Una fuerza de 1500 soldados y 300 polícías será movilizada hacia Ixiguán y Tajumulco, en San Marcos, como consecuencia de los enfrentamientos armados que se han dado allá. El primer objetivo de las fuerzas combinadas de seguridad será lograr recuperar el orden en la zona, principalmente en Tuichán (Ixchiguán) y Villa Real (Tajumulco), donde se agravó la situación el pasado 28 de febrero, cuando un enfrentamiento armado entre supuestos pobladores de ambas comunidades dejó como resultado una persona fallecida y varios heridos. El lunes pasado se registró otro fallecido, según los pobladores; pero este hecho lo niegan las autoridades.
La presencia de las fuerzas del orden del estado ha confirmado que el cultivo de amapola es floreciente y es una fuente de ingresos de la que dependen varias familias de Ixchiguán y Tajumulco. Desde hace meses hay incidentes violentos por diferencias limítrofes y fuentes de agua; pero se sospechaba que la amapola —materia prima para la fabricación de heroína— podría también ser uno de los focos del conflicto.
El clavo, en el fondo, es que allá se está peleando la guerra perdida contra las drogas. El conflicto reciente ha puesto en evidencia que la erradicación de amapolas, que las autoridades han hecho en el pasado, no han dado resultados. Recuerdo que, en los años 90, hice un reportaje sobre operativos de erradicación de amapolas. Tal vez te sorprenda, pero mucha de la amapola que es sembrada en San Marcos, se cultiva en tierras a cargo de políticos y burócratas (o estatales, como le gusta decir a la gente).
Las siembras de amapolas que se hallan en aquellas localidades nacen allí, sin necesidad de siembra y mayores cuidados. Según las autoridades, la siembra de amapolas podría ser sustituida por la de granos y vegetales, si se cambiara la mentalidad de la gente y si la gente recibiera apoyo estatal para abandonar las amapolas; pero ¿qué va a igualar la rentabilidad de las amapolas? El precio de esa materia prima supera a la de cualquier otro cultivo gracias a la demanda de heroína en los Estados Unidos de América, principalmente.
Por otro lado, si para igualar la rentabilidad (en dinero) de la amapola que se da solita, la gente tiene que sembrar y cosechar tres veces al año granos y vegetales, ¿de verdad creen, las autoridades, que la gente va a querer trabajar tanto para recibir la misma cantidad de dinero? Las autoriadades que piensan que sí, no tienen idea alguan de lo que es rentabilidad. Quizás porque no han trabajado en el campo, ni han sembrado, ni cosechado nada bajo el sol.
Por cierto, a principios de los años 90 publiqué un reportaje sobre la relación que había entre la exguerrilla y los propietarios de las amapolas; en el contexto de una operación que, si mal no recuerdo, se llamaba Guatusa. Sólo por curiosidad, ¿hay alguna relación entre organizaciones como Codeca (por mencionar una) y los propietarios de las amapolas?
El clavo es la guerra perdida contra las drogas, no la gente de San Marcos, ni la falta de cultivos alternativos. La gente es víctima de una guerra que no es suya. Los pocos habitantes que quedaban en esas comunidades permanecían en sus casas, sin salir, en vista de que muchos optaron por abandonar temporalmente sus hogares y trasladarse a otros municipios o aldeas.
Dicho lo anterior, hay un problema con la movilización del ejército y la policía hacia San Marcos. Luego de la experiencia en la cumbre de Alaska, en noviembre de 2012, ¿qué tan dispuestas están la tropa y la oficialidad a hacer cumplir la ley e imponer el orden? En Alaska las fuerzas del orden fueron enviadas a despejar un bloqueo y cuando las cosas se pusieron feas (9 muertos y 38 heridos), en circunstancias oscuras y oscurecidas, la tropa y la oficialidad fueron dejadas a su suerte, para luego ser pasto de la oligarquía de los derechos humanos. Hasta el punto de que Rigoberta Menchú llegó al lugar a manosear el lugar de los hechos y las pruebas.