoy cumplo 62 añitos

 

De plácemes los esposos Figueroa Jurado.  Desde el domingo 17 del actual [1961] a las 14:45 horas en que recibieron a la cigüeña el bello presente de su primogénito. Un hermoso varón a quien nombrarán Luis Alberto, se encuentran de plácemes recibieron los parabienes de su familia y amigos los jóvenes esposos señor Luis Figueroa Chacón y señora Nora Jurado Hidalgo de Figueroa, gentil pareja a la que felicitamos,  haciendo extensiva nuestra felicitación a sus regocijados abuelitos señor Luis Figueroa O. y señora Frances Chacón de Figueroa, señor Jorge Jurado y señora Juana Hidalgo de Jurado, y deseando un mundo de maravillas para Luis Alberto.  El dichoso acontecimiento tuvo lugar en la Casa de Salud del Dr. Octavio Herrera Chavez. Así dicen las notas periodísticas que anunciaron mi nacimiento. 

No se si fui un bello presente, ja ja ja; pero sí he disfrutado de maravillas, seguramente porque siempre he estado bien acompañado…¡y nunca mejor que ahora!; y como dice la canción de Pedro Capó:

Bebí, fume, me enamore
metí la pata, metí el pie
me di dos palos, medite
me di el abrazo y el café.

MI primera foto.

Hoy les comparto los apodos que he tenido a lo largo de mi vida: El primero fue Peluchi, que me lo puso mi abuelo, Luis. En la Secundaria me decían Pingüino por mi forma particular de caminar.  Mi padre me puso varios: Beto, Lalo, y fray Junípero.  Unas amigas me dicen Gatón. Mi amigo Giancarlo me puso Luisfi, que es mi email y así me conocen en el trabajo y en redes sociales. Para los amigos y en casa somos Los Cushes

Contra algunos pronósticos he llegado a los 62 años y me alegro, lo celebro y me parece una maravilla.

Desde temprano celebrado con pastel, mañanitas y bultitos.

Los bultos, entre los mayas tienen una antigüedad que se puede evidenciar -arqueologicamente- desde finales del preclasico hasta el período virreinal. Su contenido y uso variaban, pues dependía de las ceremonias y rituales a los que estaban destinados.  En casa los obsequios de cumpleaños los ofrecemos en bultos, en alusión a aquella costumbre ancestral.  Los coreanos, por cierto, también envuelven regalos en bultos

L´haim!


28
Ago 23

La Mamita en el corazón

 

Todo pasó, sin que pasara nada, es una frase que uso cuando las expectativas de desastre no se cumplen en un evento de cualquier naturaleza; esa es una frase que oí de mi tía abuela La Mamita y se me pegó. 

La Mamita era Elia Hidalgo, hermana -y cuas– de mi abuelita Juanita. Era tía de mi madre. Nunca se casó y mi papá le cantaba Solamente una vez amé en la vida. A los niños nos divertía mucho cuando cantaba Te voy a hacer tus calzones, como los usa el ranchero. También cantaba Si a tu ventana llega una paloma/ Trátala con cariño que es mi persona/ Cuéntale tus amores bien de mi vida/ Corónala de flores que es cosa mía.

La Mamita y mi tío Rony.

Cuando mis padres se fueron a vivir a Costa Rica y yo era recién nacido, ellos viajaron a San José por tierra y atravesaron el istmo centroamericano en auto.  Fue La Mamita quien me llevó en avión a encontrarme con mis padres en Tiquicia.

La Mamita era una contadora de cuentos con talento.  Contaba docenas de cuentos tradicionales como el de la Caperucita roja, el de Los tres cochinitos y otros, y el de Almendrita, una niña que era tan pequeña que vivía en la cáscara de una almendra. También contaba historias y aventuras de su vida de niña que había sido extraordinaria.  Viajó, con su madre a Esquipulas -con una trupe, como se estilaba en la primera década del siglo XX y a lomo de un pony llamado Chino-. Siempre terminaba sus cuentos con una de tres frases: Me monto en un potro para que me cuenten otro, Me meto en un hoyíto para que me cuenten otro más bonito y Colorín, colorado, este cuento se ha acabado. Durante un cumpleaños del presidente don Manuel Estrada Cabrera ella tuvo a su cargo declamar un poema que empezaba con el verso: Quisiera ser un pajarito; y ella dijo Quisiera ser su pajarito causando la risa del mandatario y de todos los que estaban presentes.

Tenía, La Mamita, manos hábiles y era creativa como ninguna.  A los niños nos enseño, a hacer peces con pepitas de mango secas; y caras de micos con semillas de jocotes marañones.  Llenaba de faroles chinos el cuarto, hechos con cartón, papel crepé y otros materiales para alegrar cualquier tarde lluviosa. Durante las fiestas de fin de año ella montaba el Nacimiento de los niños; y para la Semana Santa, ella organizaba la procesión con Nazareno, alfombras, anda y todo lo necesario…en el corredor de la casa.  Fue ella quien hizo las custodias que se entregaron como sorpresas en mi primera comunión.  Nos enseño a hacer barriletes.  De ella aprendí a pegar botones y a zurcir calcetines y a preparar la mezcla necesaria para levantar una pequeña pared de ladrillos en la terraza de la casa.  Fue ella quien me enseñó qué eran unidades, decenas y centenas. Tenía paciencia de santa hasta que soltaba un ¡No me incomoden!

Ella nos enseñó juegos como el de Juan Perulero, que era uno de imitaciones; Un buque cargado de…, que era para aprender palabras nuevas; y Por allá fumé, que era una especie de tenta. 

Otra frase suya, para cuando alguien le pedía algo absurdo, o imposible era: ¡Andá a freír niguas en sartén de palo!

La Mamita tenía gato, sus biceps eran fuertes y a los niños nos divertía que los mostrara.  Hacía círculos de humo con los cigarrillos y fumaba Payasos. Los niños nos fascinábamos cuando sacaba el humo de la nariz, cosa que otros adultos se negaban a hacer para nosotros.  Cuando en la noche me daban ganas de orinar, ella era la que me ponía de pie en la cama, acercaba la bacinica de peltre y procedía en consecuencia para ayudarme en aquel proceso.

Nos hacía tamales de dos pulgadas de largo para los niños. Ella era la diosa incuestionable del dulce de garbanzos, arte que luego desarrolló mi tío Rony y que se nos da muy bien en casa.  Nadie, nadie, nadie hace tamalitos de Cambray tan deliciosos como ella.  Me encantaban sus hojuelas con miel de abejas, sus plátanos en gloria, sus duraznos con cerezas y su caldo de albóndigas. Cuando hacía turrón, a mano y con un tenedor, la cocina de la casa se llenaba de abejas. Todavía la vi moliendo arroz en un metate, para hacer horchata.

La Mamita me heredó su dentadura de oro…¡toda una dentadura de oro! y, como todo patojo es bruto, la vendí para comprarme ropa. 

Mamita, gracias por tanto.


17
Ago 23

122 años de emociones: Hipódromo Nacional en tiempos pasados

 

Una copa de plata dada por mi tatarabuelo, Emilio Schuman, fue el premio para el ganador de la séptima carrera de caballos celebrada el 17 de agosto de 1901 en el Hipódromo Nacional de Guatemala, es decir, hace exactamente 122 años, en tiempos de don Manuel Estrada Cabrera.

Emilio, y su hija -mi bisabuela, Mami- criaban caballos de carreras. Recuerdo que mi abuela, Frances, contaba que una de las yeguas campeonas de Mami, o Nueva Orleans se llamaba Lucky Lester y que ganaba carreras en La Habana y en Miami, o Nueva Orleans (esto último no lo recuerdo bien).  

En aquel tiempo el Hipódromo Nacional se encontraba al final de la avenida Simeón Cañas y por eso es que a esa área se la llama Hipódromo del norte.  

Todavía a finales de los años 60 recuerdo haber asistido a carreras en el Hipódromo del sur, que fue construido en tiempos de don Jorge Ubico en la finca La Aurora.  Recuerdo haber ido con compañía de mis padres y de mi tío abuelo, Jorge (hijo de Mami), que había sido jockey

Gracias a Luis Andrés Schwartz por la pista.