03
Abr 08

Combustibles: soluciones a medias, no son soluciones

De todas las cosas que se les ocurren a los funcionarios, cuando se ven obligados a hacer algo para suavizar el alza en los precios de los combustibles, la única que es verdaderamente útil es la de eliminación del Impuesto a la Distribución del Petróleo.

Esto es porque los impuestos específicos, con nombre y apellido, son antitécnicos. Distorsionan el mercado, complican el calculo total de la tributación y generan costos que de otra forma serían inexistentes.

La exoneración del Impuesto al Valor Agregado, aunque generosa en apariencia, desnaturaliza aquel tributo y dificulta su pago.

La Comisión de Energía y Minas del Congreso chapín está planeando reducir el primer impuesto (no eliminarlo); y exonerar del IVA a los combustibles. Asi como se perfilan las cosas, los legisladores están concinando un gallo-gallina que sólo distorsionará el mercado y, como casi siempre, responde a la ignorancia y los prejuicios más que al sincero deseo de sanear las finanzas públicas y aliviar las cargas que pesan sobre los tributarios.

Por cierto que, en Honduras, el gobierno optó por una de las peores posibilidades y se inclinó por prohibir la circulación de ciertos vehículos en ciertos días, alla “Hoy no circula”. Muy atinadamente, el Alcalde de Tegucigalpa ha instado alapoblacióna no acatar la disposición gubernamental que, obviamente, atenta contra la libertad individual y distorsiona mucho la toma decisiones económicas por parte de las personas.

Una medida así, siempre es arbitraria y no hay forma de que no resulte en corrupción y en descontento.


03
Sep 07

Las deliciosas pitayas

Anoche comí pitayas, de postre. A mi me gusta cortarlas en cubos, esparcirles azúcar y sazonarlas con algo de Triple Sec.

Las pitayas chapinas contrastan notablemente con sus primas asiáticas que mostré hace poco. Por cierto que mi amiga Justine contó que en Asia les llaman Frutas Dragón, y si uno ve bien la de la izquierda, puede imagnarse por qué.

Cuando las comía, me acordé de una historia que leí cuando estaba en la Primaria. Esta es la de una cueva que estaba habitada por murciélagos, y de la cueva salían ríos de sangre.

La gente, por supuesto, tenía mucho temor de la cueva y de los murciélagos; miedo que se hacía espantoso si tomamos en cuenta el vampirismo que implicaba la abundancia de sangre.

Resulta, claro, que todo tenía su explicación. Los murciélagos en cuestión consumían muchas pitayas y por lo tanto su orina y sus excrementos salían coloreados. Al mezclarse estos con el agua que corría en la caverna, parecía que de ella salían ríos de sangre.

No recuerdo si la cueva quedaba en Honduras, o en Guatemala, pero quizás alguien puede ampliarnos más información sobre esta historia.