26
Ago 21

El sentido común virtud necesaria

 

Seguramente has oído que el sentido común es el menos común de todos los sentidos; y quizás sepas que Sentido común se tituló un ensayo de Thomas Paine -que te recomiendo-. Recordarás que ese mismo era el nombre de la columna periodística de Manuel F. Ayau. Pero, ¿conoces a Thomas Reid?

Thomas Reid, como David Hume y Adam Smith es un integrante distinguido de la ilustración escocesa y el profesor José Hernández Prado nos invita a conocer su obra. Yo no conocía a Thomas Reid, lo descubrí por accidente, pero descubrí un tesoro que es muy relevante rescatar para toda la cultura contemporánea en todos lados del mundo, dice Hernández en esta conversación que tuvimos en julio de 2021.  En ella, José Hernández nos cuenta la relación que hay entre sentido común y sensatez.

Según Aristóteles, la sensatez o prudencia es la virtud de juzgar correctamente o de pensar bien sobre lo que es bueno y ventajoso para uno mismo.  ¿Habrá algo tan necesario en estos tiempos?


14
Ago 20

Diez años sin Manuel F. Ayau

¿Sabes eso que dice la gente? ¿Qué no se arrepienten de nada en sus vidas? Yo si, me arrepiento de no haber aceptado todas las veces que Manuel F. Ayau me invitó a participar en las sesiones del CEES, en los años 90.  ¡Aaah, cuando siento no haber disfrutado más las conversaciones y el ejemplo de aquel prócer!

Yours truly, y Manuel F. Ayau ca. 2010.

Era un Grande, generoso y sencillo. Era magnánimo con sus conocimientos, su tiempo y sus recursos. Más de una vez me cachó en alguna inconsistencia y más de una vez me bajó de la moto; pero cuando me ofrecía una luz en el mundo de las ideas -aunque me viera con cara de cómo se te ocurre semejante cosa- siempre lo hizo con un toque de padre y guía. Una vez que le comenté cómo es que cierto personaje era agradable y humilde, a pesar de ser encumbrado, me dijo: Ya te diste cuenta de que los más grandes son los más sencillos. 

Manuel F. Ayau fue un guatemalteco universal y un hombre del renacimiento; la influencia de su ejemplo y de su compromiso con la libertad inspiró a miles de personas en América Latina y en todo el mundo. Ese educador y emprendedor chapín -tan chapín como las champurradas- sembró el amor por la libertad y el descubrimiento en miles de mentes y corazones desde la academia, los medios de comunicación, en la política y en asi todos los campos de la acción humana.

Era un sabio porque siempre andaba en busca del conocimiento y de la verdad. Pocos, como él, han entendido el significado profundo de aquella frase de F. A. Hayek que dice que todas las teorías políticas dan por sentado que la mayoría de los individuos son muy ignorantes. Aquellos que propugnan la libertad difieren del resto en que se incluyen a sí mismos entre los ignorantes e incluyen también a los más sabios.

Cuando me firmó mi ejemplar de su libro El proceso económico, Muso escribió: Para Luis, con aprecio de su correligionario en la lucha por la libertad. Y así era él, no se veía como el maestro, el líder, el padre y el ejemplo que era, sino como uno más que iba aprendiendo en el camino, y uno más que iba compartiendo el camino.  Diez años sin Manuel F. Ayau, son muchos años. ¡Salud!

Columna publicada en elPeriódico.


05
Mar 18

¡El CEES tiene página nueva!

El Centro de Estudios Económico-Sociales tiene página Web nueva y te invito a visitarla.

Tengo el honor de ser miembro del Consejo de Investigación del CEES, desde hace más de 10 años.  Luego de un viaje que mi padre hiciera al Incae, en Nicaragua, antes de 1974 y en compañía de Manuel F. Ayau y otros miembros del Centro y de la Universidad Francisco Marroquín, los célebres folletos del CEES empezaron a llegar a mi casa y yo los leía con mucho entusiasmo y avidez. Mi padre admiraba mucho a Muso, luego de ese viaje.  En los años 80, yo solía visitar la antigua sede del Centro al pie del puente de la Penitenciaría, e iba para comprar folletos sobre temas que me interesaban. El CEES y muchos de sus miembros siempre han sido referentes para mí, para mis columnas, para Carpe Diem y para mis clases.  ¡Así que celebro la nueva página!

El CEES es una entidad privada, cultura, académica, apolítica, no religiosa y no lucrativa.  Nuestro ideal es que los habitantes de Guatemala vivamos y defendamos los fundamentos de la libertad en un estado de derecho, en el que sea prioritario el respeto a la libertad individual de producir, consumir, intercambiar y servir sin coerción, ni privilegios.

No me extrañaría que sea el primer centro de pensamiento (think tank) de América Latina. Fue fundado el 18 de noviembre de 1959 para estudiar y difundir las ideas sobre la libertad. Desde entonces ha trabajado en la salvaguarda del respeto a los derechos fundamentales de la persona.


01
Feb 15

No vendamos a Pachamama, le faltó decir a Bergoglio

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Jorge Mario Bergoglio arremetió contra las reglas del mercado. Pidió que sea reestructurado el sistema de producción y distribución de la comida.  Aseguró, con la fuerza que solo puede asegurar cosas así un Papa (o Nicolás Maduro, o Hugo Chavez), que vender la tierra es como si se vende a una madre. No vendamos nuestra madre tierra. No hagamos como esas personas sin sentimientos que terminan vendiendo a la madre; no cedamos a la tentación de vender a la madre tierra. ¡No vendamos a Pachamama, le faltó decir a Bergoglio.

¿Qué es el mercado?  El mercado, explicaba Manuel F. Ayau, es lo que ocurre cuando se intercambia voluntariamente la propiedad privada.  ¿Cuáles son las reglas del mercado que no le gustan a Bergoglio? ¿Las que protegen la  propiedad privada? ¿Las que protegen y facilitan el intercambio pacífico y voluntario?

A Bergoglio no le gustan algunos de los resultados del mercado: como lo que él cree que es desperdicio; y por eso quiere que el sistema de producción y distribución de comida sea reestructurado.  ¿Qué quiere? ¿Planes quinquenales y comisarios? ¿Quiere que midan y pesen lo que compras y lo que comes?

¿Quiere, Bergoglio, hacer el mundo a su antojo como lo quisieron Lenin, Mao, Hitler y otros socialistas -que no entendían el mercado- antes que él?


27
Dic 14

¡Hoy cumpliría años Manuel F. Ayau!

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Hoy cumpliría 89 años de edad Manuel F. Ayau. En ca. 1974, mi padre viajó con él a Nicaragua y regresó fascinado con las ideas de Muso, que proponía un gobierno con poderes limitados; libertad para intercambiar; eliminación de privilegios; y el respeto a la vida, la libertad y al cumplimiento de los contratos; propuestas que eran muy poco exploradas y apreciadas en los años 70. Acto seguido, en casa empezamos a leer Tópicos de Actualidad, el folleto que publicaba el Centro de Estudios Económico-Sociales, centro de pensamiento que dirigía el doctor Ayau.

Luego de que me gradué de bachiller, mi padre hizo lo que pudo para que yo estudiara en la Universidad del Muso; y ahí lo conocí en persona. El era el Rector y a él le correspondió recibirnos a los de la Clase de 1980. El día del acto de bienvenida se subió al podio y dijo: Me han pedido que les de la bienvenida…así que bienvenidos. Y se bajó. Los del público tardamos unos segundos en entender lo que había pasado y estallamos en risas y aplausos. Entonces él hizo una mueca, y se subió de nuevo para ofrecernos una bienvenida que estoy seguro que no duró más de 3 minutos. Y a mí me ganó el corazón. Es imposible no querer, admirar y respetar a la persona que escribía lo que yo leía en Tópicos de Actualidad, y encima tenía el sentido del humor y el savoir faire que tenía Ayau. Ese era el hombre que, cuando fue electo presidente de la Mont Pelerin Society, en vez de ofrecer un discurso, cantó una parodia de Is it true what they say about Dixie?; parodia que, muchos años después, Joe Keckeissen convirtiera en Is it true what they say about Muso.

Como él era un Grande, era generoso y sencillo. Muso era magnánimo con sus conocimientos, con su tiempo y con sus recursos. Más de una vez me cachó en alguna inconsistencia y más de una vez me bajó de la moto; pero cuando me ofrecía una luz en el mundo de las ideas -aunque me viera con cara de cómo se te ocurre semejante cosa- siempre lo hizo con un aire de padre y guía. Una vez que le comenté cómo es que cierto personaje era agradable y humilde, a pesar de ser encumbrado me dijo: Ya te diste cuenta de que los más grandes son los más sencillos.

Muso era un contador de historias fenomenal. Uno podía oír y oír sus anécdotas que, encima de todo, no eran cualquier cosa porque él se movía cómodamente entre Premios Nobel y líderes de talla mundial. Estaba como pez en el agua entre estudiantes. Y gozaba en compañía de gente sencilla que, como él mismo, tenía sed de aprender y de descubrir. En sus últimos años, disfrutó mucho las oportunidades que tuvo para escuchar lo que la gente del interior del país que decir sobre su proyecto ProReforma. Nunca le hizo el feo al ejemplo y a las enseñanzas que podía recibir de otros.

Manuel Ayau fue un guatemalteco universal, un hombre del Renacimiento y un prócer; y en esa dirección, la influencia de su ejemplo y de su compromiso con la Libertad inspiró a miles de personas en América Latina y en todo el mundo. Este educador y emprendedor chapín -tan chapín como las champurradas- sembró el amor por la libertad y el descubrimiento en miles de mentes y corazones que desde la academia, desde los medios de comunicación, en la política y casi todos los campos de la acción humana.

Era un sabio porque andaba en busca del conocimiento y en busca de la verdad. Pocos, como él, entendían el significado profundo de aquella frase de Friedrich A. Hayek que dice que todas las teorías políticas dan por sentado que la mayoría de los individuos son muy ignorantes. Aquellos que propugnan la libertad difieren del resto en que se incluyen a sí mismos entre los ignorantes e incluyen también a los más sabios.

Cuando un día de estos yo haga la lista de las cinco bendiciones más grandes que he recibido en mi vida, una de ellas será la oportunidad de haber compartido la mesa con Muso, de haberlo servido y de contar con su ejemplo.

Cuando me firmó mi ejemplar de su libro El proceso económico, Muso escbirió: Para Luis, con aprecio de su correligionario en la lucha por la libertad. Y así era él, no se veía a sí mismo como el maestro, el líder, el padre y el ejemplo que era, sino como uno más que iba aprendiendo en el camino, y uno más que iba compartiendo en el camino. Para conocerlo mejor, puedes visitar este sitio Web dedicado a él.


11
Jun 14

Leyes y legislación…¿son plagas?

-Authority_of_Law-_by_James_Earle_Fraser

Quienes gustan de las leyes y las salchichas, no deberían ver cómo se hacen, le oí decir -varias veces- a mi maestro Manuel F. Ayau.   La semana pasada una amiga extranjera me comentó que en su país, cada vez que alguien quiere “mejorar” las cosas, recurre a buscar que sea aprobada una ley que obligue a los demás a actuar de acuerdo con el propósito de la ley. 

De ambas meditaciones me acordé hoy, que leí que en Guatemala existen más de 70 mil regulaciones de todo tipo (leyes, reglamentos, acuerdos y demás); y que, no obstante, los diputados siguen aprobando más y más leyes, muchas de ellas repudiadas por la opinión pública y la ciudadanía.  Asimismo, abundan las leyes con mano cargada, o leyes con nombres y apellidos, hechas al gusto del cliente.

Leí, también, que hay quienes creen que no hay ley perfecta, que los errores en las leyes son porque se las aprueba de prisa, que las inconstitucionalidades minan la integridad de las leyes,  y que muchas leyes traen doble intención. También leí que hay quienes creen que las leyes no se cumplen porque no hay quien las haga valer.

Está claro que hay una inflación de leyes.  Está claro que en Guatemala hay una impunidad generalizada que data de décadas.  Hubo gente que apoyó una ley específica contra el robo de celulares habiendo ya una ley general que prohíbe y castiga el robo.  Como no se hace valer esta última, aquella gente concluyó que lo que hacía falta era una ley adicional, sin resolver las causas de la impunidad.  ¿Alguien sabe cuál es la proporción de ladrones de teléfonos condenados, con relación al número de ladrones de otras cosas,  condenados?

Está claro que leyes absurdas como la del chaleco para los motoristas y la ley anticapuchas son el hazmerreír de la gente.  ¿Cuántos motoristas respetan la disposición de sólo parar detrás de otros automotores, y no al lado? ¿Ya viste que la mayoría de chalecos ya están tan sucios y raídos que los números empiezan a ser muy difíciles de identificar? ¿Hace falta una ley que obligue a los motoristas a cambiar sus chalecos, o a lavarlos con alguna frecuencia?

A todos los males señalados arriba añádele algo peor.  Lo que ha ocurrido con la ley no es novedad y ya lo había explicado Federico Bastiat en la primera mitad del siglo XIX: La ley se ha pervertido bajo la influencia de dos fuerzas radicalmente diferentes: el egoísmo falto de inteligencia y la falsa filantropía.  La ley ha sido convertida en instrumento de expliación y por lo tanto borra de las conciencias la noción de lo que es justo e injusto.  La perversión de la ley confiere preponderancia exagerada a la pasión política, a las luchas políticas y a la política propiamente dicha.

¡Parece que Bastiat viviera hoy entre nosotros!, ¿Sí, o no?  Y Bastiat nos da la clave para resolver el asunto: La fórmula para lograr el respeto de las leyes es que las leyes sean respetables.

¿No te convenció Bastiat? ¿Qué tal El principito? En el capítulo X de esa obra, por Antoine de Saint Exupéry, el Rey -monarca absoluto y universal- explica que la autoridad se fundamenta en primer lugar en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, hará la revolución. Yo tengo el derecho de exigir obediencia porque mis órdenes son razonables. Si yo ordenara a un general convertirse en ave marina, y si el general no obedeciera, no sería la culpa del general. Sería mi culpa.

La autoridad se fundamenta en la razón.  No en la fuerza; no en el capricho; no en el egoísmo irracional, o falto de inteligencia; y no en los votos que alguien haya recibido en un momento específico y circunstancias específicas que podrían haber cambiado.  La ley y la autoridad tienen que ser respetables para ser respetadas.

Dicho lo anterior, vale la pena profundizar: no todo lo que llamamos ley, es Ley.  El positivismo jurídico -una tradición maldita- y la ligereza de los medios de comunicación masivos le llaman Ley a casi cualquier cosa que cumple los procedimientos legislativos en el Congreso.  Pero si queremos entender mejor lo que nos está ocurriendo hay que cavar más hondo.

Las leyes, propiamente dichas,  son normas universales de conducta justa que son aplicadas a un número de casos futuros e igualmente a todas las personas que se encuentren en las circunstancias objetivas descritas en la norma, independientemente de lo efectos que la observancia de la norma producirá en una situación específica.  Esto se lo aprendí a Friedrich Hayek.  Tales normas no son marcos de conducta ni nada parecido; su propósito es proteger esferas individuales de acción permitiéndole a cada persona, o grupo organizado usar todos los medios posibles en la persecusión de sus fines particulares -siempre que no viole derechos ajenos, ¡por supuesto!- y evitar conflictos entre las acciones de las diferentes personas.  Por eso se dice que son normas generales y abstractas.  ¿Quieres un ejemplo?  Quien tomare, sin la debida autorización cosa, mueble, total o  parcialmente ajena, será sancionado con prisión de 1 a 6 años. La norma prohíbe el hurto y se los prohíbe a todos por igual.  No distingue entre tirios y troyanos, ni le importa cuál es el propósito del hurto.  Lo importante es que no debemos tomar cosas ajenas sin permiso…y si lo hacemos debe haber consecuencias.  Protegen derechos.

La legislación -que no es lo mismo que la ley- son normas que son aplicables solamente a personas específicas o que están al servicio de finalidades de los gobernantes.  Aunque pueden ser generales en diferentes medidas y pueden referirse a múltiples casos específicos, normalmente se transforman, o son mandatos específicos.  Eso también se lo aprendía a Hayek.  Tales normas suelen ser marcos de conducta de los cuáles no se puede salir el actor.  Establecen límites, u ordenan cursos de acción.  Otorgan permisos, o facultades. ¿Quiéres un ejemplo? Los conductores de motocicletas y motobicicletas deben usar chaleco de color anarajado con las siguientes características…bla, bla, bla.

La plaga legislativa, la inflación no es necesariamente de leyes, pero sí de legislación, que es una explosión nefasta de regulaciones que te dicen qué hacer y cómo hacerlo.  Que ropa debes usar cuando vas en ciertas ocasiones, qué medicinas puedes usar y cuales no, de qué color puedes pintar tu casa,  qué alimentos puedes consumir y cuándo, en qué debes utilizar parte de tu sueldo, y centenares de detalles más.

¡Hay que detener la inflación legislativa!  ¡Hay que detener la expoliación y el endeudamiento forzado!  Es absurdo y peligroso evaluar a los legisladores por la cantidad de legislación que producen.  ¡Nadie debería de tener la facultad de usar el poder de hacer legislación para beneficiarse de los demás!

Y de paso no está de más recordar algo que escribió Jaques Matter: Las leyes no pueden ser observadas cuando no sean buenas, y no pueden conseguirse buenas leyes sin tener buenas costumbres.

La ilustración es Authority of Law por James Earle Fraser CC BY 2.0


04
Ago 12

Hoy es un día para recordar y celebrar a Manuel F. Ayau

Mi padre regresó fascinado con las ideas de Muso, que proponía un gobierno con poderes limitados; libertad para intercambiar; eliminación de privilegios; y el respeto a la vida, la libertad y al cumplimiento de los contratos; propuestas que eran muy poco exploradas y apreciadas en los años 70. Acto seguido, en casa empezamos a leer Tópicos de Actualidad, el folleto que publicaba el Centro de Estudios Económico-Sociales, centro de pensamiento que dirigía el doctor Ayau.

Luego de que me gradué de bachiller, mi padre hizo lo que pudo para que yo estudiara en la Universidad del Muso; y ahí lo conocí en persona. El era el Rector y a él le correspondió recibirnos a los de la Clase de 1980. El día del acto de bienvenida se subió al podio y dijo: Me han pedido que les de la bienvenida…así que bienvenidos. Y se bajó. Los del público tardamos unos segundos en entender lo que había pasado y estallamos en risas y aplausos. Entonces él hizo una mueca, y se subió de nuevo para ofrecernos una bienvenida que estoy seguro que no duró más de 3 minutos. Y a mí me ganó el corazón. Es imposible no querer, admirar y respetar a la persona que escribía lo que yo leía en Tópicos de Actualidad, y encima tenía el sentido del humor y el savoir faire que tenía Ayau. Ese era el hombre que, cuando fue electo presidente de la Mont Pelerin Society, en vez de ofrecer un discurso, cantó una parodia de Is it true what they say about Dixie?; parodia que, muchos años después, Joe Keckeissen convirtiera en Is it true what they say about Muso.

Como él era un Grande, era generoso y sencillo. Muso era magnánimo con sus conocimientos, con su tiempo y con sus recursos. Más de una vez me cachó en alguna inconsistencia y más de una vez me bajó de la moto; pero cuando me ofrecía una luz en el mundo de las ideas -aunque me viera con cara de cómo se te ocurre semejante cosa- siempre lo hizo con un aire de padre y guía. Una vez que le comenté cómo es que cierto personaje era agradable y humilde, a pesar de ser encumbrado me dijo: Ya te diste cuenta de que los más grandes son los más sencillos.

Muso era un contador de historias fenomenal. Uno podía oír y oír sus anéctodas que, encima de todo, no eran cualquier cosa porque él se movía cómodamente entre Premios Nobel y líderes de talla mundial. Estaba como pez en el agua entre estudiantes. Y gozaba en compañía de gente sencilla que, como él mismo, tenía sed de aprender y de descubrir. En sus últimos años, disfrutó mucho las oportunidades que tuvo para escuchar lo que la gente del interior del país que decir sobre su proyecto ProReforma. Nunca le hizo el feo al ejemplo y a las enseñanzas que podía recibir de otros.

Manuel Ayau fue un guatemalteco universal, un hombre del Renacimiento y un prócer; y en esa dirección, la influencia de su ejemplo y de su compromiso con la Libertad inspiró a miles de personas en América Latina y en todo el mundo. Este educador y emprendedor chapín -tan chapín como las champurradas- sembró el amor por la libertad y el descubrimiento en miles de mentes y corazones que desde la academia, desde los medios de comunicación, en la política y casi todos los campos de la accion humana

Era un sabio porque andaba en busca del conocimiento y en busca de la verdad. Pocos, como él, entendían el significado profundo de aquella frase de Friedrich A. Hayek que dice que todas las teorías políticas dan por sentado que la mayoría de los individuos son muy ignorantes. Aquellos que propugnan la libertad difieren del resto en que se incluyen a sí mismos entre los ignorantes e incluyen también a los más sabios.

Cuando un día de estos yo haga la lista de las cinco bendiciones más grandes que he recibido en mi vida, una de ellas será la oportunidad de haber compartido la mesa con Muso, de haberlo servido y de contar con su ejemplo.

Cuando me firmó mi ejemplar de su libro El proceso económico, Muso escbirió: Para Luis, con aprecio de su correligionario en la lucha por la libertad. Y así era él, no se veía a sí mismo como el maestro, el líder, el padre y el ejemplo que era, sino como uno más que iba aprendiendo en el camino, y uno más que iba compartiendo en el camino. Para conocerlo mejor, puedes visitar este sitio Web dedicado a él.


30
Sep 11

Otra vez, la Junta Monetaria manipula el precio del crédito

Otra vez la Junta Monetaria está falseando la información que reciben los actores económicos y con ello distorsiona los elementos necesarios para el cálculo económico y la asignación de recursos.  En una decisión de orden político, la Junta Monetaria  elevó la tasa de interés líder de 5% a 5.5%..

Las tasas de interés son precios (son los precios del crédito); y como tales cumplen una función importantísima de mensajeros.  Son ellas las que llevan y traen la información que los actores económicos necesitan para saber si es momento de pedir créditos, o no; o de invertir, o no; de endeudarse, o no.  Si esa información es distorsionada -por los arrogantes directores en el penthouse del Banco de Guatemala- los actores económicos reciben información falsa y manipulada.  Y así es como las crisis empiezan, o se alargan indefinidamente.

Por eso es que el precio del crédito no debe ser uno político; sino que debe ser el que es.  Y si quieres saber más acerca del interés y del crédito, te dejo con este vídeo:


13
Jul 11

Sepultado Bauer Paiz

Alfonso Bauer Paiz, posiblemente El último revolucionario de verdad, fue sepultado ayer.  No lo conocí; pero una vez, en 2007 , lo ví en una circunstancia desafortunada.  Empero, tenía fama de hombre honrado y de consistente, cualidades que admiro mucho en las personas.  Y mucha gente le tenía cariño.

Los revolucionarios de ahora sean una caterva de oportunistas.   Con razón Bauer calificó de farsa el hecho de que la administración de los Colom/Torres exhibiera ¡Oh Revolución!.  Bauer también criticaba las falsas celebraciones revolucionarias.  Murió en el Seguro Social, y no en un hospital privado, ni en un hosptital del extranjero.

Bauer Paiz Rechazó la Orden del Quetzal, al igual que lo hicieron ciudadanos de la talla de Manuel F. Ayau, quien le tenía respeto.

Yo no le tengo respeto a La revolución, porque prefiero la evolución; pero, a los hombres rectos y consecuentes, chapeau.


27
Dic 10

A Manuel F. Ayau en su cumpleaños

Hoy cumpliría 85 años de vida mi maestro y amigo Manuel F. Ayau. A Muso, no puedo sino recordarlo con mucha admiración, respeto y cariño.

Yo diría que ningún guatemalteco influyó tanto, como él, en la historia de Guatemala del Siglo XX;  además, fue un guatemalteco universal cuyos savoir faire, sabiduría y humildad extrañamos todos los que tuvimos la dicha de disfrutar de su compañía.