En Facebook participo en un grupo que intercambia fotografías e informaciones raras, maravillosas, fascinantes y valiosas. Y a veces se me ocurre que ese grupo –donde hay gente extraordinaria– es una buena fotografía de nosotros los chapines.
¿Por qué? Pues…aquí te van unos ejemplos:
El grupo tiene un reglamento que en su mayoría está compuesto por normas generales, abstractas e impersonales. Pero da la impresión de que pocos lo leen y muchísimas personas están rápidamente dispuestas a violarlo si les conviene a sus intereses. Y más perturbador aún es que si alguien viola alguna de aquellas normas y se le señala la infracción, casi siempre surge un grupo agresivo dispuesto a justificar la violación de la norma a causa de las necesidades del infractor, y muchas veces solo por no crear una controversia. Mucha gente está demasiado dispuesta a tolerar a los infractores con tal de no herir susceptibilidades y de no incomodar.
Mucha gente cree que una opinión cualquiera tiene tanto valor como una opinión informada, o que los datos y la realidad. Mucha gente le da más valor a lo que oyó de un maestro en la escuela, o a lo que le contó su abuelita que a lo que están viendo sus ojos y al contexto. Mucha gente cree que nada es verdad, ni es mentira y que todo depende del cristal con que se mira.
Mucha gente cree que el universo empieza con su opinión. No es raro que un participante ponga la suya en una entrada sin haber leído todos los antecedentes, datos y evidencias publicadas con anterioridad. Y esa misma gente demanda ser tomada en serio. Y aquello ocasiona que, con demasiada frecuencia, haya que empezar desde cero algo que ya estaba bien adelantado.
En el grupo, como en nuestra sociedad, cualquier cosa es politizada. La política contamina todo. Contamina la filosofía, la historia, la economía, la familia, la ética, el derecho y todo. Todo.
¿Te das cuenta de por qué es que es que se me ocurre que el grupo nos fotografía? Como este es un año políticamente tóxico, quizás valga la pena meditar sobre estas cosas antes de que empiece 2015. Antes de que empeore el ambiente y antes de que el diálogo se deteriore más.
Columna publicada en El periódico.